Descanso

[Tarantir]

Mi último ataque logró darle al Viy y volarle una pequeña sección de su asqueroso cuerpo.

Quería celebrar la victoria, pero me era imposible, mi cuerpo estaba entumecido en muchas partes, había sacrificado mucha sangre para potenciar mis hechizos.

Bagdur estaba cerca a mí y podía decir con seguridad que había ganado unas cuantas cicatrices más.

Tarantir: "Espero que fuera la batalla que esperabas Bagdur"

Automáticamente, después de mi visión empezó a ser invadida por puntos negros, el cansancio era mucho mayor de lo que pensé.

Para ahorrar fuerzas decidí arrodillarme y tomar aire.

Mago: "Descansa muchacho, hoy ha forjado una leyenda"

Me volteé para ver de quien era la voz, por sus túnicas era un mago, ya bastante mayor que para los hechiceros podría ser los 120 años en adelante, un hombre calvo y con barba gris.

Sus ropajes eran negros, pero ahora era más gris, seguro por las cenizas que flotaban alrededor.

Mago: "Discúlpame, esta batalla ha acabado con mi sentido de los modales, debes creer que soy un sucio vagabundo jajajjaja ,mi nombre es Kaen Delaric, ¿y tu hijo? ¿Cómo te llamas?"

Parecía ser un buen sujeto y recordaba haberlo visto durante la batalla, siempre al frente.

Tarantir: "Soy Tarantir hijo de Alzur y ese oso lleno de polvo es Bagdur mi amigo"

Bagdur quiso disimular una sonrisa, pero pude verla , no es que negáramos nuestra amistad, es solo que no éramos de los que decían sus sentimientos fácilmente.

Kaen: "Alzur, ese viejo cascarrabias lo vi, no hace mucho en Wyzima, No sabía que había tenido un hijo, pero si tienes cierto parecido a él, y dónde está él ahora".

El cansancio y la batalla habían escondido los sentimientos de la perdida de Alzur, únicamente estuve con él por poco menos de una dedada, pero en verdad se sintió como una vida.

Kaen: "Ohh, entonces ha muerto"

Ni siquiera preguntaré como lo descubierto, la tristeza segura había sido reflejado en mi rostro

Tarantir: "Murió en las primeras horas, cuando llegamos apenas y estaba con vida, el monstruo salió de la nada, invocado por un mago inexperto, Bedricaf"

El enojo se hizo con Kaen.

Kaen: "Bedricaf mago inútil y bastardo, bien podría la ramera de su madre haberlo abortado, nunca pudo lanzar un hechizo correctamente, servía más como un bibliotecario que como hechicero y aun en ninguna de las dos profesiones resaltaría".

El mago paro, pero solamente para tomar aire.

Kaen: "Le dije a Alzur, que magos como ese exclusivamente sirven para retrasarlo a uno, que no servía su amistad, y ahora no solo lamento tener razón, sino que me entristece no haber sido más claro".

Kaen nunca fue mencionado por Alzur, pero era seguro que en sus largas vidas deben de haber conocido, por último pareció calmarse un poco.

Kaen: "Descansa muchacho, se han levantado una o dos hogueras alrededor, hay tiempo para llorar la muerte de tu padre, pero estará orgulloso de saber que tuvo un hijo igual de grande que él"

Por lo la mentira ya había sido plantada, no estaba seguro de si Kaen intentaría investigar algo, pero ahora no me sentí con menos fuerzas de ir a comprobar las evidencias.

Por ahora tomaría su consejo y descansaría un poco cerca a algún fuego.

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A mitad de camino de entre Wyzima y Maribor, se veía marchando un fuerte ejército de cerca de 10 mil hombres, adelante y entre ellos se podían ver una cantidad llamativa de banderas.

Pero la que más alto y llamativa ondeaba era la de temería.

Este ejército estaba encabezado por el Rey Adalberto, quien a penas escuchar sobre el ataque sobre su ciudad natal, llamo y reunió en dos días a sus tropas y magos.

La marcha del ejército era constante, cada cierta cantidad de horas desde que comenzó el suceso, le llegaban mensajeros contándole sobre la situación en la ciudad.

El último que le llego, era un vigía que vio desde las afueras de la ciudad como esta se vio casi destruido, pero al mismo tiempo desde lejos se pudo ver que poderosos hechizos fueron lanzados y uno que otro trueno salían disparados.

Para el Rey fue una buena noticia, antes de salir de Wyzima mando a llamar a Alzur y al no tener respuesta se tumbó la puerta de la torre, para confirmar que no había nadie.

Después de que varios testigos confirmaron que vieron a varios jinetes salir de la propiedad, varios porque algunos vecinos dijeron que contaron como 10 .

Era lo malo de pedir pistas a la gente común.

Los truenos vistos sobre Maribor, para él ,no pueden de pertenecer a otro que no fuera Alzur, aunque sabía que se quedaría nuevamente endeudado con él, no le importaba si lo sacara de esta situación.

Lord Frier: "Mi Señor, un mensajero ha llegado de la ciudad de Maribor"

El rey fue sacado inmediatamente de sus pensamientos.

Rey: "Que esperas hazlo venir rápido"

La guardia que rodeó al rey paro ya continuación trajeron a un hombre a pie vestido con los colores de temería.

Mensajero: "Mi señor..."

Rey: "Suelta la lengua rápido, que sucede en Maribor"

El rey no tenía la paciencia para aguantar a los ritos clásicos de la realeza, por lo menos no en este momento.

Mensajero: "Si, mi señor"

El mensajero estaba claramente intimidado, pero junto toda la seguridad que le quedaba para seguir

Mensajero: "El monstruo fue expulsado de Maribor, pero la ciudad a quedado demasiado dañada mi señor"

Adalberto no estaba del todo contento, para él eso significaría que el monstruo estaba libre por su territorio.

Mensajero: "Un par de magos se encargaron de seguir a la bestia, según los informes era parecido a un ciempiés gigante, pero muy resistente a la magia, según el capitán de la guardia se han contado hasta ahora 9 magos muertos"

El rey se veía preocupado, La hermandad de los hechiceros seguro que pediría alguna indemnización por esas perdidas

Rey: "Bueno, llegaremos a Maribor y en cuanto sepamos la ubicación del monstruo partiremos a su encuentro, primero deseo hablar con Alzur"

El rey se movía para retomar el paso, pero fue interrumpido.

Mensajero: "Mi señor, Alzur ... está muerto, según las noticias cayó enfrentando al monstruo"

Adalberto no tenía especial cariño por Alzur, pero fue gracias a él que podía llevar la corona en la cabeza, pero también es que su nombre traía miedo a sus enemigos.

Rey : "Quien entonces expulso al monstruo"

El mensajero estaba feliz porque es algo que pregunto a varias personas antes de salir para conocer la información.

Mensajero: "Tarantir mi señor, Tarantir hijo de Alzur "

Una pequeña sonrisa se dibujó en Adalberto, parecía que estaría en deuda para siempre con Alzur y su descendencia, pero no lograba identificar si era algo bueno o malo tenerlos cerca.

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Fueran necesarias 4 horas para que Tarantir recuperara algunas de sus fuerzas, antes no había tenido ni el tiempo, ni las ganas para entablar conversación con sus acompañantes y ahora tampoco ni quería, pero sería incómodo sino.

La mayoría de ellos eran brujos, los diferenciaba por sus ojos característicos y por algunas cicatrices y marcas en los brazos, que deberían ser mortales en muchos casos.

Tarantir: "Quien fue el que te guio por el proceso de cambio".

El brujo no voltio la mirada enseguida, cuando noto que la mirada de los demás se dirigía a él, recién vio a quien había soltado la pregunta.

Brujo: "Badriak el alquimista, fue el quién preparo la mutación, ¿y a ti?"

Devolvió la pregunta a Tarantir

Brujo 2: "Él no es un brujo, es un hechicero, y si no he escuchado mal eres hijo de Alzur, ¿cierto?"

El primer brujo no entendió del todo la relevancia de ese nombre, pero no tuvo que aprender mucho para conocerlo.

Brujo 3 "Alzur el creador de los brujos, o por lo menos de la fórmula "

Otro brujo intervino, de forma desinteresada, bueno que, dependiendo de la fórmula que se usara, podía ser su estado natural o no

Tarantir no le gustaba mucho que hablaran de él, como si su fama se debiera a su padre, acababa de espantar al Viy.

Tarantir: "Soy Tarantir hijo de Alzur, si esa es la pregunta, y no, no soy un brujo"

El primer brujo era por lo menos más amigable, ya que le compartió a Tarantir un pedazo de pan.

Brujo: "Soy Erick de Daevon, bueno, sabía que los hechiceros eran fuertes con la magia, pero no sabía que podían manejar la espada tan bien".

El segundo brujo, que también era el segundo más hablador, decidió presentarse

Brujo 2: "Irvin del Mirt, Con un poco de imaginación un mago puede hacer lo que quiera, eras prueba de ello Erick"

El tercer brujo solo agachó la cabeza como un vago intento de reverencia

Brujo 3: "Set, mi nombre es Set."

No había que aclarar que era un hombre de pocas palabras.

Tarantir: "Supongo que esperaran a la llegada del Rey"

No habían logrado matar al Viy, pero por lo menos lograron expulsarlo de la ciudad, algunas monedas tendría que haber de recompensa.

Irvin: "Creo que todos haremos eso, no me esforcé tanto para recibir las gracias del capitán de la guardia y algunos panes como recompensa".

irónicamente, se metió un pan a la noca al decir al terminar la frase

Erick: "Yo los agradezco, pero no sirven de mucho para la reparación de mi armadura y espadas."

Al mostrar su espada, se podía ver que estaba casi inservible, y tampoco era de tan buena calidad.

Lo que le hizo acordar a Tarantir sobre las espadas hechas de Siderita y su supuesta superioridad de la magnetita.

Tarantir: "Bueno, por lo menos compartiré la siguientes horas con ustedes, ¿de aquí a donde piensan viajar? "

El mago había empezado a reclutar nuevos miembros para la torre.