webnovel

Algunas cosas toman tiempo

La muerte de Annabeth lo quebró. Y muchos temían que para siempre. Busco el refugio en las profundidades del mar. Pero él sabía que no podía esconderse del mundo y de sus amigos por siempre, tenía que seguir adelante. Y tal vez no sería de la forma en que él pensó que sería, pero si fue la más adecuada para ayudarlo a terminar de sanar, para volver a ser el de siempre.

EscritorDeFics · 映画
レビュー数が足りません
34 Chs

Decisiones

Paso más de un mes y las cosas no parecían cambiar demasiado, aunque como dijo Katie entre todos encontraron la forma de seguir adelante. Pero no fue fácil. Había días difíciles en los cuales todos necesitaban de todos para no sentirse desconsolados. Ayudo mucho que Olimpo decidiera posponer la ceremonia de premiación hasta que fuera algo adecuado. Pero la inactividad era más bien algo negativo para algunos. Exactamente para Percy. Tyson decidió quedarse para pasar tiempo con Percy y Poseidón no pudo estar más de acuerdo. Sabía que la soledad no ayudaría en nada a Percy. Pero por dentro estaba pensando en que podría hacer para darle una perspectiva nueva a la vida de Percy. Vivir en el campamento se estaba tornando en tormentoso, porque sin duda los recuerdos de Annabeth aun hacen mella en sus emociones. Y no era para menos. Percy había planeado el resto de su vida en base a la idea de que Annabeth y él se mudarían a la nueva Roma. Asi que cualquiera fuera el plan tenía que ser uno que mantuviera su mente ocupada.

En ese momento un trueno retumbo y Poseidón sabía lo que tenía que hacer, asi que rápidamente desapareció de su palacio para aparecer en el Olimpo. La mayoría de los dioses ya estaban en sus asientos.

—No podemos esperar más para repartir nuestras dadivas con nuestros hijos —Zeus declaro con firmeza, pero la noticia no sentó del todo bien, sobre todo a aquellos dioses que habían perdido muchos hijos, como Afrodita, Apolo y Hermes. Fue precisamente el último que emitió una protesta.

—Ellos aún están dolidos por todo —el dios mensajero también estaba todavía un poco consternado. Había tratado de acercarse a Travis de varias formas, no había sido despreciado, pero no había logrado llegar a él.

—Lo entiendo… pero no podemos esperar más —Zeus entendía la magnitud de las tragedias que habían venido sobre algunos semidioses, pero aun asi había cosas que no podían esperar más.

—¿Por qué? —Apolo pregunto un poco ofuscado por el repentino apuro de premiar a los semidioses que habían participado activamente en la guerra.

—Porque algunas funciones nacerán de lo que les otorguemos —el razonamiento de Zeus era aceptable, era cierto y sabido que a varios se les seria concedidos varios honores, pero aun asi los dioses sentían que era demasiado temprano para dar vuelta a la página.

—Evitemos la fiesta de costumbre… no creo que nadie quiera celebrar demasiado —Hermes hablo rápidamente tratando de poner una condición ya que era inevitable que la premiación se diera en el corto plazo.

—Estoy de acuerdo con eso —Poseidón fue el primero en dar su opinión con respecto a eso y Atenea respaldo la idea de Hermes. Nadie tendría ánimos como para celebrar. Aún estaban asimilando las muertes. Hefesto estaba pensativo en Leo… no hubo un cuerpo que quemar, y no hubo funeral para el aun porque había mucho que investigar sobre su desaparición. Hades no había confirmado su desaparición, ni su alma había entrado en sus terrenos, asi que una esperanza flotaba en el aire.

—Podemos hacer eso… pero no podemos prologar más las recompensas —Zeus declaro de manera definitiva.

—Podríamos hacerlo dentro de 3 días… asi les damos tiempo a prepararse —Propuso Atenea mientras escribía un par de cosas en su libreta. Zeus medito por un momento viendo la unanimidad implícita en el resto de dioses se dirigió hacia Hermes.

—Hermes lleva las noticias a los diferentes campamentos —Hermes asintió y luego salió de la sala de tronos. Hades meditaba entre si debía preguntar lo que tenía en mente, pero finalmente decidió que tarde o temprano hablarían sobre eso.

—¿Cómo sigue Artemisa? —la mirada de Apolo se fijó en Hades. Apolo sabía que su hermana estaba mal, físicamente ya estaba recuperada, aunque le tomo tiempo, pero su mente estaba aturdida aún. Lo peor fue que no quería tener contacto ni siquiera con el mismo. Asi que los tratamientos para su recuperación eran más lentos. Ni siquiera Zeus se atrevía a acercarse demasiado para no desatar un problema mayor en Olimpo.

—Físicamente esta recuperada… como ustedes saben… sanar depende bastante del estado de ánimo, asi que por eso la recuperación de Artemisa no ha evolucionado tan rápidamente como quisiera —Atenea miraba fijamente al dios sol, sabiendo que realmente estaba preocupado. Pero no había mucho que Apolo pudiera hacer. Artemisa de por sí ya rechazaba el contacto con hombres asi que eso complicaba todo…

—Dijiste físicamente ¿emocionalmente? —pregunto Atenea. Este tema era delicado, no pretendía exponerlo demasiado, pero sabían que Artemisa tendría que tomar ciertas decisiones después de la guerra. Y el consejo también, porque no se toleraría ciertas cosas. Tal vez Zeus tenía razón y debían apresurar la premiación.

—Bueno… si yo siendo su hermano no puedo acercarme sin provocar su ira… imagínate Dionisio… es imposible… salvo que la durmamos… pero solo sería una excusa para que desatar su ira una vez despierta —todos los dioses escuchaban atento las palabras de Apolo y entonces quedo claro que sería un largo proceso, más para Artemisa.

—Bueno… a pesar que es mi hija no puedo pasar por alto, ni correr un riesgo —Zeus pensaba en voz alta mientras Hera se mantenía en silencio, sabía que cualquier cosa que ella pudiera decir seria tomado simplemente como una represalia contra Zeus mismo, y al parecer el rey de los dioses no estaba con humor para soportar una de esas cosas.

—Claro que no… pero no sé si lo que estás pensando padre ayudara a Artemisa —Atenea casi podía oír el pensamiento de su padre y sabía que la idea que tenía destrozaría a Artemisa.

—Nada ayudara lo suficiente, pero debemos hacer algo, las cazadoras están sin líder y debemos hallar una solución —las cazadoras ya estaban un poco impacientes por saber de Artemisa. Estaban en Olimpo, pero no tenían acceso a estar con ello, porque simplemente Artemisa no quería ver a nadie.

—Entonces Artemisa… —la frase de Atenea fue cortada por la entra de Artemisa en medio de la reunión.

—¿Yo que? —pregunto con ese aire estoico que la caracterizaba, pero si lograbas verla con detenimientos se podía notar que no era la misma Artemisa antes de la última batalla.

—No deberías estar aquí —Hera le dijo con tranquilidad, no queriendo exasperar a la diosa de la caza, pero ella estaba demasiado sensible como para tomar todo a la defensiva.

—No permitiré que me digan lo que debo o no debo hacer —siseo Artemisa con saña contra la reina de los dioses. Zeus no quería más problemas, asi que no dejo que esto siguiera.

—¡Artemisa! —reprendió con severidad. La diosa de ojos color plata suspiro en derrota, pero sin mirar a su padre, en realidad su mirada no se despegaba del suelo.

—Lo siento… ya me siento bien es todo —las disculpas aplacaron el aire tenso que se había gestado, pero todos sabían que fue solo un recurso para salir del paso. No fue una disculpa real. Y obviamente ella no estaba bien.

—No lo creo —Apolo se dirigió a su hermana, tratando de ganar su atención para poder hacer un rápido diagnóstico de su salud emocional. Lo que vio no le gustó mucho porque Artemisa levanto la mirada para ver fijamente a los ojos de su gemelo. Apolo pudo ver que la fiereza de Artemisa no era la misma, había un aire de inseguridad que jamás había estado presente en ella.

—¿Dudas de mi palabra? —la amenaza de Artemisa ya no hacia retroceder a Apolo y eso sí que era preocupante.

—Deja que Dionisio te revise —dijo finalmente Apolo llevando a Artemisa al límite. Todo podría resolverse ahora.

—Ni hablar —Artemisa resoplo con fastidio, se notaba que estaba controlándose para no perder la cordura.

—Entonces no estás bien —Apolo sentencio mirando a su padre, quien asintió a lo que Apolo había dicho, en realidad todo el consejo estaba de acuerdo. Hestia no se atrevía a decir nada, porque ella sabía que las evidencias harían que Artemisa terminara más insegura de lo que ya estaba.

—Padre… —suplico Artemisa, pero de poco sirvió porque el rey de los dioses sabía que debían llegar al fondo de este asunto antes de ver que hacían con ella.

—No Artemisa… no podemos permitir que andes por allí en este estado —Zeus trataba de hablar de la manera más paternal, pero sin dejar de lado su autoridad. Artemisa debía obedecer cualquiera fueran las decisiones del consejo. Pero no podía evitar sentir tristeza porque Artemisa se vería afectada en cualquiera de los casos.

—¿No pretenderás encerrarme aquí? —Artemisa empezaba a perder la paciencia y ponerse alerta porque si los dioses intentaban algo.

—No… no haremos eso… pero si te pediremos que te tomes un tiempo… sobre todo para decirnos que fue exactamente lo que paso —Artemisa se puso rígida y un escalofrió recorrió todo su cuerpo. Sabía que tarde o temprano llegarían a ese punto sobre todo por cómo fue necesario que Deméter la transportara a Olimpo. Estaba tan vulnerable que no podía valerse por sí misma y eso la enfurecía.

—No… —dijo de manera ahogada. Fue claro que cualquiera que fuera lo que había acontecido había trastocado a Artemisa más allá de su propio conocimiento.

—No podemos ayudarte sino nos cuentas —Hestia hablo por primera vez levantándose de su trono para acercarse a la diosa de la luna. Artemisa la miro con recelo por un momento. Pero finalmente se relajó.

—No necesito ayuda… —susurro solo para Hestia, pero fue claro para todos los que estaban presentes.

—No es tiempo para la testarudez hermana —Atenea se dio cuenta de su torpeza al hablar de manera casi acusativa con Artemisa, pero era demasiado tarde.

—¿Lo dice alguien que estuvo a punto de matar a Perseo dejando de lado la razón? —Artemisa le espeto a su hermana. Había podio enterarse de todo lo que había estado aconteciendo.

—Hermana… no podemos hacer nada sino nos cuentas —Apolo suplico, realmente estaba preocupado por Artemisa.

—No pasó nada… ¡ya te dije! —el fastidio en la voz de Artemisa era evidente. Pero necesitaban llegar al fondo del asunto para poder tomar las decisiones correctas.

—Entonces ¿qué hacía Perseo en ese momento? —pregunto Apolo. Uno de los pocos que había visto el momento exacto donde el semidiós hijo de Poseidón había estado con Artemisa. Pero luego él se había ido…

—Él… Él… —Balbuceó Artemisa insegura de como contestar la pregunta. No quería revelar nada, es más, temía que Perseo pudiera decir algo.

—Trae a tu hijo Poseidón… —Zeus pidió a su hermano, quien se mantenía con un perfil bajo, asi como las demás deidades masculinas, Artemisa no los soportaba y ellos no darían espacio a desatar su mal humor.

—¡No! —grito rápidamente Artemisa dirigiéndose a Poseidón, quien la miro con suavidad, pero un poco intrigado de porque la presencia de su hijo en el consejo haría que ella reaccionara asi. Que sabía Perseo… o que había hecho el que Artemisa no quería que fuera llamado. Sería algo que él tendría que averiguar por su cuenta, pero tampoco quería que el consejo llamara a Percy para someterlo a más presión de la que ya tenía encima.

—El puedo decirnos lo que paso —Zeus trato de ganar el favor de Artemisa primero y luego el apoyo de los demás dioses para convocar al héroe del Olimpo.

—No creo que eso sea recomendable… Percy ya está lidiando con mucho ahora mismo —Poseidón trato de sacar a Percy de todo este asunto. Suficiente ya tenía con los problemas y el dolor con el que aún estaba lidiando. Aunque la estancia de Tyson en el campamento ayudo un poco no era suficiente.

—Él tiene razón… además que no estaría bien someter a Percy y Artemisa a un interrogatorio —Atenea estuvo de acuerdo con lo que el padre de Percy dio como excusa. A pesar que aún no era precisamente su semidiós favorito, honraba la memoria de Annabeth tratándolo con respeto. Además de eso podría desatar un problema más grande, no solo lidiar con Artemisa, sino también con Perseo.

—Está bien… —Zeus dijo de manera derrotada.

—¿Está bien? No está bien… tenemos una conjetura… sino podemos confirmarla de ninguna forma no podremos tomar una decisión —Apolo se puso un poco nervioso mientras hablaba. No quería perjudicar a su hermana, pero ante todo le preocupaba solucionar todo este lio. Si tan solo alguien hubiera estado allí para saber de manera completa lo que paso no tendrían que estar sometiendo a Artemisa a todo este incomodo interrogatorio.

—Esto es lo que haremos… Artemisa tendrá que dejar la caza por un tiempo —el silencio total fue solo una antesala de lo que todos sabían sería algo difícil de llevar a cabo. Y más para Artemisa, quien estaba en estado de shock luego de escuchar las palabras de su padre.