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Algunas cosas toman tiempo

La muerte de Annabeth lo quebró. Y muchos temían que para siempre. Busco el refugio en las profundidades del mar. Pero él sabía que no podía esconderse del mundo y de sus amigos por siempre, tenía que seguir adelante. Y tal vez no sería de la forma en que él pensó que sería, pero si fue la más adecuada para ayudarlo a terminar de sanar, para volver a ser el de siempre.

EscritorDeFics · 映画
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34 Chs

Déjanos ayudarte II

No fue fácil atravesar esa puerta. No sabía lo que debía decir al respecto o como abordar esa incomoda conversación. Era una conversación espinosa, y sin duda tendría que abrir su propio corazón ya había tenido demasiado por este día. Pero era necesario era un amigo que tenía una profunda depresión y que necesitaba toda la ayuda necesaria. El vínculo que había compartido con Connor era algo que no había visto en nadie más en el campamento. Tal vez porque eran gemelos, pero era algo más, algo que sobrepasaba los vínculos familiares. Era una amistad.

Mientras caminaba en medio de la habitación un mar de recuerdos se empezaban a filtrar en su mente de todas las experiencias que había pasado en este campamento, se sentía un poco extraño filtrarse de manera tan secreta, como si no quisiera que nadie lo reconociera. Pero era necesario. Las emociones todavía estaban a flor de piel y no podía exponerse a recaer, no después del incidente con Artemisa. La sola idea hacía que le ardiera el pecho de dolor y rabia. No podía creer que esa diosa había podido usar ese recurso para lastimarlo, porque eso es lo que había logrado. Lastimarlo. Y no podía entender como había podido tener la consideración del silencio para alguien tan cruel como Artemisa, que tal vez se merecía lo que estaba atravesando. Percy había pensado que podría salir de ese asunto sin muchas complicaciones ya que era un dios nuevo y no tenía por qué intervenir en asuntos que no le involucraban sino solo en su lado mortal que ya no existía.

Había muchas cosas pendientes todavía que hacer y parecía que el tiempo faltaba para todas las obligaciones que ahora tenía. El solo pensar en eso le producía una jaqueca terrible. En su mente las cosas ya no tenían el ingrediente significativo. Faltaba algo… faltaba alguien. Y siempre faltaría. Pero como Atenea le dijo tal vez debía buscar un nuevo propósito para poder darle sentido a la divinidad que ahora cargaba sobre sus hombros. Y aquí estaba encontrando ese nuevo significado. Y tratando de ayudar a un amigo a encontrar el suyo nuevamente. No sería una tarea fácil, él lo sabía, pero tenía que tratar con todas sus fuerzas para poder salvar una vida. Una vida. El solo recuerdo lo consumía en vida… Ese momento, ese instante donde por debilidad, porque no tener los recursos que ahora tenía como un dios hubieran podido hacer la diferencia. Pero ya no importaba. Aunque tendría que cargar con ese pesar.

—Travis —el sonido de la voz de Percy se perdió en la oscuridad de la habitación. Y no obtuvo ninguna respuesta en el corto plazo. —Travis —no se escucha nada por un periodo de tiempo hasta que un ligero sollozo se filtró de la parte más lejana de la habitación.

—Katie —un pequeño susurro casi imperceptible se filtró en el aire. Percy avanzo hacia la voz tratando de dar tiempo a ser reconocido.

—No exactamente… lo siento… —Percy trato de aligerar el clima con el comentario. Sin percatarse que Katie estaba escuchando todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. Percy se encontraba en un estado de vulnerabilidad necesario para poder acercarse a Travis sin que lo viera como un dios lejano y ajeno a lo que estaba pasando.

—Percy Jackson… perdón… —Percy sintió un ligero escozor al escuchar la voz quebrada de Travis. Se notaba que estaba en una gran depresión.

—No hace falta. Somos amigos —Era cierto las palabras de Percy y Travis lo sabía, pero el dolor nublaba su juicio y una ligera pero sarcástica risa se filtró con el mensaje tácito de la negación de las palabras de Percy. —Ha pasado mucho tiempo —Percy se inclinó hacia la figura de un derrotado y escuálido Travis. Se veía tan distinto, como si el tiempo hubiera pasado arrasando a su paso la felicidad y el carisma del hijo de Hermes.

—Demasiado —declaro Travis sin atreverse a levantar la mirada. En el fondo el hijo de Hermes se sentía avergonzado de su condición actual. Era un lastre para su padre, para el campamento, para Katie. Tal vez ese era el peor de los pesares, haber arrastrado a la hermosa hija de Deméter. Sabía que había un entendimiento implícito entre ellos, ya que antes de la guerra había estado en "citas". Travis no esperaba nada de ella luego de lo que había acontecido. Pero sin embargo aquí estaba. A su lado.

Para muchos del campamento la vida de Travis era motivo de lastima. Pero él sabía que no era asi para Katie. Ella realmente estaba demostrándole aquellas palabras que no habían sido pronunciadas y que tal vez no lo serian en mucho tiempo. Un ligero sollozo se filtró después de estos pensamientos sobre Katie. Como si fuera la señal para intervenir Percy puso su mano sobre el hombro de Travis y fue todo lo que necesito para sentir el abismo de sus sentimientos. La soledad. El vacío. El frío.

—Demasiado —Percy susurro mientras una lagrima solitaria también se filtraba por su mejilla. El conocía el dolor de la perdida. El dolor de la ausencia. Nada podía reemplazarlo. Nada podía aligerar la carga de no tener a Annabeth a su lado. Y sabía que Travis estaba pasando por algo similar.

—No puedo con esto… —Percy sabía que detrás de esas palabras había toda clase de pensamientos, que tal vez desembocaban en el suicidio o simplemente el abandono a la tristeza.

—Solo no podrás —Percy trato de brindarle su apoyo de manera implícita en la frase. Travis levanto la cabeza con algo de dificultad. Se veía tan escuálido y descuidado. No por culpa de Katie. Percy sabía que la hija de Deméter había hecho todo y más por mantener a Travis a flote. —Necesitas refuerzos. Por eso estoy aquí Travis —Travis miro a su alrededor tratando de buscar a quien sin necesidad de haberse metido en el rio Estigio se había convertido en su ancla al mundo.

—¿Refuerzos? Suena como si un pelotón viniera en mi ayuda —una sonrisa nostálgica se dejó ver en el rostro de Travis y para Percy era la esperanza de que aún había un amigo que rescatar dentro de Travis, aunque pareciera que lo había perdido en su propio dolor.

—Tengo una propuesta para ti —Percy se concentró por un momento y rápidamente pudo percibir la presencia de Katie espiando lo que estaba pasando en la habitación. No podía esperar menos. Katie se había preocupado por Travis que difícilmente habría algo que podría separarlos, Travis estaba en deuda y Katie lo hacía por amor, tal vez no un amor declarado a voces, pero si uno que se expresaba en su mayor pico al cuidar de él cuándo nadie más podía.

—¿De qué se trata? —La sola idea de nuevas misiones traía sobre el nuevamente esa oscuridad y soledad que no podía ser expresada con palabras, pero ante él estaba alguien que podría hablarle con plena autoridad de lo que es perder al alguien amado y que después de tiempo de luchar con eso pudo sobreponerse, no olvidar, pero si vivir con el dolor, no ignorarlo, pero si darle un nuevo significado.

—No puedo pedirte más de lo que ya has hecho, no solamente por el campamento, sino también por el Olimpo. Pero lo que tengo en mente es algo distinto, algo nuevo —La cara de Travis se desdibujo en una mueca de pensar en que se trataba más misiones, más profecías, más destrucción, más muerte, más perdidas. Percy percibió lo que estaba pasando —Por favor amigo, primero escucha lo que tengo que decir —Travis asintió mientras chasqueaba los dedos para sellar la habitación, esta era una conversación para dos y no podía dejar que Katie influyera en sus decisiones, no esta vez. Una prueba, una oportunidad.

En las afueras de la habitación Katie trataba con todas sus fuerzas poder escuchar lo que dentro se estaba discutiendo, ya no escuchaba ni murmullos. Y por un momento se avergonzó de que Percy se hubiera dado cuenta de que estaba espiando.

—Bueno. Supongo que tendré que esperar —dijo con algo de frustración mientras se acomodaba en el sillón y miraba el reloj para que pasara rápido el tiempo, le carcomía el corazón el hecho de que Percy viniera a buscar a Travis.

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—Volveré en la mañana por tu respuesta —dijo Percy mientras salía de la habitación con Travis. Katie se levantó cual resorte para acercarse y ver si podía escuchar alguna frase suelta que le diera un indicio. No es justo. Pensaba dentro suyo al no poder ser parte de la conversación.

—Nos vemos mañana —Katie se dio cuenta del rostro de Travis y se dio cuenta de que algo había cambiado, seguía viéndose deprimido y con un profundo dolor, pero ahora podía ver que había una fuerte disyuntiva en su rostro y eso le preocupaba, Travis no necesitaba más cosas difíciles en su vida. Percy se despidió de Katie antes de desaparecer en una brisa marina.

—¿De qué se trata? —Travis sintió un nudo en la garganta por la pregunta de Katie. Una decisión difícil, pensó. Pero aun así no podía mirarla a los ojos y decirle que no se trata de nada. La propuesta de Percy era un boleto de salida. También estaba Katie y el librarla de un lastre como él, pero por obvias razones no podía usar esa premisa con Katie. No con ella. No después de todo lo que había hecho por él sin pedir nada a cambio.

—Un proyecto de Percy, nada de qué preocuparse —Por ahora, pensó Travis mientras por dentro el peso de las decisiones empezaban a asfixiarle. —Podemos salir, hace mucho calor aquí —La sola expresión confirmo con Katie que algo no andaba bien.

—Travis. ¿Te sientes bien? Hace semana que no sales de aquí —Travis se sonrojo bajando la mirada y con él la cabeza, un hábito que Katie estaba tratando de sacar, ya que cuando Travis se sentía asediado usualmente bajaba la mirada. —Pero me parece que el clima es bueno como para dar un paseo —Travis sonrió con amargura. Es tan dulce, ¡dioses! No sabía ni siquiera como le pagaría por todo lo que había hecho por él durante todo este tiempo, Katie prácticamente había sacrificado su vida por la de él, ya que rara vez salía con sus amigos o la gente de su cabaña, se había dedicado exclusivamente a mantenerlo a flote.

—¿Te acuerdas de aquel saliente cerca de donde siempre encienden los fuegos artificiales? —Katie sonrió ligeramente, era donde Travis la había llevado una de las primeras veces que salieron, iban a probar unos nuevos anzuelos que Percy le había "prestado" todo fue un desastre, pero el atardecer valió la pena.

Travis solamente propuso el lugar al azar, pero al ver la sonrisa tímida de Katie supo que había elegido un buen lugar. La conversación con Percy había detonado una pequeña parte reprimida de su ser que se había incinerado junto con los restos de su hermano y no había podido resistir dentro suyo la idea de que todo este tiempo estuvo fallando. Había sido un cobarde. No sabía cómo sobreponerse era la excusa, sin embargo, Percy había llegado con la historia de lo que había pasado ese fatídico día y de porque no se había dejado vencer. No era por Annabeth, que si estaba relacionada. Era por él, por lo que aún quedaba por vivir. Tenía la fortuna de seguir vivo y todo este tiempo había estado desperdiciando no solamente su vida, sino también la de Katie, no la había obligado, pero fue una consecuencia de su estado.

Mientras caminaban de la mano sin importar si los veía Quirón, lo importante para Katie era que por primera vez en mucho tiempo Travis quería salir de la cabaña y después sentía la mano de él apretando la suya como si no quisiera soltarse nunca más de ella. Una sensación de sana necesidad y sobre todo mutua. Había sido un tormento verlo perderse en sí mismo y no poder ayudarlo más que con alimentos y lectura. Gracias Percy susurro mirando al mar.