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Capítulo 2: La Madre Sustituta Elegida

Editor: Nyoi-Bo Studio

Al final del pasillo de un hospital, la secretaria que la acompañaba sostenía en una mano un teléfono y en la otra un informe del cual leía la información.

—Yun Shishi, 18 años, estudiante. Tu padre descuidó su trabajo y se fue a la bancarrota. De acuerdo a las investigaciones, toda la información es correcta. Según los exámenes médicos, tus cualidades físicas son las adecuadas y no habrá ningún problema con los derechos de tu custodia.

La chica, desafortunadamente, no cumplía con las condiciones para una fecundación in vitro. Por lo que solo existía la opción de un método alternativo.

Yun Shishi estaba quieta en la banca mientras observaba a la secretaria desde la ventana. Tenía una expresión de extraña calma, pero, en la profundidad de sus ojos llorosos, abundaba la oscuridad.

Aunque las delicadas facciones de la muchacha la hacían lucir aún más joven, su tierno rostro, como si hubiera experimentado muchas adversidades en la vida, poseía una mirada que era incompatible con su edad.

Era la elegida. Una en un millón. Debido a sus características estéticamente agradables, la remuneración proporcionada por sus empleadores era generosa. La suma de cinco millones de yuanes[1] ya era astronómica para ella.

Hacía tres días había firmado un contrato a escondidas de su padre, entonces, la trajeron a este lugar. La tenían encerrada en una habitación cada día y le tenían prohibido contactar al mundo exterior e, incluso, salir, como si fuera una paciente en cuarentena.

La chica estaba al tanto de que, para poder estar lista para el embarazo, debían garantizarle una buena salud y así su cuerpo estaría mejor preparado para llevar al bebé.

Se le proporcionaban tres comidas al día que eran sumamente exquisitas: jamón, tocino, pan, carne de res... Todo era demasiado extravagante casi. Sabía que estos platos eran beneficiosos para las mujeres que se preparaban para un embarazo, así que, aunque no le gustaran, los tragaba enérgicamente.

Yun Shishi no se atrevía a desobedecer las órdenes, porque la obediencia absoluta era una de las condiciones establecidas en el contrato.

Por ende, incluso hoy, siguió sin protestar a la secretaria de su empleador e ingresó con angustia al instituto privado en donde le realizarían los exámenes médicos.

El empleador de la joven era alguien bastante misterioso, no lo había visto ni una sola vez. Solo conocía el contrato y sabía que al firmarlo se le concederían cinco millones de yuanes. ¡Tal cantidad sería suficiente para superar la crisis financiera de su padre! Pero Yun Shishi no se atrevió a contarle esto. Cuando se marchó, solo dejó una nota sin decir ni un adiós. Era muy poco probable que pudiera regresar a casa pronto, debido al extenso período de maternidad de alquiler que debía pasar, por lo que no debía preocuparse de tener que enfrentar a su padre por ahora.

De acuerdo a una de las condiciones del contrato, la chica debía estar bajo estricta observación durante todo el tiempo hasta que quedase embarazada. Cuando esto sucediera, depositarían un millón de yuanes[2] por adelantado en la cuenta bancaria de su padre antes del siguiente día. Le pagarían una suma extra si el hijo que concibiera fuera un niño, según mencionó la secretaria.

Vientre de alquiler. Ja... ¡Qué ridículo! Había pensado en mil formas de ganar dinero, ¡pero vender su cuerpo jamás había sido una opción! Sin embargo, la cifra era demasiado grande, así que no tuvo otra opción que aceptarla. Dada las dificultades financieras, tuvo que elegir este camino mal visto.

Junto al mar. Una lujosa villa con suites con vista al mar.

Las villas en esta zona ofrecían las mejores vistas y de ahí los exorbitantes precios.

Después de ordenar algunas cosas, una extravagante limusina la llevó a la villa. El vehículo se marchó rápidamente luego de que se le dieran algunas instrucciones.

La secretaria le dijo que esta noche él llegaría.

Yun Shishi tomó un profundo respiro. Ya no se sentía con los ánimos de apreciar la hermosa vista. Tomó su equipaje y entró a la villa con el corazón apesadumbrado.

Llegó la noche. En una habitación de lujo, las cortinas firmemente cerradas no dejaban entrar ningún rayo de luz.

En el silencioso cuarto, la chica tomó un baño y en seguida se recostó lentamente en la cama extra grande. Se le había pedido que usara una venda en los ojos. Aunque había perdido el sentido de la visión, su capacidad auditiva aumentó considerablemente. Podía escuchar incluso cómo soplaba la briza marina y cómo se estrellaban las olas en la orilla del mar.

Sin las enceguecedoras luces y el ajetreo de la ciudad, el silencio era capaz de poner los pelos de punta.

1 Equivalente a 747 mil dólares aproximadamente.

2 Equivalente a 150 mil dólares aproximadamente.