CAPITULO 85: UN VIAJE AL NORTE. PARTE 3

La noche paso con suma tranquilidad, Adrián seguía en su cueva, aun le faltaban las 3 ultimas aperturas en su cuerpo para dar por finalizado la técnica de la Miríada de Montañas. Siempre que activaba esta técnica a plena potencia una pequeña montaña se manifestaba detrás de Adrián, aunque solo era ilusoria.

Se había dado cuenta de esto dentro de aquel mundo, todos fueron aplastados por la ilusión de una montaña, era una técnica con un poder de presión inmenso, sin embargo, ese no era su punto fuerte, si no la refinación del cuerpo, algo que podía permitir a uno moldear su cuerpo.

Adrián había completado en total ocho aperturas, modificando sus extremidades, dándole una fuerza del sexto nivel de la condensación del Qi.

Ahora solo le faltaban 3 aperturas más.

La de su cabeza, tórax y abdomen, actualmente Adrián quería primero intentar abrir la apertura de su abdomen.

Por lo cual comenzó ubicando la apertura, estaba muy cerca de Dantian, pero a la vez no, esta apertura si se manejaba bien podría modificar órganos importantes, entre estos estaban sus riñones, hígado, estómago, si lograba que estos tres órganos entraran en un equilibrio entonces todo su abdomen se modificaría para si mismo. 

Pero era un proceso complicado y muy doloroso, primero tenia que inyectar energía natural en estos tres órganos y formar un lazo entre los tres, una vez que logre completar este paso tenia que estar inyectando la misma cantidad de energía en cada momento, si había alguna desviación, entonces el órgano resultaría dañado, incluso con la recuperación de Adrián, sería algo muy doloroso.

Adrián sabia que estos eran los pasos finales para llegar a la cima de su cuerpo físico en la Condensación del Qi.

"Vamos a intentarlo" – Adrián tenía muchas píldoras que el mismo había fabricado. Aunque no alcanzaban las mil que había hecho hace unos años, si tenia unas cien a su disposición, pero estas píldoras eran de alto nivel, usadas solo para cultivadores del séptimo al decimo nivel de la condensación del Qi, al igual que mas de mil plantas quería usar todo esto para ver hasta donde podía llegar con su novena apertura.

Adrián sabia que su cuerpo era especial, pero tenía que intentarlo, después de todo irían a tierra desconocida, y no quería dejar nada en manos de desconocidos, por lo cual lo único que podía hacer era hacerse mas fuerte por su propia cuenta.

Por lo cual comenzó, aunque con mucha precaución, con la técnica de "Un millón de combinaciones" su sentido divino empezó ramificarse en mas de 500 hilos, los cuales agarraron todas las píldoras que tenia a su lado a la vez que cientos de plantas en sucesión.

Adrián sabía que esto iba a ser mas doloroso de lo que podía experimentar después de todo, ahora se trataba de sus órganos.

"Agh" – Mientras la apertura de su abdomen se abrió, sus órganos se sacudieron, Adrián sabia que era el momento, en ese momento no podía perder ninguna oportunidad de refinar su cuerpo.

En un instante aplasto cientos de píldoras a la vez que cientos de plantas. Su sentido divino los trituro y toda su cueva se lleno de anergia natural. Parecía un tsunami de energía el cual pronto la apertura como si se tratara de un agujero negro empezó a tragarse y dirigir toda esa energía a los riñones, hígado y estómago.

"¡Aghh…!" – Adrián sintió un gran dolor recorrer por todo su cuerpo, era como si sus órganos hubieran sido sacados de su cuerpo y estuvieran siendo despedazados uno por uno hasta la mínima molécula.

Sin embargo, toda la energía en su cueva poco a poco fue absorbida por su novena apertura.

El dolor escalofriante que recorría su cuerpo, poco a poco empezó a sufrir un cambio, mientras su alrededor empezó a surgir un cambio.

De pronto detrás de Adrián, la figura de una pequeña se manifestó, esta era una majestuosa montaña la cual deseaba empezar a manifestarse y aplastar incluso al mundo entero.

Mientras Adrián mandaba energía a sus tres órganos, esta montaña detrás suyo empezó a manifestarse y hacerse más grande. Aunque era una ilusión seguía siendo algo intimidante, mientras su aura crecía desmesuradamente.

Su montaña que originalmente media diez metros, empezó a crecer de espesor poco a poco.

20 metros, 30 metros, 35 metros...40 metros…50 metros.

Su montaña ilusoria empezó a desprender un aura antigua envolviendo toda la cueva como si fuera un gigante dormido, su novena apertura poco a poco empezó a llenarse.

El cuerpo de Adrián estaba poco a poco convirtiéndose.

Sin embargo, incluso con estos cambios, su novena apertura no logro completarse.

Novena apertura 25% llenada.

Era la cantidad de energía que había entrado a su cuerpo y que actualmente su apertura había acumulado, Adrián sabía que, si hubiera sido antes de conseguir la máscara del diablo celestial, esta apertura ya se hubiera completado, incluso la décima podría haberse completado, pero ahora toda esta energía solo podía llenar un 25% del cien por ciento de su novena apertura.

Sin embargo, cuando finalizo de refinar su cuerpo físico, noto que incluso con ese 25% de llenado se había vuelto sustancialmente más fuerte. Adrián dio un golpe hacia adelante, provocando una ligera ondulación en el aire, golpeando la barrera de protección de su cueva. Provocando un estruendo.

Esto lo sorprendió bastante. Si ahora luchaba contra ese General Demoniaco estaría seguro de poder ganarle de cinco golpes, y no quedar en mal estado.

"Las últimas tres aperturas si son completadas darán un gran cambio, pero gracias a la máscara del diablo celestial este cambio empezó a manifestar incluso desde la octava apertura" – Adrián conocía por el libro de la Técnica Miríada de Montañas.

Que solo una vez que haya finalizado todas sus aperturas una montaña ilusoria aparecía detrás suyo remarcando la finalización de su refinamiento, esta montaña será majestuosa y podrá llegar a medir incluso más de 10 metros.

Sin embargo, cuando Adrián miraba su montaña ilusoria, esta tenía más de cincuenta metros de alto. Algo insólito.

No sabía que sucedería cuando lograra completar todas sus aperturas. Pero por el momento se sentó a calmar su cuerpo, sus órganos estaban ardiendo por lo cual empezó a ser respiraciones para que su cuerpo no colapsara.

Después de algunas horas más. Adrián se calmó, y fue en esa hora que un mensaje le había llegado de su hermana Bai Guoer.

"Hermano mayor, estamos a punto de partir, te esperaremos, Misa alquilo un gran barco" – Parecía que estaba feliz de poder salir en esta aventura, Adrián sabía que había llegado el momento, por lo cual guardo todas las cosas de su cueva en su sombra y salió.

"Llego el momento de partir" – Dijo Adrián mientras miraba a toda la Santa Iglesia de Motzu.

Cuando dio un paso desapareció del lugar.