—Y le lance un puñetazo— dijo Kain con una sonrisa en los labios mientras observaba a Naomi y Rei-chan. Naomi se tapaba la boca y Rei-chan se cubría la cara. Ambas estaban rojas mientras se aguantaban la risa. Kain continuo —mi tío estaba tan confiado que recibió el golpe de frente. Él se agacho y dijo "estoy bien" con voz chillona, pero parece que había perdido algo más que el aire—
Naomi soltó una estruendosa carcajada y Rei-chan se reía mientras se cubría la cara. Ambas estaban rojas desde el cuello a las orejas, los ojos pequeños y las patas de gallo marcadas en la comisura de los ojos.
Kain sonreía mientras las veía reír.
Rei-chan comenzó a toser, se giró a la izquierda y continúo tosiendo. Kain se levantó, le acaricio la espalda y le acercó un vaso con jugo de frambuesa. Rei-chan tomo el vaso, bebió un poco, pero la risa persistió y escupió. Ella tosió, pero no paraba de reír mientras Kain le acariciaba la espalda. Este último miró a Naomi, quien estaba más calmada, pero su rostro estaba rojo con las venas marcadas en la frente de tanto reír. Ella trataba de tomar respiraciones profundas, pero seguía riendo.
Rei-chan se calmó y dijo —santo cielo, el jugo se me fue por la nariz—
Kain le acariciaba la espalda, Rei-chan enderezo su espalda y tomo una servilleta para limpiarse la cara.
Kain se fue a sentar a su silla, miró a Naomi, ella seguía sonriendo, pero había dejado de reír.
—Con razón Hashirama es tan inquieto— dijo Rei-chan y le dio una palmada a Kain en el brazo
—Oye, no fue mi culpa— dijo Kain con una amplia sonrisa —mi tío estaba presumiendo delante de un niño de cinco años. Fue su culpa, no mía—
—Si, claro, Kain-sama debe haber sido un niño terrible—
Kain sonrió, negó con la cabeza y tomo la copa con vino. Le dio un sorbo y se relamió los labios mientras sonreía.
Naomi sonrió estiro su mano y le tomo la mano. Kain la miró y Naomi frunció los labios y le lanzó un beso. Kain le acaricio la mano con el pulgar. Por debajo de la mesa, Rei-chan le acaricio la rodilla a Kain. Este último miró a Rei-chan, estaba tranquila, sonreía. En ese momento era la una de la mañana. Llevaban varias horas conversando, la comida se había acabado y solo quedaba la mitad de una botella de vino.
Por otro lado, abrieron la puerta y Tsubaki entró con un carrito metálico con rueditas. Traía varios postres y otra botella de vino.
—Parece que se están divirtiendo— dijo Tsubaki con una bonita sonrisa
—¿Ya se fueron todos?— preguntó Kain
—Sí, el miércoles la gente se va temprano, mañana tienen que trabajar— respondió Tsubaki, avanzó por el pasillo a la derecha de los sillones y acercó el carrito a un lado de la mesa. Ella tomo una botella de vino y la dejo en la mesa. Después sacó los postres y los repartió. Tsubaki se iba a sentar al lado de Naomi, pero Kain le dio dos golpecitos a la mesa, Tsubaki lo miró y él le hizo el gesto con la mano para que ella se lo pasara. Tsubaki se relamió el labio inferior y se ruborizo, pero se lo entrego. Kain lo dejo a su lado derecho, Tsubaki camino con la cabeza gacha hasta él, se puso a su lado y Kain echo su silla hacia atrás. Tsubaki se sentó en la pierna de Kain, miró a Naomi y Rei-chan, ella se ruborizo.
—Oye— dijo Kain, Tsubaki, Naomi y Rei-chan lo miraron —el otro día estaba en la capital de la nación del Rayo, en el hotel Shen. La comida era buena, pero bastante mediocre—
—¿Sí?— preguntó Tsubaki
—Sí, bastante simple, insípida. Ni siquiera se le puede comparar con la comida que servimos aquí. Así que se me ocurría colocar nuestro propio hotel en la nación del Rayo ¿Qué piensas?—
Tsubaki se mordió el labio inferior en un gesto de nervioso y dijo —podría ser difícil—
—Sí— dijo Naomi, todos la miraron —un hotel es mucho más que un salón de té. Es llevar la administración de una gran construcción y considerando el ego de Kain, tendría entre treinta o cuarenta pisos—
—Oye, eso es bastante modesto, yo estaba pensando en cincuenta— dijo Kain con una sonrisa en los labios
Tsubaki lo miró, se fijó en los ojos y la boca, sonrió y negó con la cabeza —es complicado— dijo —yo, no me atrevo—
—¿Por qué? No es como si lo fuéramos a hacer ahora— respondió Kain con tranquilidad —todavía habría que comprar el terreno, pensar en la construcción, diseñar la infraestructura y cosas así. Es algo que puedes ir haciendo poco a poco, invirtiéndole tiempo. Por ahora podríamos construir una cabaña, conocer la zona y divertirnos. Te aseguro que una vez que lo termines, miraras el hotel y será tan tuyo como un hijo. En tu mente no habrá la posibilidad de que alguien más lo ocupe ¿Qué me dices? Sería viajar varias veces a la semana a la nación del Rayo ¿Cuántas personas pueden decir lo mismo?—
Tsubaki se mordió el labio inferior, miró el postre en la mesa, trataba de contener la sonrisa de emoción, tomo la cuchara metálica para helados. En el plato había tres bolas de helado de tiramisú. Afuera podía estar fresco, pero dentro de la habitación privada era cálido y acogedor.
Kain sonrió, miró a Tsubaki por el lado. Tenía la mano derecha apoyada en la cadera de Tsubaki y la mano izquierda sosteniendo la copa de vino.
Al mismo tiempo, Tsubaki estaba pensando en las posibilidades, tentada por la posibilidad.
Kain miró a Naomi, ella estaba bebiendo de su copa, pero también estaba pendiente de la respuesta de Tsubaki. Por otro lado, Rei-chan se concentró en su postre y por su mirada, también estaba sacando cuentas.
Kain acaricio con suavidad la cadera de Tsubaki, como para darle consuelo, tranquilidad. La simple idea de salir de Konoha le aterraba. Este era su lugar seguro, su lugar feliz. El mundo exterior era un lugar terrible, aquí estaba segura bajo la influencia de Kain. Ella no iba a salir por su cuenta, pero si Kain le daba un pequeño empujón, ella podría hacer algo más, ir un poco más lejos. La meta de Kain era que Tsubaki pusiera un hotel en cada esquina del mundo, viajara con libertad y se sintiera segura. La guerra ya paso, el secuestro fue hace muchos años. Ahora ella podía seguir desarrollándose como persona.
Tsubaki sintió la caricia suave y tranquilizadora en su cadera. No era sexual ni nada por el estilo. Ella apegó su cabeza al cuello de Kain y este último le dio un beso en la cabeza. Tsubaki sonrió y siguió comiendo su helado.
—Kain-sama— dijo Tsubaki, se apartó un poco, lo miró hacia arriba. Sus ojos hicieron contacto y le preguntó —si voy a la nación del Rayo ¿Podría llevar a Mugen?—
—Por supuesto, puedes llevar a Mana para que te ayude con mi muchacho. Ella ha estado inactiva, pero es un chunin con un sharingan de segundo tomoe. Por otro lado, habla con Sakumo para que te asigne una escolta. Tú eliges a quienes quieres llevar—
—Entiendo ¿Y el lugar?—
Kain sonrió mirando esos bonitos ojos verdes —tú lo eliges, puedes ir a donde tú quieras y cuando veas un lugar que te gusta, me dices y lo compramos— dijo
—Pero usted dijo que sería como un hijo— respondió Tsubaki con las mejillas ruborizadas
Kain soltó una risita y le dijo —en ese caso, sería bueno en la playa, me gusta la playa ¿Qué tal a ti?—
—Sí, también me gusta la playa. Era bonita en la costa de la nación del Viento—
—Mmm, sí, también me gusto ¿Qué tal esto? Construyamos primero en la nación del Rayo y si te animas, seguimos con la nación del Viento—
—Bueno— dijo Tsubaki con una hermosa sonrisa, miró hacia otro lado y después miró a Kain —creo que es un poco ambicioso—
—No está mal, ser un poco ambicioso está bien, está muy bien— susurro Kain
Tsubaki sonrió y soltó una risita nerviosa, entonces comenzó a comer helado, se detuvo y beso a Kain con todas sus fuerzas. Después volvió a comer su helado, pero lo hacía con una gran sonrisa.
Kain se sintió satisfecho con la actitud de Tsubaki, tomo su copa de vino y bebió. Naomi le daba algunas miradas acusatorias por estar manipulando a Tsubaki, pero Kain la ignoro. Siguió bebiendo, pero noto que Rei-chan le daba algunas miradas suspicaces, como si ella tuviera la necesidad de pedirle algo equivalente a lo que Kain le dio a Tsubaki.
Veinte minutos después, salieron del salón de té. Eran las dos de mañana, corría un viento fresco, se veían algunas estrellas en el cielo, pero estaba parcialmente nublado.
Kain avanzaba con Rei-chan a su izquierda y Tsubaki a su derecha. Naomi iba por delante, con su abrigo blanco y el cuello peludo. Caminaba con las manos en los bolsillos. Se destacaba en su cabeza la trenza enrollada en la parte superior de la nuca.
Las calles estaban oscuras, iluminadas por los focos cada diez metros, el pavimento frio y oscuro por la humedad del ambiente. El cruce formado por las dos avenidas se veía tétrico. Las calles asfaltadas y nadie en los alrededores. En la esquina de la calle del frente, del lado izquierdo, se veía las rejas de madera y los frondosos árboles. El viento agitaba las hojas de los árboles y hacia crujir las ramas.
—Kain-sama— dijo Tsubaki
Kain miró a la derecha, vio el bonito cabello rojo, un rostro con forma de corazón y ojos verdes. En ese momento justo pasaron por un foco, así que su rostro fue completamente visible —¿Sí?— preguntó
—¿Cómo está Nagisa?— preguntó Tsubaki, se veía tranquila, pero sus ojos emitían un brillo a preocupación.
—Está bien, no está haciendo nada peligroso. Estará un par de meses fuera de Konoha, está haciendo una misión. No te preocupes—
Tsubaki se mordió el labio inferior y asintió —ella es valiente— dijo
—Claro, como su madre—
Tsubaki sonrió y siguió caminando.
Kain miró hacia adelante y vio a Naomi, llevaba el cabello rubio trenzado y ordenado en un moño en la parte superior de la nuca, el abrigo blanco y el cuello peludo —Naomi ¿Vas a ir con nosotros mañana?— preguntó.
—No lo creo— dijo Naomi, avanzando sin mirar atrás, con las manos en los bolsillos del abrigo —tengo mucho que pensar. Además, tú no me lo haces fácil. Tengo que planificar lo de Boletaria, pero te estaré actualizando. Oye, ahora que lo pienso— ella se detuvo, se dio la vuelta. Kain, Rei-chan y Tsubaki se detuvieron a dos metros. La miraron y Naomi miró a Kain —yo recuerdo que eras bastante bueno con la joyería ¿Por qué no haces algo más refinado? Como una pulsera, un collar o un anillo. El brazalete es bastante feo. Por otro lado, un anillo sería bueno— dijo, levantó su mano izquierda y movió sus dedos —a pesar de que soy tu esposa, mi dedo está desnudo—
Kain sonrió, miró a Rei-chan y Tsubaki, quienes le dieron una mirada suspicaz. Kain soltó una risita y continuo —con respecto al traje ¿Alguna idea?—
—Vas a ir mañana a ver a esa lunática, pídele consejo— dijo Naomi refiriéndose por lunática a Akane, su eterna rival —ella sabe bastante de ropa. No me pondré esa cosa horrorosa otra vez—
—Entiendo ¿me ayudaras?—
Naomi sonrió, miró a Tsubaki y Rei-chan con una sonrisa astuta —claro ¿Por qué no? A lo mejor podríamos hacer un desfile— dijo
Rei-chan se acomodó el mechón por detrás de su oído y le preguntó —¿no sabía que Kain-sama fabricara joyas?—
Naomi sonrió, recordó su anterior vida como diosa de Orario y al alto elfo de cabello blanco —sí, hace mucho tiempo— dijo —cuando Kain-sama era demasiado joven. Pero ya ven, se enfocó demasiado en la ciencia y se olvidó de la herrería y esas cosas. Kain tallaba bonitas joyas, solo pídanle algo y verán de lo que les hablo—
Kain entrecerró los ojos y la quedó mirando. Naomi le dio una hermosa sonrisa burlona.
—Lo intentare, pero tengo que volver a recuperar mi habilidad— dijo Kain
—Tienes los clones, no tienes excusa— añadió Naomi —a mi…me gustaban mucho tus joyas—
Kain sonrió, soltó aire por la nariz a modo de risa y miró hacia otro lado mientras soltaba una carcajada. Tsubaki y Rei-chan se taparon la boca mientras se reían. Naomi tenía una mirada confundida, pero cuando reviso lo que había dicho, se puso roja, pero también sonrió.