Mientras Naoko hacia rabiar a Onoki, Kain estaba estudiando el cuerpo de una de las arañas gigantes que lo había atacado.
Después de dejar a Kurotsuchi con Mito, Kain fue a realizar la solicitud de Tobirama y botar la Montaña de Escarcha con un llamativo jutsu de fuego. Lo más probable es que ese tipo hubiera tomado a dos o tres personas importantes para que miren la destrucción que dejó "el demonio". No obstante, Kain seguirá jugando el juego de Tobirama, todavía faltaban jugadas para que llegue su turno y cambie el marcador. Kain solo podía sonreír pensando en la reacción de Tobirama. Cuando las personas del tipo tranquilo y pensador pierden el control, se vuelven bruscas y temerarias. La mayor parte de la gente no se arriesgaría para obtener un pequeño beneficio, pero sí lo darían todo para evitar cualquier perdida. Bueno, en el momento en que Tobirama haya perdido el control y se mueva para reducir sus pérdidas, recibirá todo el karma de vuelta.
No obstante, por ahora era tiempo de prepararse. Una mente inteligente es importante, pero saber apreciar las cosas es de mayor valor. Para valorar algo debes considerar su propósito y empezar a realizarte preguntas sobre versatilidad, cantidad, coste y logística. En este caso, Kain al ser atacado por las pequeñas arañas explosivas valoro en gran manera su modo de operar. Por lo cual, después de completar el pedido de Tobirama volvió a las minas de chakra que el primer Tsuchikage prometió cederle a través de Kurotsuchi.
Lo primero que hizo Kain fue cerrar la mina con un jutsu de piedra. No le preocupaban los shinobis del tipo sensor o los con habilidad de sensor. El metal de chakra impediría que cualquier jutsu de rastreo o habilidad natural lo pueda percibir.
Después de cerrar la mina, Kain coloco antorchas por el gran pasillo principal y deposito uno de los cadáveres de araña en el suelo. Con un jutsu de tierra fabrico un mesón de operaciones y con su jutsu de serpiente de agua, fabrico varias serpientes y las transformo en filosas cuchillas. Después se dedicó a diseccionar el cuerpo de la araña y a entender cómo funcionaba el organismo.
De forma inesperada, la araña hacia algo parecido a lo que hacía el propio Kain al crear sus serpientes. Moldeaba el cuerpo de las arañas dentro de su cloaca con las proteínas en la seda y le daba forma con el chakra interno. Después hacia fluir la energía natural del ambiente a la seda y de esa forma les daba vida a las pequeñas arañas explosivas. Así que esto le hizo pensar a Kain ¿De dónde el primer Tsuchikage sacó a estas arañas? Era claro que eran especiales, las arañas medían más de tres metros de altura y la punta de sus patas parecían espadas de doble filo.
-Veamos si funciona- dijo Kain al final del día, con un rostro cansado. Primero junto las palmas de sus manos y extendió su chakra tratando de formar el cuerpo de la araña. Sin embargo, en vez de levantarse un cuerpo rocoso de la tierra, lo que salió fue el agua del medio ambiente y se formó una serpiente. Kain negó con su cabeza y realizo un movimiento horizontal como si cortara algo. Al instante siguiente la serpiente de agua se desarmo dejando un charco.
Kain lo intento varias veces más, pero como estaba acostumbrado a invocar serpientes de agua, solo lograba extraer el agua de la humedad en la mina. No obstante, después de una hora de duro esfuerzo recién pudo formar un pequeño cuerpo rocoso de quince centímetros de alto. Lo imbuyo de energía natural y le dio vida. Kain se agacho delante de la pequeña araña tierra y extendió su mano. La araña movió sus alargadas y agudas patas hasta que se subió a la mano de Kain.
-Ouch- fue lo que dijo Kain al sentir las puntiagudas patas de la pequeña araña, pero de todos modos sonrió. Era su segunda creación después de las serpientes de agua. Kain movió su mano para apreciar la pequeña araña de piedra desde diferentes ángulos. Una pequeña cabeza con dos tenazas a los costados de la boca, un pequeño tórax un poco más grande que la cabeza y un gran trasero redondo que era casi el 60% de la masa corporal, sin considerar las largas patas, delgadas y puntiagudas como agujas.
Kain continúo admirando la araña con una sonrisa en los labios. La miró por todos lados hasta que estuvo conforme y la dejo en el suelo. Hizo un ademan con la mano como si cortara algo en horizontal y la araña se desarmo dejando un pequeño montículo de tierra. Kain se agacho, inspecciono si la tierra para saber si conservaba algo de chakra o energía natural, pero no. Similar a las serpientes de agua, las arañas de tierra serían una existencia relativamente fácil de manejar. No obstante, el problema vendría al momento de que estén activas.
La vez anterior, cuando Kain le dio la orden a una de sus serpientes de agua para que atacara a las arañas cerca del Tsuchikage, dentro de la mina, una de la serpiente hizo explotar a su objetivo desde dentro de forma cruel. Era como si estuviera en la naturaleza corporal ser despiadada con sus enemigos. Lo cual era ridículo, porque un animal no debería guardar sentimientos más allá del sentido de la supervivencia ¿Acaso las serpientes hechas con chakra, elementos y energía natural eran diferentes? Todavía le quedaba mucho que estudiar.
Kain tomo una profunda respiración y de nuevo junto sus manos. Al instante siguiente la tierra y las piedras en el suelo de la mina se comenzaron a reunir formando una pelota de tres metros de alto. Después Kain entrelazo sus dedos concentrando su mente en darle forma a la araña. De la pelota de tierra emergieron ocho puntas que se fueron alargando hasta tomar la forma de unas patas y se apoyaron en el suelo. Lo que quedó de la pelota fue tomando la forma de una cabeza, el tórax y por último el enorme trasero de la araña.
Una vez que termino de formarse la araña de tierra, Kain soltó sus manos y miró su creación. Era demasiado rustica como si alguien hubiera tallado una araña en piedra. Tenía la forma correcta, pero lo que no le gusto fue que las patas se veían puntiagudas como agujas en lugar de ser como espadas de doble filo. Kain negó, soltó un suspiro y realizo el ademan con su mano, descomponiendo la araña en un enorme montículo de tierra.
Kain lo intento varias veces hasta que después de otra hora de intentos, quedó algo parecido a lo que intentaba confeccionar. Una araña de tierra de tres metros de alto con una superficie liza y largas patas tan afiladas como espadas. Una cabeza pequeña, un tórax un poco más grande y un enorme trasero equivalente al 60% de la masa corporal.
-Veamos qué puedes hacer- dijo Kain con una sonrisa en los labios. Camino por delante dirigiéndose a uno de los pasillos que llevaba a las profundidades de la mina. La araña lo siguió marcando el paso cada vez que apuñalaba el suelo con sus intimidantes patas. No obstante, una vez que atravesaron el portal de entrada, solo pudieron avanzar veinte metros y se detuvieron. No por culpa de Kain o del camino, si no por culpa de la enorme araña que intento encoger sus patas para poder pasar, pero rápidamente llego a su límite.
-Bueno, por aquí estará bien- dijo Kain con una sonrisa incomoda. Retrocedió hasta ponerse detrás de la araña y apuntó hacia adelante -amplia el camino hasta que tú puedas pasar sin tener que encoger tus patas. Si encuentras algún mineral extraño, sepáralo y déjalo al fondo del pasillo principal, donde está el nido cubierto de telaraña-
Por supuesto, Kain solo le había dado la forma a la araña, así que ella ni siquiera tenía órganos internos, mucho menos una forma de producir algún sonido, vibración o chillido. Así que la araña solo lo miró por un breve instante y después se movió hacia el camino. Ella levantó una de sus patas y apuñalo el duro techo que le impedía avanzar. Perforo la tierra, cortó la piedra y los trozos de techo cayeron en escombros.
Kain se quedó mirando durante una media hora como trabajaba la araña de tierra hasta que se aburrió y volvió al pasillo principal. Los golpes de las patas de la araña reverberaban como si hubiera un minero gigante golpeando la roca con un pico.
Una vez que Kain volvió donde estaba el cuerpo de la primera araña real, continúo diseccionando el cuerpo y formándose una idea de cómo funcionaban las glándulas. Para Kain este no era el final, la utilidad de la araña estaba en formar pequeños cuerpos explosivos con esa telaraña. No obstante, si podía sacar y colocar el componente explosivo de la seda a voluntad, tendría mucha más utilidad. Después de todo, esa telaraña explosiva era una fortaleza, pero también una enorme debilidad. Por ejemplo, cuando él realizo su táctica suicida, solo tuvo que lanzar un poco de fuego a la telaraña en que esas dos enormes arañas lo apresaban y todos murieron por la explosión.
Kain estaba dentro de la mina, sin posibilidades de saber si era de día o de noche, así que siguió estudiando a la araña durante horas hasta que por fin le bajo el sueño. Fue a revisar como lo estaba haciendo la araña y cuando llego al túnel, se asombró porque se veía oscuro y profundo, como la boca de un monstruo. Kain sacó algunas antorchas de sus sellos de almacenamiento y las fue colocando en las murallas cada cinco metros. No obstante, después de cien metros se le acabaron, pero más importante, no lograba encontrar a la araña. Así que activo su sharingan hasta el segundo tomoe y continúo avanzando por el túnel. Entonces notó que la araña había excavado el túnel formando un espiral, por lo cual no era tan profundo como parecía.
Una vez que alcanzo los ciento cincuenta metros dentro túnel encontró a la araña. Estaba retorciendo sus patas mientras era aplastada por un enorme peñasco. Kain soltó un suspiro e hizo el ademán con la mano y la araña se desarmo en un montón de tierra. Por otro lado, había una buena cantidad de minerales a esta profundidad, pero todos requerían refinarse. No obstante, notó que lo qué estaba aplastado a la araña no era solo un peñasco. Era un gigantesco diamante.
Kain se cruzó de brazos y llevo su mano derecha al mentón mientras sonreía y se hacía ideas de cómo sacar eso de aquí. Si lo pudiera vender sería terriblemente rico, no, pero después de esta guerra la economía de las naciones quedara delicada, así que lo más inteligente sería cortarlo. No obstante, de repente se le ocurrió otra idea aún más loca que la anterior ¿Y si hacia una araña hecha de diamante, que imitara las glándulas de las arañas gigantes y en vez de producir seda explosiva, produjera hilos con la dureza del diamante? Parecía demasiado loco, pero el artesano y herrero en el alma de Kain le decía que era una opción interesante. Después de todo…
-Después de todo…- Kain comenzó a murmurar llenó de curiosidad por saber si era factible, pero de repente recordó un metal con el que se hacían armaduras y armas legendarias -titanita centellante…- chasqueo sus dedos como si hubiera dado con la idea más brillante del mundo y comenzó a revisar sus ropas en busca de su anillo. Sin embargo, después de tantear sus bolsillos no lo encontró y se preguntó ¿Dónde lo había dejado?
-¡Momento!- dijo cruzándose de brazos y frunciendo el ceño -¿En qué estaba yo antes de morir la vez anterior?-
Kain se llevó las manos a la cabeza, haciendo memoria, pero era confuso. Así que tuvo que recomponer sus memorias desde que nació como hijo de Elinalize en aquel mundo. Sus viajes, sus esposas, sus hijos, Orsted, el viaje a Orario, Viggo, sus otras esposas, una amplia gama de aprendices y por último su retorno a luchar contra el dragón en el continente del cielo.
-¡Xiaoooooo!- grito Kain al recordar quien tenía su anillo