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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Komik
Peringkat tidak cukup
935 Chs

Mundo Shinobi - Mokujin CIA. - 335

Kain miró a la entrada del salón de té y vio un hombre abrir la puerta corredera y entrar. De aspecto caucásico, cabello negro y ojos hundidos. Tenía una mirada fría mientras vociferaba el nombre de Kain como si lo estuviera retando a salir de su escondite ¿Cuál escondite? El que había imaginado en su mente.

Kain se levantó de la mesa con una sonrisa en los labios. Pensó que Daisuke Nara se demoraría más en darse cuenta de su perdida, pero fue más rápido de lo previsto. Eso, o, estaba paranoico. Kain miró a Mari Hatake en la mesa del lado junto a Reika y Sakumo. Ellos asintieron y se levantaron.

Kain miró a Nagisa y Tsubaki y les dijo —ya vuelvo, no se preocupen. Solo vamos a conversar—

Tsubaki se acarició su estómago abultado por el embarazo con su mano. Nagisa se puso de pie y se puso en estado de alerta con una expresión seria mientras su hermana Kiyomi del otro lado de la mesa hacia lo mismo.

Por otro lado, Mari le decía a Sakumo y Reika que se quedaran cerca de Tsubaki, Nagisa y Kiyomi. Sakumo y Reika se pusieron de pie y se posicionaron frente a la mesa en un estado de alerta.

Mari camino detrás de Kain, quien iba al encuentro de Daisuke Nara.

—Hola, Daisuke ¿cierto?— preguntó Kain con una sonrisa amistosa en los labios —¿Qué te trae por acá?—

Daisuke Nara se detuvo y lo quedó mirando como si fueran enemigos. Era un hombre de veinte años, estatura promedio, cabello negro y largo hasta la mandíbula. Se lo ordenaba con una partidura a la mitad. Sus ojos eran de un café oscuro y emitían un brillo afilado. No parecía el tipo de persona que le gustaba gritar, pero debe haberse metido en un gran problema si estaba perdiendo el control.

—Hola— dijo Daisuke con el pie izquierdo por delante, como si estuviera preparado para adoptar una postura de combate —necesitamos hablar—

Kain separo los labios poco a poco hasta mostrar dos corridas de dientes blancos como si realmente estuviera sonriendo. Señalo con la mano derecha a una esquina del salón de té. El lugar estaba vacío, perfecto para que hablaran de negocios. Kain avanzó, Daisuke lo siguió mientras lo inspeccionaba y observaba a Mari Hatake, la cual avanzaba un metro por detrás de Kain y no le quitaba los ojos de encima a Daisuke.

Kain se detuvo en la mesa cuadrada en la esquina y tendió la mano derecha ofreciéndole asiento a Daisuke, pero este último lo quedó mirando con esos ojos rencorosos. Kain curvo la comisura de los labios hacia arriba, se sentó de espalda a la pared y Daisuke lo siguió, quedando del otro lado de la mesa. Al mismo tiempo, Mari Hatake se puso a un lado de Kain y se quedó de pie.

—Mucho gusto, creo que no nos conocemos— dijo Kain con tranquilidad, sin impresionarse por esa mirada tan amenazante. Había presenciado a gente más feroz y Daisuke era menos que nada —aunque claro, parece que tú me conoces a mi—

—Claro que te conozco maldito— mascullo Daisuke mirándolo a los ojos y después miró a Mari Hatake para ver si ella reaccionaba. Como ella se quedó de pie, firme, en su posición de guardia, Daisuke volvió a mirar a Kain y le preguntó —¿Qué le hiciste a Hokage-sama?—

—¿Yo? No sé de qué hablas— respondió Kain con tranquilidad con las manos por debajo de la mesa y posadas sobre su regazo. Su postura era como si estuviera sentado en posición de loto meditando.

—No te hagas el tonto—

Kain puso una mirada seria y respondió con una voz tranquila, fría y baja —Oooh ¿te refieres a los permisos de construcción en la nación del Fuego? ¿O te refiere a la industria que iban a montar entre ustedes y los Sarutobi?— Daisuke frunció el ceño, pero no lo negó. Kain soltó una risita y continuo —solo bromeo, ya lo sabía todo ¿Qué pasa con Hiruzen? ¿No responde a tus invitaciones? Creo que es bastante clara la situación si él no responde. Ahora, la pregunta es ¿Qué quieres tú de mí?—

Daisuke frunció el ceño y respondió —si ya lo sabes, no hay razón para irse por las ramas ¿Por qué me estás saboteando?—

—¿Saboteando? ¿Yo a ti?—

—¡No te hagas el idiota!— rugió Daisuke

—Cuida tu tono— dijo Kain con voz firme y lo miró con frialdad. Daisuke llego a tiritar de solo escucharlo. Kain relajó su mirada y mostro una pequeña sonrisa amigable —no me hago el tonto. No te he saboteado, desde un principio el proyecto era mío, pero tú y Hiruzen planeaban realizar un negocio entre los dos clanes. Eso se podría considerar alta traición ¿Sabes? El proyecto afecta a todos los shinobis y al país entero—

—¿Cuál es la diferencia entre que tú lo dirijas y yo lo dirija?— preguntó Daisuke

—Veo, ni siquiera contemplaste a Hiruzen como parte de la dirección del proyecto. Se trataba todo de ti—

—No, yo no— respondió Daisuke acomplejado

—¿Tienes miedo?—

—¡Por supuesto que no!—

—Eres igual de inconsciente que tu padre ¿Cómo le va en la cárcel? Tu padre es Renzo Nara ¿Verdad?—

Daisuke agacho la mirada y después miró a Kain con el ceño fruncido.

Kain levanto la mano, puso el codo encima de la mesa y lo señalo con el dedo índice —yo estuve ahí, cuando tu padre junto a Otani Saruboti trataron de hacerse con el poder en medio de la guerra— dijo —mira las coincidencias. Otra vez se unieron un Nara y un Sarutobi para robarle a alguien más, pero todo termino en un desastre—

—Tu no entiendes nada—

—¿Lo necesitabas?—

Daisuke miró a Kain con asombro.

Kain sonrió y soltó una risita maligna —Hiruzen me dijo el mismo argumento "Tú no entiendes, necesito esto". Tonterías. Bueno, Daisuke, parece que esta partida la gane yo. Así que como premio de consuelo te voy a dar una predicción— Kain apoyó ambas manos en la mesa y se acercó a Daisuke. Este último también se acercó y Kain le susurro —lo vas a perder todo y cuando eso pase, vas a huir como un perro con la cola entre las piernas ¿Por qué? Sencillo, porque es tu mejor y única opción—

Daisuke frunció el ceño y lanzó un manotazo a la cara. Kain aparto su rostro y lo quedó mirando a los ojos. Sonrió, puso las manos sobre la mesa y entrelazo los dedos —puedo ver cierta inteligencia en ti, tienes el talento y juntos podríamos hacer grandes cosas—

—No me interesa— dijo Daisuke con furia y se levantó de la mesa. Miró a Kain sentado en el cojín, le dio la espalda y camino a la salida del salón de té. Tenía la mandíbula tensa y los dientes rechinando.

Kain sonrió ante tal actitud y le preguntó —Daisuke ¿Quieres vencerme en un juego?—

Daisuke se detuvo a mitad de camino y miró hacia atrás. Miraba a Kain con intenso odio mientras este último sonreía con soberbia —si quieres ganarme en un juego— dijo —habla con Sasuke Sarutobi, es el único viejo divertido en toda esta villa. Te puede enseñar una que otra cosa—

Daisuke no le creyó mucho y salió del salón de té.

Kain negó con la cabeza y se levantó del cojín. Camino por el pasillo que se formaba entre las mesas mientras Mari Hatake lo seguía en silencio.

—¿Quiere que envíe a alguien para comprobar su estado?— preguntó Mari

Kain miró hacia atrás, curvo sus labios hacia arriba y le dijo —no, ya está bastante jodido. Le debe a su propio clan, su padre está prisionero de por vida y su carta del triunfo fracaso. Espero que haya aprendido de esta situación—

—No parece ese tipo de persona—

—En ese caso terminara igual que su padre—

Kain continúo caminando hasta la entrada del salón de té y después doblo a la izquierda en otro pasillo que se extendía hasta la barra. De paso estaba la mesa donde Tsubaki, Nagisa y Kiyomi estaban esperando junto a Reika y Sakumo.

Kain se detuvo frente a la mesa de Tsubaki y los otros. Dio la vuelta, se sentó entre Tsubaki y Nagisa y sonrió —está todo bien— susurro, se acercó a Tsubaki y le dio un beso en la mejilla. Ella lo miró con cierta preocupación, pero sonrió y se abrazó al brazo de Kain.

Por su parte, Kain miró al resto y les dijo —cálmense y siéntense—

Nagisa y Kiyomi volvieron a sus asientos en la mesa de Tsubaki y Kain mientras Sakumo y Reika se sentaban en la mesa del lado junto a Mari.

Reika quedó curiosa de lo que había sucedido ¿Qué tipo de tratos tenía Kain con ese tipo para que lo mirara con tanto odio? Ella miró a la puerta, estaba semi cerrada. Se levantó, camino por el pasillo hasta la puerta y la cerró completamente. Como si temiera que, si la dejaba abierta, ese tipo volvería.

Después de terminar su comida, Kain se levantó y salió del salón de té acompañado de todos. Tsubaki dejo en manos de sus ayudantes el salón de té y solo volvería a la noche para revisar el arqueo de caja y la limpieza.

Kain iba a la cabeza del grupo junto con Tsubaki, lo seguían Nagisa y Kiyomi. Delante de todos ellos iba Mari Hatake y detrás del grupo, Sakumo y Reika a cada lado formando un triángulo entre los tres guardias. Una vez que llegaron a la puerta torii que marcaba el inicio de los terrenos, se encontraron a Tsunade, Jiraiya y Orochimaru en la entrada.

—Nii-san— dijo Orochimaru, era un poco más grande que Tsunade, pero más bajo que Jiraiya. De contextura esbelta, el cabello negro y largo hasta la mitad de la espalda. Su piel se veía blanca como si se la hubiera pintado y sus parpados superiores estaban pintados de purpura. Tenía nueve años, así que se veía joven e inocente.

Kain sonrió al ver a Orochimaru y le dijo —hola, Orochi ¿Vienes a darme tu respuesta?—

—Oye, Uchiha— dijo Tsunade con un tono de voz mimado. Ella llevo su mano al mechón que caía por su mejilla izquierda, lo tomo y lo puso por detrás de su oreja —¿Cómo es eso que Orochimaru va a ir a la capital?—

Kain miró a Tsunade, llevaba el cabello rubio ordenado en una coleta y vestía un kimono de color calipso, por debajo llevaba unos pantaloncillos y mallas. Era pequeña, el rostro ovalado y la mirada traviesa.

Kain sonrió y le respondió —bueno, Orochimaru tiene algunas habilidades y conocimientos particulares. Se puede decir que será mi ayudante estrella en el laboratorio—

Tsunade se ruborizo ante esa hermosa sonrisa y miró hacia otro lado, pero lo siguió mirando de soslayo.

Kain llego frente a Orochimaru y le peino el cabello con la mano mientras este último miraba a sus amigos con una pequeña sonrisa.

Tsunade era envidiosa, así que frunció la nariz con disgusto, pero como Orochimaru era su amigo, soltó un suspiro y dijo —lo permito, pero solo por esta vez ¿Cómo está mi tía?—

Kain miró a Tsunade a los ojos, tomo una profunda respiración y dijo —ella encargo algunos kimonos bonitos de temporada ¿Quizá para quien serán?—

Tsunade sonrió feliz, no tenía muchos parientes de sangre y los pocos que tenían, solo le enviaban regalos. Cómo explicarle que a su tía no le importa ella y si envía regalos es porque Kain la molesta con eso. Es lo menos que puede hacer Kasumi ya que ocupó a Tsunade como excusa para acercarse a Kain. Kasumi, princesa de la nación del Fuego, era una persona egoísta, nunca una mala persona, pero no tenía ninguna intención de hacerse responsable de Nawaki o Tsunade. Solo el daimio, Yahiko, preguntaba por ellos. Sin embargo, era más por un sentido de culpa entremezclado con la responsabilidad de lo que le paso a su hermana mayor.

—Sensei ¿Podemos ir con usted a la capital?— preguntó Jiraiya interrumpiendo al grupo. Era el más alto de los tres, de cabello blanco y alborotado. Tenía una constitución fuerte gracias a todo el entrenamiento que hacía. Sin talento, pero perseverante como él solo. Si ilustraran el diccionario, debería haber una foto suya delante de la palabra perseverancia.

—Lo siento, Jiraiya, llevo a Orochimaru por algo puntual, pero si se portan bien, los llevare a una misión secreta ¿Qué tal? ¿Les interesa?—

—Claro— dijo Jiraiya con una gran sonrisa

Kain sonrió al verlo feliz, pero sentía pena por dentro. Ellos eran los que quedaron sin padres y al ver a Orochimaru recibir tanto cariño y cuidado de Kain, querían tomar un poco de eso para ellos.

—Oye, Uchiha ¿Vas a ver a Akane-san?— preguntó Tsunade

—Ella también es Uchiha, pero sí—

Tsunade ignoro su comentario y continuo —Entonces pídele algunas cosas para mi—

—Claro, anótalas en una carta y yo sé la paso—

Tsunade asintió con una pequeña sonrisa, era realmente feliz.