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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Komik
Peringkat tidak cukup
935 Chs

Capítulo 16 - El Abismo de Helm

Un una habitación que era iluminada por el sol de la mañana, estaba Tytos acostado en su cama. La luz de la mañana le llegaba a los ojos y se cubría con su mano, pensaba en que no quería levantarse y solo sentía la pereza en su cuerpo. Mentira, solo su mente tenía pereza, negó con su cabeza y se dio el animo para levantarse. Carmen ya se había levantado hace una hora, él intuyo que lo mas probable es que este cocinando para todos en la casa. De nuevo se dio animo para seguir adelante e ir a ayudar pero cuando se estaba terminando de vestir y solo le faltaba ponerse sus botas, llevo Carmen con un rostro preocupado.

Tytos se acerco y la abrazo mientras le preguntaba -¿Qué sucede?-.

Carmen intuyo que él sabía que algo pasaba pero igual le dijo -el rey ha mandado a llamar a Éowyn, temo por ella ¿la puedes acompañar?-

Tytos mostro una pequeña sonrisa y después de darle un ligero beso le dijo -por supuesto-

Tytos se terminó de colocar las botas, se equipó las espadas, una en cada lado de la correa y bajo al comedor. Ahí estaba Éowyn siendo retenida por Charles, ella tenía un rostro preocupado y más pálido que de costumbre, Tytos saco algunas plantas de su anillo. Se las dio con un poco de agua caliente y trato de que se calmara, después de que se tomó el agua, Tytos le pregunto.

-¿Qué paso Éowyn?-

-Señor…-

Tytos levanto la mano antes de que pudiera continuar y le dijo -puedes llamarme padre, suegro o Tytos. Ahora eres mi familia y suena inapropiado que me llames así-

Éowyn asintió y le dijo -suegro, mi tío me llamo, dijo que era urgente que fuera a verlo-

Tytos asintió y le dijo a Carmen que no se preocupara, entonces tomo a Éowyn y a Charles y se los llevó al castillo del rey. En el camino miro las empalizadas y el movimientos de los soldados. Al parecer algo los asusto porque estaban equipados y apostados en cada lado de la empalizada que protegían Edoras. La gente se veía inquieta, muy activa y preparando sus carretas. Al parecer paso algo anoche que no le comunicarían a los extranjeros, solo se pasarían la información entre los residentes. Mucho de este comportamiento era por temor a los extranjeros y a la brujería.

Tytos y compañía siguió subiendo la pendiente hasta llegar al castillo del rey de Rohan, un lugar de madera que mas emitir majestuosidad, emitía fraternidad y cercanía. Con sus paredes y columnas de madera convertían el lugar en algo mas acogedor, que frio y violento, que es lo que se espera de la casa del rey.

Cuando llegaron al lugar los detuvo el capitán de la guardia y les dijo que solo Éowyn tenía permitido pasar. Tytos se paro fuerte y firme frente al hombre. Su enorme estatura, fuerte constitución y su mirada penetrante los intimido, varios hombres por instinto sacaron sus armas, sin embargo Tytos no los tomo en cuenta y le advirtió al capitán de la guardia.

-Mas te vale que no le pase nada a esta niña, de lo contrario nadie sobrevivirá-

El capitán de la guardia, con su mano sobre la espada lista para desenvainar, asintió varias veces y solo entonces, Tytos permitió que Éowyn entrara al lugar del rey. Tytos tomo a Charles con él y separándose de la puerta, converso con su hijo mientras esperaban. Conversaron de que había aprendido, como iban las cosas con Éowyn, que había estado haciendo y adonde había estado. Esta parte en especial capto la atención de Tytos cuando su hijo le hablo de los espectros.

Charles apunto hacía la montaña en donde habitaban los espectro y dijo -en esa dirección vive algo horrible, cuando el abuelo me contó que vivían espectros en las montañas no me lo tome tan en serio, pensé que era una de esas historias que inventaban para que me fuera a la cama. Pero cuando los vi fue otra cosa, fue terrible y aterrador. Después de eso, le temo a pocas cosas-

Tytos mostró un sonrisa y le palmeo la mejilla -¿a pocas cosas? Recuerdo que alguien corría a la velocidad de los rayos cuando le pregunte por su hermana-

Charles algo avergonzado se sonrojo y frunció el ceño mientras apartaba la mano de su padre -no tienes para que decírmelo, también me siento avergonzado por como salieron las cosas- de repente Charles agacho la cabeza y ladeándola de lado a lado un par de veces le pregunto a su padre -Padre ¿tu haz tenido problemas con gente que persigue a mamá?-

Tytos soltó una carcajada al punto de atorarse y después de recomponerse y que los soldados le dieran una mirada molesta. Tytos le dijo -por su puesto muchacho, incluso hubo una vez en que un rey que le hecho el ojo a tu madre. ¿Imagínate cómo me puse? Lo más probable es que si ese rey no se hubiera acobardado por la mirada que le di, él habría intentado tomar a tu madre y mucha sangre se habría derramado- Tytos soltó una exhalación y de repente recordó aquella tierra llena de víboras. Recordó a su padre y a sus hermanos, siguió pensando en que fue un mal comienzo, después miro a su hijo y mientras le acariciaba el rostro, pensó en que todo el viaje que hizo hasta este punto vali�� la pena.

Charles iba a preguntar algo pero de repente se abrió la puerta de la casa del rey y Éowyn salió corriendo. Entre lloros y lágrimas se lanzó sobre el pecho de Charles y siguió llorando en sus brazos. Por otro lado, Tytos miro hacía los soldados que empezaron a salir, una vez que salieron todos, el rey hizo acto de presencia y miro a Éowyn desde la distancia, su mirada era decaída, casi muerta. Muy diferente de la que tuvo ayer cuando converso con Tytos.

Tytos camino hasta el hombre, que en algún momento entre hoy y ayer perdió la majestuosidad de un rey. Tytos sin inmutarse por la mirada nerviosa de los soldados, le pregunto -dime ¿Qué paso?-

El hombre titubeo un poco, su boca tiritaba y sus ojos estaban húmedos. No puedo decir nada, negó con su cabeza y tratando de retomar su estatus de rey, le dijo con una mirada sería -vienen los orcos y los montañeses a atacarnos. Espero que honres tu palabra y luches con nosotros, cada espada que podamos reunir no sirve-

Tytos se concentró, cerro sus ojos y después de abrirlos le dio a todos los presentes un susto de muerte. Sus ojos emitían la electricidad de los truenos. Cuando Tytos estuvo listo miro a la distancia. Vio una gran masa negra, llena de todo tipo de presencias que se dirigía hacía acá. Una vez más cerro los ojos, se concentró y pudo cambiar a su visión normal. Su cuerpo se puso pálido por este esfuerzo y después de un minuto se pudo recomponer.

Tytos miro al rey y con un tono solemne le dijo -por supuesto que honrare mi palabra. En una o dos horas estarán aquí los orcos, se cuentan por miles y veo difícil que los venzamos con los soldados que tienes aquí. Dime ¿Dónde están tus jinetes?-

El rey miro a su sobrino que estaba rodeado por guardias, se acercó a él y le pregunto -¿Dónde están tus hombres?-.

Éomer entendió el significado detrás de eso y le dijo -a medio día de viaje a caballo-

Tytos los escucho y les dijo -entonces deberemos sostener este frente hasta que lleguen los refuerzos y cuando haya pasado el peligro viajar a alguna fortaleza para resguardarnos-

El rey asintió, se paró firme mientras les gritaba a todos los guerreros que se alistaran para la batalla. Tytos llevo a Éowyn y Charles a la casa y ahí converso con Trancos y Legolas. El grupo se preparó para la batalla, Carmen por otro lado llevo a Éowyn y Charles a su habitación. Éowyn algo incomoda miro a sus suegros pensando que le pedirían que se quedara oculta. Pero la tristeza que había recibido en la mañana era demasiado grande como para que se quedara al resguardo sin nada que hacer.

Tytos le dio un sonrisa y le dijo -Éowyn, muéstrame tu estomago-

Éowyn lo miro raro, pensó en que ¿Cómo ella podría hacer eso? Miro a Charles y este le dijo -tranquila, lo más probable es que papá te de algún amuleto para que protejas a nuestro hijo-. Éowyn no le creyó mucho y siguió mirándolo raro. Al final no había otra manera que mostrarle el efecto de los sellos de Tytos. Carmen se paró al frente y le ordeno a Charles que la tratara de golpear. Charles saco su espada y juntando toda su fuerza, golpe en dirección hacia el cuello. Éowyn quedo asombrado, quiso detenerlo pero ya era tarde. Charles alcanzo a su madre, pero un poco antes de que la espada la tocara exploto un luz brillante y dorada. Era como una capa de luz que la protegía, un estruendo se escuchó por toda la casa y la espada de Charles se rompió en pedazos. Tytos lo miro disconforme y pensó que su hijo andaba de flojo y no trabajo lo suficiente en su herrería.

Charles quedo herido, Carmen lo fue a socorrer y a ver a los compañeros que venían mirar que había pasado. Éowyn miro a Tytos, un hombre de piel morena, ojos azules como los de su amado, un porte intimidante y misterioso como él solo. Después de rendirse a sus prejuicios, se abrió la camisa y le mostro su estómago. Tytos la miro como un padre miraría a su hija y arrodillándose a la altura del abdomen, junto sus manos, cerro sus ojos y se concentró en los sellos que iba a hacer. Su nieto estaba ahí, así que no escatimaría esfuerzos. Junto sus manos y realizando la secuencia de sellos, planto sus manos sobre el abdomen de la niña y puso una marca que parecía más que un sello, un escudo de hechicería maligna. Tytos sabía que no era así pero se preguntó qué diría un extraño si lo viera. De repente sintió que le faltaban las fuerzas y apoyándose en una mano quedo a unos centímetros del suelo. Éowyn lo vio escupir sangre y trato de levantarlo, pero no pudo, era muy grande y pesado como para que ella lo ayudara. Tytos se levantó despacio y cuando miro a Éowyn, esta estaba asustada y le paso un pañuelo para que se limpiara la sangre de la boca. Tytos se limpió con una mano y con la otra le acarició el cabello. Después se sentó y le dijo.

-Ahora eres mi hija Éowyn, no te preocupes, te tratare igual que a Charles y a Magdalena- tomando una gran respiración, apunto con su dedo a una mesa y aparecieron dos talismanes. Le pidió a Éowyn que se acercara y le coloco los dos talismanes para protegerla. Cuando Éowyn estuvo lista, Tytos le dijo -ese sello que puse en tu estomago protegerá al bebé, los talismanes te protegerán a ti. Trata de no ganarte demasiado al peligro, si puedes tratar de resguardarte y ayudar a los arqueros-

-Suegro, yo…- Éowyn quería decirle que ese no era su deseó, pero fue detenida por Tytos que se levanto de la silla y camino hasta la puerta -lo sé niña, Carmen también tiene esa misma actitud, a pesar de que le he dicho que no ande por ahí ayudando a los extraños lo sigue haciendo. Así que no me sorprendería que te metieras en medio de la batalla. Adelante, solo te pido que tengas cuidado-.

Éowyn quedo sorprendida y cuando vio a Charles que volvía lo abrazo, conversaron y se prepararon para la batalla.

-o-

Tytos y Charles caminaron junto a Trancos, Gimli y Legolas. Juntos avanzaron pertrechados con sus armaduras y completamente armados. En la empalizada los miraron raro, pero apareció el hermano de Éowyn y les dijo que los dejaran.

Tytos miro el extraño cuchillo que había hecho su hijo, eran dos hojas prensadas con el centro hueco, en donde se colocó una capsula que se rompería con el más leve golpe. Charles le dijo que tenía que ser muy cuidadoso porque era peligroso. A Gimli le molesto el diseño, a Legolas lo dejo indiferente y solo Trancos pudo apreciar el ingenioso diseño de Charles. Le pregunto qué hacía y Tytos tiro el cuchillo a una roca que estaba a uno quince metro de la empalizada. El ruido de la explosión alerto a todo los soldados que lo escucharon, Tytos miro a su hijo y frunció el ceño. Charles sabía que tenía que explicarse, lo que había creado era una monstruosidad en muchos aspectos.

Charles miro a Tytos y Trancos, saco otro cuchillo de los mismo y les explico -bueno, veras, ves que tiene un trozo de metal similar a una aguja en la punta. Cuando esta parte golpea algo, se aplasta y choca contra la capsula, esta se rompe por dentro, mezcla el contenido y explota. No es suficiente como para matar a alguien, pero si explota dentro de la carne del enemigo le hará un gran herida o lo matara-

Trancos tomo el cuchillo y le pregunto mientras lo inspeccionaba -¿lo haz probado antes?-

Charles asintió y le dijo -sí, fue con un tipo que estaba soltando mierda y trataba de colocarme una soga al cuello. Lo arroje, se lo clave en el cuello y le exploto junto con la cabeza. Hubieras visto como el cerebro quedo esparcido por todos lados, fue…-

Pero antes de que Charles pudiera decir más, dos mujeres aparecieron y una de ellas, Éowyn, continuo lo que no decía Charles -fue espantoso, una muerte aterradora y algo que hasta el día de hoy me da repugnancia-

Charles levanto los hombros y dijo -este tipo trataba de matarme, como no pudo matar a tu tío quería intentarlo conmigo-

Éowyn frunció el ceño y reclamo -aun así no deja de ser una muerte terrible-

Charles soltó un suspiro y su padre lo alejo del grupo, entre susurros le dijo -trata de no insistir en cosas sin importancia, no vale la pena ganarte el enojo de tu mujer, solo para tener la razón-

-Pero papá- dijo Charles algo disconforme.

Pero Tytos le dio una sonrisa y negó con su cabeza, después le dijo -hazme caso hijo, tu padre está compartiendo su sabiduría contigo-. Al final Charles se calló y asintió pensando en que su padre debería tener algo de razón, después de todo tenía muchos años de práctica.

Cuando volvieron, Trancos le devolvió el cuchillo a Charles y le pregunto -¿cuánto cobras por esto?, son muy prácticos en muchos sentidos-

Charles cambio su modo y puso una sonrisa de negociante -te daré los tres primeros gratis. Si quieres más, le cobrare cinco oros el cuchillo. Piénsalo, uno de estos bebés te podría salvar la vida-

Trancos los acepto sin saber que había mordido el anzuelo. Charles ni siquiera gastaba un oro en fabricar este artilugio, y dentro de todos los herreros que había conocido ninguno sería capaz de imitar este trabajo. Los enanos podrían copiarlo pero eran demasiado orgullosos como para imitar un diseño tan desabrido. Además necesitarías saber algo de química para imitar el contenido que iba dentro de la capsula.

Charles siguió pensando hasta que su padre con una sonrisa y algo divertido por ver a este pequeño comerciante, le revolvió el pelo, le cruzo el brazo por encima del cuello y lo coloco debajo de su brazo mientras le besaba la frente. Puede que este muchacho sea un idiota, pero para Tytos era su tesoro.

-o-

-Abre la puerta- dijo Tytos mientras esperaba que desbloquearan la empalizada, los hombres lo miraron extraño y Charles corrió para detenerlo pero fue detenido por Carmen. Está última lo tomo de la mano y lo llevo de nuevo a su posición. Tytos se cruzó de brazos, algunos le decían que no lo podían hacer, pero Éomer les ordeno que hicieran lo que él les pidió. Venían los guerreros orcos en sus huargos y él quería ver que podía hacer este hombre.

En la cima de la empalizada, Charles le pregunto a su madre -¿Por qué madre? Yo te entiendo que pienses que papá es fuerte pero esto es un suicidio-

Carmen puso un rostro solemne y le dijo -cállate, no sabes nada, así que cierra la maldita boca y prepárate para el combate-

Charles se calló, su amorosa madre nunca dice groserías y solo se le escapan cuando se enojaba.

Tytos salió de la empalizada y camino mientras desenfundaba sus espadas. Poco a poco fue aumentando la velocidad de su avance, hasta que empezó a correr con todas sus fuerzas. Los dos primeros huargos corrieron a toda velocidad con la intención de taclear a Tytos y arrancarle la cabeza de un mordisco, pero Tytos se agacho un poco y con un rápido movimiento, los decapito. Después remato a los jinetes y siguió luchando. Por otro lado, los montañeses y orcos se acercaban corriendo para golpearlo, pero Tytos los esquivaba y los cortaba sin contemplaciones. Llego el momento en donde fue rodeado por varios enemigos. Los orcos soltaban risas bestiales cuando se dieron cuenta que Tytos había descuidado su espalda. Poco a poco avanzaban apuntando sus lanzas tratando de acortar el perímetro de movimiento. No obstante, antes de quedarse totalmente encerrado, Tytos guardo ambas espadas y emitió la segadora de almas. Imbuyo la espada espectral en fuego elemental y la ondeo para generar una explosión de llamas que quemo a todos los que lo rodeaban. Tytos soltó un risa siniestra y se lanzó a luchar contra los enemigos. Todos era cortados por partes iguales, no importaba que fueran hombres, huargos u orcos. Todos debían morir, era como una canción siniestra, mientras unos daban alaridos agónicos, una risa diabólica resaltaba sobre obra de arte macabra.

Al final de la lucha, todos murieron sin poder hacer mucho. Alrededor de Tytos se extendía un campo de cadáveres calcinados y cortados. Nadie pudo escapar, nadie los vino a socorrer. Por otro lado, los ojos de Tytos se habían vuelto fríos, este sentimiento de carne, muerte y matanza lo habían despertado, es como si hubiera estado en un largo sueño y por fin pudiera despertarse y sentir el aire fresco del exterior. Se sentía como en esas mañanas en la casa de su abuelo. Cuando salía fuera de la herrería y un sol incandescente y la fresca brisa del mar lo saludaban.

Kain, el vástago del equilibrio solo estaba dormido. El dios de la sangre vivía una vez más, miro con ojos fríos a su alrededor y recordó. Recordó sus juramentos, recordó la fuerza, la revancha, la venganza contra los dioses. Recordó a Raziel y a Artoria. Recordó la impotencia que sintió cuando fue forzado por Alaya. No obstante, con una profunda exhalación limpio su mente y recordó a Carmen y a sus hijos. Entonces lo combino todo y todo lo que había vivido era Kain.

Tytos camino de vuelta a la empalizada, los soldados estaban muertos de miedo dentro de las paredes de Edoras. Carmen fue a abrirle la entrada pero fue detenida hasta que vino el mismo rey y les dijo que lo dejaran entrar. Una vez que abrieron la entrada, Carmen corrió hasta Tytos y lo abrazo, ella sintió al mismo sujeto que conoció cuando era niña, sintió la nostalgia y el miedo. Pero cuando lo miro a los ojos, vio la misma sonrisa de su Tytos, la del hombre que la beso, la amo, le dio una familia y la protegió. Sintió alivio en su corazón porque no lo había perdido, era el mismo que la amaba.

Tytos mientras mantenía su abrazo con Carmen, miro al rey y le dijo -esto son solo unos cientos, pronto vendrá la fuerza principal, prepara a tus hombres y a tu gente, para cuando vuelvan tus jinetes debemos irnos de aquí, estamos vulnerables-

El rey asintió, apretó sus puños y tuvo miedo. Pensó en que el hombre de ayer emitía una presión similar a la de alguien que tiene el control. El de hoy, emite una presión como la del que tiene el poder sobre la vida y la muerte.

Tytos por otro lado, volvió hasta dónde estaban sus compañeros, algunos no se quisieron acercar, Charles estaba muerto de miedo. La mirada fría de su padre le recordaba a los espectros, a los caminantes inmortales que buscan la absolución de su juramento. Tytos los vio y soltó una risa que les inspiro el peor de los sentimientos, hasta que Carmen noto el estado en el que estaban todos y le dio a Tytos un golpe en la cabeza. Eso rompió la terrorífica presión y ella lo regaño. La gente se calmó mientras miraban como Carmen le decía que no debía intimidar a las personas, le decía que si tenía el poder tenía que proteger a los demás y ayudarlos. Los ánimos de Tytos se calmaron y con una sonrisa se llevó a Carmen a otro lado.

-o-

Después de que Tytos y Carmen volvieran más relajados y con el cabello mojado. Esperaron con sus amigos a que llegara la segunda oleada. En ese momento querían que Tytos se volviera a ocupar de los orcos, pero este les dijo que en este momento lo mejor que podía hacer era asistirlos. Ahora tendrían que pelear. El rey se cuadro con sus guerreros y corrió en sus caballos mientras luchaban con los montañeses y orcos. Esta oleada de enemigos solo estaba constituida de guerreros a pie, así que dentro de todo fue más rápido, fue menos peligroso y solo murieron quince jinetes. El resto de los doscientos jinetes volvió con pequeños golpes y cortes.

Carmen le pidió a Tytos que sacara sus posiciones y ungüentos, por supuesto, a Tytos no le hizo gracia que su mujer gastara todo su esfuerzo en gente a la que no conocía, pero viendo su rostro de seriedad la dejo hacer lo que quería. Carmen acompañada de varias mujeres atendió a los guerreros que estuvieron heridos y después de una hora terminaron. Algunos de los guerreros querían quedarse con lo que sobro, pero Carmen les dijo que ella lo utilizaría en las siguientes personas que resultaran heridas. Un hombre se puso violento y le quiso quitar las cosas, otros lo siguieron hasta que vieron a Tytos detrás de Carmen y ya no insistieron. Tytos no se preocupó por la mirada de los demás y guardo todas las cosas de Carmen en el anillo y se la llevo. Muchos miraron el anillo de Tytos con codicia, pero al recordar al demonio que mataba y quemaba a sus enemigos, dejaron esos pensamientos.

En la tarde de ese día volvieron los jinetes de Rohan. Casi mil jinetes con sus caballos. Solo eran los jinetes que estaban bajo Théoden pero servirían para resguardar el Abismo de Helm. Según Théoden era la mejor propuesta para luchar un guerra de desgaste, no sabían la cantidad de guerreros que traerían los orcos, pero si querían ganar tenían que resistir y luchar una batalla de desgaste. Era menos peligroso que luchar un batalla a campo abierto, en donde lo más probable es que fueran superados en número. Tytos acepto su propuesta, Trancos no estuvo de acuerdo, pero poco importaba la palabra de otros. El rey Théoden tenía la última palabra.

Al día siguiente todos hicieron el viaje hasta el Abismo de Helm. Tytos veía como los niños estaban muertos de miedo, las mujeres preocupadas y algunos idiotas llevaban sus bienes materiales. Por otro lado, los jinetes estaban alertas. Solo un pequeño grupo caminaba sin preocupación, eran Gimli y Charles, se llevaron bien desde un principio y conversaban de un montón de cosas. Charles era un hombre que sabía mantener una conversación, callar cuando es necesario y reírse cuando lo ameritaba. Muchas de esas cosas las tomo de su abuelo, el viejo Gandalf, que siempre le contaba de sus viajes y las cosas que veía en otras tierras.

Tytos caminaba vigilante, siempre atento al mínimo cambio. Carmen iba a su lado, de repente sentía una ligera miedo de su silencio pero al final se convenció de que su Tytos no había cambiado. Tytos aparto su mirada del horizonte y al ver la cara de preocupación de Carmen aflojo la tensión en su rostro y la abrazo mientras caminaban. Ella se apoyo en él y se dijo así misma (este es mi Tytos). Ambos caminaron enfrente del bullicioso grupo y Charles y Éowyn los quedaron mirando, se tomaron de la mano y siguieron su camino.

Éowyn miro a la pareja y le pregunto -¿nunca me dijiste que tu padre era así de fuerte-

Charles soltó una exhalación y dijo -yo tampoco lo sabía, en realidad, cuando era niño pensé que era normal. Papá ocupaba un tremendo artefacto de hierro para trabajar la tierra. Ni siquiera ocupaba caballos para tirarlo. Solo cuando salí de casa me di cuenta de que mi familia era anormal. Las mujeres no se dedicaban a la alquimia como mamá, ni salían a cazar, ni muchos menos le prohibían a sus maridos que no entraran a la casa todos sucios. Los hombres no eran tan cariñosos con sus hijos, ni eran cordiales ni intelectuales como papá. Tampoco era tan fuertes como para tomar un tronco en los hombros y llevarlos como si nada. Cuando niño pensé que yo no lo podía hacer porque era pequeño, pero no es así, incluso hoy en día no creo que llegue a tener la fuerza que tiene el viejo-

Éowyn al ver a Charles algo deprimido le apretó la mano y este reacciono mirándola, compartieron un beso y siguieron su camino.

-o-

Cuando toda la gente llego al Abismo de Helm, pudieron ver una fortaleza que estaba apegada a la montaña, en donde había solo un rampla que les permitía entrar. La fortaleza constaba de tres grandes murallas, las cuales estaban separadas por veinte metros cada una. Al final se veía una especia de entrada que se escondía en la montaña. Esta entrada cubría una gran recamara de catacumbas que servían como refugió para los no guerreros y todas las provisiones. Todos se metieron a la fortaleza y a los únicos que se les permitió salir eran a los combatientes.

Tytos llevo a su grupo a una esquina del sector y le dio de comer a su familia y amigos. Después de comer, Carmen se desapareció por una hora y Tytos soltó un suspiro de frustración. En la tarde llego Carmen pidiéndole que compartieran algunas de sus medicinas con los niños, había algunos enfermos y desnutridos. Tytos accedió y fue con Carmen a ayudar, habían algunos niños que cuando lo vieron en cuclillas tratando de calentar una fogata se subieron a su espalda. Él no se molestó y con una sonrisa los bajo. Siguió durante toda la tarde ayudando a Carmen hasta que cuando llego la noche y la obligo a descansar. Ella le hizo prometer que si venían los enemigos tendría que despertarla. Tytos accedió y se quedó a su lado hasta que pudo conciliar el sueño.

Charles los miraba a lo lejos y salió a las pasarelas que se formaban en las murallas del abismo. Ahí encontró a Éowyn, Théoden y Éomer discutiendo. Los dos hombres le decían a Éowyn que tenía que refugiarse y no salir a la batalla. Ella por otro lado, les decía que era su deber luchar por su pueblo. Toda la discusión se acabó cuando Charles llego.

Théoden algo molesto le dijo -muchacho, dile a tu mujer que se resguarde en el refugio-

Éomer no lo pasaba así que le dio la espalda.

Charles no se lo tomo personal y les dijo con una sonrisa -déjalo Théoden, ella ya hizo su decisión, déjala que continúe-

Théoden los miro molesto, mas molesto se volvió cuando la pareja se tomo de las mano y se fue. Pensó en su hijo y quiso gritarle a Charles que toda su mala suerte comenzó cuando él apareció, pero recobrando su raciocinio pensó que se estaba volviendo loco. Esta lucha, esta guerra no tenía que ver nada con ese muchacho. Al final soltó un suspiro, tomo a Éomer y lo llevo al centro de mando.

-o-

En medio de la noche vino Charles a despertar a sus padres. Tytos espero a que Carmen estuviera lista y fueron juntos hasta las murallas. Estaba oscuro, lloviendo, helado y corría un viento lleno de un hedor putrefacto. Como si les estuviera avisando que los orcos estaban cada vez mas cerca. Un mancha negra se veía a la distancia, se movía como un solo grupo y si agudizabas la mirada, podías decir que la mancha negra estaba constituida por miles de guerreros.

Carmen tomo la mano de Tytos. Trancos, Gimli, Legolas se acercaron a la pareja. Tytos los miro y dijo -funcionen como un solo grupo. Tomen, colóquense esto -les paso un talismán a cada uno -esto es lo último que tengo, les salvara la vida pero no es inagotable. Si reciben más de tres golpes poderosos, al cuarto morirán-

El grupo se los coloco sin preguntar, solo Legolas sintió la energía que lo cubría pero la mirada que le dio Tytos le dijo que no preguntara. Después Tytos miro a Carmen y le dijo -Muévete con los muchachos, ayúdalos y no te apartes de ellos. No le des a nadie tus talismanes, es para tu protección-

-Pero Tytos…- dijo Carmen mientras lo miraba a los ojos algo molesta.

Sin embargo Tytos insistió -no lo hagas, sino matare al que le des el talismán. Puedo entender que hayas querido proteger a nuestros amigos los hobbits, pero para mí tu eres más importante-

Cuando los orcos se empezaron a aglomerar frente al Abismo de Helm, Tytos llamo a su hijo y a Legolas. Los miro y les dijo -estén atentos a cualquier cosa extraña, puede que sean orcos pero algo o alguien los comanda. Si algo llama su atención estén atentos y avísenle a los demás. En último caso vengan conmigo y yo me hare cargo- los dos asintieron y se ganaron en sus posiciones. Tytos estuvo inamovible de principio a fin, Carmen lo miraba desde la distancia con su grupo, pero él no se dejó perturbar en este momento. Era el momento de la lucha y el dios de la sangre estaba esperando para que las puertas del infierno se abrieran. Hace mucho tiempo que no luchaba tan a gusto.

El rey Théoden coloco a todos sus arqueros en posición sobre las murallas. Estuvo firme y seguro, como se esperaría de un rey. Pensó que ya tendría tiempo el día de mañana para lamentar la muerte de su hijo, ahora era el momento de luchar. Se armó de valor, grito a todos sus soldados palabras de valor y rectitud. Los animo a luchar y les dijo que su única opción era luchar y ganar. No existía la opción de la derrota. La gente grito y vitoreo el nombre de Théoden, rey de Rohan. Sin embargo, solo el rey Théoden al parecer entendía que esta podría ser su última lucha. Por otro lado, Tytos lo miraba desde la distancia, impasible y frio como el hielo. Vio el miedo en el semblante del rey pero no dijo nada. No valía la pena en molestarse con un hombre que pensaba qué este, era el último momento de su vida.

El rey Théoden ordeno que sus soldados soltaran una lluvia de flechas. En respuesta, los orcos se vieron afectados pero solo fue un gota en el gran océano de enemigos. Por otro lado, Tytos estuvo tranquilo, esperando que los orcos trataran de subir las escaleras. Cuando llego el primer grupo e instalo una gran escalera en la muralla, Tytos corrió y le dio una patada botando la escalera. Así lo hizo varias veces y cada vez que caían las escaleras estas se rompían, pero fue insuficiente. Los orcos se contaban por miles y sus escaleras por cientos, seguían tratando de entrar. Cuando lo lograban, lucharon con los soldados sobre las murallas. Algunos con poca experiencia, murieron sin poder dar un golpe. Otros tenían mucha experiencia pero no tenían la fuerza, al punto de que solo pudieron intercambiar dos golpes con los orcos y morir por un tercero. Era lamentable, pocos soldados podían ayudar. Tytos corría matando a todos los orcos que podía pero era insuficiente. En medio de su carrera su hijo lo alcanzo y le dijo.

-Padre, los orcos están llevando grandes urnas y las están tratando de acercar a la muralla-

Tytos miro a la distancia, iba una hilera de veinte orcos. Como dijo Charles, llevaban urnas para ganarlas debajo de la muralla. Tytos le dijo a Charles que se cuidara y que cuidara de su mujer. Después guardo sus espadas y salto por la muralla. A Charles casi se le sale el alma del susto. Pero cuando fue a ver hacía abajo, vio que su padre cayó bien sin ningún percance. Muchos orcos quisieron abalanzarse sobre Tytos, pero este último emitió la segadora de almas envuelta en llamas y genero una explosión que obligo a los orcos a pensarlo dos veces antes de lanzarse contra él. Tytos siguió avanzando a una velocidad desenfrenada, iba cortando todo lo que se pillara en el camino. Cuando llego frente a la fila de orcos golpeo una de las urnas que llevaban y estas explotaron. El cuerpo de Tytos voló por los aires hasta chocar contra las poderosas murallas del Abismo y cayo inconsciente.

El orcos a la par, también recibieron la explosión, pero sus pérdidas fueron más grandes. Ya que las otras urnas también explotaron y fueron terriblemente diezmados. Se contaban por cientos sus pérdidas y en muchos casos, los que no murieron ya no podían luchar. El ejército de orcos se desordenó, intentaron seguir adelante, pero poco podían hacer algunos orcos. El resto de los orcos que estaban cerca de Tytos lo quisieron matar, pero Carmen tomando una cuerda se arrojó desde la muralla. Esta vez Charles sintió que casi se muere de la impresión, el resto de sus compañeros la siguieron y cuando llegaron al suelo detuvieron a los orcos. Carmen le puso algo en la nariz a Tytos que lo despertó. Este tomando conciencia una vez más, despertó y tratando de recomponerse, desenfundo sus katanas. Tytos algo borracho avanzo como pudo y ayudo a sus amigos, se hicieron camino hasta la pasarela que daba a la puerta de la fortaleza. Los orcos trataban de herirlos y debilitarlos pero poco podían hacer contra los amuletos que le dio Tytos. Al recobrar su fuerza, Tytos tomo una de sus medicinas más toxicas y se recuperó al instante, perdió solo en un instante treinta años de vida, pero no lo pensó mucho. Después de todo, con su alma en su estado actual podía vivir muchos años.

Tytos les dijo que trataran de entrar a la fortaleza. Legolas no estuvo de acuerdo al igual que Gimli, pero Tytos les dio una mirada que los convenció sin la necesidad de más palabras. Un vez que se encontró solo en la pasarela, Tytos siguió cortando a sus enemigos. Cuando estuvo preparado, soltó una de sus espadas y emitió una vez más la segadora de almas. Esta vez junto mucha energía en la espada y cuando estuvo listo, genero una explosión de llamas que derritió la pasarela y calcino a los orcos. Ahora sin una forma de entrar a la fortaleza, diezmados, desperdigados y temerosos del día que se avecinaba. Los orcos lo único que podían hacer era esperar su muerte. La fortaleza se mantuvo firme e inexpugnable.

La mañana llego, el remanente de los orcos se preparaba para arrancar. Pero desde el horizonte, desde lo alto de la montaña se vieron varios guerreros a caballo, todos liderados por Galdanfl y listos para darles muerte al remanente de los enemigos.

Tytos algo cansado sostenía a Carmen que estaba en la misma condición. Su hijo estaba bien y su nuera también. Sus amigos también aguantaron, aunque Gimli recibió tantos ataques que se le rompió el amuleto. Fue una suerte que no recibiera mas ataques. Pero el rey Théoden estaba mal, perdió a la mitad de sus hombres. Su pueblo se mantuvo intacto, podrían persistir otro día, pero las perdidas de sus jinetes fueron grandes. Pensó que no tenía cara para pararse frente a las familias de sus soldados.

Después de que todo estuvo acabado, Gandalf se acerco junto con los guerreros que le dieron muerte al remanente de los enemigos. Fue directo al rey, el dio palabras de consuelo y lo aconsejo para que no se acobardara y mantuviera su promesa. El rey Théoden, algo cansado le dejo todo a su sobrino y a Gandalf. Se fue a dormir y le dijo que después de descansar le daría una respuesta.