—No sé cómo atar nada —Gabriel simplemente se quedó allí parado, mirando su Espada roja.
No había aprendido aún sobre este tipo de atadura. Sin embargo, comprendió la importancia de ello. Si lograba atar estos Númenes a sí mismo, después nadie podría usarlos sin su permiso. Para otros, no serían más que artefactos desperdiciados.
Si había alguien que parecía que podría enseñarle, eran las dos personas delante de él. Aunque eran sus retos, no se cohibieron de impartir su conocimiento, tal vez porque no se sentían amenazados por él.
Fuese cual fuese el caso, quería aprender de ellos cómo podría atar estos artefactos a sí mismo.
—Oh, lo sabemos —Cylix soltó una risita—. Sabemos que eres como un lienzo en blanco sin mucha información sobre las cosas que todo mago debería saber. Sin embargo, no nos importa ayudarte.
Miró a Novius. —¿Quieres enseñarle tú, o debería hacerlo yo?
Ambos querían ayudar a Gabriel. No tenían ninguna duda acerca de eso en sus cabezas.
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