Podía sentir que algo precioso se desunía en su interior.
La sensación era diferente a la de su puerta, cuya existencia había alcanzado su final.
Algo completamente aparte, distinto, se retorcía dentro de Subaru.
¿Era caliente? ¿Frío? La fiebre que ello traía no indicaba nada de eso.
¿Era con forma? ¿Sin forma? Su nebulosidad ni siquiera indicaba eso.
Un oscuro residuo había atravesado a Natsuki Subaru para demostrar su poder mientras vitoreaba de alegría por su liberación al exterior, y se dispersó.
Pero sus vestigios seguían fluctuando a través de Subaru incluso ahora.
Esa sensación anormal le dio a Subaru un sentimiento indescriptible. Esto no era algo que él pudiera reconocer, o algo que hubiera sentido antes. Pero, aun así, poseía conocimiento y entendimiento sobre ello.
Así que, aunque se cuestionaba el por qué o el cómo, no se cuestionaba el qué ni el para qué.
No tenía necesidad de cuestionarse sobre la identidad de esa cosa. En su lugar, lo que quería preguntar era por qué, pero actualmente su pregunta no llegaría a nadie que pudiera responderla.
Lo que significaba que Subaru sólo tenía una cosa que considerar.
Ataque invisible, Palma oculta, Golpe imperceptible.
Todos ellos sonaban lamentables o demasiado usados, carentes completamente de estilo.
Una mano negra que solo Subaru podía ver.
Algo que sólo Subaru podía controlar. Y eso era—
※ ※ ※ ※ ※
_Subaru: La voluntad imperceptible de los dioses... Lo llamaremos Providencia Invisible...
_???: ... ¿Eh? ¿Qué has dicho?
Abriendo un poco los ojos, con su conciencia todavía borrosa, un fragmento de sus pensamientos se le escapó de la boca.
En ese instante, al vislumbrar aquel cabello plateado justo delante de él, abrió completamente los ojos.
Después de varios parpadeos, Subaru se dio cuenta de que había regresado del mundo de la inconsciencia a la realidad. Fue entonces que notó la relación entre la suave sensación bajo su cabeza y la proximidad de Emilia.
_Subaru: Oh. Estoy descansando en el regazo de Emilia-tan otra vez.
_Emilia: Así es. ¿Cuántas veces van ya? De mí, prestándote mi regazo cuando estás inconsciente.
_Subaru: Tomando en cuenta ciertas condiciones, tal vez tres. Hay que ganar un gran combate para alcanzar este paraíso.
_Emilia: No estás para naaada somnoliento... ¿recuerdas lo que pasó antes de que te desmayaras?
_Subaru: Sí y claramente. Lo recordé limpia y lentamente, mientras hablábamos y te miraba la cara...
Subaru bromeó un poco mientras removía los pensamientos en su aturdida cabeza y ordenaba sus ideas. En ese momento recordó la lluvia de golpes furiosos que recibió antes de desmayarse, y comprendió.
Inmediatamente se llevó las manos a la cara, amasando sus mejillas mientras miraba a Emilia.
_Subaru: Mierda. En realidad, creo que me dieron una paliza bastante fuerte. Emilia-tan, ¿estoy bien? ¿Mi rostro no está tan estropeado que es difícil de mirar?
_Emilia: No te preocupes. No se ve tan raro.
_Subaru: ¡Y pensar que lo dice sin malicia!
Emilia ladeó la cabeza en confusión. Subaru retiró las manos de sus mejillas y comprobó rápidamente que sus articulaciones estaban bien. Un ligero entumecimiento bajaba por sus hombros, parte inferior del cuerpo y región del cuello. Pero la mayoría de sus heridas estaban selladas, parecía que lo habían sanado.
_Emilia: Subaru, me hace cosquillas si te mueves demasiado en mi regazo.
_Subaru: Ah, lo siento. ¡No! ¡No estaba intentando hacer ninguna cochinada con eso! Quiero decir, no lo estaba, pero, ¿qué tal si lo hago de nuevo solo para estar seguros?
_Emilia: No. Te voy a empujar fuera de mi regazo si sigues diciendo esas cosas. Deja de ser tan frescales.
_Subaru: ¿Quién dice frescales hoy en día?
Después de responder a la dura mirada de Emilia con una sonrisa irónica, Subaru se levantó de su regazo.
Aunque le dolía separarse de ella, no podía abusar de ello eternamente.
Su estado físico, en comparación a su estado en plena forma, se situaba en torno al 60%. Definitivamente no era lo ideal, pero estaba agradecido por la curación de Emilia.
_Subaru: Gracias por curarme. ¿Puedes usar tu sanación a pesar de la ausencia de Puck?
_Emilia: Puede que mi contrato con Puck esté roto, pero mi contrato con los espíritus menores no lo está. Y... No sé cómo sonará esto, pero tampoco es que no pueda usar magia.
_Subaru: ¿En serio? Por lo que yo sabía, los magos y los espiritualistas poseen una estructuración distinta para poder manejar el maná... y no se puede tener ambas.
Era algo que había aprendido de Puck y Roswaal en la mansión.
Los magos sólo pueden usar la magia en proporción a su reserva interna de maná, mientras que los espiritualistas deben establecer comunicación con un espíritu para que puedan utilizar el inagotable suministro ambiental.
Esa era la razón por la cual, la habilidad de Emilia para usar magia, se desviaba vagamente del conocimiento que tenía Subaru.
Emilia bajó la mirada.
Subaru frunció el ceño ante esa extraña reacción y ella dejó salir un pequeño suspiro.
_Emilia: Yo tampoco creía que pudiera... pero ya te dije antes que mis recuerdos estaban volviendo. Y parte de ellos era el conocimiento de cómo usar la magia... que creo que también había sido sellado.
_Subaru: ¿Tus recuerdos sellaron tu habilidad para usar magia?
_Emilia: Sí.
Ella asintió con la cabeza. Su falta de palabras debía deberse a que era incapaz de explicar qué significaba todo eso. Subaru tampoco entendía por qué su habilidad para usar magia estaba sellada en los recovecos de su memoria.
Y su actual nivel de información era demasiado escasa como para poder especular.
Sea como sea, ella había usado su recientemente adquirida magia para curar a Subaru.
_Subaru: Dejando a un lado las circunstancias, si eso significa que pudiste curarme, fue de gran ayuda. ¿Cómo están todos los…
…demás? —es lo que pretendía decir, pero se dio cuenta de que no era el momento para relajarse.
Debería haberse dado cuenta de ello en cuanto recordó por qué había quedado inconsciente.
El oponente de Subaru, Garfiel. Y Otto y Ram que aparentemente se opusieron a Garfiel también. ¿Estaban todos a salvo?
_Subaru: No creo que haya llegado a tanto, pero me iré a ayudarles antes de que terminen como fertilizante para el bosque y... 』
_???: Aprecio que estés tan preocupado por mí, pero me las arreglaría bien sin tener que escuchar esas divagaciones tuyas tan pesimistas sobre lo ocurrido.
_Subaru: ¿Eh? 』
Forzando su cuerpo vacilante a ponerse de pie, Subaru se preparó para alejarse de la tumba y entrar al bosque. Pero entonces, la voz atónita de un joven lo detuvo. Al detener sus pasos miró hacia atrás, y vio a alguien sentado en los escalones de piedra de la tumba —Otto Suwen— con la mano levantada.
_Subaru: ¿¡Aaah, aaah!?
_Otto: Qué feliz estoy de ver tu sorpresa. Pido disculpas por preocuparte, pero ya que ambos estábamos preocupados de igual manera, lo mejor será no volver a mencionarlo, y…
_Subaru: ¡Hi-yah!
_Otto: ¿¡Eewhauhg!?
Una vez que ambos confirmaron mutuamente que estaban a salvo, una sonrisa de satisfacción surgió en la cara de Otto, pero justo en ese momento Subaru se lanzó sobre él. Aprovechando el impulso, Subaru saltó para recibir a Otto con una patada voladora.
Atascado entre las escaleras y Subaru, Otto gritó.
_Otto: ¡Ay! ¡Ay! ¡Las escaleras están raspando mi cabeza! ¡Mi pelo! ¡Me estoy quedando calvo! ¡Qu-Natsuki-san, ¿qué demonios estás haciendo?!
_Subaru: ¡Cállate, estúpido! Deja de intentar quedar genial. ¿Qué pasa con esta vibra como si hubieras hecho algo importante? ¿Quién te dijo que hicieras otra cosa aparte de ganar tiempo? ¿Sabes lo cerca que estuvieron mis planes de terminar en papel mojado por esto? ¡Pero si no me hubieras ayudado, no creo que hubiera vencido a Garfiel, así que no puedo decir que no te lo agradezca!
_Otto: ¡¡No tengo ni idea de lo que estás diciendo!!
Incapaz de agradecerle sinceramente, Subaru se lanzó contra Otto en las escaleras mientras hablaba, y Otto lo alejó con una patada. Subaru rodó por los escalones para aterrizar sobre su espalda antes de ponerse de pie adolorido.
_Subaru: De cualquier manera, me alegro de que estés a salvo. Si hubieras muerto, no habrías parado de visitarme por las noches.
_Otto: Preferiría que no discutiéramos esas costumbres excéntricas... O, en realidad, ¿por qué esos sentimientos tuyos no los dijiste desde un principio?
_Subaru: ¡No me des tanto crédito, que estamos hablando de mí!
_Otto: ¡Soy consciente de ello, sí!
Otto se puso la mano en la frente, antes de darse cuenta de que Emilia había estado observando tranquilamente su intercambio.
_Otto: Ah, Emilia-sama. Me disculpo por haberla excluido. Aunque todo es culpa de Natsuki-san.
_Emilia: Mm, estaba mirando así que ya lo sé. No te preocupes.
_Subaru: No hay amigos a la vista... No, quiero decir que me estoy ahogando entre amigos y por eso estoy en esta situación. De todos modos, ¿si tú estás bien significa que Ram también lo está?
Emilia y Otto se miraron el uno al otro y asintieron con la cabeza. Subaru les sacó la lengua antes de preguntar sobre la seguridad de su invisible y último colaborador y Otto asintió.
_Otto: Luego de despertar y al ver la condición en que ella se encontraba, debo reconocer que me dieron escalofríos... Afortunadamente su situación no era tan horrible como parecía. Aunque igual se despertó mientras la llevaba de regreso, y dejó salir algunas palabras venenosas...
_Subaru: Mis condolencias. Ella es muy dura con la gente fuera de su círculo... Es impresionante que la convencieras de hacer esto. ¿Cómo lo hiciste?
_Otto: Una de las condiciones para asegurar su cooperación era que no te lo dijera.
Otto se llevó la mano a la boca, indicando que no iba a hablar.
Los labios de Subaru titubearon, deseoso de decir algo, pero entonces determinó que sus palabras no conseguirían que Otto se rindiera y hablara, por lo que decidió abandonar la idea de seguir preguntando.
Si un interrogatorio vagamente duro fuera suficiente para que hablara, entonces no habría arriesgado su vida siguiendo los prácticamente absurdos complots de Subaru.
Testarudo, fastidioso, y un gran amigo.
_Subaru: ¡Mierda!
_Otto: ¡Au! ¡¿Por qué me has golpeado?!
_Subaru: Silencio.
Subaru empujó los hombros de Otto e ignoró sus quejas antes de volverse hacia Emilia. Descubrió que Patrasche había aparecido a su lado en una coyuntura desconocida y estaba presionando su hocico contra el cabello plateado de Emilia, ambas sonriendo.
_Subaru: ¿Y esto? ¿Desde cuándo son tan amigas?
_Emilia: Han pasado algunas cosas mientras dormías… y ella me ayudó considerablemente. Es muuuy buena.
_Subaru: ¿A que sí? Ella es mi orgullo y mi compañera, no bromeo. ¿Verdad, Patrasche?
Subaru se acercó y extendió el brazo para acariciar su espalda. Pero la dragona se alejó antes de que la punta de los dedos de Subaru pudieran tocarla, evitándolo.
_Subaru: ¡¿Gahugh?!
_Patrasche: …
Su cola golpeó a Subaru en el trasero, haciéndolo saltar y que se le asomara una lagrimilla de dolor. Él la miró interrogativa y desafiantemente, y vio que tenía su cuello agachado, que sus agudos ojos se habían agudizado aún más, y que ella estaba gruñendo disgustada con él.
_Otto: ¿Quieres que te lo traduzca?
_Subaru: No, incluso yo puedo entender qué quiere decir.
Dijo Subaru mientras negaba con la cabeza. Y tras un pequeño suspiro…
_Subaru: …Quiere decir "no vuelvas a preocuparme", ¿no?
_Otto: Además de "no te dejes llevar tanto. No volveré a hacerlo. Imagina lo mal que lo he pasado". Pero con un matiz de "Sí, vale, puedes acercarte" en su ira.
_Subaru: En serio, ¿qué es todo este poder heroico que tienes? ¿Estás llevando tu nombre a la heroine race (NT: raza heroica)?
Subaru sonrió irónicamente y extendió la mano. Esta vez, sus dedos sí que tocaron la dura piel de Patrasche.
Ella cerró los ojos, aceptándolo como si fuera inevitable, la gratitud de Subaru hacia la dragona no tenía fin.
La ayuda de Patrasche durante la lucha contra Garfiel —el golpe definitivo— ocurrió debido a su increíble e incondicional confianza.
Como siempre, el débil Subaru necesitaba endeudarse con mucha gente cada vez que quería escalar cualquier montaña. Subaru dudaba de que algún día pudiera saldar esas deudas. Pero tenía que hacerlo.
_Subaru: Entonces, ¿qué ocurre con Garfiel, el conquistado y productor de deudas?
_Emilia: Garfiel se está recuperando y está allí. Pero quizá sea mejor no interrumpir.
_Subaru: ¿Interrumpir?
Subaru ladeó la cabeza. Emilia se puso el dedo en el labio.
_Emilia: Es que Ram está cuidándolo ahora.