_Ram: ¿Estás despierto, Garf?
Al despertar, Garfiel vio la cara de una chica conocida.
Era alguien a quien quería ver, y a la vez no quería ver, al despertar. Era un sentimiento complejo.
Pero él no podía negar que su pecho había empezado a latir un poco más rápido.
_Garfiel: Mmm… sí… 'stoy despierto.
_Ram: Ya veo. Entonces muévete. Esto ya ha durado demasiado y mis piernas están adormecidas.
_Garfiel: ¡Augh!
En cuanto establecieron una conversación, Garfiel fue expulsado del tacto suave y su cabeza cayó al suelo. No esperaba una reacción amable, pero este tipo de frialdad dolió.
Y sobre todo cuando su orgullo ya estaba herido y la chica de la cual estaba enamorado era quien estaba siendo fría.
Se frotó la cabeza y miró amargamente a Ram. Ella se sentó en la hierba con las piernas dobladas, dándose palmaditas donde había estado reposando la cabeza de Garfiel: sus muslos. Ram respondió a la mirada de Garfiel con un "¿Qué?" de desagrado.
_Garfiel: No 's nada… Lo de siempre, eres una doncella sin un atisbo de amabilidad.
_Ram: Cuando el momento requiera amabilidad y el receptor merezca amabilidad, entonces naturalmente seré amable. Que no lo sea ahora significa que éste no es uno de esos momentos.
_Garfiel: …Mi asombroso ser no lo merece.
_Ram: Es absolutamente evidente lo que quieres que yo diga. No seas como Barusu, Garf. Si deseas saber qué siente de verdad una mujer, traza un plan más inteligente.
Garfiel bajó la mirada. Su cabeza se alzó de golpe nuevamente cuando el dedo de Ram lo golpeó en la frente.
El choque atravesó justo encima de la cicatriz que Garfiel siempre acababa tocando.
Sus dedos rozaron la cicatriz de su frente y suspiró.
_Garfiel: Ahora que lo pienso… eres tú quien me hizo esta herida.
_Ram: …Tuve que actuar frenéticamente para parar tus travesuras. ¿Crees que hice algo tan drástico como golpear tu cara contra la roca porque sí?
_Garfiel: También estabas sonriendo de manera desquiciada, como hoy cuando me dabas una paliza.
_Ram: Mi vida no es ilimitada. Cuando tengo que hacer algo que no me gusta hacer, al menos aprovecho para sonreír y convencerme a mí misma que es disfrutable. Medidas desesperadas.
_Garfiel: ¿Qué tal si piensas en las heridas mentales que dejas a quien le rompes la cabeza, eh?
Ram simplemente suspiró, con un semblante de aún más aburrimiento.
Naturalmente, ella nunca aceptaría que ella se había equivocado, y su tenaz mentalidad nunca se doblegaría. Orgullosa, noble, dura, perseverante.
Motivo por el cual Garfiel la admiraba y la quería.
_Garfiel: …¿No tienes ninguna herida, Ram?
_Ram: Quién sabe. Le pedí a Emilia-sama que me reparara las heridas visibles, pero puede que sea imposible eliminarlas todas por completo. ¿Cómo asumirás la responsabilidad de profanarme?
_Garfiel: Haciéndote mi esposa…
_Ram: Fracasarías. Piensa en un método diferente… Y eso fue muy audaz de tu parte, Garf. Te atreviste a abandonar a los perdedores.
La dura mirada de Ram silenció a Garfiel.
La ira en sus ojos condenaba que él hubiera sido indulgente al final de la batalla.
Garfiel no había acabado con la derrotada Ram, ni con ese Otto boca abajo en los arbustos. Ciertamente habían sobrevivido por decisión de Garfiel, y ello podría haber mancillado la gloria de la lucha.
Pero Garfiel no pudo blandir sus garras contra la chica inconsciente. Incluso sin tener en cuenta sus sentimientos hacia ella y otros factores diferentes y variados, seguramente no lo habría logrado.
Después de todo, le faltaba el coraje más vital para un guerrero.
_Ram: Me impresionó que esquivaras la última magia que lancé.
_Garfiel: …No 's como si lo hubiera intentado. Cuando 'staba siendo apalizado y mi transformación se 'staba revirtiendo, tuve un presentimiento. 'Ntonces, mi cuerpo se movió más rápido que mi cabeza. Eso 's todo.
Cuando se reunió el maná del bosque, y Ram lanzó la magia del viento más avanzada, en lugar de pensar, Garfiel dejó todo a su instinto de supervivencia y evadió las cuchillas de viento.
Usó la sensación del vendaval invisible que pasaba milímetros por encima de su piel para escapar. El ataque hizo desaparecer todos los árboles a la vista y, junto a sus esquivas más bien artísticas, consiguió huir de su radio de acción.
Cuando volvió a la escena, encontró a los derrotados Ram y Otto.
Si Garfiel hubiera sido un verdadero guerrero, se habría jactado de su supervivencia y habría tomado sus vidas. Pero Garfiel, que necesitaba entregarse a su sangre animal para poder quitarle la vida a alguien, no pudo hacerlo.
_Garfiel: Por eso, mi asombroso ser…
_Ram: …
No es un guerrero. Era simplemente alguien que se daba aires de guerrero y decía amenazas vacías, un farsante.
Había creído obstinadamente que incluso un farsante como él, si tenía el poder necesario, podría dominar todo y proteger a aquellos que deseaba proteger sin quitarle la vida a nadie.
Pero esa valoración había sido ampliamente invalidada.
Había creído que poseía suficiente fuerza para derrotar incluso a grandes grupos de forasteros.
Pero en realidad perdió contra solamente tres personas y una dragona de tierra. Y por cada una de sus razones, ellos eran prácticamente no combatientes.
Si un guerrero hostil llegara a Santuario, fácilmente destruiría a Garfiel. Después de afirmar ser la barrera del Santuario, esto era todo lo que alcanzó a ser.
—Reflexionó sobre muchos pensamientos en su cabeza deficiente.
A lo largo de la batalla, e incluso fuera de ella, Garfiel nunca dejó de usar su pobre cerebro.
¿Qué estrategia sería óptima? ¿Qué acción sería la mejor para ayudar a todos? ¿Había alguna manera de hacer esto sin herir a nadie? E incluso si alguien resultase herido, estaría bien siempre y cuando todas las heridas fueran para sí mismo.
Todos sus días que pasó sosteniendo estas creencias y haciendo lo mejor que podía, habían sido completamente superficiales, actuando sólo para ocultar su debilidad.
_Ram: …Garf. Te daré un consejo. Escucha muy bien.
_Garfiel: …Sí.
Todavía mirando hacia abajo, Garfiel asintió con la cabeza.
¿Qué palabras derramaría Ram, la chica de quien se había enamorado, sobre él? Sus declaraciones habituales eran duras, pero quizá ella nunca se desentendió de él.
Ram era amable con la gente dentro de su círculo y, aunque su relación no estaba exenta de sus defectos, ella y Garfiel se conocían desde hacía mucho tiempo y ella lo consideraba parte de ese círculo.
Pero ahora su hostilidad estaba clara como el agua. Probablemente él ya no estaba incluido en esa categoría.
Su inminente anuncio sería la separación de Ram con Garfiel en serio, y—
_Ram: Garf, eres estúpido, así que pensar es algo totalmente inútil para ti. Un desperdicio de tiempo. O, dicho de otro modo: un desperdicio de vida.
_Garfiel: …¿eh?
_Ram: Eres tú quien lo dijo. Garf, esquivaste mi magia cuando actuaste sin pensar en nada. Y a eso me refiero. Puede que no te hayas dado cuenta, pero luchas considerablemente mejor cuando no piensas en nada. Cuando eres un idiota descarado. Considerablemente.
Incapaz de comprender lo que estaba escuchando, Garfiel abrió más los ojos.
Aunque él esperaba que ella pensara que él era inútil, sus afirmaciones apuntaban a algo totalmente imprevisto.
_Ram: No quiero decir que abandones toda racionalidad y te transformes. De hecho, debo decir que tu transformación te hace incluso más débil que cuando estás pensando. Te convierte en un objetivo más grande y tus armas son lentas. Quédate con forma humana, concéntrate en tu oponente y lucha sin pensar.
_Garfiel: ¡¿Q-qué rayos es esto?! ¿Desde cuándo el tema se ha…
_Ram: Esto es importante… Porque ahora vas a luchar muchas veces como aliado de mí y de Emilia-sama.
_Garfiel: …¡¡!!
Una emoción obstruyó la garganta de Garfiel.
Su cara se enrojeció y sus afilados colmillos chasquearon mientras decía lo siguiente.
_Garfiel: ¡¡A la mierda!! Me estás tomando el pelo, ser enemigos, aplastar mis opiniones… ¡¿y aun así me perdonas y me dices que te perdone?!
_Ram: No seas idiota. No te perdono, así que te ordeno que nos obedezcas. Si te perdonamos y nuestros estatus se equiparan, entonces necesitaríamos encargarte cosas para ganar tu cooperación. Sería una tontería. Somos los vencedores y tú eres el perdedor. No te perdonaré y por eso te daré órdenes.
_Garfiel: ¡Esto 's de locos!
Garfiel mostró sus afilados dientes y se levantó.
Su cuerpo se tambaleó por un instante, pero no supuso ningún problema porque la mayoría de sus heridas estaban curadas. ¿Curadas? En cuanto pensó eso, en su corazón se clavó aún más humillación.
_Garfiel: ¡Acepto haber perdido! ¡Porque he perdido! ¡Pero eso no significa que me vaya a echar atrás! Sí, vale, he perdido, ¡lo admito! ¡Pero mi asombroso ser aún sigue vivo y coleando! ¡Si realmente vas a hacer tejemanejes sin preguntarme, entonces deberías haberme matado! ¡En cuanto no lo hagas, en ese mismísimo segundo tu cobardía será igual a la mía!
_Ram: Eso sería empezar la casa por el tejado. Dejarte morir cuando necesitamos tu fuerza sería ir contra nuestros objetivos.
_Garfiel: …¡¡Pero mi asombroso ser—!!
_Ram: ¡Deja de ser tan quejoso!
Antes de que Garfiel pudiera rugir de indignación, Ram se puso de pie y aulló.
Sus ojos color cereza albergaban furia mientras miraba a Garfiel.
Era amenazante. Abrumado, Garfiel acabó cerrando la boca.
_Ram: Has perdido. Sí que has perdido. Entonces, actúa como el perdedor que eres y presta atención a las órdenes del vencedor. ¿Hasta cuándo seguirás alardeando de tu temperamento insignificante y de nenaza típico de un mal perdedor? ¿Cuán desdichado puedes llegar a ser en presencia de la mujer que te gusta, eh Garf? Tu flagelación a los demás se convierte en flagelación a ti mismo en cuanto pierdes. Únicamente has cambiado el objetivo de tu rebuzno, qué idiotez.
_Garfiel: U… ah.
Las afirmaciones de Ram dieron en el clavo. Garfiel no era capaz de pronunciar ni una palabra.
Antes de pelear, él había impuesto algunos asuntos a otras personas. Ahora que había perdido, él estaba imponiendo su propia debilidad. Eso demostraba que su propia miseria no había cambiado en absoluto mientras gritaba a quien quiera que él pensaba que era débil.
Dejó de gritar sobre el exterior que él creía débil, y empezó a gritar sobre sí mismo a quien tenía que reconocer como débil.
_Garfiel: ¡Pero, ¿qué debería hacer?! ¡¿Reír como un idiota 'stúpido y hacer cola con tu séquito?! ¡No puedo hacer 'so! ¡Estoy aceptando que he perdido… pero 'so no significa que vaya a aceptar tus palabras como correctas!
No era una evasión, sino los verdaderos pensamientos de Garfiel.
Reconocía su derrota. El hecho de que sus oponentes fueran numerosos era irrelevante para la discusión. Si empezaba a explicar por qué perdió, nunca terminaría.
El problema era que nada había brotado en las profundidades del corazón de Garfiel para infundirle una firme convicción en las afirmaciones de Subaru.
En definitiva: las convicciones con las que había estado obsesionado hasta ahora permanecían inalteradas y, aunque alguien le pidiera que luchase a su lado, no podía simplemente asentir con la cabeza.
_Garfiel: ¿Qué debería hacer mi asombroso ser, en esta, situación a medio camino…?
_Ram: Si no quieres estar bloqueado a medio camino, entonces sólo necesitas demostrar que estás moviéndote.
_Garfiel: …¿Qué?
Con su respiración aún agitada, Garfiel miró a Ram, cuyo semblante había recuperado su compostura habitual y miraba a Garfiel directamente a los ojos.
En los ojos de Ram, él veía el reflejo de su propio rostro débil.
Prefería mirar hacia otro lado, pero la mirada de Ram se lo impedía.
_Ram: No sé qué dijo Barusu, pero puedo imaginarlo. Así que, Garf… deberías confirmarlo por ti mismo.
_Garfiel: …¿Confirmar qué?
_Ram: Confirmar si eres capaz de cambiar, o si aún eres un niño petrificado y llorica.
Garfiel finalmente entendió lo que ella le está diciendo.
En cuanto lo comprendió, sus latidos lo asaltaron, palpitando a una velocidad sin precedentes.
Sudor frío recorría su espalda, pegándose a él, extendiéndose dentro de él.
Su pulso se volvió salvaje y un zumbido resonaba sin parar en su cráneo.
Este era su trauma, con sus cadenas de púas que constreñían su corazón, lo bastante grande como para que estas anormalidades atravesaran todo su cuerpo.
Sintió un escalofrío y miró detrás de él. La tumba seguía allí, como siempre.
Confirmar. Algo, ahí dentro.
Incluso suponiendo que entrara, ¿qué podría confirmar?
¿Qué nueva respuesta esperaba Ram que él encontrara allí?
Nada cambiaría. Nada podía cambiar.
Pero, aun sabiendo esto, ¿por qué no lograba decir no iré, y en su lugar vacilaba entre iré y no iré?
_Garfiel: …¿Qué aprenderé si voy?
Estaba mordiendo el anzuelo. Totalmente.
Pensaba que nada cambiaría, pero también deseaba confirmarlo.
Se puso rígido de terror, su corazón gemía rechazo, pero su alma aullaba.
Quería confirmarlo. Necesitaba confirmarlo.
Confirmar si los sangrientos gritos del chico que bloqueaba su camino —si las afirmaciones de Natsuki Subaru— eran correctas.
Confirmar si todo lo que había hecho hasta ahora había sido un error.
_Ram: Pareces decidido.
El castañeteo de sus dientes y el malestar de su corazón se habían calmado.
Todos los indicios de su sudor frío habían desaparecido. Garfiel se giró hacia Ram sin decir palabra.
Garfiel no sabía qué esperaba Ram de él, diciéndole esas duras palabras de ánimo.
Y quizás el objetivo de Ram no era preguntar si Garfiel se aliaría o no con ellos.
Él entendía algunas cosas de ella porque se conocían desde hacía mucho tiempo.
Lo que Ram quería no era exactamente que Garfiel se uniera a ellos. Sino que Garfiel llegase a una conclusión sobre cómo vivir su vida. Todo lo demás era secundario.
Ella es una buena mujer, alguien de quien estar agradecido, pensó Garfiel.
_Ram: No te preocupes, Garf.
Una rara calidez se dejó entrever en el tono de Ram, quien posiblemente estaba intranquila por el silencio de Garfiel. Ella dio un golpecito en los hombros desnudos de Garfiel.
_Ram: Si te ocurre algo lo suficientemente aterrador como para que llores, te consolaré. …Después de todo, nuestra relación tiene ya muchos años.