_Mimi: ¡Kopiado, kopiado~!
_Garfiel: ¡Cállate ya! ¡No seas fastidiosa!
A la mañana siguiente, Garfiel, que parecía estar en un estado deplorable, recorría las calles junto a Mimi.
Riendo burlonamente, Mimi tocó el pecho de su túnica, la cual estaba manchada con las lágrimas y saliva de Garfiel. La magnitud del hedor había llegado hasta el punto de causarle dolor en la nariz.
Para Mimi, que tenía el mismo agudo sentido del olfato, esa peste debía ser insoportable, pero cuando Garfiel le aconsejó que la lavara, ella respondió:
_Mimi: N~, ¡está bien! Cuando volvamos al hotel, podré cambiarme la ropa~. La Señorita debe estar muy molesta porque no regresé anoche. ¡Y también Hetaro y Tivey~!
_Garfiel: …Perdón.
_Mimi: ¡A Mimi no le preocupa eso~! ¡Mimi tan sólo dirá que Garf es un muy, muy buen chico cuando llora y moquea~!
Ante la pequeña disculpa de Garfiel, Mimi sólo esbozó una sonrisa inocente.
La noche anterior, Garfiel había tenido una segunda despedida con su madre.
Tras recibir una serie de profundas heridas, Garfiel terminó llorando sobre el techo de algún edificio mientras era sostenido por Mimi.
Y para aumentar todavía más su vergüenza, el llanto lo dejó tan desgastado que se quedó dormido. A la mañana siguiente, un fuerte ruido en la ciudad lo había despertado mientras descansaba sobre el regazo de Mimi.
Cuando el dueño de la azotea los encontró, finalmente se las había arreglado para mantener su compostura, y Mimi mantuvo su actitud habitual.
Como no encontraron ninguna buena excusa, simplemente bajaron del tejado, avergonzados.
_Mimi: ¿Te sientes aunque sea un poquito mejo~r?
_Garfiel: Sí, un poco. Es algo como, pues, así.
_Mimi: Algo así~, como así~.
_Garfiel: …Sí, como así.
Incapaz de expresar su verdadera gratitud, Garfiel hizo una expresión de incomodidad, pero Mimi no hizo más que ignorar ese fracaso, dejándolo sin la menor idea de qué decir.
Recordó la noche anterior, cuando Mimi dijo de la nada que estaba interesada en él. Y ahora, de manera involuntaria, seguía a Mimi con la mirada.
Antes, Garfiel pensaba que Mimi sólo lo estaba siguiendo porque ella sentía alguna clase de camaradería con él debido a que ambos poseían linaje no-humano; pero, inesperadamente, resultó que lo había estado siguiendo por un interés romántico.
E incluso tras habérsele confesado, seguía actuando igual que siempre.
Él había hecho lo mismo con Ram, pero cuando los papeles se intercambiaron, se sintió desorientado. Esa debilidad era tan sólo otra parte vergonzosa de Garfiel.
_Mimi: ¿Y bien? ¿Qué hacemos esta mañana~? ¿Vamos a visitar a tu mamá~?
Habiendo sido sacado de sus pensamientos, Garfiel se sobresaltó tanto por lo repentino de las palabras de Mimi como por su contenido.
_Garfiel: 'S-spera, ¿por qué? ¿por qué quieres ir a verla?
_Mimi: ¿N~? ¿Pues por qué más iba a ser? Reala es la mamá de Garf, ¿no~? ¿No crees que deberían hablar como se debe~?
_Garfiel: A ésta no le 'nseñaron a leer 'ntre líneas…
Aunque podía entender la parte más importante de su relación a través de su instinto, Mimi no era consciente de todas las sutilezas que rodeaban la situación. Él se encontraba en una posición difícil, incapaz de responder preguntas acerca de si eran o no familia. Garfiel inmediatamente se dio cuenta que era inútil tratar de explicarlo, y dejó de lado el tema. Y entonces, notó que había otro problema.
_Garfiel: 'Stá bien… Lo mejor será que ella no sepa que mi asombroso ser es su hijo.
_Mimi: ¿Ah sí?
_Garfiel: Así es. …Ah, es verdad, aún tengo que pensar en si debería decírselo o no a mi hermana.
Probablemente acabaría informándoselo a la razonable Frederica.
Después de que la sorpresa y confusión inicial se le pasasen, ella probablemente llegaría a la misma conclusión que Garfiel, puede que incluso más rápido que él.
Además, incluso si sus conclusiones no llegaran a ser las mismas, ella aún tenía el derecho de saber que su madre seguía con vida. Pero ¿sería correcto hacer que ella tuviera que pasar por el mismo dolor que él?
_Garfiel: Con el tiempo, tendremos que decidir.
_Mimi: Ah ya veo~. Suena konplicado~. No conozco a mi madre, así que me gusta pensar que me llevaría bien con ella~.
_Garfiel: …¿No conoces… a tu mamá?
Garfiel se sacudió los oídos debido a la inesperada respuesta de Mimi.
Mimi asintió diciendo "Sip" sin dejar entrever ninguna emoción.
_Mimi: Hetaro, Tivey y Mimi nunca conocieron a mamá y papá~. Seguramente pensaron que cuidar trillizos sería demasiado duro~, así que nos abandonaron en algún luga~r. Y luego, nos encontró el Jefe, así que él es familia, ¡y la Señorita también!
_Garfiel: …Ya veo. Sí, parece una familia 'norme.
Sin saber la razón, Garfiel repentinamente empezó a acariciar la cabeza de Mimi.
Y en ese momento…
_Mimi: ¡—Waah!
Mimi rápidamente se apartó de su mano.
Garfiel observó con atención el rostro ruborizado de Mimi, quien se dio la vuelta mientras se frotaba la cabeza y hacía un sonido de vergüenza y nerviosismo.
_Mimi: Por algún motivo, desde ayer, acercarme mucho a Garf se siente raro.
_Garfiel: 'N-ntiendo. Perdón… ¿quieres que me vaya?
_Mimi: Tampoco quiero eso~. Estaré bien si no estás ni muy cerca ni muy lejo~s.
Mimi dio algunos pequeños y nerviosos pasos, deteniéndose en un lugar fuera del alcance de sus manos, pero a su lado.
Garfiel frunció el ceño, confundido, mientras Mimi expresaba su usual risita. En ese breve momento, su propio rostro parecía haberse teñido ligeramente de rojo.
_Mimi: ¡Ey, ahora que recuerdo, tenemos sowarie! ¡Vamos a comer sowarie!
_Garfiel: S-sí.
Como si tuviera prisas por cambiar de tema, Mimi retiró la caja con el postre de su bolsa. Eso era lo que Reala le había dado a Mimi la noche anterior, antes de que se despidieran.
Durante un instante, un dolor hueco fluyó por el pecho de Garfiel mientras Mimi sostenía los bocadillos hacia él, y el aroma flotaba suavemente hacia su nariz.
El sowarie era similar a una masa de pan dulce, horneada y rellena con una considerable cantidad de crema y pasta de judías rojas.
Había dos grandes y redondos sowaries en la caja, uno para cada uno, que servirían como su desayuno.
_Mimi: ¡Yuju! ¡Es dulce~! ¡Delicioso! ¡Supersuperdelicioso~!
_Garfiel: Sí, 'stá sabroso.
Garfiel estuvo de acuerdo con los grandes elogios de Mimi.
El postre era ligeramente dulce, pero no estaba abrumadoramente azucarado, y la masa era esponjosa y suave. Si lo hubieran comido recién horneado, habría sido aún más delicioso. Ésta era la cocina experta de una madre.
Siendo ese el caso, Garfiel podría haber tenido más oportunidades de probarla.
_Mimi: ¿Garf?
_Garfiel: Compórtate como un hombre, mi asombroso ser. No es nada. Vámonos.
Mimi miró a Garfiel, quien empezó a caminar como si quisiera dejar sus pensamientos de lado.
Ahora volvía a pensar en sus amigos, quienes estaban esperándolo. Al igual que Mimi, Garfiel también durmió fuera sin permiso.
Por ello, sin duda sería reprochado con severidad—
_???: ¿—A veee~r? ¿Esto va bien? ¿Pueden oírme~? Pedazos de mierda que pueden escucharme, alzad un grito. Y los pedazos de mierda que no puedan, ojalá se pudran y se mueran, sería de mucha ayuda~. Gyajajajajaja.
_Garfiel: ¿Eh?
_Mimi: ¿O~h?
Habiendo dado tan sólo un corto paso hacia adelante, una repentina voz impactó sus tímpanos.
Se miraron el uno al otro a la vez y luego al cielo, que era de donde la estridente voz parecía provenir.
_Garfiel: ¿Esa voz de idiota…?
_???: ¿Y bien, y bien, y bien? ¿Hubo algún imbécil que se haya muerto de la sorpresa en estos momentos? Si no es así, entonces no importa; ¡pero si alguno se atreve a ignorar a esta encantadora señorita, me pondré de mal humo~r!
Ignorando el presentimiento de Garfiel, aquella voz siguió hablando con un volumen particularmente molesto.
Prestando un poco de atención, las demás personas que recorrían las calles mañaneras dirigían su vista al cielo, confundidos, igual que Garfiel.
Se trataba de una voz tremendamente estridente — sería una conclusión incorrecta.
Garfiel, cuyo oído era diferente al del ser humano promedio, podía darse cuenta de que esta voz estridente no provenía de una única fuente, sino que cubría a la ciudad entera, esparciéndose como un eco.
Sin embargo, saber eso no permitía realmente entender la situación,
_???: Parece que ustedes no saben hacer más que respirar, me arruinan el humor innecesariamente. No cabe duda de que son criaturas inútiles y sin valor. No son más que escoriaescoriaescoriaescoria~. ¡Limpien sus repugnantes mentes de esos inmundos pensamientos, y tan pronto como lo hagan, vayan y encuentren alguna zanja de mierda y metan la cabeza bien profundo! ¡De hecho~, muéranse ahora mismo~, en serio~! ¡Por favorcito ¿sí~?! ¡Gyajajajaja!
—La dueña de esta voz poseía un alma vil y putrefacta.
_Garfiel: ¿Qué 'stupideces son esas? ¡No jodas!
_Mimi: Garf… esto, me da muy~ mala espina.
Mientras Garfiel maldecía con irritación, Mimi mostraba una expresión de intranquilidad. Al verla así, Garfiel acarició la cicatriz en su frente con la mano, apretando los dientes.
Esa expresión no le quedaba bien a ella. Él no quería que ella tuviera esa expresión.
_???: Vaya vaya, ¿será que los estúpidos pedazos de mierda todavía no alcanzan a entender lo que conlleva esta preciosa señorita? ¡La razón por la que puedo hacer esta transmisión es, es, es~!
_Garfiel: Dilo de una maldita vez, ¿cuál es la razón?
_???: E~s po~rque~ tengo… no, no, TENEMOS el control del Ayuntamiento, obviamente. Ah, por cierto, ¿están al tanto de las torres de control en los extremos de la ciudad? ¡Pues ahora también son nuestras!
_Garfiel: Torres de control… ¡¿las que Otto-nii mencionó?!
Habiendo notado las intenciones de la dueña de aquella voz, Garfiel sintió de inmediato el peso de la amenaza que representaba y por poco se olvidó de respirar.
Antes y después de haber llegado a la ciudad, Garfiel había escuchado a través de Otto sobre la estructura funcional de Priestella. Las siempre operantes compuertas de agua de Priestella podían atrapar cualquier enemigo si era atraído a su interior.
Y ahora mismo, las torres de control localizadas en los cuatro extremos de la ciudad —este, oeste, sur y norte— y que están a cargo de la operación de esas compuertas, estaban bajo el control de aquella locutora, que poseía una personalidad vil como ninguna. Lo cual quería decir que la población completa de la ciudad había sido tomada como rehén.
Llegando a la misma conclusión que Garfiel, el pánico y la preocupación comenzaron a propagarse a través de los civiles. Mientras todos gritaban de miedo, una risa extremadamente emocionada hizo eco por toda la ciudad.
_???: ¡Kyajajajaja! ¡Por fin se dan cuenta; ahora se dan cuenta; de que están a punto de perder la vida! ¡Es impresionante cuán estúpidos pueden ser, pero no debería decirles demasiado! ¡Ah, escoriaescoriaescoriaescoria! Kyajajajaja.
_Garfiel: …
_???: Ay no, no podemos seguir así. Si sigo sin decir mi nombre, a este paso van a empezar a intentar escapar de la realidad ¿no es así? ¡¿Por qué no permiten que la misericordia de esta dulce y gentil señorita les de una respuesta simple y sencilla?!
En la asustada ciudad, Garfiel tomó la mano de Mimi con fuerza.
Y procedió a escuchar cuidadosamente lo que la voz iba a decir.
_???: ¡Soy la Arzobispa del Pecado de la Lujuria del Culto de la Bruja—!
_Garfiel: ¡Culto de la Bruja—!
_Capella: ¡—Capella Emerada Lugnica! ¡Kyajajajaja! ¡Respétenme! ¡Adórenme! ¡Luego lloren, supliquen y mueran trágicamente como los gusanos que son! ¡Pútridos pedazos de mierda! ¡Kyajajaja!