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Pisotear los Cielos

Actualizaciones todos los sábados, en caso de haber alguna modificación puntual en el horario avisaré antes. ----------- Esta es una historia sobre yo reencarnando en un universo de Harry Potter, sin embargo ¿hasta dónde llegan las similitudes con la historia original? ------------- Estoy escribiendo la misma historia en Wattpad, así que si la estáis leyendo allí, no la estoy robando xD

ParagonDaoOfBS · Derivasi dari karya
Peringkat tidak cukup
81 Chs

Capítulo 7

Con todo el Gran Comedor gritando, Dumbledore tuvo que hacer salir fuegos artificiales de su varita para calmar a los estudiantes

-Prefectos -exclamó-, conducid a vuestros grupos a los dormitorios, deinmediato.

Los prefectos empezaron a organizar a los estudiantes de sus respectivas casas y los guiaron en dirección a sus salas comunes.

-Esto no es como la historia original -pensé -, debería ir con Harry y Ron para ayudarlos.

Con este pensamiento en mente, conjuré el hechizo de invisibilidad. No era exactamente el Encantamiento Desilusionador, porque funcionaba diferente. El hechizo que yo usaba consistía en mover la magia de mi alrededor con tal de que la luz me rodeara, haciéndome efectivamente invisible, en cambio el Encantamiento Desilusionador funcionaba de tal forma que el cuerpo del conjurador cambiaría de color para adaptarse al fondo que tenía detrás.

Me apresuré a seguir al par de amigos y no tardé mucho en encontrarlos. La varita de Harry sobresalía por la nariz del troll, sin embargo, a diferencia de la historia original, Ron yacía a un lado y parecía inconsciente. Con una rápida aplicación de mi Ojo Mágico, pude determinar que tenía roto el hombro, probablemente debido a un golpe que le había dado el troll. La bestia sostenía a Harry por un pie y estaba a punto de golpearlo con su garrote.

-Wingardium Leviosa -murmuré mentalmente.

El encantamiento hizo levitar el arma y el troll pareció confundido. Sabiendo que este troll debía ser mucho más fuerte que el de la historia original, hice balancear con toda la fuerza que pude el mazo, que golpeó al monstruo en la cara y, como si lo hubieran bateado, salió disparado contra la pared, creando algunas grietas, estaba inconsciente incluso antes de tocarla.

Noté que Harry y Hermione se habían desmayado, quizás por el miedo a morir. No importaba, había tenido suerte de que nadie me viera. Escuché pasos, probablemente los profesores. Unmomento después, la profesora McGonagall entraba apresuradamente en lahabitación, seguida por Snape y Quirrell, que cerraban la marcha. Quirrelldirigió una mirada al monstruo, se le escapó un gemido y se dejó caer en uninodoro, apretándose el pecho.

Snape miró al troll y luego echó un vistazo al trío inconsciente. La Profesora McGonagall, con cara de estar más enfadada que nunca, murmuró algunas palabras, despertando a los tres.

-¿En qué estabais pensando, por todos los cielos? -dijo la profesoraMcGonagall, con una furia helada -. Tenéis suerte de que no os haya matado. ¿Por qué no estabaisen los dormitorios?

Escondido en una esquina, observé como la furiosa profesora despotricaba contra el trío. Snape no parecía tan interesado en ellos, en cambio, se acercó al troll y empezó a revisarlo, luego miró la pared llena de grietas.

-McGonagall -empezó el profesor de pociones con tono cauteloso -, un grupo de estudiantes de primero no deberían haber sido capaces de derrotar a un troll. Además, por lo que parece, este ha sido golpeado con una fuerza aterradora.

Minerva observó a la gran masa de carne verde y entrecerró los ojos, luego se giró para mirar directamente a la cara de los estudiantes.

-¿Fuisteis vosotros quienes derrotasteis al troll? -preguntó con voz estricta.

Harry, que había sido el último en desmayarse, pareció darse cuenta de la situación.

-No, profesora, de echo cuando me desmayé juraría que estaba a punto de recibir un golpe -respondió el chico con gafas.

Snape, Quirrell y McGonagall se tensaron visiblemente. Sabiendo que debía marcharme cuanto antes mejor, me escabullí por detrás de todos. Si hubiera tardado un segundo más, podría haber escuchado a Snape murmurando 'Homenum Revelio', el encantamiento hecho para detectar presencias.

Mi control de la magia del entorno no era lo suficientemente bueno como para dispersar la sonda que me pasó, pero la ignoré y me dirigí tan rápido como me fue posible hacia la sala común de Ravenclaw.

-Siete -murmuró Severus y McGonagall lo miró -. Hay siete presencias en esta sala.

Ron miró confundido a su alrededor.

-Pero solo veo a seis -dijo confundido.

-Exactamente -contestó la jefa de Gryffindor -. Iré a avisar a Dumbledore, Snape intenta perseguir el rastro.

Fue una pena que para ese punto, yo ya estaba en mi cama, no era lo suficientemente bueno como para detener Homenum Revelio, pero borrar mi rastro mágico era tan fácil como parpadear.

-No falta mucho para que revele mis capacidades -me dije a mi mismo en voz baja -. Sin embargo no puedo permitir que todos los profesores se enteren, en especial Snape y Quirrell, debo tener más cuidado de ahora en adelante.

Aunque eso fue lo que pensé, también sabía que el trío dorado habría muerto ese mismo día, al parecer el mundo en general era mucho más fuerte que el de los libros. Sin embargo no podía estar cuidando para siempre a Harry, debía prepararse para los eventos futuros y yo tenía otros planes completamente diferentes.

Suspiré cansado, debería dejar todo el asunto de preparar a Harry para Dumbledore. Sin embargo aún quería contactar con el director y, para eso, conocía el momento perfecto, hasta entonces me prepararía lo máximo de bien posible.

Cuando empezó el mes de noviembre, el tiempo se volvió muy frío. Lasmontañas cercanas al colegio adquirieron un tono gris de hielo y el lago parecíade acero congelado. Yo, estando acostumbrado al clima en España, hubiera necesitado capas y capas de ropa para no congelarme. No obstante, alegremente podía afirmar que en cuanto hechizos útiles, nadie me ganaba en ese momento.

Andaba por los pasillos usando magia constantemente. Ahora podía extender mi magia hasta treinta metros, definitivamente soy un genio, además le había puesto un nombre a la técnica, 'EN'. El nombre se lo puse en honor a Hunter x Hunter, serie en la que hay una técnica muy similar que también se llama En, sí lo sé no soy muy original.

Mi control de magia había aumentado bastante, ahora podía calentar el aire a mi alrededor haciendo que las moléculas se movieran de forma más veloz, usar la ciencia junto con la magia era un tema que había extraído de mangas y series en mi mundo anterior y sorprendentemente funcionaba.

De hecho había creado algunos hechizos para hacer cosas como por ejemplo lavar mi ropa... Quién sabe, quizás algún día lo necesitaría.

Todo iba bien excepto un pequeño problema: Había llegado a un punto en el que mi control de magia no mejoraba.

No era por falta de habilidad, sino porque simplemente... me faltaba magia. Había intentado anteriormente empezar a recolectar magia, sin embargo no tenía ninguna base en la que sostenerse, era incapaz de controlar la magia en el ambiente.

Seguí reflexionando incluso mientras miraba el partido de Quidditch. Harry era realmente bueno, incluso con Quirrell intentando tumbarlo el pelinegro fue capaz de atrapar la snitch, claro que, el hecho de que se distrajera debido a que Hermione le prendió fuego a la túnica de Snape, fue un factor decisivo.

-Bueno, de momento no hay nada que pueda hacer -exclamé mientras me levantaba de las gradas, siendo el último en marcharse -. Tendré que esperar hasta Navidad.

Y pasó otro mes completo, aunque a diferencia de los anteriores, esta vez no hice mucho progreso además de aprender alguna cosa de la biblioteca.

Se acercaba la Navidad. Una mañana de mediados de diciembre Hogwarts sedescubrió cubierto por dos metros de nieve. El lago estaba sólidamentecongelado y los gemelos Weasley fueron castigados por hechizar varias bolasde nieve para que siguieran a Quirrell y lo golpearan en la parte de atrás de suturbante, hilarante si se sabía quién residía allí. Las pocas lechuzas que habían podido llegar a través del cielotormentoso para dejar el correo tuvieron que quedar al cuidado de Hagrid hastarecuperarse, antes de volar otra vez.

Fuimos pocos los que nos quedamos en Hogwarts durante las fiestas. La mayoría de los alumnos volvían a sus casas para ver a sus familiares y pasar con ellos esos fríos días, sin embargo yo ni tenía una familia en este mundo ni la necesitaba. Hacía bastante que había aceptado el hecho de que no volvería a ver a mis padres, así que ya ni siquiera me dolía.

La mañana del 25 de diciembre, el Gran Salón estaba espectacular. Guirnaldas de muérdago y acebo colgabande las paredes, y no menos de doce árboles de Navidad estaban distribuidospor el lugar, algunos brillando con pequeños carámbanos, otros con cientos develas. Uncentenar de pavos asados, montañas de patatas cocidas y asadas, soperasllenas de guisantes con mantequilla, recipientes de plata con una grasariquísima y salsa de moras, y muchos huevos sorpresa esparcidos por todaslas mesas.

-¡Esto es increíble! -exclamé en voz alta, atrayendo la atención de los pocos alumnos que también estaban desayunando.

-Siéntese libre de probar las patatas, señor Doyle -me habló Dumbledore des de la mesa de los profesores -. Debo decir que este año están especialmente ricas.

-Gracias por la recomendación, director -le respondí mientras las probaba. Si fuera un anime, probablemente hubieran aparecido estrellitas en mis ojos, oh espera, en realidad aparecieron debido a mi magia.

El director soltó una risita y se sirvió a él mismo un trozo de pastel de limón.

No recibí ningún regalo, pero no me importaba en lo absoluto. Pasé el día caminando por el castillo, era realmente impresionante.

Esa misma noche, supe que era el momento de poner en practica mi plan. No recordaba dónde estaría el Espejo de Oesed, pero tenía la referencia de Harry, así que me hice invisible, hechizo que había empezado a ser mi favorito, y me dirigí hacia la biblioteca.

Efectivamente, una vez llegué, no tuve que esperar mucho para ver como la puerta se abría aparentemente por nada. Entrecerré los ojos.

-Sin duda es una de las Reliquias de la Muerte -pensé asombrado -. Mi En no detecta absolutamente nada...

No importaba, aún podía escuchar sus pasos. Lo seguí sin hacer ruido y lo vi mientras buscaba información sobre Flamel. Se quitó la capa y sucedió lo mismo que en la historia original. Seguí al chico mientras corría, no sé cómo Filch no lo descubrió, hacía un ruido bastante elevado.

En mi caso, tenía suerte de que ya había dominado la parte de insonorización. Harry se detuvo enfrente de unas armaduras.

-Usted me pidió que le avisara directamente, profesor, si alguien andabadando vueltas durante la noche, y alguien estuvo en la biblioteca, en la SecciónProhibida.

Harry debió de sentirse aterrorizado. Filch debía de conocer unatajo para llegar a donde él estaba, porque el murmullo de su voz se acercabacada vez más y, curiosamente, el que le contestaba era Snape.

-¿La Sección Prohibida? Bueno, no pueden estar lejos, ya losatraparemos.

El pasillo era estrecho y si se acercaban, es posible que chocaran contra ellos. Recordando esta parte de la historia al fin, retrocedí y entré por una puerta que había a la izquierda, sin saber que no estaba solo, Harry hizo lo mismo.

Observé la sala, parecía un aula en desuso. Las sombras de sillas y pupitres amontonadoscontra las paredes, una papelera invertida y apoyada contra la pared deenfrente... Había algo que parecía no pertenecer allí, como si lo hubierandejado para quitarlo de en medio.Era un espejo magnífico, alto hasta el techo, con un marco dorado muytrabajado, apoyado en unos soportes que eran como garras. Tenía unainscripción grabada en la parte superior: Oesed lenoz aro cut edon isara cut seonotse.

-Ese es el espejo -pensé.

Me mantuve en una esquina, aún invisible y miré como Harry se acercó alespejo y se detuvofrente a él. Sabía lo que estaba viendo, así que no me extrañé cuando se llevó las manos a la boca, probablemente para evitar gritar, luego le salieron unas cuantas lágrimas y se marchó.

Cuando cerró la puerta, la atmósfera pareció cambiar. Deshice mi invisibilidad y me giré hacia el hombre viejo a mi lado, que había hecho lo mismo.

-Buenas noches director -lo saludé alegremente.