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Pisotear los Cielos

Actualizaciones todos los sábados, en caso de haber alguna modificación puntual en el horario avisaré antes. ----------- Esta es una historia sobre yo reencarnando en un universo de Harry Potter, sin embargo ¿hasta dónde llegan las similitudes con la historia original? ------------- Estoy escribiendo la misma historia en Wattpad, así que si la estáis leyendo allí, no la estoy robando xD

ParagonDaoOfBS · Book&Literature
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81 Chs

Capítulo 6

-Allí, mira.

-¿Dónde?

-Al lado del chico alto y pelirrojo.

-¿El de gafas?

-¿Has visto su cara?

-¿Has visto su cicatriz?

Observé des de una cierta distancia el como Harry recibía miradas por parte de todos los estudiantes. El pobre chico parecía realmente tímido, todo lo contrario al pelirrojo que estaba a su lado, Ron parecía disfrutar de la atención aunque no estuviera dirigida a él. Solté una pequeña risita, esos dos realmente se compenetraban, muchas veces, los mejores amigos eran aquellos que se diferenciaban más, después de todo.

En una hora empezaba mi primera clase, y la asignatura sería encantamientos.

-Parece que voy a ver a mi jefe de casa pronto -dije a nadie en particular -. Me pregunto si es realmente tan bajito como se menciona en los libros.

Empecé a dirigirme al aula, si bien aún quedaba bastante para empezar, ¡por el camino podría pasarme cualquier cosa! Podría perderme por las escaleras, encontrarme con Peeves, o incluso toparme con alguien que necesitara ayuda, nunca se es demasiado precavido...

-Soy alguien tan sabio... -dije riéndome alegremente.

Algunos alumnos que pasaron por mi lado me miraron de forma extraña. Si hubiera sido mi anterior vida, quizás me hubiera sentido avergonzado, pero ya que había reencarnado, disfrutaría de esta nueva oportunidad sin tonterías como la vergüenza o cosas así. Por supuesto sin nada que pueda traerme problemas, quiero ser feliz, pero no soy tonto.

Al final no hubo ningún imprevisto en el camino (pero podría haberlo habido), así que llegué tres cuartos de hora por adelantado, entré a la clase y estaba vacía. El aula consistía en tres filas de escritorios, todos frente a la mesa del profesor, detrás de la cual se encontraba una gran silla tapizada con respaldo alto. Dos pizarras flanqueaban la mesa del profesor, y detrás de estas estaba una pequeña repisa con libros y otros objetos, bajo un par de ventanas.

-Parece que tengo algo de tiempo libre -murmuré, cogiendo el Libro Reglamentario de Hechizos para Primer Año.

Lo abrí y empecé a leer acerca del Encantamiento Levitatorio. Que hechizo tan desperdiciado, aunque según el libro era imposible de usar en combate debido a que requería implementar tu magia en el objeto deseado y eso requería mucha concentración, practicando el control de tu magia llegaría un momento en el que lo podrías usar para levantar, por ejemplo, el suelo con el fin de desequilibrar a tu adversario. Bueno, era solo una suposición, pero probablemente no me equivocara.

De hecho, en la saga original se desperdician una gran cantidad de hechizos y maldiciones, todo era cuestión de originalidad, sin embargo los combates se basaban en Maldiciones Asesinas y Encantamientos Desarmadores, una verdadera lástima pues los combates podrían haber sido más divertidos si hubieran tenido más variedad.

En ese momento escuché como se abría la puerta, alcé la vista y vi a la persona más pequeña que había visto nunca.

-Buenos días profesor -le saludé.

Pareció sorprendido de verme. -Buenos días, no esperaba a alguien tan temprano -me devolvió el saludo con una voz chillona que parecía bastante alegre -. ¿Cuál es su nombre?

-Soy Liam Doyle, señor, y como no tengo nada que hacer hasta que empiece la clase decidí que podría venir un poco antes -le expliqué.

-Eso es comprensible, supongo, soy el Profesor Flitwick, un gusto conocerlo señor Doyle -se presentó con la misma voz aguda -Veo que está leyendo, es bueno que le guste, sin embargo le recomiendo que se espere un poco a que empiece la clase, necesitará los conceptos básicos para empezar a realizar hechizos.

Sonreí imperceptiblemente -Esta es mi oportunidad -pensé.

-En realidad practiqué un poco en le tren y ahora soy capaz de lanzar el hechizo Lumos -mientras hablaba saqué mi varita y realicé el encantamiento.

Por supuesto tuve que fingir, así que pronuncié las palabras necesarias y me aseguré de que la luz no brillara demasiado.

El profesor me miró impresionado -Parece que tiene usted bastante talento, señor Doyle -me alabó -. Es raro que los estudiantes puedan lanzar un hechizo antes de siquiera empezar las clases, espero mucho de usted.

Aún estando sorprendido, no era inaudito, por lo que me dijo que esperara a la clase para así no aburrirme. Yo sabía que me diría eso, así que guardé el libro, de todos modos ya estaba seguro de poder lanzar Wingardium Leviosa sin necesidad de pronunciar palabras.

-Sin embargo es realmente impresionante -dije en mi mente mirando al profesor mientras apilaba unos libros detrás de su escritorio -. No necesito verlo con mi ojo mágico para decir que su magia está en otro nivel.

Por supuesto no era nada comparado con lo que sentí de Dumbledore, probablemente se debía a que, y estaba casi seguro, el director conocía el secreto para obtener magia y, en cambio, el profesor Flitwick no.

Pasé el tiempo que quedaba mejorando el control de mi magia, moviéndola a lo largo de mi cuerpo e incluso expandiéndola un poco, aunque mi límite radicaba en 1 metro de radio a mi alrededor. El profesor no notó nada debido a que no pude llevarla más lejos, por lo tanto no podía verla debido a que era invisible sin el ojo mágico y tampoco podía sentirla, debido a que no hacía ningún tipo de contacto con su propia magia.

-Si mi teoría es correcta, los magos solo son capaces de sentir la magia si esta entra en contacto con la suya propia -reflexioné acariciándome la barbilla -. Los profesores de Hogwarts probablemente sean capaces de controlar hasta cierto punto su magia, así es como Snape notó a Harry cuando este volvía de la Sección Prohibida de la biblioteca.

-El problema es que he llegado a un punto en el que no sé cómo llevar mi control al siguiente nivel -dije en voz baja, frunciendo el ceño -. Quizás pueda intentar mantener mi magia extendida el máximo tiempo posible, sería útil como habilidad pasiva...

Lo máximo que logré aguantar fueron diez minutos, era un buen progreso considerando que antes solo podía usarlo durante un segundo, por lo que logré confirmar que se podía mejorar de esa forma.

Entonces sonó el timbre y empezaron a entrar alumnos, la mitad eran de Hufflepuff y la otra mitad de Ravenclaw. Todos se sentaron y empezó la clase.

-¿Qué es esto? -me pregunté mentalmente mientras salía del aula.

El profesor Flitwick se había pasado todo el rato explicando conceptos tan básicos que casi le hicieron reír, pero eso no fue lo peor, lo peor fue que la gran mayoría de los estudiantes ¡ni siquiera parecían haberlo entendido! Esto no estaba relacionado con mi talento, en mi anterior vida tampoco me hubiera costado en absoluto entender tales conceptos, casi parecía como si la magia les hubiera frito el cerebro.

Algo raro también fue que a la parte que sí lo había entendido, tampoco les costó comprenderlo, y miraron extrañados al diminuto profesor repitiendo lo mismo una y otra vez.

Las clases continuaron hasta la hora del almuerzo. En ninguna pasó nada extraordinario, exceptuando Transformaciones, donde McGongall mostró sus habilidades de Animago y transformó su escritorio en un cerdo, una clase que empezó interesante pero que luego fue más aburrida debido a que les explicó algo de química que necesitarían para realizar sus transformaciones, solo para terminar con todos intentando convertir una cerilla en una aguja, por supuesto lo hice a la primera, provocando que la profesora me mirara con un brillo extraño en sus ojos y luego me otorgara 10 puntos para Ravenclaw, mis primeros puntos, ¡genial!

Y luego tuvimos Pociones, Snape entró con su intento de aire misterioso y mal humor, fue difícil, pero al final logré contenerme para no lanzarle alguna maldición o algo similar, total tampoco conocía ninguna aparte de las imperdonables.

Después del almuerzo, nos tocó Herbología con los de Gryffindor.

-Me pregunto si se pueden elaborar píldoras para aumentar el cultivo igual que en las novelas Xianxia -pensé -. Quizás investigaré sobre eso más tarde, la alquimia es una rama interesante de la magia después de todo.

No, después de venir a este mundo pude entender que no solo la alquimia era interesante, cada una de las ramas de la magia... ¡era un completamente un mundo! Podías pasarte toda la vida estudiando una sola, pero si no tenías el talento requerido, ni siquiera arañarías la superficie. Y yo me propuse estudiar todas y cada una de ellas, me convertiría en el mejor mago que hubiera existido nunca.

Vi a Harry y Ron entrar a los invernaderos, yo había llegado temprano como ya era costumbre. Luego vi a entrar a Hermione, me saludó y yo se lo devolví. Parecía un poco triste, suponía que ya la habían molestado por ser un poco sabelotodo, la gente no tiene nada mejor que hacer que intimidar a alguien... De todos modos no podía interferir mucho, necesitaba que todo fuera como en la historia original y Hermione se hiciera amiga de esos dos.

Me sentí mal por ella, pero por el bien del mundo en general debería actuar de esta forma. Bueno, si se pasaban de la ralla los frenaría.

-Me he vuelto realmente manipulador -pensé con cierto desprecio por mí mismo.

Lanzando un pequeño suspiro, procedí a seguir escuchando las palabras de la profesora Sprout. Pasaron las semanas rápidamente y finalmente llegó el día en el que todo empezaría a torcerse: Halloween.

Mis mejoras fueron mucho mayores de las que pensé, ahora mi magia se extendía de forma pasiva a dos metros de radio de mí, incluso podía extenderlo hasta diez metros, pero entonces no era capaz de aguantar más de un minuto. Logré conseguir bastantes puntos para la casa y mi nombre era ligeramente conocido entre los profesores, pues siempre lograba cualquier cosa en unos pocos intentos.

Aunque no demostré nunca mis verdaderas habilidades, solo hechizos que nos enseñaban en clase. En realidad ahora ya conocía todos los hechizos de primer año y había ido a la biblioteca para aprender algún otro un poco mejor, sin embargo solo encontré pequeñas maldiciones que provocaban cortes de pelo extraños y otros del estilo.

Sin embargo mi gran mejora y lo que me hizo estar tan contento, fue que mediante el control de mi magia logré hacerme invisible, este fue un hechizo que Dumbledore creó, aunque él era capaz de ocultar completamente su presencia, su olor y que sus pasos no se escucharan y, en cambio, yo aún solamente podía hacerme invisible. Aún así era un gran logro! Sobre todo por lo que pasaría hoy.

Había reflexionado y entendí que el mundo en el que estaba era bastante diferente del de la historia original, así que me aseguraría de cuidar de los Tres Mosqueteros esos aunque fuera des de las sombras.

Efectivamente, esa noche mientras todo el mundo disfrutaba del banquete, Quirrell entró corriendo y gritando.

-¡Troll en las mazmorras, hay un troll en las mazmorras! -exclamó con cara de terror -. Pensé que deberías saberlo.

Luego de eso se desmayó y reinó el caos.