Tal vez Helios había consumido demasiadas películas y series de espías, el mundo de Marvel parece ser muy espectacular en sus grandes escenas.
Pero él no estaba en la gran escena, ahora mismo era un actor secundario, su fuerza no era muy llamativa, ni importante.
Es lo que tenía que tener en cuenta, ya que se vio decepcionado cuando sus primeras misiones fueron acompañar a un veterano agente Frank, a corroborar denuncias o pistas extrañas.
Estas pistas normalmente venían de fuentes desconocidas, es decir de personas que él nunca sabría a más que subiera de nivel dentro de la organización.
La mayoría de ellas era sobre vigilar posibles espías rusos o de otros países, que realizarían un intercambio no sucedía.
Era ya el primer mes y hasta ahora todo era vigilar, lo único bueno tal vez es que empezó a conocer mucha más gente dentro de la organización.
La calma era la clave y no lograría en un mes, algo que sabe que muchos tardaron en conocer como 15 años.
Conversaba en la cafetería con los demás agentes, sobre el día, sobre la vida, sobre las misiones.
Todos en su departamento se encargaban exclusivamente de recaudar información y verificarla.
Muchos tenían contactos en el mercado negro, y poco a poco él también empezó a hacerlos.
Al segundo mes la información se podía corroborar con solo una llamada, a un traficante de armas.
A quien después le devolvía el favor ayudándolo a meter armas ilegales, pero se encargaba de que la agencia supiera el número de cargamento, adonde se dirigían las armas, quienes eran los compradores.
A la agencia no le importaba mucho luchar contra la tenencia de armas, no, lo que le encantaba era la información, ya hace un tiempo que parecían haberse dado cuenta que es el arma más letal que existe.
Al tercer mes ya no tenía al agente Frank a su costado, por lo que decidió hacer más grande su red de contactos, se encargó de mover muchos cargamentos de armas, municiones, vehículos por muchos países.
Se había hecho con un nombre en el mercado negro, con el que estaba bastante feliz, "el transportador".
Pero a diferencia de las películas, las cosas eran mucho más aburridas.
Cuando el cuarto mes se cumplió, Helios se encontraba maldiciendo las lentas computadoras que habían traído recientemente.
La oficina donde trabajaba manejaba un gran flujo de información, y la agencia decidió colocar computadoras para mantener todo guardado.
Para él no tenía sentido porque no existía la tecnología del Backup todavía por lo que era tan sencillo como quemar el edificio y perder toda información, igual el tenía su propia oficina al igual que todos.
No podían dejar la información a la vista de todos, aunque para entrar necesitaras saber un clave y mostrar tu identidad.
Mientras esperaba una eternidad a que su computadora responda, le tocaron la puerta.
Helios: "Está abierto"
A la respuesta la manija se abrió y un agente que él conocía bien, compañero de la oficina, entro.
Helios: "James, ¿Qué necesitas?"
James había abierto toda la puerta, pero medio cuerpo permanecía fuera de la oficina.
James: "Yo no es el barbón, te llama, dice que es prioridad"
Acto seguido James volvió a cerrar la puerta y se retiro, barbón era el nombre clave que se le daba al líder del departamento y como no podía ser de otra manera se debía a que tenía una barba muy tupida que terminaba en punta, algunos decían que lo hacía ver intrigante o como el típico estereotipo de villano.
En esta oficina, entre menos veces te llamará el Barbón mejor, hasta donde el sabía, era únicamente para gritar o porque quería encargar una misión personal, en esas misiones hasta donde el sabía es donde se dieron las pocas bajas en acción que esta oficina había tenido.
Pero no había otra opción más que ir la oficina en cuestión estaba al final del corredor.
Al llegar nada más toco la puerta esperando a la indicación de siempre.
Barbón: "Pase rápido"
La voz del Barbón no era gruesa, era más bien media, tirando inclusive para aguda, pero se las arreglaba para hacer notar su autoridad.
Al entrar Helios se dio cuenta de que no estaban solos, había otro hombre sentado sobre el sillón de cuero marrón en la habitación, al tipo se le notaba relajado tenía unas copa de lo que suponía whisky en la mano.
Desconocido: "Entonces este es el famoso transportador"
La revelación no puso nervioso a Helios, era obvio que alguien con ojos y oídos en el mercado negro se enteraría de su existencia, y si tiene mayor nivel que él podria revisar los registros de sus fuentes y de quienes podían haber estado pagando favores.
Barbón: "Oh, cierto, Helios déjame presentarte al agente Miller, encargado del área de operaciones encubiertas"
El área de operaciones, según Helios conocía, se encargaba de misiones de seguimiento, es decir, no llevaban a cabo misiones armadas, exclusivamente era necesario que supervisaran que cierto flujo de eventos sucedieran y que nunca estuviera ligado con ellos.
En su mayoría de casos, tal vez y era mejor solo no ser visto, ver la situación de lejos y provocar algún efecto mariposa si es necesario.
Helios: "Un placer conocerlo, señor, y si he ganado cierto renombre dentro del mercado negro, con el único objetivo de tener información importante cuando la necesito".
Intento explicarse Helios, sin ninguna duda en su voz, él estaba seguro en que no habia nada malo en eso.
El agente Miller colocó la copa encima de la mesa, y después se recostó en el sillón.
Miller: "No, no, si no te lo critico, un espía debe de asegurarse siempre de tener la información en el momento exacto"
El agente Miller sacó una nota que tenía en su bolsillo y la coloco sobre la mesa, muy cerca a donde estaba Helios.
Miller: "Recogerás todas tus cosas, mañana un carro te recogerá en esa dirección, bienvenido al área de operaciones encubiertas"