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Gantz: AQP

Javier Ávila es un estresado universitario que llegó a un restaurante, donde sus planes se frustran por los malos tratos de las personas que lo rodean. Agobiado por la situación, un inesperado incidente pone fin a su ordinaria vida y así comienza su lucha por sobrevivir. Ahora está envuelto junto a otras personas, en una matanza nocturna de la cual no pueden escapar. Un enorme agradecimiento a Edward Trulooks, quien alegró mi día dedicando la hermosa portada que pueden apreciar. Si gustan, les sugiero seguir su pagina y apoyar su arte. Basado en el manga original Gantz de Hiroya Oku, todos los derechos pertenecen al autor original. Esta historia es ficción, cualquier parecido con lugares o situaciones no tiene nada que ver con la realidad y solo son tomados de referencia.

DaSaInN · Komik
Peringkat tidak cukup
14 Chs

Capítulo 4: Limites

Javier abre los ojos y lo primero que mira son las calles vacías de alguna parte en la ciudad, no puede reconocerlas y viendo alrededor suyo se topa con las personas de la habitación. El perro peruano se acerca a sus pies dándole cabezazos en sus canillas y él gato había corrido hacia los techos de las casas perdiéndose de vista.

El ultimo que llegó fue ese adolescente depravado, apenas se materializó siguió disparando los rifles que cargaba a distintas partes, de alguna forma apretó ambos gatillos hacia un contenedor de basura, segundos después este explotó dejando un hueco en el suelo y esparciendo lo que tenía dentro.

—Ja,Ja,Ja Con que así se dispara, estas cosas son geniales y no hacen ruido pero sí que destrozan. —Decía ese adolescente riéndose de forma enferma, continuó disparando y destrozando algunos muros de una cancha cercana.

Javier estaba por ir a detenerlo pero Cesar lo toma del hombro haciéndolo un ademan de negación, el muchacho le hizo caso y siguió caminando, sin embargo, ese adolescente recordó la paliza que dio y le apuntó por la espalda con el rifle disparándole sin duda alguna. El perro que Javier había liberado, saltó hacia él haciéndolo caer antes del disparo, el rostro del muchacho se puso pálido imaginando lo que pasaría con el pobre animal, lo tomó de la cabeza preocupado pero los segundos pasaron y lo que exploto fue el suelo a unos metros de Javier, el disparo había fallado por poco.

—Estoy seguro que le di a ese perro de mierda ¿Por que tenias que moverlo? —Decía el adolescente bajando el arma y revisándola, pero cometió el grave error de no seguir viendo a Javier.

—¡Hijo de puta! —Javier corrió a toda velocidad tras pararse, tomando por sorpresa al adolescente, iba a darle un golpe en la cara pero por el susto este mal nacido cayó al suelo, el puño de Javier chocó contra el muro de lo que parecía ser una escuela y lo destruyó sin esfuerzo sorprendiendo a todos.

—Tu-Tú estás loco, te pones así solo por un animal estúpido... ¿Eres zoofílico o qué? —Le decía ese adolescente llorando del susto, el enojo de Javier se había ido por la sorpresa de lo que hizo, solo tomó los rifles del adolescente y se fue viéndolo con desprecio.

—Wow, eso fue una reverenda putada, Javier ¿Cómo hiciste para destrozar ese muro? ¿Sera por el traje que te pusiste? —Yesica estaba interesada pero él aún se encontraba perplejo y no le respondió.

—Javier, vuelve en ti y dinos como hiciste eso... La fuerza para romper un muro tan sólido, debería ser equivalente a una bola de demolición y tú lo hiciste de un solo puñetazo. —Las palabras de Cesar lo hicieron reaccionar.

—Yo solo me concentré en partirle la cara, joder, que hubiera pasado si le daba de verdad... Yo lo hubiera... ma... —Javier se imaginó la escena, su expresión cambiaba pero Yesica le dio una fuerte palmada en la espalda.

—¡Stop! No te imagines cosas que no sucedieron, lo que importa es que te detuviste por cuenta propia. Por otra parte, creo que yo también me pondré el traje. Cúbranme mientras me cambio y si alguno se atreve a mirarme, que se olvide de tener hijos. —La actitud de Yesica creaba cambios drásticos en la atmosfera y los distrajeron de lo que había pasado.

Por su parte, los otros sujetos del cuarto murmuraban entre ellos, hablaban sobre la actitud de Javier, de cómo rompió el muro y de que debieron ponerse los trajes.

Pasado unos minutos, Yesica ya se había puesto su traje, pero no se puso su ropa encima de este. Javier y Cesar la miraron sorprendidos, pues el apretado atuendo resaltaba la hermosa figura de la mujer, tenía caderas anchas de esas que vuelven locos a los hombre, una cintura bien cuidada por el ejercicio que hace y en cuanto al pecho no era ni grande ni pequeño, solo normal. Tanto el joven como el adulto se quedaron boquiabiertos, Yesica uso sus manos para levantarles las quijadas.

—Podría creer que Javier me mire de esa forma, pero tu es un adulto muy guapo, Cesar, mujeres deben sobrar en su vida. —Dijo Yesica con un tono algo seductor.

—No me quejo de mi vida sexual, pero ver un cuerpo perfecto siempre llama la atención. Debe traerlos locos en su trabajo, señorita. —Respondió Cesar coqueteándole.

—Uhm pues sí, varios quieren meterse entre mis piernas pero puedo darme el lujo de escogerlos... Aunque ninguno de esos viejos llama mi atención ¿Y a ti Javier? ¿Te parezco atractiva? —Le decía Yesica dando una vuelta lentamente.

—Y-Yo cre-creo que sí, s-se ve bien... —Dijo Javier nervioso haciendo reír a Yesica.

—Ufff te falta mucho, jovencito, si quieres conquistar una mujer como esta, debes demostrar tener más confianza. —Mencionó Cesar algo decepcionado, incluso el perro que lo acompañaba parecía tenerle lastima.

—¿Qué? No, esa no era mi intención y no la veo de esa forma. —Respondió Javier negando con sus manos y avergonzado.

—Es cierto que un hombre con confianza es el ideal para una mujer, pero cuando tienes experiencia con ese tipo de hombres, te das cuenta que solo buscan una "cosa". Javier es lindo a su modo, los chicos como él tienen sentimientos sinceros y eso vale más que una confianza convenienciera. —Las palabras de Yesica animaron a Javier.

—Lindos como perritos u ositos de peluche ¿Verdad? —Agregó Cesar.

—Je,Je Me descubriste Ja,Ja,Ja No te lo tomes a mal, Javier... ¿Javier? —Yesica se rio siguiendo la broma, pero Javier le dio la espalda sin decirle nada.

—Solo es un chiste, no tienes por qué tomártelo de esa forma, Javier. —Le dijo Cesar pero el muchacho lo ignoró.

«Solo se están burlando de mí, creo que me emocioné un poco y confié mucho en ellos... Al final solo me usan para burlas como todos los demás, será mejor alejarme de ellos o me harán sentir peor», pensaba Javier sintiéndose melancólico, solo aquel perro lo siguió.

Aquella pareja de adultos y el hombre moreno de vestimenta elegante estaban cerca de Javier, el hombre de terno fino se le acercó para decirle algo.

—Oye chico, parece que estamos cerca de Enace Cayma, por el aeropuerto si no me equivoco. La pareja y yo vamos a tomar un taxi ¿Qué dices? ¿Quieres que te llevemos? —Le decía ese hombre, Javier solo asintió con la cabeza y decidió irse con ellos.

—Chico, fue sorprendente lo que hiciste, yo también quiero a los animales y estoy en contra del maltrato, pero me quede fría al ver lo que ese loco estaba haciendo. —Le dijo esa mujer intentando hacerle conversación.

—Niños como ese deben tener algo mal en la cabeza, he visto muchas series policiales para saber que primero comienzan con insectos, animales y por ultimo dan el gran paso con personas. Dejar a alguien como él, es como tener una bomba activada, explotara en algún momento. —La pareja de esa mujer hablaba como un padre de familia, pero el trato entre los dos no parecía de esposos.

«No sé qué lecciones de moral puede dar alguien que engaña a su mujer, él tiene un anillo mientras que ella no... No hay que ser genio para saber qué tipo de relación tienen, puede que incluso murieran por que fueron descubiertos», pensaba Javier evitando tomarles importancia.

—Como sea, no es algo que importe, solo actué porque vi algo horrible suceder frente a mis ojos... Ahora disculpen, pero no tienen que hablar conmigo si no lo desean. Solo quiero irme a casa como ustedes... —Javier se quedó atrás caminando despacio, los adultos se miraron entre ellos sin decirle nada.

—Por cierto, teníamos esa cosa del alíen espinas ¿Qué haremos con eso? —Dijo el hombre de traje elegante mientras caminaba.

—Es verdad, se me había olvidado, bueno, si esa cosa existe o no, yo no quiero topármela... Solo tengo ganas de llegar a casa para darme una buena ducha, pensar que todo fue una pesadilla y seguir con mi vida. —Dijo la mujer aferrándose más a su amante.

«El alíen espinas ¿De verdad existirá? Me quede con las ganas de verlo... ¿Estará bien llevarme el traje? —Revisando el traje notó que había algo duro cerca de su muñeca, al sacarlo se desplegó algo que parecía un MP4 al cual tocó los botones prendiendo la pantalla—. ¿Qué es esta cosa? Parece el mapa de la zona, uhm, da la impresión de que estamos dentro de un área definida... Me recuerda al mapa de los MMORPG (Massively Multiplayer Online Role—Playing Game o Juego de rol multijugador online) que suelo jugar —el mapa indicaba tres círculos rojos grandes y 8 pequeños cerca de donde aparecieron, traslucido bajo estos había un círculo rojo enorme—. En los juegos algunos mapas indican a los enemigos próximos ¿Esos círculos serán el alíen espinas? Pero hay más de uno, además que rayos con esa cosa tan grande. Ahora que lo noto, vamos a salir del área en el recuadro, en los juegos no puedes salir del mapa delimitado... ¿Qué pasará si nosotros lo hacemos?», Javier notó que el perro estaba mordiéndolo en los tobillos intentando llamar su atención, él levantó la mirada notando que aquel hombre elegante estaba por salir del área que indicaba el mapa.

—¿Sienten un zumbido extraño desde hace rato? Se ha ido haciendo más fuerte cuanto más avanzamos. —Menciona la mujer cerrando los ojos para intentar dar con la fuente del sonido.

—Pensé que era el único que lo escuchaba, parece un celular malogrado. —Agregó su amante mientras vieron un taxi a lo lejos.

—¡Oiga, taxi! Rayos no me escucha, mejor corro antes de que se pierda. ¡tax...! —Repentinamente la cabeza del hombre de traje elegante explotó al correr tras el taxi y la pareja que vio esto gritaron asustados.

—¿Qu-Que lo mató? Tenemos que irnos cuanto antes... —Decía el hombre tomando de la mano a su amante pero notó que no se movían, al voltear se dio cuenta de que Javier la sujetaba jalándola en dirección contraria.

—Tienen que quedarse aquí, si se van por ahí terminaran igual que ese señor. —Decía jalando con más fuerza de la manga de esa mujer.

—¿Estás loco? Eres un bicho raro, pensé que eras inteligente por ponerte ese traje pero solo eres un retardado. —El hombre seguía forcejeando con fuerza y sin cuidado, la muñeca de su pareja fue presionada bruscamente y ella gritó de dolor.

—Espera, Luis, me lastimas... —La mujer estaba sintiendo dolor por parte de él, entonces este la soltó enojado y continuó su camino.

—Estoy harto de ti, puta de mierda, siempre jodiendo con que me divorcie y ahora con que te lastimo... Pues muérete perra, puedo tener mejores culos que... —Dando unos pasos más adelante, terminó con la cabeza también explotándole.

—Lu-Luis... ¡No! Suéltame, tengo que ir con él... —Decía aquella mujer entre llantos pero era detenida por Javier, la hizo caer al suelo para sujetarla con más firmeza.

—Si vas también te pasara lo mismo —mostrándole la pantalla de ese aparato—. Les explotó la cabeza cuando salieron de este recuadro, creo que ese sonido es una advertencia para no seguir adelante. ¡Cálmate de una vez y ven conmigo! —Javier hablaba seriamente y esta mujer lo notó en sus palabras, la cargo en brazos y corrió a toda prisa para alejarse de los límites, lentamente el sonido que escuchaban se detuvo, como señal de que estaban bien.

—Porque no nos dijiste antes... Luis pudo haber sobrevivido si nos lo advertías, ese amable hombre también hubiera vivido... —La mujer aún estaba en shock, el perro saltaba tras ellos alterado.

«¿Qué pasa con esta mujer? Su amante prácticamente la abandonó llamándola puta, pero ella sigue teniéndole sentimientos ¿Qué mierda les hacen para tenerlas así?», Javier miró con desagrado a esa mujer.

—Recién me acabo de enterar cómo funciona este mapa. —Mostrándole aquel aparato nuevamente, ella lo miró atentamente.

—Solo veo tres puntos grandes rojos moviéndose y dos puntos pequeños quietos. —Le dijo la mujer sorprendiendo a Javier.

—No eran esa cantidad y antes no se movían ¿Qué carajo ha pasado? —Javier notó que de los tres puntos grandes, uno iba cerca de donde estaban ellos, así tomó a la mujer de la mano y se escondieron en la entrada de una casa junto al perro.

Segundos después, vieron al delincuente del cuarto corriendo como escapando de algo, tenía el brazo cortado y miraba asustado hacia atrás. Repentinamente algo corrió alcanzándolo, se trataba de ese tal alíen espinas pero era de color blanco, diferente al de la imagen que les mostraron, este ser apretó al delincuente y lo partió a la mitad, los gritos eran horrendos y podían oírse en todo el sitio.