El Encuentro en el camino

El rugido había desaparecido, pero su eco aún reverberaba en el corazón de Alexander cuando emergió del espeso bosque y se encontró con un sendero polvoriento que se extendía ante él. El sol brillaba alto en el cielo, proyectando sombras alargadas sobre el camino.

Decidido a descubrir el origen del sonido, Alexander se adentró en el sendero, su mente alerta y sus sentidos agudizados por la anticipación. No pasó mucho tiempo antes de que escuchara el sonido de pasos apresurados acercándose desde la distancia.

Preparando su espada, Alexander se puso en guardia, listo para enfrentar cualquier peligro que pudiera acechar en el camino. Pero cuando la figura emergió de entre los árboles, no era un monstruo o un bandido, sino un joven con una mirada de urgencia en sus ojos.

"¡Por favor, necesito tu ayuda!" exclamó el extraño, corriendo hacia Alexander con desesperación palpable en cada paso. "Mi aldea está siendo atacada por criaturas de las sombras. Necesitamos a alguien con tus habilidades para defendernos."

Sin vacilar, Alexander asintió solemnemente, sintiendo la llamada del deber resonando en su interior. "Llévame allí", dijo, siguiendo al joven hacia la dirección de la aldea amenazada.

El camino se convirtió en una carrera contra el tiempo mientras avanzaban hacia el lugar del ataque. Las sombras del bosque parecían acechar en cada rincón, susurros de peligro llenaban el aire mientras se acercaban al borde de la aldea.

Con el corazón latiendo con una mezcla de miedo y determinación, Alexander se preparó para enfrentar lo que sea que aguardara en la oscuridad. Sabía que su destino estaba entrelazado con el de aquellos que lo necesitaban, y no podía dar la espalda a su llamado.