CAPITULO 20: EL PODER OSCURO

Las harpías, le advierten a DWYER que, no debe devolver lo robado.

DWYER amedrentado, no se explica ¿Cómo es que ellas saben que el trae EL CORAZÓN DE LA MAGIA?

Ellas le dicen que pida un deseo a la piedra.

La tentación entra en los sentimientos de DWYER.

En sus ojos se nota el deseo del poder.

Las harpías riendo, se dejan ver.

Una a una vuela a posarse alrededor de DWYER.

El humano, sale en momentos de su trance de terror y egoísmo.

Se da cuenta de que ha robado la piedra.

La culpa le invade, le tiemblan sus manos, suelta la bolsa de cuero donde metió el tesoro del rey.

Las harpías hablan a DWYER, le dicen que el ya fue imbuido con EL CORAZÓN DE LA MAGIA, si no murió, entonces, el poder de la magia le pertenece.

Tentando y reviviendo el sentimiento egoísta, trata de tomar la mente de DWYER el cuál, se resiste y grita negándose a aceptar haber traicionado a DRAKO, al reino entero.

En el castillo, DRAKO se ha reunido con los soldados en donde llevaron a los sobrevivientes del castillo, DRAKO ha estado buscando a su amigo DWYER y no lo ha localizado, pide ayuda a los soldados.

Muchos de ellos le dicen no haber encontrado rastro de DWYER, en uno de los grupos, uno de los soldados declara que, el consejal DWYER salió del castillo como una hora antes del terremoto.

Una mala idea cruza por la mente de DRAKO.

La imagen de su amigo es lo que trae en su cabeza, el en medio de un movimiento brusco, vuela en busca de la piedra: EL CORAZÓN DE LA MAGIA.

El rey, se dirige hacia el área del castillo donde era guardada la piedra.

En otro lugar, el consejal DWYER llora y moquea como un bebé, el lamenta lo que las harpías le han confesado.

El castillo del rey fue destruido y casi toda su familia y habitantes han perecido.

DWYER, no puede creer que la familia de DRAKO haya muerto.

Siente una terrible culpa.

Las harpías, lo tientan, no hay mucho tiempo para que el rey lo encuentre.

Además, el es un pobre humano viejo, dentro de poco morirá, ya sea por su naturaleza de humano o por el odio del rey ¿se dejará morir teniendo el poder en sus manos?

La piedra es capaz de darle la vida y juventud eterna, el podría vivir eternamente y viajar a conocer todo el nuevo mundo.

Esta idea derrota totalmente la cordura de DWYER quien se apresura a tomar la bolsa de cuero y a tocar con sus manos la piedra poniéndola en alto.

Mientras, DRAKO, llega a los restos de la bóveda que guardaba la piedra, se da cuenta de que no está.

Sabe que esto no prueba nada, se regaña a sí mismo.

Sin embargo, en el lugar, encuentra, un frasco de aluminio que a veces DWYER usaba para traer sus aguardientes.

El rey lleno de furia e indignación lo pisotea y lanza potentes alaridos de odio, mas que por furia, son de dolor.

En el lugar de las harpías, DWYER reclama el poder de la piedra como suyo y esta lo envuelve de poder en un aura blanca, tanto es el poder que, su piel se comienza a despegar de su carne, causándole un dolor indescriptible.

Gritando de dolor.

Aun así, se niega a soltar la piedra.

De los bosques salen miles de mantícoras y harpías que, al sentir el poder, se han acercado.

DWYER, rodeado de todas las bestias exiliadas de la zona, ve regocijo en ello, el aura blanca que lo rodeaba, ahora se va tornando gris hasta hacerse oscura.

Todo el lugar se llena de la luz oscura, envolviendo a aquellas bestias.

Entonces, la piedra reacciona, repartiendo el poder del cuerpo de DWYER, hacia miles de bestias.

Llegando así a un equilibrio... la piel de DWYER se termina de rasgar y envuelto en una leve brisa que quita por completo la piel.

Deja ver que, debajo de aquella piel, DWYER, es un hombre joven de nuevo, fuerte y poderoso.

Quien sonríe por su triunfo.

Aquellas bestias celebran, no el inicio de un nuevo rey, si no, la derrota del reino entero.

DWYER se monta sobre una harpía que se le acerca e invita a subir a ella.

Se va junto a su nuevo ejército de bestias oscuras hacia el lado opuesto al reino del consejo.

En un terreno un poco más apartado.

La primera orden que da, es robar a todos los humanos que haya en las cercanías.

Ya que ellos serán su pueblo y el será su nuevo rey.

Acto seguido, harpías y mantícoras, se lanzan regocijadas de cumplir tales órdenes.

De muchas áreas, son robados los humanos que, aun siendo defendidos por los protectores de los lugares, son éstos quienes son destruídos por la fortaleza extraordinaria que adquirieron las harpías y las mantícoras con el poder de la piedra.

Quedando así, las regiones desoladas.

DWYER junto a sus nuevos súbditos emigraron hacia el norte.

A las montañas, donde establecería su reino.

Tierras desconocidas, sin saber que encontraría a viejos enemigos del reino del consejo.

E incluso, a algunos nuevos enemigos, parecidos a los humanos, de orejas puntiagudas, piel extremadamente blanca, cabellos largos y lacios en su mayoría, ojos de mirada profunda, mente sabia, mucho más longevos que cualquier humano, todos ellos muy poderosos de acuerdo a su elemento.

Con los que los dragones, dirigidos por ANCALAGON han tenido que lidiar por miles de años.

En el reino del consejo, se ha declarado la alerta de los ataques de las mantícoras y las harpías, el robo de los humanos y las masacres masivas de los protectores.

Es un terreno desolador para todos.

Los sobrevivientes apenas llegan a unos cuantos miles.

Solo los humanos resguardados en las cercanías del reino, fueron los que han quedado libres de secuestro.

El rey, profundamente herido, no puede confiar más en los humanos.

Siente demasiadas cosas dentro de su corazón.

Tiene miedo.

fin de capítulo 20