—S-Sí, ya voy —respondió Aiden con la voz tan febril como era posible.
Quería parecer un niño inocente ante el director ya que pensaba que tendría los mayores efectos.
—¡Más rápido!
Aiden inmediatamente comenzó a caminar más rápido al escuchar algo así. Sabía que quedarse esperando sin motivo no le ayudaría, después de todo.
Unos segundos después, le tocó a Aiden tener una discusión con el director de la Academia de Magia.
Aiden no podía evitar sentirse un poco estresado aunque sabía que no iba a pasar nada malo con él. David no había podido ver a través de su habilidad, así que Aiden estaba a salvo. Al menos, eso esperaba.
—Entonces, joven, ¿cuál es ese poder tuyo? ¿Cómo logras absorber mana? —preguntó David sin perder un solo instante.
Sabía que no podía perder demasiado tiempo con un estudiante.
—Además, me sorprendió que ninguno de los profesores te eligiera para ser su discípulo, sin duda habrías sido una gran elección.
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