Harry miró hacia el frío y gris techo de la camara de los secretos, su cuerpo dolía como el infierno, se sentía cansado y débil, devido a la perdida de sangre, sus ojos pesados y oscuros. Sentía como la sangre de sus venas ardía, como si de lava calienta se tratara, al mismo tiempo podía sentir una corriente fresca, recorrer su cuerpo.
Estama seguro de que no sobreviviría, el veneno del basilisco ya había recorrido lo suficiente su sangre como para llegar al corazón, aunque el bueno de Fawkes, había intentado curarlo usando sus lágrimas, sabía estaba mas que seguro de que era el fin. Lo sentia en sus huesos, el frío de la muerte como un abrazo cálido y reconfortante, fue curioso como en sus últimos momentos solo pudo sentir como si su Madre lo abrazara, irónico.
Miró hacia el lado, el diario están destruido, un colmillo de basilisco profundamente clavado en las hojas, y Ginny, parecía estar recuperándose, al menos había hecho algo bueno, en sus últimos momentos.
"¡¡¡Patético!!!".
Harry James Potter, abrió los ojos de golpe, su cuerpo estaba lleno de sudor, la cicatriz en su frente dolía como el infierno y podía sentir una sensación hirviente en su cuerpo, se sentía terrible, pero al mismo tiempo maravilloso, no sabía cómo describirlo, todo había comenzado unos días después de su aventura en la camara de los secretos penso que moriría no solo lo penso estaba totalmente seguro de que estana muerto, pero de repente desperto en Sant Mungo, el hospital magico, al parecer había pasado la última semana totalmente inconsciente, según los medicos por alguna forma extraña de suerte, su sangre se había mezclado con la del basilisco ademas de que al parecer tambien algo de la sangre de Fawkes, eso junto con el veneno que mato sus celulas y las lágrimas de fénix, crearon una especie de equilibrio extraño.
Segun la Medibruja que lo atendió, al parecer esto había desencadenado una extraña mutación sanguínea, o mejor dicho una línea de sangre que uso estos componentes como ladrillos para construir algo nuevo, no estaban muy seguros aun de que era y que cambios le traería.
El resto del año había pasado en relativa tranquilidad, por supuesto con algunos cambios ocurrenciales, como su aumento de estatura y masa muscular. Había pasado se ser el mas pequeño de su clase a uno de los mas altos y no parecía detenerse, para final de año, ya era fácilmente el mas alto de su rango de edad y estaba a poco de ser mas alto que los de cursos mayores.
Su masa muscular también había aumentado notoriamente, como si toda la comida que ingiriera fuera directamente a su fisico, brazos fuertes, hombros anchos, piernas musculadas, pecho fuerte y un perfecto paquete de seis, definido y marcado, no demasiado exagerado para un niño de 14, pero si lo suficiente como para ser notorio.
Madam Pomfrye, lo examinó la mejor descripción que encontró es que tenia el físico de un guerrero mas que el de un mago, como si su cuerpo estuviera diseñado específicamente para ser mas fuerte y rápido, algo mas propio de los guerreros que de los magos.
Pero eso solo fue el comienzo, a medida que el tiempo fue pasando sus sentidos cambiaron, comenzó con su olfato, un día cuando despertó podía oler e idea tificar olores a mucha mas distancia, además de que empezó a captar otros tipos de olores, como el olor rancio y molesto de Malfoy o Snape, el olor mas tranquilo pero apagado del profesor Dumbledore, a lo cual recibió una sonrisa suave del anciano.
Pero su favorito sin duda era el olor a chocolate de las chicas, todas tenían este olor, unas también tenían otros olores sobre ellas, que las hacian menos agradables, pero en general todas tenían un aroma agradable.
Sus demás sentidos también se hicieron mas agudos, su oido y tacto mas fino, pero fue su vista la que cambio totalmente, ya no necesitaba sus gafas, de hecho tenia una vista increible, mas que perfecta, pero no se detuvo, con los días empezó a notar que sus ojos eran mas rápidos, su vista se adapto mas rápido aún en la oscuridad podía ver como si fuera de día y si se enfocaba lo suficiente podía ver una luz tenue alrededor de las cosas.
Según el profesor Dumbledore, la luz era la magia, un don muy raro y útil, por supuesto decía entrenarlo y desarrollarlo a su máximo potencial, algo que lo que el anciano prometió ayudarlo a su regreso al colegio. Para el final del año los cambios se habían detenido un poco para su alivio, aunque eso solo fueron los cambios fisicos.
Su primera semana en la casa de sus tios fue sin mayor problema además de los comunes, aunque con algunos cambios, por ejemplo ya no dormia abajo de las escaleras, al parecer el profesor Dumbledore se había enterado del trato que encontró y decidió hacer una visita, seguía sin agradarles, es mas estaba seguro de que lo odiaban, pero al menos ya no son físicos con él y por lo menos le daban alimentos suficientes.
Pero fue despues de la primera semana que todo se volvió muy loco para él. Comenzó como un sueño, una imagen borrosa que luego desaparecía, nada demasiado llamativo hasta que una mañana cuando bajaba a desayunar por accidente realizo magia sin varita y desde ahí todo fue solo subiendo. Comenzó como trucos simples, un movimiento y la puerto se cierra, un chasquido y hay fuego en la estufa.
Pero con el tiempo solo fue creciendo, podía sentir su magia hacerse cada día mas fuerte, sus sueños también se hicieron mas vividos y largos, primero imágenes y con el tiempo películas enteras, se veía a si mismo luchando pero no como pensaría que lo haría un mago, no para el era con una espada, pero los movimientos era como si lanzara hechizos, confuso, pero no las mañanas sabia conocimiento que no se suponia debía saber.
Hizo lo que mejor se le ocurrió, que fue practicar, por suerte uno de los primeros conocimientos que encontró fue las barreras, por lo que hacer una en una visita linea de túnel abandonada no fue difícil y estaba su entrenamiento. Lo primero y mas básico fue transfigurar su varita en una espada, algo sorprendentemente sencillo, luego entrenar los mismos movimientos y hechizos que veía en sus sueños, además de los pocos que sabia de Howards, aunque de a poco en su cabeza aparecían mas y mas hechizos.
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Pero tan rápido como llego, las vacaciones de verano acabaron y era hora de volver al colegio, empaco todo lo que neceditaba, si no estaba equivocado un profesor vendría para llevarlo al callejón Diagon a comprar sus útiles para ente nuevo año escolar.
No tuvo que esperar mucho, cuando el timbre de la puerta sono, como sabía que ninguno de sus familiares abriría la puerta rápidamente bajo las escaleras.
Al otro lado de la puerta había una hermosa señorita, no debido tener mas de treinta años, es mas por lo mucho veinticinco, alta, no tanto como el que ya están cerca de los 6 pies de alto, no la mujer debía medir nos 5.5 pies de alto, lo cual ya era bastante para la altura promedio de una mujer.
Su piel de un sueve color caramelo oscuro, ojos grades y felinos, de un negro profundo, una mirada severa, e inflexible, labios gruesos y carnosos, con el cabello corto a la altura de los hombros, perfectamente peinado.
Por un momento se encontró mirando mas detalladamente a la mujer, tenia un vestido sencillo de color vino, bastante sobrio, aferrado firmemente a su voluptuosa figura, algo que recientemente se había encontrado mirando mas detalladamente, algo que como cualquier adolescente atribuyo a sus hormonas adolescentes despertando, el vestido aunque nada revelador, y muy recatado, asentuaba perfectamente sus pechos, una sólida y perfecta copa C, bajando por su cintura estrecha, en la curva perfecta de unas anchas caderas hasta terminar en largas piernas coronadas por unos tacones bajos de color negro.
Aurora Siniestra, era la actual maestra de Astronomía, graduada de Ravenclaw, como una de las mejores estudiantes de la escuela. Aurora pertenecía a una muy vieja familia cuyos orígenes se remontan a las antiguas sacerdotisas africanas, su familia como muchas otras llego por el acto horrible de la esclavitud, por supuesto no la misma esclavitud que azoto al mundo Muggle en su momento, no mas una esclavitud magica, nacida de sus propias creencias y ancestros.
Pero eso no es lo importante, como una de las mejores estudiantes de su generación en Howards, su tiempo de estudio llego inmediatamente después de una terrible y sangrienta guerra, lo que le permitió no solo graduarse bastante rapido, si no además como una bruja fuerte y poderosa, que a su vez le abrió muchas puertas para estudiar lo que le apasiona y regresar a su alma mater a impartir su conocimiento, algo que para una mujer de 26 años ya era impresionante en la sociedad magica, sobre todo sin el respaldo de una gran familia.
Pero ahora eso no era lo importante, si no la persona que tenia delante, Harry James Potter, cono muchos de su generación que crecieron durante la guerra, escuchó muchas historias del niño que vivio, un infante que derrotó al señor oscuro mas poderoso del ultimo medio siglo, un mago tan poderos poderos hasta el mismo Albus Dumbledore, el mago mas grade de la historia después del mismo Merlin, tenia dificultades para enfrentar.
Como muchos se sintió un poco decepcionada del niño, pequeño, débil, tímido y retraido, nada como la imagen haroica que uno se imaginaria del niño que solo siendo un bebe, derrotó a un señor oscuro, aunque rápidamente cambio de opinión cuando el accidente del Troll el primer año, demostró que si era muy valiente. Empezó a prestarle mas atención al niño, no fue difícil ver esa chispa inteligente en sus ojos, aprendía rápido pero al mismo tiempo parecía contenerse, como si resaltar fuera algo malo, algo que rápidamente noto.
Volviendo a la realidad, levanto una ceja ante la mirada del chico, no se sentia incómoda, a diferencia de muchas brujas, su casa era una matriarcal, por supuesto su padre seguía siendo el jefe de la casa, pero su madre era algo mas que una vaca reproductora, era una líder y concejera. Estaba mas que acostumbrada a la mirada de los hombres, por lo general eran idiotas, pero la del chico no era del todo desagradable.
"Espero este listo señor Potter", Aurora carraspeo un poco, sacando al chico de su ensoñación lo que le valió un sonrojo como respuesta.
" S-Si profesora Sinistra, y esto listo". Harry tartamudeo un poco avergonzado, por ser atrapado viendo a la maestra, pero rápidamente se recompuso y su mirada volvió a las ojos de la profesora, que le devolvió un asentamiento.
"Perfecto, en ese caso nos marcharemos, supongo que debemos pasar primero a su bóveda por algo de efectivo". Con un movimiento de cabeza harry estaba de acuerdo, además quería comprar algunas cosas casas sus amigos, en especial Hermione, ella había pasado un año difícil y quería que iniciara este nuevo año un poco mejor.
La maestra asintió con la cabeza tocando el hombro de Harry, antes de que ambos desaparecieran en un remolino magico.
Harry odiaba las apariciones, aunque ya no tanto como antes, al menos ahora no devolvió el almuerzo, pero si se sentia un poco mareado.
Llegar a Griggots, no fue difícil, solo basto con decir su nombre para que un duende lo llevara hacia su gerente de cuenta, el retiro también fue sencillo aunque esta vez saco un poco mas de 20.000 galeones lo que según Garruk su gerente no era nada, después de todo su bóveda se llenaba con 50.000 galeones todos los años para sus gastos de manutención, algo que le género algunas preguntas, pero que no era el momento de discutir.
Al retirarse Garruk, le notifico que ya que estaba cerca de su 15 cumpleaños seria el momento de que hiciera una visita oficial al banco, no sabia que significaba, pero según su gerente lo sabría cuando recibiera la invitación mas tarde este año.
Primer Capítulo, esto es algo que se me ocurrió de repente, tango varias ideas mezcladas por lo que estare escogiendo las mejores y formando la historia.
Algunos puntos a tener en cuenta, esta es una historia Harem, con escenas + 18 o al menos eso intentare escribir, también habrá muchos cambios drasticos en la historia, pero en el marco general seguirá mas o menos la misma trama de las pelis, por supuesto con muchos cambios.
Harry no sera oscuro o algo por el estilo, tampoco un bonachón y ya, mas bien alguien gris, que no le teme a ensuciarse las manos.