—Inhala…exhala…—pensé continuamente mientas meditaba.
Todo era tan pacífico a mi alrededor hasta que…
—¡Hoy es el día! —
…Aang se despertó emocionado.
Suspire, mi tiempo de meditación había terminado.
—¿Pueden creerlo? Viaje tanto tiempo buscando un maestro y al fin seré un maestro tierra. —continuo Aang emocionado. —Y este lugar es perfecto, ¿No creen? —
Volteo a ver a un muy dormido Sokka.
—¿Sokka? —
—Cariño, están dormidos, relaje un poco. —dije al acercarme a él y darle un beso de buenos días.
Sokka volteo a vernos muy mal.
—¿Estabas durmiendo? —pregunto inocente Aang.
Sokka se volteó y volvió a acomodarse en su saco.
—Lo siento. —le susurro mi novio.
Sokka se hizo bolita.
La tierra comenzó a temblar y la "Tienda" de Toph salió volando.
—¡Buenos días mi futuro maestro tierra! —grito emocionada esta.
—Buenos días Sifu Toph. —Aang hizo una reverencia.
—Oye a nosotras nunca nos llamaste Sifu Lin y Sifu Katara. —dijo Katara que recién se levantaba.
—Bueno, si quieren lo hago. —
—Ne~ así está bien. —dije.
Sokka se sentó enojado.
—Lo siento, dormilón. —dijo Toph y después susurro: —Trataremos de practicar lo más silenciosamente posible. —
Movió su pie y saco a Sokka volando.
Al caer se levantó, le refunfuño enojado a Aang, después a Toph y se fue saltando en su saco hacia otro lado.
—Dime, ¿Qué vas a enseñarme primero? —le pregunto Aang a Toph. —¿La avalancha? ¿El terremoto?, oh… quiero aprender a hacer un remolino con rocas. —
—Ahora solo moveremos una roca. —contesto ella caminando a un lugar más abierto.
—Perfecto suena bien. —Aang la siguió.
—¿Vamos a ver? —le pregunte a Katara.
—Vamos. —
Caminamos detrás de Toph y Aang, y nos sentamos cerca de donde estaban practicando.
—La clave para ser un maestro tierra es la postura, debes pararte firme y fuerte. —Toph se puso en posición y Aang la copio. —La roca es un elemento fuerte y si quieres moverla tienes que hacerlo con la suficiente fuerza. —empujo a Aang haciendo que se tropezara. —Debes tener la firmeza de una roca. —
—Como una roca, entendido. —
—Bien, la forma específica que debes tomar es muy simple. —
Toph tomo posición y de un puñetazo saco volando la enorme roca que estaba enfrente de ella.
—¿Estas listo para intentarlo? —
—Estoy listo. —
Aang hizo lo mismo que había hecho Toph, solo que en esta ocasión el que había salido volando había sido él y no la roca.
Hice una mueca de dolor cuando choco con Appa.
—Roca-1, Aang-0. —se burló Sokka.
Katara y yo nos acercamos a ellos.
—No sé qué salió mal. —dijo Katara. —El hizo todo lo que dijiste. —
—Al parecer no todo. —dije.
—Debe de haber otra forma, ¿Qué tal si la abordo desde otro ángulo? —pregunto Aang.
—No. —dijo Toph. —Ese es el problema, tienes que dejar de pensar como un maestro aire. No hay ángulos diferentes, ni soluciones creativas, ni trucos mágicos que muevan esa roca. Tienes que enfrentarla cara a cara y cuando digo cara a cara lo digo enserio. —
Y se lanzó, literal se lanzó de cara hacia la roca y la rompió en miles de pedazos.
—Impresionante. —dije mirándola.
Entonces vi como Aang se ponía triste.
Katara fue a hablar con Toph y yo me quede a animar a mi novio.
—Ya verás que lo dominaras. —dije abrazándolo.
—¿Tú crees? —
—Eres el Avatar todas tus vidas pasadas lo dominaron. —
—Cierto. —dijo un poco más animado.
En ese llegaron Toph y Katara.
—Vamos pies ligeros. —
Y se lo llevo a hacer más ejercicios.
Solo quedamos Katara y yo.
—¿Qué le dijiste? —pregunte.
—Solo que Aang responde ante una experiencia positiva de enseñanza. —
Asentí.
Era cierto.
—Pero la tierra es muy diferente al agua, va a necesitar ser fuerte. —dije y comencé a caminar a un lugar más calmado para meditar. —Yo por eso ni me metí. —
No paso ni una hora cuando Katara me dijo que fuéramos a ver a Aang.
Estuve de acuerdo.
Tampoco quería que Toph me lo rompiera.
—Esta vez vamos a hacer algo diferente. —escuche que dijo Toph cuando llegamos a donde estaban ellos. —En vez de mover unas rocas, vas a detener unas rocas. ¡Postura de montura! —Aang tomo posición. —Voy a hacer rodar esa roca hacia ti, si tienes la actitud del maestro tierra te mantendrás firme y la detendrás. —
Aang puso cara de asustado y yo junto con él. Y como no estar asustados si Toph le iba lanzar una roca por una rampa de quien sabe cuántos metros de altura.
Me lo iba a matar.
—Toph, no creo que sea buena idea. —dije.
—Si, Toph. —dijo Katara. —¿Estas segura que esta es la mejor manera de enseñarle a ser un maestro tierra? —
—Me alegra que lo preguntaras, de hecho hay una manera mucho mejor. —Toph tomo el cinto de Aang y le tapo los ojos. —De esta forma tendrá que sentir las vibraciones de la roca para detenerla, gracias Katara. —
—Si, gracias Katara. —dijimos con sarcasmo Aang y yo.
Rio apenada.
Katara y yo nos hicimos a un lado.
—Me lo va a matar. —le susurre nerviosa a Katara.
—Eso no va a pasar, ella sabe lo que hace. Espero. —susurro lo último pero logre escucharla.
Estaba tan nerviosa que comencé a jugar y a morder un poco mi collar.
Entonces Toph empujo la roca y esta se deslizo a toda velocidad hacia mi novio.
—No puedo ver. —dije, cerré los ojos y los tape con mis manos.
Escuche como la roca se acercó más y de repente Katara soltó un suspiro.
—No paso nada. —dijo aliviada. —Logro esquivarla a tiempo. —
—Gracias, espíritus. —quité mis manos de mis ojos y al fin vi a Aang intacto.
Toph llego corriendo enojada y se paró enfrente de Aang.
—Supongo que entre en pánico, no sé qué decir. —
—¡No hay nada que decir! ¡Fallaste! ¡Tenías la postura y la forma perfectas pero cuando la viste venir no tuviste las agallas! —le dio un puñetazo en el hombro y el cayó sentado al piso.
—Lo sé, me arrepiento—dijo apenado Aang.
—¡Si, debes estarlo! ¡Si no pudiste detener la roca al menos te hubieras dado el placer de ser aplastado por ella en vez de salir volando del camino como un gran cobarde! —
Estaba a punto de ponerle un alto a Toph al ver la cara de mi novio, pero Katara me tomo el brazo.
La mire molesta.
—Lo hará más fuerte, déjala. —me susurro.
—Solo lo hará sentir mal. —le conteste de igual forma pero enojada.
—Ella sabe lo que hace. —
—¿No eras tú la que le estaba dando concejos sobre tratarlo con amabilidad? —pregunte.
—Si, y tú me dijiste que no me metiera, así que ahora yo te lo digo: No te metas, ella sabe lo que hace, además, no siempre estarás ahí para defenderlo cuando alguien lo trate mal. —
—Lo se. —suspire. —Está bien, solo por esta vez lo dejare pasar pero si lo hace llorar se las verá conmigo. —me crucé de brazos y seguí viendo impotente como le gritaba a mi novio.
—Dime ¡¿Tienes las agallas de enfrentar esa roca como un maestro tierra?! —
—No. —miro al piso triste. —No creo que pueda. —
Me acerque a él.
—Anímate, cariño. —dije. —Relájate unas horas y luego lo intentas, si quieres te puedo enseñar técnicas de maestro agua. —
—Si, me parece bien. —se puso de pie desanimado y fuimos hacia otro lugar.
—Si, ve a jugar con agua si te hace sentir mejor. —dijo Toph enojada cuando nos fuimos.
Nos fuimos a un estanque que estaba cerca de ahí, nos metimos al agua y comenzamos a manipular un chorro. Paseándola entre los dos de un lado a otro.
—Este bloqueo que tienes es solo temporal. —le dije.
—No quiero hablar de eso. —
—Esa es la cuestión, tienes que enfrentar los problemas en vez de evadirlos. —
—Lo sé, lo sé, lo sé, ya entendí. —dijo. —Tengo que enfrentar la roca cara a cara pero no puedo hacerlo, no sé porque pero no puedo hacerlo. —miro al agua derrotado.
—Mira, si el agua y el fuego son opuestos, ¿Cuál es el opuesto del aire? —
—¿La tierra? —
—Y por eso se te hace tan difícil poder hacer tierra control, es todo lo opuesto a lo que sabes pero sé que lo lograras. —le sonreí y sin que se diera cuenta tome un pedazo de bambú y se lo lance. —¡Piensa rápido! —levanto una ola y partió el bambú a la mitad. —Excelente, tienes los reflejos de un gran maestro agua. —
—Gracias, Lin. —hizo una reverencia. —Sifu, Lin. —
Sonreí y me lancé hacia el en un abrazo que no hizo caer de lleno al agua.
Comenzamos a reír y a jugar.
Después de lo que parecieron horas jugando y dándonos uno que otro beso, Aang decidió que era buena idea meditar, así que lo deje solo para que lo hiciera en lo que yo iba con Katara.
—¿Has visto a Sokka? —me pregunto preocupada cuando llegue.
Negué.
—Pronto va a anochecer y no lo he visto desde hace horas que dijo que iría a buscar comida. —
—¿Deberíamos ir a buscarlo? —pregunte y ella asintió. —Vamos a decirle a Aang. —
Fuimos hacia la roca en donde estaba meditando.
—Hola, Aang, ¿Has visto a…—
—Estoy tratando de meditar. —interrumpió a Katara irritado.
—Esto es importante. —advertí.
Nos volteó a ver preocupado.
—Ya está atardeciendo y Sokka aun no regresa. —informo Katara. —Deberíamos ir a buscarlo. —
—Sera mejor que nos dividamos. —salió corriendo.
—Tu ve por allá y yo iré por este lado. —dije apuntando hacia el lado contrario al que le había dicho a Katara.
—¡Sokka! —grite.
Ni una señal de él.
Seguí buscando y buscando hasta que decidir regresar al campamento, ahí me encontré con Katara.
—¿Lo encontraste? —me pregunto.
Negué.
—¿Dónde puede estar? —
—No sé, pero espero que Aang si lo haya encontrado. —dije. —Solo nos queda esperar. —
Paso como una hora y a lo lejos pudimos ver como Toph y Aang traían a un Sokka, cansado, despeinado y lleno de tierra.
—¡Lo encontraron! —dijo Katara abrazando a Sokka.
—¿Dónde estabas? —le pregunte.
—Estuve atrapado en una grieta, no sabía si lograría sobrevivir. —dijo desanimado. —Me hizo pensar en lo realmente importante, como por ejemplo…—
—¡Lin, Katara, miren esto! —grito Aang.
Tomo posición y corto un pedazo de una columna de rocas.
—¡Sabia que podrías hacerlo! —grité feliz y fui corriendo a abrazarlo.
En ese momento llego Appa soltando un bramido.
—Appa, Appa. —Aang corrió hacia él. —Ya soy un maestro tierra. La clave estar totalmente firme, física y mentalmente inmóvil. —
Aang se puso en posición pero Appa de un lengüetazo lo saco volando.
Sokka comenzó a reír a carcajadas.
Yo solo me reí poquito y fui a ayudarlo a ponerse de pie.
Suspiré y sonreí viendo a los demás.
—Ya falta poco. — pensé. —Pronto tendremos que enfrentar al señor del fuego y acabar por fin con esta guerra. —