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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Pas assez d’évaluations
935 Chs

Mundo Shinobi - Señores de la guerra - 429

Era lunes y como todas las semanas, Kain se despertó temprano para empezar a trabajar en su único día laboral dentro de la semana.

Él abrió los ojos y vio un cabello rojo, liso, una espalda estrecha. La cabeza apoyada en la almohada. Ella dormía a treinta centímetros de él, parecía distante, pero por debajo de la sábana, estiraba su pie y tocaba la pierna de Kain, como si fuera su seguro.

Kain se movió en la cama, se acomodó y abrazó a Mito por detrás. Ella soltó un gemido, se acomodó, apegó su espalda al pecho de Kain, pero no encontraba la posición adecuada. Al final, Mito se dio la vuelta y quedó frente a frente.

Kain llevó su mano derecha a la mejilla de Mito, se la acaricio con el dorso de los dedos con la mayor sutileza.

Mito sonrió, pero mantuvo los ojos cerrados y le dijo —eso da cosquillas—

Kain sonrió, se acercó y le dio un pequeño beso en los labios —tengo que levantarme— dijo

Mito abrió los parpados con dificultad, pestaño un par de veces y lo miró a los ojos —está bien, ve a hacer tus cosas— dijo

—Pensé que me ibas a retener—

—Anoche hiciste lo que quisiste y ¿Todavía quieres más?—

—Así es— respondió Kain, llevó su mano por debajo de la sábana y acaricio el muslo de Mito. Subió a la nalga y deslizo sus dedos, abrió su mano y acaricio la nalga.

Mito tomo una profunda respiración sintiendo el hormigueo por todo su cuerpo, sonrió, se acercó y lo beso, pero esta vez no le dejo hacer lo que quisiera. Ella se subió encima de Kain, tomo las manos de Kain y las puso sobre su trasero.

Kain miró a Mito, estaba desnuda, el cabello rojo cayendo a los lados de su rostro, una sonrisa astuta, hermosa. Ella se veía joven, bonita, el sello en la frente tenía un color purpura, un color bueno. Indicaba que tenía la suficiente energía para seguir conteniendo el poder de Kurama dentro de la prisión.

Por otro lado, Kurama debe haber estado durmiendo con Nawaki o Tsunade en el futon. Como una pequeña bola de pelo, era adorable.

Mito se mordió el labio inferior y movió sus caderas con suavidad de atrás para adelante mientras sus sexos se tocaban. Kain podía sentir el calor en su entrepierna y le acariciaba el trasero. Mito tenía senos pequeños como dos limones con pequeños pezones color rosa. Kain llevó sus manos de las nalgas a la cadera y ayudo a Mito en el movimiento. Él podía sentir el calor y Mito podía ver su excitación. Ella se detuvo, levantó su trasero y dejo que él entrara en ella.

Kain soltó una exhalación sintiendo el calor de Mito. Esta última se agacho, le acaricio el pecho y acercó su rostro. Kain le tomo el rostro y la beso mientras ella movía sus caderas.

Kain salió de su habitación a las ocho de la mañana. Llevaba puesta una polera oscura con un amplio cuello en V, pantalón de tela y zapatillas shinobis de color café.

Kain apareció en el campo de entrenamiento subterráneo y como otros días, Kiyomi entrenaba con Madara Uchiha. Incluso si Kiyomi tenía la fuerza de un jounin de elite, no podía alcanzar a Madara Uchiha. Este último se desenvolvía por todo el campo de entrenamiento esquivando cada ataque. Así de poderosa era su percepción ahora que ya no tenía distractores como el sharingan o el chakra. La única limitante era que no tenía una forma de castigar a Kiyomi cada vez que ella bajaba su guardia o se descuidaba. Su cuerpo actual era muy débil y según el análisis que apareció en el rango de visión de Kain, tenía varias lesiones. Era el precio por forzar a su cuerpo a seguir el movimiento de alguien con chakra.

—Suficiente, Kiyomi-chan— dijo Kain —vas a matar a mi oto-sama—

Kiyomi y Madara se detuvieron, ambos estaban cubiertos de sudor y jadeando.

—Sensei— dijo Kiyomi con el ceño fruncido —¿De verdad Madara-sensei no tiene chakra?—

—Claro que no tiene chakra, Kiyomi-chan— dijo Kain, camino hacia ellos y continuo —solo pasa que ahora su percepción es más poderosa, así que, si Kiyomi lo quiere vencer, tiene que ser más rápida o astuta. La fuerza bruta no te servirá de nada—

—Buuuuu— protesto Kiyomi con descontento, ya estaba haciendo su mejor ¿Cómo lo iba a vencer?

Kain soltó una risita y le dijo —bueno, puedes estar aliviada, si él te golpea, aunque lo haga con todas sus fuerzas, tú lo sentirás como si te pico un mosquito—

Kain se detuvo frente a Kiyomi Uzumaki, pelirroja, once años, cabello liso y ordenado en una coleta. Tenía los ojos verdes igual que Tsubaki. Por otro lado, llevaba la ropa oscura con la chaqueta táctica negra de los guardaespaldas de Kain.

—¿Qué haces con eso, Kiyomi-chan?— preguntó Kain

—Yo, yo lo saque del armario de onee-chan— dijo Kiyomi con una voz débil, ella agacho su rostro y observo a Kain por el rabillo del ojo, para ver como reaccionaba.

Kain tomo una profunda respiración y le dijo —tú onee-chan llega hoy, ve a devolver su chaqueta y todas las cosas que tomaste. De lo contrario, ella se enojará—

—Sensei…— dijo Kiyomi, levantó su rostro y lo miró

Kain la quedó mirando y negó con la cabeza —no— dijo

—¡Pero todavía no te he dicho nada!—

—Mmm, lo sé, tú me vas a pedir ropa de mi compañía de guardias, pero no. Tú eres un shinobi de Konoha, no es bueno. Además, eres menor de edad y si hay malentendidos, Hiruzen podría regañarme—

—Buuuuuu— protesto Kiyomi —eres tan malo, Kiyomi trabaja y trabaja duro, pero nunca hay una recompensa para Kiyomi. Ni siquiera hago misiones por estar aquí—

Kain soltó una risita, lo que hizo enfadar más a Kiyomi, pero él se mantuvo tranquilo y le dijo —estoy preparando a Kiyomi para algo grande, pero para eso, ella tiene que estar preparada ¿Entendido?—

—¿Qué sería eso?— preguntó Kiyomi un poco intrigada

—Todavía es muy pronto para decirle, pero por ahora, debe continuar entrenando. Sin embargo, es verdad, Kiyomi solo pasa entrenando, así que te daré un sueldo y días libres. No es bueno que una muchacha pase todo su tiempo con ancianos apestosos—

Kiyomi se tapó la boca con ambas manos y soltó una risita mientras miraba a Madara, pero como siempre, este último se mantenía indiferente, como si nada de lo que dijera Kain lo pudiera molestar. Kiyomi miró a Kain y este último le guiño el ojo.

—Oh, oh, oh, algo entró a mi ojo— dijo Kain tapándose el ojo derecho con la mano y agachando su rostro.

Kiyomi se asustó, ella se acercó con las manos listas para tomarle la cara —déjame ver sensei, yo te ayudo— dijo

—No, Kiyomi— dijo Madara —los ojos de un Uchiha son delicados, dame permiso—

Kiyomi miró a Madara, dio un paso al lado y cuando Madara se acercó a Kain, este último quito sus manos y le mostro sus ojos, pero eran diferentes de lo usual. No el iris azul, no el sharingan, no tomoe, no matagamas ni el iris en forma de línea como si fuera el de una serpiente.

Los ojos de Kain se habían tornado grisáceos con un iris purpura y un patrón de onda alrededor del iris.

Madara quedó con las manos congeladas, incapaz de acercarse a Kain. Él recordó lo que le había dicho su hijo cuando pelearon aquella vez "De aquí a dos meses podre replicar tus ojos de forma natural y de aquí a un año podré fabricar rinnegan para regalar". Madara bajo las manos y soltó una risita de autodesprecio. No había pasado ni un mes y él lo había hecho. Madara se largó a reír, pero era el dolor de pensar que había logrado algo importante. Sin embargo, era como decía Kain:

"Es lo humano, mentir, engañar y autoengañarse, creer que estás en lo correcto y que todo el mundo está equivocado".

Madara dejo de reír, fue como si todo su cuerpo perdiera su fuerza, se dio la vuelta y fue a su habitación. Parece que él también se había mentido durante todo este tiempo. Él también era débil, también quería creer que estaba en lo correcto y el mundo equivocado.

Por otro lado, Kain se quedó mirando a su padre. Esperaba que el viejo se enojara o tuviera alguna reacción más enérgica, pero al final, solo aumento su autodesprecio.

—Parece que no fue tan buena idea como pensé— dijo Kain

—Sensei— dijo Kiyomi, mirando a Kain, sus ojos se veían extraños y hasta atemorizantes, incluso más que los que parecen de serpiente

—¿Sí, Kiyomi-chan?— preguntó Kain, miró hacia abajo y vio a la pequeña pelirroja de once años. Tenía un rostro inocente, bonito y ese brillo astuto en sus ojos.

—¿Qué son esos ojos?— preguntó Kiyomi

—Oooh, esto, es algo que desarrolle hace un par de días. Me regañaron por estar jugando en el laboratorio—

—Sensei es demasiado bueno para romper sus promesas. No es bueno que este todo el tiempo trabajando—

Kain soltó un suspiro —no es tan fácil, Kiyomi-chan— dijo, sonrió y continuo —a veces me despierto por las noches con una idea. A su vez, la idea no me deja dormir, el insomnio me gana, así que me pongo a trabajar en las cosas que tengo pendiente. Una cosa me lleva a la otra y termino en el laboratorio—

—¿Es muy fuerte el insomnio?—

—No todos los días, pero una o dos veces a la semana. Si tengo suerte es una vez a la semana—

—A lo mejor sensei necesita medicina—

—Lo hable con el abuelo, pero me dijo que era natural y lo mejor que podía hacer, era negociar con mi cuerpo para desarrollar un horario y dormir mis ocho horas o andaría todo el tiempo ojeroso, de malhumor y con sueño—

—Mmm, parece complicado, a Kiyomi nunca le ha pasado— dijo Kiyomi

—Bueno, Kiyomi es especial—

—Sí, soy especial— dijo Kiyomi con cierto orgullo. Ella quedó mirando a Kain a los ojos, su pequeño rostro mirando hacia arriba —¿Soy especial para sensei?—

—Por supuesto que eres especial para mí, Kiyomi-chan— dijo Kain con una sonrisa amable —eres mi discípula—

—Sensei no es mi padre— dijo Kiyomi de forma definitiva y sus ojos tomaron una expresión seria

—Yo no he dicho que sea tu padre, no creo que lo podría ser—

—Yo no me refiero a eso, sensei…—

Kain acercó su mano derecho, extendió su dedo índice y tocó la punta el puente de cupido, en la boca de Kiyomi. Fue un toque suave y cuidadoso —sé lo que piensa Kiyomi-chan. Todo el tiempo lo está diciendo, pero pienso que Kiyomi-chan no sabe lo que siente y solo quiere imitar a su okaa-san y su onee-chan. Quiero que Kiyomi deje de decir esas cosas hasta que sea adulta y haya viajado a otros lugares. Entonces, cuando este muy, pero muy segura, podrá decirlo de nuevo—

Kiyomi lo miró a los ojos, le dio un manotazo en la mano y apartó el dedo de su labio. Kiyomi lo miraba enfadada y se cruzó de brazos.

Kain tomo una profunda respiración y le dijo —en un par de meses vamos a tener los exámenes chunin. Vas a dejar este campo de entrenamiento y vas a ir a entrenar con Kokoro Yotsuki—

—¿Otra de tus amantes?— preguntó Kiyomi en un tono despectivo y miró hacia otro lado. Ella murmuro —abrazas a cualquier mujer, no sé porque piensas que yo soy tan mala. Incluso duermes con okaa-san y onee-chan—

—Ellas son adultas, Kiyomi-chan. Ellas pueden tomar sus propias decisiones—

Kiyomi lo miró con molestia mientras se le llenaban los ojos de lágrimas —está bien, iré, pero cuando me aburra de ti, ya no estaré disponible nunca más. Estúpido— ella le dio la espalda y se fue a una esquina del campo de práctica, donde estaba el punto de trasferencia valido. Solo ella podía viajar aquí.

Kain se quedó mirando a Kiyomi y negó con la cabeza en un gesto suave. Entonces cerró los ojos, tomo una profunda respiración y relajo sus ojos. Activar el rinnegan era más doloroso de lo que parecía y todavía no lo podía dominar, pero en un mes más estaría listo. Por otro lado— Kain miró hacia la habitación de su padre —tenía que conversar con Madara y preguntarle por los alcances de los ojos.