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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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935 Chs

Mundo Shinobi - PGM - 157

Kain miraba desde el campamento de Konoha buscando algún signo de lucha entre el Ichibi y la aldea Oculta de la Arena. El viejo Orochi estaba a su lado entornando los ojos, pero era imposible ver más que las altas montañas que bordeaban la aldea. No obstante, diez minutos después se vieron enormes polvaredas de arena que alcanzaban el cielo.

-Mocoso ¿No te pasaste un poco? Le mentiste a ese monstruo- dijo Orochi con voz sibilina

-Bueno, el hecho de que ellos me querían atacar era verdad- respondió Kain con una gran sonrisa -no te preocupes abuelo. Kankuro es amigo del Ichibi, no dejara que dañe a los inocentes-

Orochi negó soltando un suspiro, miró a Kain a su lado y le peino el cabello con sus huesudas manos. Kain solo se dejó querer mientras miraba a la distancia. Osamu y Torifu estaban de pie a un metro por detrás de ellos, también notaron las grandes polvaredas que alcanzaban el cielo y se quedaron viendo. Sin embargo, como dijo Kain, las cosas no llegaron a mayores y por lo menos, no se vio ninguna esfera de chakra hacer explosión.

El resto de los días siguiente fueron calmados. Konoha estableció una base de operaciones en el desierto y los nuevos shinobis (reclutas entre 15 y 17 años) fueron llevados a entrenar en conjunto con los shinobis de Suna. Torifu se fue relajando a medida que pasaba el tiempo con Kain, Orochi y Osamu. El viejo Orochi fue viendo sus aptitudes y poco a poco le fue dando tareas. Era una persona seria, dijo Orochi. Así que le fue dando más tareas hasta que le ofreció ser su ayudante.

-No lo sé- había respondido Torifu, Tobirama le había dado la misión de vigilar a Kain. Solo realizaba las tareas porque eso le permitía entender el estado real del campamento.

Sin embargo, a pesar de las dudas de Torifue, Kain recibió una carta que libero a Torifu de su misión y lo hizo sentir triste. Torifu solo podía pensar que su sensei estaba decepcionado de él y su carrera como shinobi había llegado a su límite.

Por otro lado, Tobirama le informo a Kain sobre el resultando las misiones de sus amigos. Kazuhiko lo tuvo difícil, pero ha podido resistir el ritmo de la guerra. Hiruzen estaba avanzando por la nación de la Escarcha y se preparaba para tomar una fortaleza. Mari, Aoi y Kaoru estaban resistiendo en la costa. Akane, Miyuki y Sakumo estaban realizando con éxito sus labores de guardaespaldas en la capital.

Kain vio a Torifu sentado sobre una caja mientras pensaba en las ordenes de Tobirama. Kain hizo una sonrisa incomoda y se acercó. Le dio unas palmaditas en la espalda y le dijo -no te lo tomes tan en serio. Tobirama te dijo que ayudaras al abuelo Orochi, puedes aprender mucho. A lo mejor no lo sabes, pero el abuelo Orochi fue el sensei de Tobirama. En pocas palabras, puedes aprender del sensei de tu sensei-

Torifu levantó su rostro y lo miró con esos ojos demasiado serios que se veían extraños con ese gorro con orejas puntiagudas como de gato. Él asintió y pregunto -¿Crees que puedo mejorar?-

-Claro que puedes mejorar- respondió Kain -solo tienes que buscar una forma de transformar esta situación en una ventaja. Por ejemplo ¿Alguna vez has estado a cargo de un equipo?- Torifu negó con la cabeza y Kain continuo -en ese caso ayuda al abuelo y pídele que de deje administrar el campamento. De esa manera te harás con el conocimiento y te volverás un buen líder-

Torifu mostro una pequeña sonrisa y asintió.

Después de hablar con Torifu, Kain se fue a su carpa, se sentó en su escritorio y escribió una carta a Tobirama pidiéndole su siguiente misión. Sin embargo, pasaron los días y Tobirama jamás respondió la carta. Su única indicación era seguir supervisando la base en el desierto y que continuara con el entrenamiento de los nuevos shinobis. Eso lo podía hacer Orochi con la ayuda de Torifu. Este último parecía haber tomado las palabras de Kain al pie de la letra y había redoblado su determinación de volverse un gran líder. Kain no sabía a quién admiraba tanto Torifu, pero esperaba que no fuera a Tobirama. Torifu se iba desilusionar una vez que conociera a la persona real, muy diferente de la imagen que proyectaba al público.

Después de dos días, Tobirama por fin le envió a Kain una carta diciéndole que avanzara a la nación de la Tierra para prestar apoyo a Kazuhiko. No obstante, cuando le fue a contar a Orochi, el anciano lo obligo a sentarse y a conversar. Ellos estaban frente a frente a un metro de distancia. Kain miraba a Orochi expectante de lo que le iba a decir mientras que Orochi no sabía cómo explicarse.

Orochi soltó un suspiro y dijo -me estoy poniendo viejo-

-Eso se nota, abuelo- respondió Kain con una sonrisa burlesca

Orochi lo miró con el ceño fruncido y Kain se rasco la cabeza. Orochi negó y continuo -Kain, debes estar atento. Sobre todo, de Tobirama. Él no es de olvidarse de una enemistad o dejar las cosas a medias. Siempre avanza para progresar y de paso terminar con lo que quedó inconcluso. Para empezar, aunque esta vez continuo, no me gusta para nada que él te utilice como medida disuasoria. No quiero una segunda generación del demonio Uchiha ¿Entendido?-

-Sí, abuelo, ahora haré las cosas de una forma mucho más pausada y trataré de limitar mis habilidades-

-Solo trata de que no te maten ¿Entendido? Si te pasa algo, no podría mirar a tu abuela a los ojos en el otro mundo-

-Lo sé, abuelo-

-Bien, ahora vete y recuerda mis palabras-

-Sí- respondió Kain, se levantó de su silla e hizo una profunda reverencia. Orochi lo miró con cariño y asintió ante tal buen descendiente.

Kain salió de la carpa mientras miraba el campamento. La mayoría de las carpas habían sido quitadas y reemplazadas por casas hechas de arena, imitando la infraestructura de Sunagakure. Los jóvenes reclutas estaban siendo guiados por los viejos; unos realizaban ejercicios, otros practicaban jutsus y otros luchaban contra los titiriteros de Sunagakure. En medio de eso estaba Torifu Akimichi, dirigiendo a los escuadrones y revisando que cumplirían con sus cuotas, horarios y comidas. Parecía el verdadero administrador del campamento y la gente que lo conocía lo respetaba, ya sea por su habilidad, por su posición de ayudante de Orochi y por ser discípulo de Tobirama.

Kain sonrió al ver a un Torifu más enérgico y menos serio que en un principio. Parecía que estaba agarrando su propio ritmo y logrando su propio éxito independiente de los planes de Tobirama.

Después Kain se dirigió a la casa de Osamu y una vez que llego a la puerta, golpeo con los nudillos un par de veces. A los pocos segundos salió Osamu vestido con ropa oscura y su chaqueta táctica verde pasto.

-Prepara tus cosas, nos vamos en cinco minutos- dijo Kain con un rostro serio

-Sí, señor- respondió Osamu y fue a buscar sus cosas, las metió en una bolsa y salió de la cabaña. Él miró los alrededores, vio a un grupo de reclutas y dijo -está vacía. Por favor avisen para que la reasignen-

-Sí, señor- respondieron los jóvenes shinobis

Osamu les dio la espada, miró a Kain y dijo -ya estoy listo ¿A dónde vamos?-

-A la nación de la Tierra, vamos a entrar por la región del país de la Garra y después nos dirigiremos directo al campo de batalla ¿Asustado?-

-No, señor, vamos- respondió Osamu

Kain sonrió y le dio unas palmaditas en el pecho -deja de ser tan serio, te hará mal. Deberías aprender de Torifu, está agarrando su propio ritmo-

-Lo intentaré- respondió Osamu con una sonrisa incomoda

-Bien, vamos-

Kain y Osamu avanzaron por el campamento hasta llegar a los límites y comenzaron a correr por el desierto. Como los otros días, el cielo estaba despejado y el sol imponente. El calor era reflejado por la arena y brisas llevaba polvaredas. No obstante, Kain continúo avanzando y Osamu tratando de mantener el ritmo. Kain no era cruel, cada una hora le daba diez minutos para descansar, pero el esfuerzo era demasiado para Osamu. Sin embargo, este último mostraba determinación y nunca se quejó.

Por la noche, Kain y Osamu llegaron a los límites entre el país del Viento y de la Garra. Se detuvieron al lado de un lago de veinte metros de largo y acamparon en la orilla. Osamu aprovecho de que la nación de la Garra era un territorio fértil y salió a cazar. Una vez que volvió, encontró a Kain reposando desnudo sobre el agua mientras la brisa de las praderas traía el aroma a pasto húmedo.

-Kain-sama, estamos en medio de una misión, no debería ser tan descuidado- dijo Osamu dejando un par de conejos al lado de la hoguera.

-¿Sabes, Osamu? Creo haberte dicho que no seas tan serio- respondió Kain con los ojos cerrados mientras flotaba desnudo sobre el agua -esto es lo mejor. Tomate un baño, te hará bien para el espíritu-

-Voy a preparar la comida- dijo Osamu negando con la cabeza.

-Eres aburrido- respondió Kain abriendo los ojos y soltando un suspiro. Se equilibro en el agua y llevo los pies a la base lodosa del lago. Había algunas piedras en el fondo, pero todas estaban planas y redondas por la erosión del agua. Kain salió del agua chapoteando y después pisando el agradable pasto verde. Solo estaban a mil metros del desierto, pero el cambio entre un territorio y otro era abismal.

-¡Conejo!- dijo Kain mientras se ponía sus ropas -hombre, hubieras buscado algo más sabroso-

-Era todo lo que había en los alrededores, Kain-sama- respondió Osamu mientras le quitaba la piel con un kunai a los conejos -si hubiera buscado algo más, me hubiera alejado demasiado-

-Bueno, hubieras ido, yo no necesito que me cuiden-

Osamu torno los ojos al cielo y soltó un suspiro. Después ignoro a Kain y continúo preparando los conejos. Los atravesó con un palo y los coció al fuego de la hoguera. No obstante, Kain se acercó al suyo, tomo el palo y realizo un sello de mano. Después comenzó a soplar una tenue llamarada y acelero el proceso de cocción. Osamu frunció el ceño, nunca había conocido a un shinobi tan estrafalario que ocupaba el chakra para cocinar. Sin embargo, le dio curiosidad e intento hacer lo mismo. No obstante, su control del chakra estaba lejos de parecerse al de Kain y sus llamas carecían de fuerza o a veces eran exageradas. El hecho es que después un par de minutos, la carne del conejo quedo negra como carbón.

-El secreto está en como soplas- dijo Kain mientras masticaba un trozo de conejo -es como soplarle la oreja a una chica, no vas y sueltas el aire. Es más suave, como si quisieras mover una pluma centímetro a centímetro-

-Mocoso precoz- dijo Osamu mirando a Kain, solo tenía diez años ¿Qué sabia él de mujeres?

-No seas envidioso, Osamu, no es mi culpa que los dioses me hicieran tan guapo- respondió Kain alzando los hombros mientras sonreía y masticaba la carne.

Osamu sentía que le palpitaba la vena en la garganta -solo tienes diez años- grito

-Bueno, en estos diez años, muchas onee-san me han querido llevar a su casa y lo más probable es que me hayan dicho muchas más veces que a ti, que me aman-

-Solo disparates-

-Bueno, yo planeaba compartir mi sabiduría contigo, pero como no la quieres, está bien-

Osamu frunció el ceño lleno de desconfianza mientras miraba a Kain comer su carne con una sonrisa en los labios. Por dentro pensaba que lo que dijo Kain era un disparate ¿Qué va a saber un niño del amor? Sin embargo, Kain era poderoso, a lo mejor eso tenía algo que ver. Osamu negó y pensó que era una locura. Era un niño, a lo sumo las chicas lo iban a encontrar lindo. Sin embargo, Osamu no tenía ninguna experiencia en esa área, así que le picaba la curiosidad saber que era lo que tenía que decir este pequeño demonio.

-Toma- dijo Kain ofreciéndole la mitad del conejo asado -no quiero que mañana andes llorando y te quejes de hambre-

-¡¿No puedes ser más cortes?!- grito Osamu y le quito el palo en el que estaba insertado la carne.

-Si lo soy te mantendrás serio y eso es una molestia. Iré a dar un paseo, espérame aquí-

-Espera, te acompaño…-

-Tú come, quiero cagar ¿Qué pasa? ¿Te enseñaron a limpiarle el trasero al hijo del anterior patriarca?-

-¡Vulgar!- grito Osamu molesto y le dio una mordida a la carne.

Kain sonrió y se fue caminando, con dirección a un bosque cien metros más allá. Con la oscuridad de la noche y la sombra de los árboles, el bosque era bastante oscuro. Sin embargo, no se escuchaban ni grillos o pájaros. Kain se acercó a un árbol y orino. Al mismo tiempo, escuchó un movimiento entre las sombras de los árboles.

-¿Por qué son tan lentos?- preguntó Kain con una sonrisa

-Mocoso insolente- dijo un shinobi con una voz apagada por el pañuelo que le cubría la boca

Kain se agacho y dejo pasar una espada por encima de su cabeza. Después se volteó y saltó para atacar a los atacantes. Solo se escucharon los ruidos de choques metálicos y gritos de agonía. Sin embargo, fue tan breve que Osamu a cien metros de distancia no capto la lucha.

Diez segundos después, Kain estaba ahorcando con sus brazos a un shinobi encapuchado. El tipo trataba de mover sus manos para pinchar a Kain en los ojos, pero este último solo movía su rostro en otra dirección y aumentaba la presión en sus brazos.

-¿Quién te envía?- preguntó Kain

-Nadie- respondió el shinobi con una voz ahogada y al borde de caer inconsciente

-¿Quién?- insistió Kain reafirmando su estrangulamiento.

No obstante, Kain escucho el movimiento de algo a lo lejos que venía en su dirección. Alguien saltó y lanzó un espadazo. Sin embargo, Kain mantuvo su agarre sobre el shinobi con un brazo mientras que con la otra mano sostenía un kunai con el que bloqueo el ataque.

-Debes ser el que envió a estos tipos ¿cierto?- preguntó Kain con una sonrisa iluminada por los tenues rayos de luna que pasaban por el follaje de los árboles

-Déjalo, demonio Uchiha, nuestro jefe lo envió. Él recibió tu carta y quiso corroborar los rumores- respondió el otro shinobi

-Oye, oye, el demonio erar mi padre, yo soy un ángel-

-Cállate- dijo el shinobi empujando su espada, pero ni siquiera logro mover Kain.

-¿Quién es tu jefe?- preguntó Kain -¿el mismo del viejo Yamanaka?-

-No, no te puedo decir-

-Bien, le romperé el cuello- dijo Kain, empujo al tipo y lo hizo retroceder. Después tomo la cabeza del shinobi que tenía sujetó y se preparó para doblarle el cuello, pero antes de que realmente le rompiera el cuello, el otro shinobi lo detuvo.

-Espera, espera, esto dañará la relación con mi jefe. Dime ¿Quieres información?-

-Por fin, es difícil jugar al chico malo- dijo Kain, soltó al shinobi y lo pateo enviándolo a volar para que chocara con el otro shinobi. El otro apenas pudo resistir el impacto y retrocedió aguantando el cuerpo de su compañero mientras chocaba con un árbol al retroceder.

Kain avanzó a paso lento y se sentó en una roca mientras sostenía el kunai en la mano derecha. Al mismo tiempo, el otro shinobi dejo a su compañero a un lado y reviso el pulso. Él soltó un suspiro al saber que su compañero solo estaba inconsciente. Después miró a Kain y se hizo para atrás al ver que sostenía el kunai en la mano.

-Habla- dijo Kain

-Mi jefe envía una carta como explicación para Kain-sama. Además, dijo que, por esta vez, le daría la información que usted quiere-

-No por esta vez, tu jefe me debe- dijo Kain en un tono malhumorado -ahora fui atacado en un momento de intimidad y casi me matan-

-Señor, eso, bueno, usted sabe que es imposible-

-¡Cállate! te estoy hablando en serio. Si tu jefe no quiere un problema con el que después no podrá lidiar, será mejor que baje la cabeza y conozca su lugar. Ni siquiera Tobirama me trata con tanta ligereza como ustedes-

-Con respecto a eso- dijo la otra parte con una voz astuta -mi jefe le envía una información especial, solo por esta vez-

Kain entrecerró los ojos con desconfianza mientras jugaba con el kunai. No puede haber gente tan estúpida, pensó, así que asintió y le dio un oportunidad -dame la carta- dijo