En medio de la noche, Kain volvió a donde estaba Osamu mientras este último miraba la hoguera. Osamu se puso de pie al ver a Kain caminar a paso rápido y con un rostro de pocos amigos.
-¿Qué sucede señor?- preguntó Osamu en un estado alerta
-Nada en lo que tú puedas ayudar, pero tengo una solicitud- respondió Kain llegando a un lado de la hoguera.
-¿Qué es, señor?-
-Necesito que cuides mis cosas-
Osamu alzo las cejas en confusión porque no entendía a que se refería Kain con cuidar sus cosas. Él era el único que llevaba una mochila con suministros. Kain siempre utilizaba los sellos dentro de su armadura o sellos de papel para guardar sus cosas.
Kain ignoro a Osamu y su confusión, metió la mano dentro de su armadura, toco un sello y este le entrego un pergamino. Kain se agacho, tendió el pergamino en el suelo y colocó su mano sobre el sello. Inyecto el chakra del alma y al instante siguiente el sello emitió una nube de humo blanco. Entonces fue visible un gran pergamino del mismo tamaño de Kain. Este último guardo dentro de su armadura el pergamino pequeño y después extendió el más grande.
-¿Qué hace, Kain-sama?- pregunto Osamu mientras se acercaba
-No preguntes Osamu, solo ten dos cosas en mente. No tolero a los traidores ni a los que andan ventilando mi información ¿Entendido?-
-Entendido señor-
-Bien- respondió Kain con una expresión seria, lo miró a la cara y le dijo -cuida de este pergamino con tu vida, que nadie lo toque ¿entendido?-
-Como usted diga-
Kain asintió, se puso de pie sobre el circulo alrededor del sello en el centro del pergamino y sacó un kunai. Kain se cortó la yema del pulgar y marco cuatro puntas del círculo como formando un cuadrado. Después realizo una seguidilla de sellos de mano y el círculo con el sello brillo. Al instante siguiente todo su cuerpo fue rodeado de partículas de luz y desapareció junto con la luz.
Osamu abrió la boca formando "O" y empezó a rodear el pergamino extendido en el suelo sin entender que había pasado.
Por otro lado, Kain apareció en su campo de entrenamiento subterráneo, bajo el bosque en el patio trasero de la casa de Mito, en Konoha. Sin embargo, Kain no venía a ver a Mito; ella se podía defender por su propia cuenta. Kain camino a una esquina del campo de entrenamiento y toco un kunai de tres puntas. Al instante siguiente apareció en su habitación.
Eran como las once de la noche y no había ruidos ni movimiento. Kain se movió en la oscuridad de su habitación, busco en los cajones de su escritorio con la ayuda de su sharingan y encontró el pergamino que buscaba. Lo extendió sobre el escritorio e inyecto chakra del alma. Al instante siguiente apareció un conjunto de ropa negra: capucha, chaleco táctico, pantalones y zapatillas shinobis.
Kain se cambió de ropa en silencio mientras examinaba los alrededores. Como solo estaba Mito apenas si habían anbus merodeando la propiedad. Tampoco había rastros de Shiori Aburame.
Después de un rato, Kain salió de su habitación solo para encontrarse con Mito de pie en el pasillo con los brazos cruzados.
-Hola, sensei- dijo Kain con una sonrisa incomoda
-Hola, Kain- dijo Mito frunciendo el ceño y de brazos cruzados. Ella llevaba el cabello rojo suelto y un kimono blanco -creo que deberías estar en una misión-
-Bueno, sucedieron algunos inconvenientes. Solo vine a arreglar algo y vuelvo-
-¿De verdad?-
-De verdad, verdad, nunca te mentiría-
-Eso espero, de lo contrario no me juzgues por ser estricta-
-¿Mas de lo usual? ¿No crees que eso es pasarse un poco de la raya?-
-¿Alguna queja?-
-No, bueno, digamos que ando apurado. Una vez que vuelva te contaré lo qué paso-
-Eso espero, no hagas un desastre, no quiero tener que ir y poner la cara porque mi discípulo no tiene ningún criterio-
-¿Cómo podría ser eso? Soy el hombre más sabio del mundo, lo juro-
Mito bufo y respondió -eso espero, si no, prepárate-
Kain tirito de solo pensar en el tipo de entrenamiento que le daría esta mujer sin sentido común. Si hubiera algún dios en este mundo, Kain le agradecería por mover los hilos del destino y ayudarlo a sobrevivir el brutal entrenamiento de esta mujer.
-Me voy- dijo Kain trotando por el pasillo que llevaba a la salida
-Te estaré vigilando, mucho cuidado- dijo Mito mientras lo veía escapar como un cobarde.
Después de eludir a Mito, Kain salió de la casa y se movió por las calles de Konoha a su máxima velocidad. Algunos shinobis que estaban de guardia captaron el movimiento, pero fue tan rápido que solo pensaron que paso una ráfaga de viento. Kain avanzó escaneando la zona, evitando a los anbus que serían los únicos capaces de detectarlo y después de un par de minutos llego al distrito Uchiha. Kain avanzó hasta llegar a la casa de Itachi, que ahora también era la casa de su madre. Él saltó al patio trasero, escaneo con su visión los alrededores y notó que solo estaba su madre, la madre de Itachi, quien cuidaba de ella y el hermano de Okita. Itachi seguramente andaba haciendo sus rondas de la policía militar o lo habían enviado a la capital.
Kain se coló en la habitación de su madre y la vio acostada en su futón. Sin embargo, por muy silencioso que fue, no pudo superar ese sexto sentido que tienen todas las madres.
-Kain ¿Eres tú, cariño?- preguntó Naoko
-Sí, okaa-sama, soy yo. Lo siento por molestarte tan tarde- susurro Kain a medida que se acercaba
-¿Paso algo?-
-Sí y no- susurro Kain a medida que se sentaba en el suelo, al lado del futon de su madre -van a pasar cosas y necesito pedirle algo a okaa-sama, puede que sea difícil. Si okaa-sama no quiere, entonces está bien-
-¿Qué sería, Kain? Si está en mi poder, lo haré-
-Quiero que te dejes secuestrar-
-¡¿Qué?!- pregunto Naoko, sentándose en el futon
-No te puedo decir todas las cosas, pero hay gente que trata de dañarme y van a venir por ti. Para vencer a esas personas, necesito que te dejes secuestrar. No te preocupes, pondré un sello en ti que te traerá de inmediato a la casa si alguien te trata de dañar-
-Itachi-san, mi suegra y Mitsui (hermano de Okita) se preocuparán-
-Sí, pero esto es más importante. No podemos decirle a nadie, necesito que seas mi cómplice en esto-
Naoko agacho su rostro por un momento y después lo levanto -¿Será peligroso para Kain?- preguntó
-No, okaa-sama. No será peligroso para ti, ni para mí. Solo te tienes que dejar secuestrar y cuando establezca la trampa, saldrán las ratas corriendo. En ese momento te enviaré a casa y yo me ocupare de los traidores-
Naoko extendió su mano tanteando el suelo hasta dar con el pie de Kain. Después subió hasta encontrar la mano y se la tomo -no quiero que Kain se convierta en una mala persona- dijo -prométeme que harás justicia y no buscarás la venganza-
-Yo, yo…- dijo Kain queriendo prometer lo que ella pedía. Sin embargo ¿Cómo iba a perdonar a esas personas por atacar a la persona más importante en su vida? Incluso si él era una mala persona ¿Cómo podían atacar a su madre? Ella ni siquiera era un shinobi, no tenía ningún poder y jamás daño a nadie. Ella solo era cariño y amabilidad.
-Prométemelo Kain- insistió Naoko. Sin embargo, Kain agacho la mirada y se mantuvo en silencio. Naoko le apretó la mano y con una voz compungida, dijo -por favor, dime que no serás la segunda generación del demonio Uchiha. Tu eres mi hijo, no un asesino a sangre fría. No importa que pase, no importa lo que suceda. Si te conviertes en la segunda generación del demonio Uchiha ¿Para qué tu padre y Hashirama-sama crearon esta villa?- Naoko empezó a derramar grandes lágrimas y Kain levantó su rostro para ver como caían esas lagrimas por el delicado rostro de su madre. Naoko continuo -prométemelo, Kain-
Kain soltó un suspiro y dijo -lo prometo, madre, haré justicia. No buscaré venganza, solo pondré las cosas en su lugar para que, según la ley, se solucionen las cosas-
Naoko abrazo a Kain contra su pecho y le beso el cabello como si fuera lo más puro y sagrado en su vida. Kain escuchaba los sollozos y sentía dolor en su corazón.
Media hora después, Kain había establecido todos los preparativos para que Naoko permaneciera segura incluso si la secuestraban. Ella se acostó en su futón y Kain la arropo con sus mantas.
-Buenas noches, okaa-sama, no te preocupes, nada te pasará- prometió Kain con voz suave
Naoko sacó su mano desde debajo de las mantas y le acarició el rostro -lo sé, mi Kain es el mejor. Siempre ha sido el mejor-
-Gracias, okaa-sama, por creer en mi-
-Soy tu madre, Kain, si yo no lo hago ¿Quién lo hará?-
Kain asintió, le dio un beso en la frente y salió de la habitación.
Media hora después, Kain volvió a las praderas de la nación de Garra, en los límites con la nación del Viento. Lo primero que vio Kain fue a Osamu en una posición firme, dándole la espalda al pergamino en el suelo y vigilando los alrededores. Sin embargo, al captar la luz de la activación del pergamino, Osamu se dio la vuelta y miró a Kain.
-¿Cómo le fue, señor?- preguntó Osamu
-Bien, ya he arreglado la situación y podemos estar tranquilos de que todo va a ir en la dirección correcta. Sin embargo, me he dado cuenta de mi error, Osamu. Todo este tiempo me moví pensando en los sentimientos de mi tío, sin pensar en el futuro que él quería. Si queremos que Konoha y el mundo alcance los estándares de mi tío, debemos volvernos más agresivos y controlar la mayor cantidad de factores. No sacamos nada de confiarnos en otras personas, son gente inepta que solo conoce las viejas formas, pero no pueden pensar más allá de lo evidente. Voy a dominar Konoha y el mundo, Osamu ¿Me seguirás?-
Osamu pudo ver la furia y la frialdad en la mirada del niño que siempre se mostraba bromista y ególatra. Era serio, era firme, era opresivo. Sin embargo, carecía de violencia, como si él no creyera en el poder que le confería el chakra. Si no que trataba de blandir otra poder más oscuro y terrible.
-Yo, no lo sé- respondió Osamu
-Yo sé quién eres y sé porque quieres la cabeza de Tobirama. Te criaste junto a Kagami ¿cierto?-
Todo el cuerpo de Osamu se tensó y se llenó de un calor incomodo. Él levantó su rostro y miró a Kain a los ojos.
-Pero estas equivocado, Osamu. Tobirama no mato a tu hermano, él se mató a sí mismo, creyendo en alguien que solo lo utilizaba como un peón- continuo Kain -él avanzo, se convenció de que, hacia lo correcto, pero al final de su camino no pudo cargar con toda la culpa de todo lo que había hecho. Al final, Tobirama no pudo cumplir ninguna de sus promesas y Kagami se suicidó-
-¡Mi hermano no era un cobarde!- grito Osamu agarrando a Kain por la ropa. Lo miraba con intenso odio mientras lo sacudía -mi hermano no se suicidó, el hokage lo mato o lo mando a matar. No hay forma de que él se haya suicidado-
Kain lo miró a los ojos y dijo -se suicidó y no era para menos. Yo vi lo que hicieron sus actos. Desde el monumento de mi tío, detrás del municipio, vi como tu hermano daba la orden a los anbus de raíz para matar a todos los shinobis que traicionaron a Konoha. Yo vi como los shinobis de raíz corrían detrás de los ancianos, mujeres y niños y los mataban uno a uno-
-¡Mentira!- grito Osamu -mentira, mi hermano era amable, tenía un corazón de oro, siempre fue amable conmigo. Él me cuido y me enseño todo lo que sé- su voz se quebró y continuo -es mentira, es mentira-
Kain puso sus manos sobre las manos de Osamu y este último le soltó las ropas. Kain dio un paso atrás y dijo -esas fueron malas acciones que tuvieron una consecuencia. En este caso, su mente se rompió. Lo siento, Osamu, esa es la realidad-
Osamu cayó de rodillas mientras se cubría el rostro con las manos. Kain lo vio llorar por diez minutos hasta que se levantó con los ojos rojos de tanto llorar.
-¿Por qué?- pregunto Osamu con voz compungida -¿Por qué quieres dominar Konoha?-
-No solo dominar Konoha, Osamu, si no todo el mundo- respondió Kain con una sonrisa tranquila -en estos momentos los países están llenos de personas que harían lo que sea por una victoria que al final, solo significará un beneficio de territorio o monetario mientras los shinobis nos llenamos de odio unos contra otros. Estoy aburrido de confiar las cosas a alguien que solo piensa en un final donde solo él gana. Quiero un final en donde todos nos sintamos satisfechos con lo que hemos logrado. Por eso, debemos hacer todo lo posible para dominar la mayor cantidad de factores. Sin embargo, la violencia no es la solución, debemos gobernar a través de los recursos y la información. Eso nos dará el verdadero poder para modificar la situación-
-¿Y cuál es la diferencia entre Tobirama y tú?-
-La violencia solo generara más violencia. Pero si podemos controlar gran parte de los factores, podemos disminuir la escala del desastre. Yo no busco tomar ventaja del mundo, créeme, con el tiempo yo voy a poder dar vuelta todo el continente con una sola mano pero ¿Qué ganaría el mundo de eso? Nada. Lo que busco es que el mundo crie conciencia y que cambien las viejas costumbres. Por mientras, manipularé el resultado de las luchas para reducir el número de víctimas al mínimo-
-Y si no soy capaz de soportar las consecuencias de mis actos-
-En ese caso no es necesario que me sigas. Solo colocaré un sello en tu mente para que nadie pueda extraer de ti lo que te he dicho. Una vez hecho eso, buscaré a otra persona para que me ayude. Aunque tengo la fuerza, esto es algo que me supera-
-Si, si…- dijo Osamu adquiriendo un brillo asesino en su mirada -si en algún momento te alejas de nuestro propósito, te matare-
Kain sonrió y le dijo -dudo que tú me puedas detener, pero podrás pedir ayuda a las otras personas que reuniré para detenerme. Esfuérzate al máximo, Osamu-
-Aun quiero la cabeza de Tobirama-
-Bueno, puede que tengas tu oportunidad, pero todo depende de cómo avancen las cosas. No arriesgaré mi posición solo para complacerte y si en algún momento te vuelves un peligro para mis planes, te mataré ¿entendido?-
Osamu asintió, extendió su mano y Kain se la estrecho.