Cuando el trio llego al castillo, Kain fue recibido con una fuerte y poderosa cachetada.
Magdalena sentía que su corazón pendía en un hilo. En un ataque de pánico regaño a Kain -¿Porque no nos avisaste que saldrías a pasear? eres el príncipe de este país ¿crees que a nadie le importa que estés paseando sin escolta? ¿piensas que no hay personas malas que tienen un ojo puesto en ti? ¿crees que eres invencible porque entrenas con Iván?- y así siguió media hora de quejas y descargos, hasta que por fin él rey intervino. Calmó a Magdalena que ahora lloraba y abrazaba a Kain como si su vida dependiera de ello.
-Magdalena cálmate- dijo el rey prodigio -ya regañaste a Kain. Ahora tenemos cosas que conversar-.
Magdalena molesta con la actitud de su marido, mantuvo a Kain en sus brazos y dijo -si quieres conversar con Kain, hazlo aquí. Soy su madre y tengo derecho a saber si algo le paso-
Con una incómoda sonrisa el rey preguntó -ahora Kain ¿Qué paso?-.
-Fuimos a ver el mercado- respondió Kain -y después de pasear por unas horas, nos topamos con Balthazar Avigor. Primero vio a Lucy y se quejó con ella. Le recrimino por no querer ir con él y llamar tú atención. También se le escapó que Balthazar Adramelec vendió como sirvienta a Lucy. Yo intervine y le dije que se fuera. Entonces dijo que su padre tenía planes para mí y envió a sus soldados a raptarnos-
Pero el rey que escucho de su hijo, todos estos hechos, no le pareció nada raro. La familia Avigor ha tenido unos cuantos roces con la corona. Prodigio conoce a Arthur Avigor y sabe que es un hijo de puta que vendería a su propia madre por oro. Así que la pregunta es ¿a quien vendió a su hijo?
Después de tomar un profunda respiración, Prodigio dijo -hace un tiempo tuve un altercado. Algunas carretas que salen del territorio Avigor, van a los países enemigos y desaparecen. Yo entiendo que haya un poco de contrabando, pero los excesos en los que ha incurrido, me han obligado a investigarlo. Después de ciertas averiguaciones, la familia Avigor parece estar relacionada con nuestro amigo Thenardier. Pero sin pruebas no puedo llegar y arrestarlo. Sin embargo, su última acción contra ti será su perdición. Ni planificándolo hubiera salido tan bien. Ahora solo tengo que llevar a los soldados y allanar sus fincas- el rey Pródigo apretó su puño con enojo, pero su tren de pensamiento chocó contra una molesta y agresiva reina.
-Eso quiere decir- dijo Magdalena -¿Qué permitiste que Kain se enfrentará a este peligro a propósito?-
Prodigio se sintió intimidado ante su esposa. Tartamudeo, pero aun contesto -por supuesto que no. Nunca haría eso, Magdalena. Es solo una coincidencia, eso es, una coincidencia- una risa incomoda salió de los labios del rey, tratando de disimular su nerviosismo.
-Así que lo que dijo tío Iván era verdad- dijo Kain -Magdalena da más miedo que el rey-
-Ugh... eso no es verdad, Kain- respondió Prodigio -Magdalena es una mujer súper dulce y femenina. Lo que pasa es que yo respeto a mi esposa y tomo en consideración todo lo que dice. Bueno, ahora tengo que arreglar lo que paso- el rey trato de retirarse sin ganar la ira de su esposa, pero fue detenido antes de escapar.
-Padre quiero algunas cosas, no de los Avigor, pero sí de los Adramelec- dijo Kain
-¿Qué es Kain?- pregunto Prodigio
-Una mujer y dinero-
Prodigio quedó tan impactado como Magdalena. Esta ultima lo dio vuelta y lo miro a los ojos -Kain, estas muy pequeño para ese tipo de cosa-
-No es eso Magdalena- dijo Kain (¿Por qué se generan malentendidos?) -quiero a la hermana mayor de Lucy que es buena con los negocios y quiero 10 monedas de oro-
-¿Para qué quieres a esa niña y ese oro? -Preguntó Magdalena con seriedad y preocupación. En este país estaba prohibida la esclavitud y como hablaba su hijo, parece que estuviera comprando un pan.
-Quiero empezar un negocio y Lucy me dijo que su hermana es buena con el dinero. Una vez que la tenga lo único que me falta es el dinero, pero Lucy dice que su padre no dejará ir de buenas ganas. Lucy la llama la gallina de huevos de oro-.
-Prodigio- dijo Magdalena con voz de mando -consigue a la niña y el oro- no era una mala cosa y Magdalena quiere mucho a Lucy. Así que ayudarla no le hace ningún daño.
-No será tan fácil- exclamo el rey poniendo barreras a tales cosas. Después de todo, a ningún noble le gusta que se metan en los asuntos de su familia. Si el rey empieza a meterse generara discordia entre sus súbditos.
-Es fácil padre- dijo Kain -Balthazar Adramelec te mintió en su carta, hizo lesa majestad de ti y estaba cooperando con los traidores del reino. Si no quiere morir, será mejor que entregue lo que le pido-
-Kain, hemos hablado muchas veces sobre ser déspota o tirano- dijo Prodigio. Ser firme no es un problema, pero cuando el rey se toma libertades de quitar y sacar a su antojo, genera problemas en el país.
Kain con mirada afilada respondió -no hay necesidad de ser considerados con gente mala, padre...ellos lo único que se merecen es una espada traspasando su corazón-
Magdalena dio súbito grito -¡KAIN!, quiero que esta sea la última vez que digas esas palabras-
-Ok Magdalena- respondió Kain -pero lo que dije no es mentira. Ese tipo Balthazar Adramelec, no es una buena persona-.
-Lo sé Kain, pero es feo que un niño hable así-.
-Lo tendré en cuenta-.
-Prodigio, déjame a Kain. Trata de obtener a la niña y el oro. Si no puedes, veremos otra manera de lograr lo que Kain quiere. No dejes que el tipo que ataco a nuestro hijo salga ileso-.
-Bueno Magdalena, tratare de arreglar todo este asunto de los Avigor y después veré a los Adramelec- el rey miro a Kain y dándose vuelta salió de la habitación.
Magdalena que se calmó un poco dijo con una voz dulce -Kain, no quiero que hagas eso de nuevo. Si vas a salir, tienes que avisarme. Recuerda que solo tienes seis, ¿bien?-.
Kain miro a Magdalena, la angustia se podía ver en su rostro y no pudo negarse -mm-.
Magdalena sonrió y lo abrazo, pero de repente recordó algo -Kain- dijo en un tono firme -quiero que de ahora en adelante me llames madre-.
-¿Porqué?-
-Porque me preocupo por ti y quiero serlo ¿Conforme con mi respuesta? -Magdalena frunció el ceño y sus ojos estaban un poco tristes por el cuestionamiento.
-Ok, espero que me trates bien desde ahora en adelante, madre-
Magdalena lo abrazo y le beso la frente -por supuesto-.
-o-
- Sexto año de establecimiento del sabio reino de Lemuria, capital de Hyperion, mes de septiembre
El rey Prodigio I, en un carruaje a las afueras del castillo le pregunta a su amigo en un tono firme -¿que paso con las investigaciones Iván?-
-Es como dijo esa basura Avigor- respondió Iván -su padre tenía algunos planes para el niño-.
Prodigio ordeno con profunda furia visible en su rostro -llévame a ver a ese tipo-.
Después de un mes de investigaciones y recopilación de documentos, se encontró a la familia Avigor culpable de alta traición. Todos cayeron a filo de espada y el único que faltaba era Arthur Avigor. Jefe de la familia y perpetrador de la traición.
Hoy, después de finalizar la investigación, el rey en persona va a darle su sentencia y castigo.
-o-
Son las 11 de la noche y las celdas ni muy llenas ni muy vacías claman por el perdón del rey. No obstante, el rey después de escuchar las palabras su amigo, no está de humor para perdonar a nadie. ¡Su hijo! ¡su primogénito!, había sido vendido por unas monedas de oro a un noble del reino de Brune.
El rey camino por los pasillos y llegó a lo más profundo de la mazmorra, miro a la persona con las llaves y ordeno -carcelero abre la puerta y que todos se aparten. Iván cuida la entrada-
-No hay problema Charles-respondió Iván. Miraba a su amigo y parecía que hubiera recuperado la fiereza de cuando era mercenario. Ya lo recuerda bañado en sangre, en medio del campo de batalla y gritando a todo pulmón.
Prodigio entro a la celda y se encontró con un cadáver moribundo. Esto era lo que quedaba de Arthur Avigor, que durante dos semanas completas no quiso soltar lo que sabía.
-Imbécil- exclamo el rey con una voz llena de desprecio -si hubieras hablado desde un principio, tu agonía habría sido breve-
Arthur Avigor que escuchó la voz del rey, lo miro con ojos sin un rastro de vida -tu no entiendes Charles- respondió -ese monstruo Thenardier, tiene un amigo que es más peligroso y demoniaco que el mismo. Tengo miedo de morir y que él esté en el infierno para hacerme sufrir-.
-Habla y abandonaras este lugar- aun metro de distancia, el rey lo miro a los ojos.
-Necesito que quemes mi cuerpo y lo lances al mar, si me lo prometes, te diré todo lo que quieras-.
-¿Para qué quieres eso?-.
-Tengo miedo de que ese demonio me reviva para matarme otra vez- Arthur tiritaba y apretaba los pocos dientes que aun le quedaban.
-Parece que le tienes miedo, mucho, mucho miedo- dijo prodigio, al ver la patética figura Arthur. Se rio del bastardo, pero algo no le cuadraba. Al menos no para él. Un hombre sin dios y que solo pensaba en dinero ¿Cómo puede hablar del infierno y de demonios?.
-¡Tú no sabes nada Charles!, ese monstruo del que te hablo es real- dijo Arthur. Sus ojos estaban húmedos a punto de llorar de la desesperación -cuando se transformó pudo tragarse a una virgen de unos 14 años completa. Vi como se la tragaba y la sangre se esparcía- cada parte de su cuerpo tiritaba del miedo y de alguna manera reunió cordura he insistió -prométemelo Charles, prométeme que incinerarás mi cuerpo y lo lanzaras al mar-
Prodigio suspiro y acepto la última solicitud del hombre que algún día fue una persona con astucia e inteligencia -lo prometo Arthur- dijo -ahora dime lo que quiero saber-.
-Thenardier cree que tu hijo es el perpetrador de su derrota y está muy molesto por la forma en que lo trataste. Dijo que quiere matarlo, solo entonces podrá estar tranquilo. A estado dando dinero a los reinos vecinos, pero esos cobardes no pelean. Así que aburrido de esperar, me contacto. Me ofreció dinero, pero no quise así que me envió a su infernal amigo. No pude decir que no, Charles. Sé que no soy una buena persona, pero tengo mis limites. Sin embargo, el miedo que me inspira esa criatura está en otro nivel. Ni perder mi riqueza me asusta tanto y tú sabes cómo amo el oro-
-¿Los pueblos enemigos tienen algún plan contra nosotros?- pregunto Prodigio
-Sí Charles- respondió Arthur -pero una vez que estén listos no los podrás derrotar. Puedes prepararte, te quedan dos años. Después de eso será una guerra total y real-
-Tu eres el que no sabes nada Arthur- dijo Prodigio con una voz majestuosa -los dioses me enviaron al dios de la guerra. Descansa en paz…si puedes- el rey saco su espada y cortó la cabeza de Arthur. Después de verla rodar salió de la mazmorra y camino hasta donde lo esperaba Iván.
Prodigio miro al carcelero y dijo -¡carcelero!, toma ese cuerpo e incinerarlo. Que recojan sus cenizas y las lancen al mar, ¡ten cuidado de que esta orden no se lleve a cabo!, por qué de mandar la cárcel, vas a pasar a habitarla-
-No me atrevería a no cumplir su voluntad mi rey- respondió el carcelero
-Eso espero-.
Prodigio dejo la cárcel, subió al carruaje y pensó en todo lo que tenía que hacer de aquí al futuro.
-o-
Sexto año de establecimiento del sabio reino de Lemuria, capital de Hyperion, mes de octubre
En un carruaje con dirección al castillo de la ciudad de Hyperion. Van dos personas en la cabina; una de ellas es Justina Adramelec, hermana de Lucy y Ann. Con solo doce años, tiene una piel clara, ojos oscuros como la noche y una mirada fría como el hielo; inexpresiva y distante. Su cabello es negro y largo hasta sus pronunciadas caderas. Sus senos son un imán para los hombres, llenos, redondos y vigorosos; si su mirada no fuera como chocar contra un muro sería perfecta.
Por otro lado está el rey, con una cara incómoda ante el carácter de la joven.
-Su majestad- dijo Justina -¿puedo saber porque me está llevando al castillo?-
-Quiero que asistas a mi hijo- respondió Prodigio -bueno no es mi deseo en realidad, mi hijo preguntó por ti. Solicito tu rescate y tiene un proyecto que ofrecerte, parece…-
-Su majestad quisiera hacerle unas preguntas, ¿está bien?- pregunto Justina. Después de todo, esta no es primera vez que un noble quiere sus servicios comerciales y "algo" más.
Prodigio miro por la ventana y respondió -adelante-.
-¿Es seria la propuesta de su hijo?¿Cuantos años tiene?¿Que carácter tiene?¿Él está interesado en mi cuerpo?-
El rey quedo atónito con cada pregunta. Tosió un par de veces y respondió -Justina Adramelec, te daré un concejo. No como el padre de Kain, pero como rey. No mires a Kain como si pudieras evaluarlo o tus propios prejuicios, te harán perder la oportunidad de tu vida-. Después de sopesar las palabras del rey, Justina asintió y el rey continuo -respondiendo a tus preguntas; primero, no sé nada de la propuesta de mi hijo. Segundo, él tiene 6 años de edad. Tercero, mi hijo es transparente, pensador y tranquilo- suspirando trato de responder la última pregunta -y cuarto, no creo que mi hijo esté interesado en tu cuerpo. Su propio cuerpo no debe haber desarrollado todavía esas funciones. Él no te conoce en persona, pero puedo decir que te recomendaron. Buena suerte Justina Adramelec, espero que mi hijo te dé la paz que tu mente pide a gritos-.
-¿Porque dice que mi mente necesita descanso?- pregunto Justina algo confundida
-Porque actúas como una persona perseguida- respondió Prodigio -una persona perseguida corre por su vida, pero siempre pensando en matar a su perseguidor. Créeme Justina, mi hijo no es tu perseguidor-.
Justina mantuvo su rostro frio y dijo -tendré en cuenta sus palabras su majestad-
Después de eso no conversaron más.
-o-
En el patio exterior del anexo, hay cuatro soldados escoltando un carruaje ostentoso y elegante. Es el carruaje real y el rey hoy trae un visitante.
Cuando Kain estaba esperando junto a sus jóvenes nodrizas. Vio a una mujer con un cuerpo pecaminoso, pero su mirada era como chocar contra un metal. Es hermosa en gran manera, pero lo único que desprende es hostilidad. Lucy al ver a la niña descender del carruaje, corrió y la abrazó. La niña sorprendida no reaccionaba. Con la boca temblando trato de mover sus brazos, pero estos no respondían. Lágrimas salieron de sus ojos y finalmente pudo abrazar a su hermana.
Magdalena viendo la escena les ordeno a los niños -Kain, Rose, dejemos que Ann y Lucy conversen con ella. Después nos presentaremos-.
-Ok madre- Kain tomo la mano de Magdalena y se retiraron del patio, dándole espacio a las hermanas para su reencuentro.
En el camino, Magdalena quiso hacer un poco de conversación ociosa -esa crema tuya es sorprendente. Mi mamá y yo nos la aplicamos hace unos dos meses y no hemos perdido el efecto. Mi cara están firme como la tuya. Por otro lado, la cicatriz de mamá casi se desvanece. Sinceramente no tengo palabras para describirla, ¿milagrosa? Podría ser una-. Después siguió conversando de otras cosas. Nada relevante, hasta que dijo -si haces un negocio con semejante producto no creo que tengas problemas. Claro, más allá de un conjunto de personas tratando de robar la fórmula o el producto, pero ya pensaste en contramedidas ¿cierto?- tomo a Kain en sus brazos, lo miro a los ojos con felicidad.
Kain por su parte, respondió -así es madre, solo venderemos en cantidades grandes a personas con credibilidad. Este es un producto caro y no cualquiera lo puede costear. Además, nadie lo puede producir aparte de mi-
-Tan misterioso como siempre- dijo Magdalena encantada. Le dio un beso en la mejilla, pero Kain no se resistió. Resistirse solo atraería más sufrimiento. Entonces para empeorar las cosas, ella lo levantó en sus brazos. Kain por su parte, solo acepto su destino y recostó su cara en los hombros de Magdalena.
-Madre- dijo Kain -tienes que dejar de hacer fuerza, le puede hacer mal al bebé-
-Así esta bien, no pesas tanto-respondió Magdalena. Estaba feliz y su sonrisa iluminaba al mundo
Rose que los seguía, estaba un poco enojada por ser ignorada, pero no dijo nada. La pequeña mercenaria también quiere abrazar a Kain y aprovechar de que Lucy no está. Una vez que llegaron a la oficina, Kain por fin recupero su movilidad.
-¿Qué piensas de ella madre?- pregunto Kain, mientras le acomodaba una silla a Magdalena
Magdalena con un poco de tristeza y melancolía respondió -sus ojos son como los que tenía cuando salí de la casa Thenardier-
Kain se levantó de su silla y la abrazó, ella como un reflejo le devolvió el abrazo y dijo -no te preocupes Kain, ahora los tengo a ustedes y ya no estoy sola- era complicado explicar sus sentimientos, pero ahora se sentía bendecida. Tenía un marido la amaba y Kain…bueno, el era Kain -esa niña a perdido la confianza en las personas y a pesar de que es muy hermosa, dudo que crea en el amor-
-La vida sigue su curso y te da oportunidades- dijo Kain en un tono profundo -depende de uno tomarlas. Mientras estés vivo siempre puedes cambiar tu destino- (¡esa es mi convicción!, no me dejare vencer por el destino ni por los dioses).
-¡Por dios! en vez de decir que la rescatarás y le enseñarás el amor- Magdalena estaba disconforme, ya que en sus fantasías esperaba que Kain algún día se transformara en un caballero de blanca armadura -como mi hijo y el príncipe, me decepcionas-
Kain escuchando estas palabras se sintió cansado -ok madre-.
Después de eso, Magdalena lo molesto para que decida el nombre del bebé. Kain tuvo que admitir que nunca en dos vidas se sintió más sobrepasado. Alguien golpeó la puerta y lo salvó - cough cough- interrumpió su labor sagrada.
-Adelante- respondió Kain
Lucy fue la primera en entrar, tenía un rostro feliz y Kain se sintió complacido. Ella dijo -traje a mi hermana para que puedas hablar con ella-
-¿Kain?- (¿no es ese el nombre del príncipe?…) pensó Justin. Preocupada por su hermana, le tapo la boca y realizó una reverencia -su excelencia, lamentó la mala conducta de mi hermana-
Todos se quedaron atónitos por la repentina acción. En cierto sentido estaba bien, pero aquí, esas cosas no se aplicaban.
Kain vio sus acciones y dijo en tono frio -Justina Adramelec, tranquiliza tu mente y deja a Lucy sola. Ella no ha hecho nada malo, solo entra y conversemos de negocios-
Justina miro a su alrededor y vio a un pequeño niño de pelo blanco y ojos lazuli. Tenía un aura opresiva que ni el rey mismo podría igualar -sí su majestad- respondió
-¡Kain! no asustes a mi hermana o no te hablare jamás en la vida- dijo Lucy en un tono estricto. Era su primera reunión y él tenía que ser tan él.
-Ok- respondió Kain -pero este es mi carácter normal, no es mi culpa-
-Lo sé, pero tienes que ser más sutil con las personas, ella va a pensar que está hablando con el emperador-
-Es una exageración. Suficiente de esto Lucy. Necesito hablar con tu hermana, no se preocupen utilizaré la famosa sutileza-
Rose se acercó y lo miro a los ojos -se amable y no la intimides-.
-No son ustedes quienes me intimidan por mi corta edad- respondió Kain
-Eso es blasfemia, nosotros somos un poco cariñosas contigo. Por lo cual deberías estar agradecido- para Rose era norma ser un poco íntimos y en ningún momento lo intimido, solo fue un poco amorosa.
Kain viendo que no podía ganar esta discusión, se rindió -ok, lo que sea-
Justina que vio el intercambio entre todos no sabía que decir.
-Ahora, bromas aparte- continuo Kain -necesito espacio para conversar con Justina. Así que vayan al comedor y tomen un poco de té con dulces o algo así-
-¿Esa es manera de tratar a tu madre?- pregunto Magdalena. Estaba un poco ofuscada, un caballero de blanca armadura no debería ser así.
-Por favor madre- dijo Kain con mansedumbre
-¡Bien!, pero como dicen las muchachas tienes que ser amable y s-u-t-i-l, ¿entendido?-
-Ok, madre-
-Justina, yo soy la madre de Kain. Magdalena, mucho gusto- dijo Magdalena mientras extendía su mano. Por otra parte, Justina en shock extendió su manos y saludó a la reina (casi tiene un ataque). Feliz de ser correspondida, Magdalena continuo -Justina, este niño tiene un "carisma" muy fuerte. Pero no te preocupes, él es muy amable y considerado-. A lo cual las tres nodrizas asintieron a las palabras de la reina.
Justina no tomo muy en serio sus palabras y lo siguió examinando.
Una vez que todos salieron de la oficina, Kain se sentó en una silla frente a Justina y se presento -gusto en conocerte Justina Adramelec, soy el primer príncipe del reino de Lemuria, Kain-.
Justina se levantó de su asiento e hizo una sutil y elegante reverencia -está humilde tiene por nombre Justina y se apellida Adramelec. Espero estar a su cuidado en el futuro su excelencia-
Kain ante el acto poco sincero de la comerciante respondió con despreció -eso lo veremos una vez que nos conozcamos-
Justina esperaba una respuesta más sofisticada. Sorprendida miró al príncipe que emanaba aura opresiva. Le devolvía una mirada afilada e indiferentes. Mientras que posaba su brazo en el reposo de la silla y colocaba sus dedos en su sien.
Justina se recompuso, miró a Kain a los ojos y le pregunto -¿que desea su majestad de este humilde comerciante?-
-Tu lealtad y todo lo que conlleva con ello- respondió Kain
Justina respondió con indiferencia -puedes comprar mis servicios como comerciante, pero mi lealtad tiene otro precio que dudo que puedas pagar-
-Tus servicios me tiene sin cuidado Justina. Te solicite porque Lucy te tiene en alta estima y confía en ti, solo por eso. No me sirve de nada el mejor trabajador del mundo si en cualquier momento me traicionara-
-Grandes palabras para un niño que jamás ha tomado ni siquiera una espada, mucho menos una mujer-
-Tus provocaciones me tienes sin cuidado Justina, dime…¿Cuál es el precio de tu lealtad?-
-Mata a mi padre con tus propias manos- dijo Justina sin pestañar. Sus ojos emanaban un frio inusual.
-¿Y la herencia de la casa Adramelec?- pregunto Kain
Justina sonrió con desprecio y respondió -eso sería hace cuatro años atrás. Ahora no hay nada. La mansión Adramelec es un cascarón vacío sin muebles y adornos. La empresa yo la mantengo a flote de algún modo, pero es cosa de tiempo que caiga en la bancarrota. Ese desgraciado padre mío sólo sigue gastando dinero que no tiene. Gracias a dios que su majestad, el rey, prohibió la esclavitud. Porque si pudiera, Balthazar Adramelec vendería a sus propias hijas como esclavas. Ya sabes mi precio- y dándose una vuelta, Justina camino a la salida. En ningun momento volteo para ver a Kain, pero de repente escucho una voz.
-Es un precio muy barato Justina Adramelec- dijo Kain -prepara tu mente y tu cuerpo. Una vez que traiga la cabeza de tu padre me pertenecerás- Kain soltó una sonrisa siniestra mientras miraba a la joven comerciante
Justina tembló al escuchar esto, se dio la vuelta y solo vio la carnívora sonrisa de Kain. Se recompuso y salió de la habitación teniendo ideas de haber hecho un pacto con el diablo.
-o-
Sexto año de establecimiento del sabio reino de Lemuria, capital de Hyperion, mes de octubre (dos días después del acuerdo con Justina)
En la noche más oscura, se puede ver una niebla oscura de no más de 1, 2 mts corriendo a toda velocidad por las calles. Nadie sabe que es, pero tampoco quieren investigar. Esta niebla es Kain y va por la cabeza de Balthazar Adramelec.
Cuando llego a la mansión Adramelec, Kain se encontró con una hermosa casa un poco derruida y descuidada. Al entrar en los patios frontales se dio cuenta que no habían guardias. La flores estaban marchitas, las plantas muertas y las hojas de los arboles inundaban el jardín. Kain se acercó con cautela a la mansión. Forzó una ventana y esta cedió sin ningún problema. Al revisar se dio cuenta que la madera que sostiene el pestillo esta toda apolillada. Una vez que entro al primer piso no encontró ni muebles ni utensilios. El segundo y el tercero piso, se encuentran un poco mejor; le quedan las cortinas y una cama.
-Interesante- murmuro Kain -lo que dijo Justina es verdad, no hay nada. ¿Qué clase de diversión posee este tipo? que está en la bancarrota y ha dilapidado toda su fortuna-.
Kain por último investigo el patio trasero y encontró a Balthazar Adramelec. Estaba sentado en una mecedora de madera junto a una mesa con un vaso, un abanó y una botella de licor.
Kain se gano a unos cinco metros y escucho sus difamaciones y quejas.
-Maldita puta Justina- gritaba Balthazar. Por su tono de voz, daba la impresión de que había bebido mas de una botella -te crie y alimente, pero me abandonaste solo por un pequeño mocoso en pañales. Estabas a punto de ser mi mujer, pero te escapaste una y otra vez, ¡PUTA!. Maldita Bárbara, tú hija puta lo único bueno que saco de ti son tus tetas. A pesar de que la alimente, es igual de malagradecida que tú. Que bueno que te lance por las escaleras, que te retuerzas en el ¡INFIERNO!-.
Después de eso Balthazar. Se tomo el vaso, se sirvió el saldo de la botella y siguió fumando el abanó. Una vez que se acabó el abanó. Tomó otro trago y siguió maldiciendo -Ann maldita perra, espero que sufras un destino peor que el de tu madre. Ojala ese príncipe te regale a sus caballeros, maldita inútil. Por fin te pude dar algún uso mandándote a cambiar los pañales. Lucy mocosa de mierda…-.
Kain recordó las caras de alegría de la joven y la niña. Recordó como todo el tiempo lo atendían. Como lo abrazaban y apoyaban en todo lo que hacía. No pudo aguantar más y saltó con su espada posándolo en la garganta de Balthazar.
Balthazar sintió el frio metal tocando su garganta y se le quito toda la borrachera. Miro de soslayo a la sombra y pregunto -¿q-quién e-eres?-.
Kain se burló del borracho -soy el dios de la sangre y hoy vengo por la tuya para pintar los muros de mi templo-
Balthazar como un hombre que no cree en dioses, no se lo tomo en serio. Trato de jugar lo mejor posible sus cartas y dijo -no se quien eres, pero no me mates. No tengo nada en estos momentos, pero tengo un negocio junto con dos mercaderes. En el sótano de mi casa, las paredes están huecas. Si las rompes encontraras un montón de armas. Hay 300 espadas, 400 escudos, 1000 flechas y 250 arcos. A fin de mes los llevaremos a los reinos sin nombre. Cuando vuelva seré rico, hay me buscas y te doy tu parte, pero no me mates por favor-
-Es una pena- dijo Kain con indiferencia -me he ablandado y he descubierto que tengo un corazón. Con tus palabras lo heriste y heriste a las personas que amo Solo tu muerte calmará mi ira- Kain se acerco a su oído y le susurro -vae victos-. Cortó la garganta del hombre y este último cayo al suelo. Balthazar se dio la vuelta y vio una niebla oscura con ojos brillantes. No salían palabras de su boca, pero se podía ver horror en sus ojos. Perdiendo la última hebra de fuerza colapsó en el suelo y murió.
Kain con total indiferencia corto la cabeza de Balthazar y la metió en una caja de madera. Quemó el cuerpo y volvió al anexo del castillo. Fue al primer piso y busco en las habitaciones de los sirvientes. Ahí es donde se hospeda Justina. Golpeo una vez la ventana, pero no paso nada. Después insistió dos veces más hasta que se abrió la cortina.
Justina vio al niño parado afuera de la ventana y la abrió. En su usual frio rostro, le preguntó -¿qué haces en medio de la noche?-
-Déjame entrar Justina- dijo Kain en voz baja -traje lo acordado, ahora me perteneces-
Justina tembló de miedo, pero entonces recordó su deseo. Tomando dominio de sí misma se recompuso y permitió a Kain entrar.
-Toma Justina- dijo Kain -revisa el contenido por ti misma- y le paso la caja a Justina. No obstante, ella tenía demasiado miedo para abrirla. Kain por otro lado, tomó la caja y la abrió. Justina quería gritar, pero Kain le tapo la boca -shhhh...si gritas nos encontrarán- dijo -y ninguno de los dos podrá excusarse de esto ¿entendido?-.
Justina asintió y prendió un candelabro que ilumino la habitación. Miro a Kain y por fin se dio cuenta de que estaba manchado de sangre. Vio al niño enfrente de ella; tenia un rostro inocente, ojos como piedras preciosas, pelo blanco, pero aún así logró lo que prometió. Ella tratando de fortalecer su resolución dijo -como se esperaba del hombre que es mi dueño y señor-
Kain al ver la actitud cobarde de Justina, le dio una mirada fría y declaro -debes comprobar la mercadería antes de aceptar el cobro Justina. No te perdonaré que cierres los ojos y que por miedo, te dejes embaucar-
-Mm- dijo Justina. Se acercó con miedo y revisó la caja. Sentía náuseas y quería escapar, pero Kain que estaba a su lado, tomó sus manos y la obligó a levantar la cabeza.
-Levanta la cabeza de Balthazar- le susurro Kain -no la muevas más allá del perímetro de la caja. Puede manchar el suelo y sería molesto limpiar después. Míralo, es el hombre que mató a tú madre, tomó el dinero de tu abuelo, te maltrato a ti y a tus hermanas. Ahora tu venganza está completa. Ayer era otra época, otra vida, ahora vives por mí y para mí-
Justina sollozo y lagrimas cayeron. Vio al enemigo de su madre, de ella y de sus hermanas. Al hombre que las hizo sufrir, que quería abusar de ella durante años. Ahora estaba muerto.
-Devuélvela a la caja- dijo Kain con mas calma -ya no la necesitas, ahora es cosa del pasado-
Justina guardo la cabeza, tapó la caja y la dejo en la mesa. Kain soltó las manos de Justina y tomó la caja listo para salir. No obstante, Justina lo detuvo.
-Necesitas tomar un baño Kain- dijo Justina con una inusual amabilidad -deja la caja y la ropa sucia debajo de la cama ¿está sellada cierto?-. Kain asintió y miró Justina a los ojos. Ella lo desvistió y puso toda su ropa sucia junta debajo de la cama. Cuando ella se dispuso a llevarlo en la tina, él la detuvo y dijo -mejor voy y quemo todo esto primero. Va a dejar toda la habitación sucia-
-Vamos juntos entonces- respondió Justina. Se puso una bata y acomodo una para Kain. Caminaron hasta donde se prendían las calderas en invierno; estaba vacío. Kain tomó la caja de madera junto con la ropa y les prendió fuego con su elemento de poder. Un poco de fuego no es un desafío.
-Parece que mi maestro es un poco especial- comento Justina. Kain asintió y Justina mostro una leve sonrisa. Entre el crepitar del fuego y el frio del aire. Justina miro al niño abrigado solo con una bata y sintió un tremendo aprecio. Es una pequeña, pero poderosa existencia. Ella pregunto -¿te puedo abrazar Kain?-
-Sí-
Justina se acerco y lo abrazo por detrás. Ambos veían el fuego arder y consumir todo hasta volverlo cenizas.
-Vámonos- dijo Kain -hemos dejado solo cenizas y ya no hay pruebas de nada-
Justina lo tomo de la mano y lo llevó al baño de su habitación.
Desnudándose, Justina mostró su cuerpo a Kain y procedió a desnudarlo a él. Después enjuagó su cuerpo y limpió el jabón que quedaba con agua. Una vez que estuvieron secos, ella tomó a Kain y lo acostó en su cama. Justina también se acostó y tapándose con las mantas, abrazo a Kain piel con piel.
Cuando todo estaba en calma y la oscuridad de la noche abrigaba toda la habitación. Justina miro a Kain y dijo -Kain, sé que eres más joven que yo pero ¿puedo hacerte una pregunta?-.
-Sí- respondió Kain. Tenía los ojos cerrados
-¿Cómo puede haber gente tan mala en este mundo?-
-El ser humano es una criatura de ego, mente e instinto. Cada una de estas partes crea diferentes necesidades, pero a medida que van cubriendo las necesidades básicas, van ganando otras necesidades imaginarias. Lo peor de todo es que estas necesidades imaginarias guían a los humanos a la crueldad-
Justina cerró los ojos y medito en lo que dijo Kain. Después pensó en algo más y habló con honestidad -Kain, ya que estoy segura y protegida ahora, he perdido esa necesidad y he ganado una nueva. Sé que ya me diste lo que te pedí, pero quisiera hacerte una última petición-
Kain suspiró y abrió los ojos -habla-
Justina tartamudeo un poco, pero al final salieron sus palabras -quiero un bebé-
Kain soltó un suspiro y respondió -no sé si te has dado cuenta, pero mi cuerpo no se ha desarrollado todavía-
-Lo sé Kain- dijo Justina en un tono suave -te esperare hasta cuando seas mayor, en ese momento tienes que darme mi bebé-
-Ok, pero para eso todavía faltan como siete u ocho años-.
-Está bien Kain, te esperare toda la vida si es necesario-
Justina tomó la cara de Kain y besó sus labios -gracias Kain. Gracias por proteger a Lucy y Ann. Gracias por buscarme y cumplir mi deseo. Gracias por este sentimiento tan vivido que siento en mi corazón, gracias-
Después de eso Justina lo abrazo y ambos durmieron si preocuparse por la hora.