—Shen Ruojing casi revoleaba los ojos al escuchar las palabras de su madre. Entonces preguntó:
— ¿Le preguntaste a padre al respecto?
—Shen Qianhui dudó:
— No, me da miedo que hiera su autoestima.
—Shen Ruojing dijo sin rodeos:
— Madre, estás pensando demasiado. Incluso si realmente hiere su autoestima, ¿acaso no fue menospreciado también por la familia Shen en Ciudad del Mar antes? Está acostumbrado.
—Shen Qianhui:
...
—Al ver que Shen Qianhui aún dudaba, Shen Ruojing dijo:
— La familia Shen ha tenido algunos problemas recientemente. Ya que el abuelo quiere que vayas y te quedes con la familia Shen, debe haber una razón. Ve.
—Está bien —Shen Qianhui aceptó de mala gana y preguntó:
— ¿Qué pasó? ¿Estás bien?
—Estoy bien —Shen Ruojing colgó el teléfono y miró a Chu Cichen—. Probablemente no podamos tener esta comida. Vamos a casa primero.
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