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Tras recibir la carta, Misako se dio la vuelta para irse.
A propósito caminó lentamente fuera de la habitación. Esperaba que Eldric la llamara de vuelta.
Lamentablemente, eso nunca sucedió; su atención nunca estuvo en ella. Más bien, estaba concentrado en la carta que el Príncipe Heredero le había enviado.
Cuando estaba a punto de cerrar la puerta, vio al Primer Ministro pálido mientras leía la carta. Tenía la cara cubierta de una capa de sudor. Sus manos temblaban como si estuviera leyendo algo aterrador.
«¿Qué pasó?» Esto era lo que ella se quedó preguntándose.
Ella sabía que, dada su posición, su curiosidad no sería satisfecha. Como no podía llamar su atención, se fue silenciosamente.
Mientras tanto, Eldric no podía calmar su corazón.
Después de leer la primera parte de la carta, el corazón de Eldric se llenó de miedo.
Cuando leyó la segunda parte, ese miedo se transformó en ira.
Era como si la carta que Garrick le había escrito fuera para manipular sus emociones.
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