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Señor Presidente: Usted es el padre de mis trillizos

—M... ¡Marissa! ¿Son mis hijos? —Los ojos de Rafael no se apartaban del rostro adorable de los niños. —No, Rafael. No lo son —dijo Marissa con una sonrisa fingida—. No son tuyos. ¿Recuerdas? —pestañeó de manera bastante dramática—. ¡Nunca nos casamos! Valerie Aaron, la hermana mayor de Marissa Aaron, dejó plantado a su novio ciego el día de su boda y se fugó. Para salvar las apariencias, la familia de Merissa le rogó que se casara con Raphael Sinclair. ¿La ironía? No se le permitió decirle a su esposo ciego que ella no era Valerie sino Merissa Aaron. El día de la exitosa cirugía ocular de Raphael, Marissa se enteró de que Valerie había vuelto para tomar su legítimo lugar como nuera de Sinclaire. Marissa intentó explicarle a su esposo que ella era la que estaba casada con él, pero él no le creyó. En vez de seguir convenciéndolo, la desconsolada Merissa decidió dejar la ciudad sin contarle su secreto. Raphael Sinclair era la definición clásica de una belleza impactante y era el único heredero del grupo de industrias Sinclair. ¿Qué haría él cuando se enterara que todo este tiempo la mujer que le ofreció su amor y su cuerpo no era Valerie sino su hermana menor Marissa Aaron? ¿Cómo reaccionaría al saber que era el padre de los bebés que Marissa llevaba en su vientre? ¿Iría tras Marissa para recuperarla? ¡Y la pregunta del millón! ¿Podrá Marissa alguna vez perdonarlo y volver a amarlo?

JessicaKaye911 · Urbain
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406 Chs

73- Su Único Refugio

Marissa pensó que estaba soñando. Había soñado con él durante tanto tiempo en los últimos cuatro años. Acostado junto a ella y diciéndole cosas que anhelaba escuchar en su realidad pero que no podía. 

No llevaba camisa, y su torso desnudo y tonificado estaba tan cerca de ella que fácilmente podría moverse hacia adelante y lamerlo. Podía tocarlo y sentirlo. Justo como solía hacer cuando estaban juntos.

Se apoyó en un codo y lo miró con incertidumbre. 

—¿Qué estás mirando? —murmuró él mirándole a los ojos. Su mano se levantó y sujetó el largo mechón de pelo negro en su agarre que tocaba su mejilla.

—Estoy tratando de entender si esto es un sueño o la realidad —ella intentaba controlar sus lágrimas—. Te extrañé tanto.

—Yo también te extrañé —su mano se alzó para sostener su barbilla—. Te extrañé también, fresa…

Sus labios se curvaron en una sonrisa y él no pudo apartar sus ojos de su rostro —Eres tan hermosa.

Ella no respondió y comenzó a inclinarse lentamente.

Chapitre verrouillé

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