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Naruto: Golpe de realidad.

¿Qué pasaría si Naruto hubiese tenido un golpe de realidad antes de ser adoctrinado y, en consecuencia, perdiese su ingenuidad? AU, mundo más realista con personajes más coherentes, sin alienígenas, power-ups sin fundamentos ni evangelizaciones indiscriminadas. NarutoxTayuya/Ino/Sakura.

Blass · Anime et bandes dessinées
Pas assez d’évaluations
26 Chs

Libertad

Ignorando al zorro, Naruto murmuró disimuladamente con gesto de confusión.

"La verdad, no tengo ni idea", respondió en voz baja.

Después de una breve charla casual, las chicas se despidieron de Naruto para dar paso a Shikamaru y Choji.

"Mira, Naruto, te traje comida", dijo el gordito con esfuerzo, entregándole la pizza con dificultad.

"Vamos, suéltala ya, Choji", se quejó Naruto en tono bromista, mientras su amigo liberaba la pizza con manos temblorosas.

Naruto no pudo resistirse; y la devoró en cuestión de segundos. "¡Puff, qué placer! Gracias, Choji. La comida de aquí no sabe a nada".dijo aun con la boca llena. 

"Dime, Naruto", interrumpió Shikamaru. "¿Recuerdas algo antes de que te atacaran? Tal vez pueda ayudar".

"N-no, no vi nada. Estaba oscuro y llovía bastante", respondió Naruto, aunque en parte omitía que recordaba claramente la cara de quien lo apuñaló. Sin embargo, quería encargarse de eso por sí mismo. Aunque si resulta que al final era algo planeado, sabía que el tipo probablemente habría desaparecido el mismo día.

Shikamaru notó el pequeño error de su amigo y le molestó bastante que no confiara en él, pero supuso que tendría que entenderlo, dado los otros cambios que estaba notando en él.. Reconociendo la cautela de Naruto, se dio cuenta rápidamente de que las cosas podrían ser más complejas de lo que parecían y decidió prestar más atención en el futuro, mientras esperaba que Naruto pudiera volver a abrirse con él.

"Entiendo, si recuerdas algo, házmelo saber", respondió Shikamaru con un suspiro molesto.

Después de jugar al shogi con Naruto y sorprenderse al verlo jugar considerablemente mejor que antes, los chicos se retiraron, dejando entrar a Shino.

Este se sentó en silencio por un momento, hasta que Naruto no pudo soportarlo más. Justo cuando estaba a punto de hablar, Shino tomó la iniciativa.

"Creo que te están espiando. Solo es una sospecha. Yo había dejado un insecto aquí para ver cómo te encontrabas de tanto en tanto", admitió. "Lo que me llamó la atención es que prácticamente al mismo momento que lo mataste, Tatsuma, un familiar mío tuvo exactamente la misma reacción que yo. Esto no me gusta. Tal vez solo te estén cuidando por órdenes del Hokage, pero estate atento".

"Gracias, Shino. Sí, ahora que lo dices, maté a dos de ellos. Lo lamento por el tuyo. Voy a tenerlo en cuenta", respondió Naruto. Mientras su amigo se mantenía en silencio como siempre, Naruto reflexionó sobre esto. No estaba seguro si lo que pasó despertó al viejo y ahora estaba haciendo su trabajo, o si dudaban de él. Estaba más inclinado hacia la última opción, pero tampoco quería dar nada por sentado. "¡Aaah!" Suspiró internamente y pensó: "No saber en quién confiar es realmente agotador. Al menos parece que Shino está de mi lado". Se consoló. "Aunque debo admitir que salir corriendo de aquí es muy tentador. Quién sabe cómo será afuera. Además, no es todo tan malo. No podría abandonar a la gente que se preocupa por mí".

"Si vuelvo a dejar algo, la próxima vez voy a avisarte. No sé cómo hiciste para verlo".

Viendo que Shino parecía ser de confianza, Naruto decidió abrirse un poco más con él. "Sí, desde que desperté, mis sentidos han mejorado. Ahora puedo percibir cosas que antes no, aunque aún no lo controlo".

"Eso es algo interesante. Sin duda te será útil. Bueno, será mejor que te deje tranquilo. Iruka sensei estaba esperándote afuera. Conociéndote, no creo que te guste la sorpresa que te trae".

"Naruto observó expectante la puerta abrirse cuando notó a alguien entrar con una pila de papeles que le tapaban el rostro.

Moviendo la planta para hacer espacio, Iruka dejó los papeles en la mesa de luz para dirigirse a Naruto, quien miraba horrorizado la imponente pila. No importa cuánto lo haga, nunca va a disfrutar estudiar.

"Qué tal, Naruto. Veo que estás mejor, realmente me alegro", comentó Iruka. "Te traje esto, son las cosas que vimos mientras no estuviste. Vas a tener que estudiar mucho para recuperar el tiempo perdido. Ya te costaba antes de tu ausencia, pero no te preocupes, estoy seguro de que lo lograrás. Solo tienes que concentrarte un poco. Voy a estar viniendo de vez en cuando para resolver cualquier duda que tengas. Además, el Hokage me encargó darte esto", dijo mientras le entregaba un pergamino al pelirrojo. "Ten cuidado con eso, son técnicas avanzadas. No vaya a ser que te termines lastimando o algo".

"No te preocupes, sensei, voy a tener cuidado", dijo Naruto con una sonrisa sincera mientras observaba el pergamino, contento de tener una excusa para usar ejercicios más avanzados en público. Apuntando la vista a la pila de papeles, exclamó quejándose: "Va a ser un aburrimiento tener que estudiar todo eso", con una sonrisa forzada.

"Bueno, siempre puedes estudiar con tus amigos. Aún tienes unos meses antes del examen de graduación . Además, seguramente vamos a poder ser más blandos con los exámenes físicos por un tiempo, dada tu situación, por lo que no vas a tener excusas para estudiar", dijo Iruka con una sonrisa amenazante. "Aunque en tu caso, vamos a tener que examinar todo lo que te perdiste, por lo que tienes que tomarte esto en serio".

"Jeje, como me conoces, sensei", respondió Naruto. "Sí, es una buena idea. No había pensado en eso. No te preocupes, voy a ser un ninja cueste lo que cueste".

Después de que Iruka se fuera, Naruto se dedicó a estudiar durante un rato. Al pensar para sí mismo, "Bueno, lamentablemente no voy a escapar de esto. Cuanto antes empiece, antes me lo voy a sacar de encima", se dispuso a sumergirse en la temida pila de apuntes. 

Los días transcurrían sin prisa para Naruto, quien seguía fielmente la misma rutina. Rehabilitación, baño, comida, estudio descanso; una y otra vez. A veces, sus amigos le traían comida, mientras que otras veces debía conformarse con la insípida comida del hospital. Sin embargo, lo que realmente le alegraba era cuando Ayame o Teuchi lo sorprendían con un plato de ramen caliente. Además, aprovechaba los momentos de soledad para entrenar su chakra sin la interferencia de Kurama.

Aprovechando la idea de Iruka de estudiar con sus amigos, Naruto encontró que las sesiones con Sakura e Ino eran las más eficientes. Sakura era como una biblioteca con piernas. Para cuando se dio cuenta, ya podía moverse solo, y el día que tanto había esperado finalmente había llegado. A pesar de todos sus esfuerzos, pasaron un par de meses, tal como el doctor había pronosticado.

"Al fin", murmuró Naruto mientras se ponía su clásico buzo naranja, que ahora le quedaba grande debido a la pérdida de peso. Luego de tomar las cosas que le habian dejado, decidido, se propuso salir de una vez por todas de ese infierno.

Mientras Naruto se abría paso corriendo por la puerta del hospital al grito de "¡LIBERTAD!", finalmente pudo sentir el viento acariciando sus mejillas. Entre la emoción, vio a sus amigos esperándolo y no pudo evitar dirigirse hacia ellos con saltos de alegría.

"Algunas cosas nunca cambian", comentó Sakura con una sonrisa.

"¿Cómo están, chicos? Ya no se van a poder librar de mí", dijo Naruto entre risas.

"Si quisiéramos eso, no habríamos estando visitándote", dijo Shikamaru con su tono característico de desinterés.

Interrumpiendo la conversación, Choji anunció: "Bueno, ya aseguré lugares en el restaurante que mencioné para esta noche".

"¡Genial!", exclamó Naruto, emocionado. "Estaré allí sin falta".

Ino observaba a Naruto con disgusto, notando el ridículo buzo naranja que siempre parecía estar pegado a su piel. "No irás vestido así, ¿verdad?" preguntó con una expresión de desaprobación. "¡Sabes qué!, ya no soporto verte con eso!", añadió mientras tiraba del brazo de Naruto para llevarlo consigo. El pelirojo se permitió ser llevado mientras se despedía del grupo.

"¿A dónde me llevas?" preguntó curioso.

"Vamos a comprarte ropa decente", dijo indignada, "no puedes seguir usando esa cosa horrible".

"Bueno, Ino, pero no tengo dinero encima y tengo que dejar mis cosas en casa. Deberíamos pasar rápido antes de seguir", dijo Naruto. La rubia, resignada, no pudo hacer más que aceptar. "¡Bueno, pero rápido! ¡Y luego nos vamos de compras!", finalizó con un tono de emoción.

Al ingresar al departamento, Ino se cubrió la nariz debido al olor a encierro que inundaba el ambiente. Al observar la habitación, notó el desorden y los platos sucios amontonados en el fregadero. "¿Cómo puedes vivir en este desastre?" preguntó con disgusto. "!Y a mí me llaman cerda!" No pudo resistirse y comenzó a ordenar, añadiendo: "¿Me vas a ayudar?" con un tono de exasperación.

Naruto, sintiéndose avergonzado, respondió: "Sí, claro, Ino." Colocó la maceta en el borde de la ventana y la abrió para ventilar, mientras rememoraba el palacio que había construido en su mundo interior. Ahora, este lugar le parecía un caos total, reflexionó mientras guardaba el resto de sus pertenencias.

Mientras lavaba los platos, Naruto no pudo evitar preguntar: "¿Qué hay de malo con mi buzo?"

Ino lo miró estupefacta, dejando momentáneamente de secar los platos para enfocarse en él. "¿En serio?" exclamó con incredulidad. "No puedo entender cómo puedes gustarte esa aberración. ¡No combina con nada, ni antes ni ahora!", dijo con vehemencia, sus gestos expresando su frustración. Observó la falta de decoración en el departamento con decepción. "Supongo que no podía esperar otra cosa", agregó, resignada. "Los chicos realmente no sirven para estas cosas", concluyó con un suspiro. 

Echando una mirada satisfecha al departamento que ahora se encontraba prístino, Ino añadió con contundencia: "Si la próxima vez que venga aquí me topo con algo similar, será la última vez que pise este lugar"

Momentos después, la rubia abrazaba a Naruto del brazo mientras lo arrastraba por el bullicioso distrito comercial, deteniéndose en cada vidriera para observar las prendas con interés. "¡Puff, quiero este!" exclamaba emocionada, señalando una prenda en particular. Sin embargo, al ver el precio, su entusiasmo se vio eclipsado. "Uhh, es carísimo", murmuró decepcionada. "No puedo esperar a graduarnos, ¡voy a comprarme todo!"

"Naruto también quedó sorprendido al ver el precio. "¿Cómo puede ser tan cara la ropa para chicas? ¡Es solo ropa!", añadió con asombro.

"No es solo ropa tu no entiendes nada, por eso te vistes así, dijo mientras analizaba el repugnante buso, vamos por aquí queda un buen lugar, no te vas a reconocer cuando termine contigo. 

Entrando en la tienda con el sonido alegre de la campana, fueron recibidos por una dependiente de mediana edad con un saludo exagerado. "¡Buenas Buenaaaassss! ¡Bienvenidos a Modax! ¿En qué puedo servir a la parejita hoy?" Los rostros de Ino y Naruto se colorearon ante el comentario de la mujer. "No somos una pareja, solo venimos a darle un cambio de look a Naruto", aclaró Ino mientras lo señalaba como si fuera un extraterrestre. "¡Aaah, la juventud!" exclamó la mujer con una mano en la mejilla. "No tienes que ocultarlo, es muy apuesto. Tienes suerte", dijo guiñándole un ojo a Naruto.

Ino ya no quería molestarse en despejar el malentendido y simplemente prosiguió: "Bueno, queremos ropa para él".

"Eso no va a ser problema, todo le va a quedar bien... menos eso", agregó la dependiente con una sonrisa.

Después de que la encargada tomara las medidas de Naruto, les dejó las ropas de su talla sobre el mostrador. Ino procedió a extenderlas frente a él para tener una idea de cómo le quedarían, murmurando con satisfacción: "Hmm, parece que la mayoría te quedará bien... Esta, esta y esta". Luego, con firmeza, ordenó: "Ve y pruébatelas", esperando ver cómo lucía el pelirrojo con su nuevo atuendo.

Ino, impaciente, se acercó al probador y preguntó: "¿Qué pasa, Naruto? ¿Por qué tardas tanto?".

Naruto, desde dentro, respondió con frustración: "Me está costando ponerme esto con un solo brazo".

"Claro, el brazo", pensó para sí misma. "Solo ponte la ropa, yo te ayudo a acomodarla"

"Naruto emergió del probador con una apariencia un tanto desalineada, pero la metamorfosis era asombrosa. Ino quedó boquiabierta, su corazón latiendo con fuerza ante la notable mejora en la imagen de Naruto. Hizo un esfuerzo por apartar sus pensamientos intrusivos y comenzó a acomodarle las prendas con destreza. La cercanía de Ino y el sutil roce de su aliento en el cuello de Naruto mientras lo ajustaba hicieron que éste se ruborizara instantáneamente. "Mierda, aquí vamos otra vez", pensó para sí mismo. Una vez que Ino habia terminado de ajustar todo, se alejó unos pasos para contemplar su obra. Sin embargo, se vio afectada por la situación y no pudo evitar sonrojarse ante la mejora en la apariencia de Naruto.

"¿Y qué tal quedé?" preguntó Naruto, buscando romper la tensión del momento.

"Hermoso", murmuró Ino, dejando escapar el halago sin pensar."

Al darse cuenta de lo que había dicho, ambos se sonrojaron más intensamente. "!Rayos! ¡Ahora parezco una pervertida!", pensó Ino, mientras desviaba la mirada avergonzada y se tapaba la cara con las manos.

La encargada, notando la situación desde la distancia, intervino para aliviar el ambiente. "¡Vaya, qué guapo estás! ¡Mira cómo has dejado a tu novia!", exclamó, guiñándole el ojo a Naruto repetidamente. "Definitivamente deberías llevarte esas prendas", añadió, sugiriendo la compra con una sonrisa amable.

Después de pagar, el dúo salió de la tienda y mientras caminaba en silencio. La dependienta los observaba desde la puerta, satisfecha con su trabajo, pensando para sí misma: "¡Qué hermosa parejita!"

"Bueno... ¿Quieres comer ramen?" dijo Naruto. Al instante, se reprochó mentalmente: "¿No se te podía ocurrir algo mejor? ¡Son como las cuatro de la tarde!"

"Está bien", susurró Ino, aún reflexionando sobre lo ocurrido.

Momentos después, se encontraron sentados uno al lado del otro en Ichiraku. "¡Guau, Naruto, casi no te reconozco con ese atuendo!" exclamó Ayame con una sonrisa. "Me alegra que finalmente hayas decidido prestarle un poco de atención a tu apariencia".

"Necesitaba algo de ayuda con la elección de la ropa", admitió Naruto, aún sintiéndose un poco avergonzado. "Parece que no soy muy bueno en ese aspecto", añadió con una risita.

"¿Qué van a pedir?" preguntó Ayame, mirándolos amablemente.

"Yo quiero lo de siempre", dijo Naruto con seguridad, mientras que Ino reflexionaba un momento. "Algo con verduras", decidió finalmente.

Ayame sirvió el ramen con una sonrisa, colocando los platos frente a Naruto e Ino con cuidado. "Aquí tienen", dijo alegre "¡Espero que lo disfruten!"

Mientras disfrutaban del cálido ambiente de Ichiraku, la atención de Ino se centraba en Naruto, quien aún no se acostumbraba a usar su brazo derecho. Con cada gesto torpe, su corazón latía más rápido, palpando la ternura que emanaba de él. Decidida a hacer su cena más placentera, tomó los palillos de Naruto con suavidad, sus dedos rozando los suyos con delicadeza.

Naruto, sorprendido por el gesto, alzó la mirada y se encontró con los hermosos ojos de Ino. En ese instante, el bullicio del restaurante se desvaneció, dejando solo el susurro de sus respiraciones compartidas."dejame invitarte", interrumpio naruto despues de unos segundos.

Mientras pagaba a Ayame, quien rechazaba su dinero con insistencia. Notó que ella le guiñaba el ojo repetidamente. "Debe querer decirme algo", reflexionó.

Al salir de Ichiraku con Ino, Naruto ofreció: "Déjame acompañarte a casa" Ino, con una sonrisa tímida, asintió en agradecimiento. Juntos, caminaron por las calles de la aldea, compartiendo un silencio cómodo entre ellos.

Al llegar frente a la casa de Ino, Naruto se detuvo y la miró con ternura. "Gracias por el paseo, la pasé muy bien", expresó. Ino, sintiéndose un poco avergonzada, levantó los ojos con una sonrisa tímida y respondió: "Gracias a ti por todo, Naruto", antes de abrazarlo con cariño y cerrar la puerta tras de sí. 

Después de unos instantes contemplando la puerta, Naruto recapacitó sobre todo lo sucedido y en como se habia dejado llevar por el momento,se dijo a sí mismo: "a ver, a ver, ¿qué pasó?"