Visitas

Viendo que la situación se le escapaba de las manos, Naruto dirigió una mirada suave hacia sus compañeros.

"No estoy molesto, solo les pido que no me vean de esa manera", les dijo con calma, extendiendo una invitación para que se acomodaran mientras palmeaba la cama.

"No creo que entremos todos ahí"

"Claro que si, puede que estemos un poco apretados, pero seguro encontramos espacio para todos", aseguró el pelirojo, arrodillándose para hacer sitio y indicando con la mirada para que se sentaran.

Con todo el grupo apiñado en la cama, las chicas se ubicaron en el centro con las piernas cruzadas, mientras los chicos ocupaban los bordes. Choji, sentado en una silla, parecía algo incómodo por haber sido relegado allí por el grupo, temiendo que su peso hiciera ceder la cama.

"¿ Y Qué han estado haciendo todo este tiempo?"

"Mayormente comiendo", respondió Choji, "han inaugurado un nuevo restaurante de mariscos. Deberíamos ir todos a celebrar cuando te recuperes".

"¡Por supuesto, me encantaría hacer eso con ustedes!", exclamó Naruto emocionado.

Ino lanzó una mirada fugaz a Sasuke antes de volver su atención a él con seriedad. "He estado siguiendo una dieta. ¿No lo has notado?", agregó con tono de reproche.

"Por supuesto que no lo ha notado, pareces una cerdita", replicó Sakura con tono punzante.

Ino elevó la voz: "Al menos yo no tengo un paredón por cabeza".

"¿Ah sí? Pues al menos mi cabello no parece orina", respondió Sakura rápidamente. Sus palabras desencadenaron una serie de gritos y jaloneos de pelo entre ambas, "que molestia" se escuchaba tras el escandalo que estaban armando. 

Naruto interpuso sus brazos entre ellas, separándolas sin encontrar resistencia por su parte.

"Tranquilas, chicas, me están mareando. Estamos en un hospital y no necesito esto ahora", instó Naruto, intentando calmar los ánimos.

"Lo sentimos", murmuraron, desviando la mirada hacia el suelo.

Naruto se sorprendió de lo rápido que había logrado calmar la situación, pero su sorpresa se vio interrumpida por Sasuke.

"¿Desde cuándo tienes agallas, torpe?" preguntó el emo con tono sarcástico.

"Desde que me cortaron el cuello de aquí a acá", respondió el pelirojo con seriedad, trazando con su dedo la cicatriz en su cuello para enfatizar, manteniendo la mirada fija en Sasuke, creando una atmósfera incómoda para todos.

Ignorando la tensión, Naruto cambió su tono repentinamente y preguntó con entusiasmo: "¿Alguien tiene un espejo? Quiero ver cómo estoy".

Sería un reto acostumbrarse a sus cambios de humor tan repentinos, sin embargo, Ino no pudo resistirse a hacer un comentario ingenioso. Era demasiado bueno para guardárselo.

"Podrías usar la frente de Sakura", bromeó, moviendo a la pelirosa para que su cara quedara frente a Naruto.

"¡Jajajaja!", se rió Naruto, contagiando a los demás que también estaban luchando por mantener la compostura,pronto todos estaban riendo. Ino sonrió triunfante, mientras Sakura los observaba a todos como si la hubieran traicionado.

Al notar la mirada de Sakura, Naruto intervino: "¿Qué? ¡Es bueno!". La miró con una sonrisa encantadora y agregó: "No te preocupes, Sakura. Eres hermosa, tu frente no tiene nada de malo. Y tú, Ino, estás radiante así, no necesitas hacer dieta. Además, tu cabello está impecable".

Las chicas se ruborizaron ante el cumplido tan directo, y no pudieron evitar pensar que Naruto lucía bastante atractivo cuando sonreía de esa manera, a pesar de su aspecto algo desgastado.

Ignorando esto, Naruto dijo: "Bueno, ¿ya tienen un espejo? No puedo contener mi curiosidad."

Ino sacó un espejo de su bolso. "Siempre estoy lista," dijo con alegría mientras se lo entregaba a Naruto, sintiendo un calor peculiar cuando sus manos se rozaron. El humor de las chicas mejoró notablemente después del cumplido.

El muchacho tomó el espejo y examinó su reflejo, notando su cabello rojo, ahora más largo, y que su único ojo era exactamente igual al de Kurama. Ahora comprendía por qué resultaba tan intimidante cuando se ponía serio; causaba cierto temor. Al retirar el vendaje para evaluar las dimensiones del daño, se sorprendió al descubrir una cicatriz de quemadura que cubría todo su ojo y se estrechaba, deteniéndose justo en el punto donde tocaba sus marcas de nacimiento. No pudo resistir la tentación de pasar la mano por encima, notando que la zona era particularmente sensible. Más asombrado que otra cosa, Naruto no pudo evitar expresar sus pensamientos en voz alta, sus emociones evolucionaban mientras hablaba.

"¿Quién fue el trastornado que me hizo esto?" preguntó, sorprendido. "Tiene que ser un sádico de primera. Además, ¿a parte, se lo hicieron a mi cadáver?" exclamó Naruto, sintiendo cómo el calor se intensificaba dentro de él. "¿Quién mierda hace eso? ¡VOY A ENCONTRARLO Y CORTARLO EN PEDAZOS!" amenazó mientras intentaba levantarse, ya completamente enfurecido y con el rostro enrojecido como un tomate. 

El grupo se esforzó por contener a Naruto con la mayor delicadeza posible, aunque resultó ser una tarea ardua. En ese momento, su fuerza era casi sobrehumana para alguien que parecía estar medio muerto. Verdaderamente parecía una bestia; de no ser por el estado de Kurama, Naruto ya habría causado estragos.

La enfermera irrumpió en la habitación al escuchar la conmoción, con una jeringa en la mano. "¡Colóquenlo boca abajo!" Apenas divisó su trasero, aprovechó la oportunidad y le inyectó el tranquilizante, logrando que el pelirojo se durmiera en cuestión de segundos.

"Bueno," dijo la enfermera con una cómica mueca de enojo que prometía un gran dolor si la respuesta no la convencía, "¿qué pasó aquí? ¿Acaso no saben que no se permite la entrada de tantas personas?" Una vena marcada resaltaba en su frente. "Ya ignoré el último alboroto, ¿y esto es lo que logran?"

Kiba respondió con su habitual estruendo: "No fue culpa nuestra, el idi...mhhhhhhhhh!" pero fue interrumpido por la mano de Ino y un pellizco de Sakura en su costado, el cual apretaba con fuerza y retorcia. Las muecas de dolor de Kiba cambiaban constantemente.

"Ino, con tono de disculpa, explicó: "Se enfadó al ver la cicatriz en su cara reflejada en el espejo y perdió el control". "No pensamos que algo malo fuera a suceder", dijo con tristeza.

"La enfermera, con una expresión más amable en su rostro, dirigió una rápida mirada hacia Naruto y los instó a salir prácticamente a empujones. "Es necesario que descanse. Por favor, vuelvan mañana y solo podrán entrar de a dos. Y no quiero encontrarlos amontonados nuevamente!", advirtió amenazante..

En una oficina lúgubre, bajo Konohagakure...

Danzo se encontraba en su escritorio, sumido en sus propios pensamientos mientras escribía algo, probablemente tan siniestro como todas sus acciones. Si alguien se aventurara a entrar en su despacho y explorara con detenimiento, podría encontrar un libro "Icha Icha" escondido en un estante, uno de los tantos secretos que el no tan tuerto intentaba ocultar.

"Tatsuma, ven aquí", llamó Danzo. Un ANBU con gafas negras y una marca junto a la boca entró a la habitación con movimientos ligeramente robóticos, y una voz del mismo porte exclamó: "Sí, Danzo-sama, para servirle", lo cual logró arrancar una pequeña sonrisa al líder. Nunca se cansaba de escuchar esas palabras. "Vigila al Jinchuriki hasta nueva orden", ordenó. "Si ves una oportunidad, ya sabes qué hacer. No te arriesgues, mantén un perfil bajo".

"Entendido", respondió, retirándose de la oficina.

"Si logro arrebatarle el Jinchuriki a Hiruzen, el puesto de Hokage quedará servido en bandeja. Ya no sirves para el, viejo amigo. Hace años deberías habérmelo cedido. Después de todo lo que he hecho por esta aldea, todo lo que tú no estabas dispuesto a hacer... Siempre supiste lo que pasaba, ¿y ahora quieres hacerte el recto conmigo?. ¿Cuánto tiempo crees que voy a tolerar tus tonterías?" dijo en voz baja, su tono vibrando con la ira mientras apretaba el puño con fuerza.

Saliendo del hospital el exotico grupo se preparaba para despedirse.

"¡Ararh! ¡Ya suéltenme, no hacía falta hacer todo eso!" se quejó Kiba.

"Pues si no te comportaras como un idiota, no hubiese hecho falta", replicó Sakura. "Estuviste a punto de lograr que nos vetaran del hospital", Kiba respondio. "Solo estaba diciendo la verd.. Como quieran", interrumpio, al notar que las chicas lo amenazaban con la mirada, incluso Hinata lo miraba mal. "Tengo que irme", se marchó Kiba, visiblemente enfadado.

 "Ahh, qué pereza. Esto se está yendo al diablo en un abrir y cerrar de ojos', y Naruto ahora hace chistes tan mórbidos que solo entienden él y Shino", dijo rascándose detrás de la cabeza antes de continuar, "¿Cómo quieren hacer para organizarnos?"

Sasuke, con su típico aire sombrío, interrumpió. "Yo tengo cosas más importantes que hacer".

"pero sasuke, es nuestro amigo!. compartieron sakura e ino" 

"¡Yo no tengo amigos!", respondió con frialdad. "Ya vi lo que vine a ver. Naruto ya no puede ser un ninja. No pierdan el tiempo con él; ahora solo es un civil", declaró con desprecio mientras se alejaba.

Sakura e Ino estaban en shock, incapaces de comprender que su crush no era tan encantador por dentro como por fuera.

Las palabras de Sasuke hicieron que Shikamaru se diera cuenta de algo.

"Naruto se sorprendió de vernos aquí, eso significa que no nos ve como sus amigos", expresando cierta preocupación y captando la atención de los presentes.

"No entiendo por qué dices eso. Siempre le comparto mi comida", añadió Choji, "y solo hago eso con mis amigos. Ni siquiera lo hago con mi familia", mientras devoraba una hamburguesa cuyo origen era un misterio.

Shino, inmutable como siempre, añadió: "Creo que se sorprendió por los demás. El Uchiha ni siquiera le habla, Hinata apenas puede decirle más de dos frases, y Kiba siempre está discutiendo con él; son más como rivales. Ustedes dos siempre lo tratan mal por cualquier cosa, incluso llegan a ser desagradables. Si no fuera porque somos amigos desde siempre, no me juntaría con ustedes", dijo en un tono gélido, casi inhumano. Solo él era capaz de soltar tantas verdades de manera tan imperturbable.

Sakura e Ino se miraron entre ellas, dándose cuenta de que tal vez era verdad, y se habían pasado; no habían considerado lo que Naruto pudiera sentir.

Hinata, pensando en que ni siquiera había dicho una palabra en todo el encuentro, se regañó a sí misma por ser tan tímida. Con esfuerzo y ruborizada, dijo: "T-tal... tal vez deberíamos juntarnos más con él"....

Al despertar al día siguiente, Naruto notó la tenue luz del sol que se filtraba por la ventana. Recordó con cierto esfuerzo lo ocurrido la tarde anterior. "Ugh,la cague. Debí de haber parecido un completo demente. Necesito salir de aquí lo antes posible para poder meditar en privado. Supongo que también debería disculparme con los chicos. Se molestaron en venir a verme y terminé armando un escándalo, justo después de pedirle a Sakura e Ino que no lo hicieran."

La enfermera entró en la habitación, interrumpiendo sus pensamientos, llevando consigo un balde y una esponja. "Es hora de bañarse".

"No no no no puedo hacerlo solo, no hace falta", dijo Naruto avergonzado.

"Pero ¿qué dices? Apenas puedes moverte solo. He hecho esto decenas de veces. No tienes nada de qué avergonzarte. Ya lo he visto todo. Además, estás más que bien ahí abajo", añadió con una sonrisa pícara, tratando de animarlo.

Después de otro momento sumamente incómodo, Naruto tenía que admitir que se sintió bien que alguien lo cuidara, a pesar de la vergüenza. Además, necesitaba el baño. Aunque no pudo evitar pensar en cómo las mujeres mayores parecían tener una falta total de pudor con estos temas.

"En unas horas tienes tu primera sesión. Ve preparándote"

Después de una hora de rehabilitación, en la que Naruto se esforzó tanto que al caminar temblaba como si estuviera teniendo una embolia, el doctor lo obligó a volver a descansar,si fuese por el se hubiese quedado hasta desmayarse. 

Mientras saboreaba la insípida comida del hospital, el pelirojo emitió un gruñido audible. "¡Puf, qué ganas de rameeeeeen!", expresó con frustración. "Esto se está volviendo eterno", murmuró para sí mismo, al notar un insecto en la pared. Sin vacilar, agarró una de sus pantuflas y la lanzó con precisión. "¡Ahí va otro!", exclamó, repitiendo el proceso con la otra pantufla. "Debe de haber una plaga".

Justo en ese momento, el Clan Aburame se encontraba en pleno almuerzo cuando, de repente, dos de sus miembros golpearon la mesa casi al unísono, seguidos de un gruñido de irritación. Intercambiaron una mirada fugaz, cargada de sorpresa, antes de recobrar su serenidad habitual.

Pocos instantes después, Naruto recibió nuevamente visitas. Sakura e Ino entraron primero. Ino se apresuró hacia la mesa de luz para regar la planta, mientras Sakura tomaba asiento junto a Naruto y comenzaba a entablar una conversación.

"¡Hola, Naruto! ¿Cómo te fue en rehabilitación?" preguntó Sakura con interés.

El pelirrojo se acomodó en la cama para dirigirse a Sakura, "Bien, di todo lo que tenía. Pero no me dejaron seguir, jaja", dijo mientras se rascaba la mejilla. "Si no fuera por eso, seguiría allí. No puedo esperar para salir de aquí. Esto es una tortura".

"Yo estaría igual", comentó Sakura con empatía. "No me imagino cómo debes estar, con lo inquieto que eres".

Mientras tanto, Ino intervino mientras examinaba la pequeña maceta, "¿Te gustó la planta, Naruto? Veo que le sacaste una hoja. No hagas eso, le hace mal", finalizó con un reproche.

"Me preguntaba quién me la había dejado. Gracias, Ino. Es un gesto muy amable", respondió Naruto con gratitud.

Ino exclamó con una sonrisa mientras guiñaba un ojo y colocaba las manos en las caderas. "Es una Sansevieria. Ayuda a mejorar el aire. Pensé en eso considerando que estarías tanto tiempo en un ambiente reducido. Además, no necesitas regarla casi nunca y sobrevive en casi cualquier lugar, así que es perfecta para ti". 

"¡Jaja, tienes razón! Las plantas no son precisamente mi especialidad", admitió Naruto con una risa amigable.

Ino, recordando la charla de la noche anterior, respondió con entusiasmo: "Si en algún momento quieres preguntar algo sobre ellas , cuenta conmigo. No hay nadie en esta aldea que sepa más sobre plantas que yo".

Sakura, al ver que estaba quedándose rezagada respecto a su rival, no pudo evitar reprocharse por no haber pensado en traer algo consigo. Además, sentía la necesidad de redimirse por cómo había tratado a Naruto;. "Vamos, Sakura, piensa algo. Se supone que eres buena en esto", se dijo a sí misma mientras observaba la cicatriz en la cara de Naruto. De repente, una idea brilló en su mente. "Eso es!", exclamó interiormente. "¡Eres brillante, Sakura!", se elogió a sí misma. Decidió desatar el moño que siempre llevaba en su cabeza y se lo ofreció. "Aquí tienes, pruébatelo. Combina con tu cabello".

"Gracias, Sakura", expresó el muchacho mientras procedia a ponerse el parche.

"De nada", respondió la pelirosa, con cierta timidez. "Debí haber traído algo mejor. De todas formas, le tengo cariño a eso, así que asegúrate de cuidarlo".

"Claro, y no te preocupes. No tienen que traerme nada. Con que vengan a visitarme es más que suficiente", dijo Naruto, mientras intentaba ponerse el parche con dificultad.

Al notar que no podía colocárselo, Sakura se llevó la mano a la frente. "Claro, idiota, olvidé que le falta un brazo", se reprochó internamente. "Déjame, Naruto, yo te ayudo a ponerlo".

"¿Y cómo luce?", preguntó animado.

"Ino sonrió y dijo: 'Te queda genial. Pareces otra persona. Hablando de eso, ¿qué pasó con tu pelo?'

"Sí, y tu ojo", añadió Sakura, "parece el de un gato".

"¡Mátala, mátala!", insistió Kurama. "¡Dile a esa perra que no soy un gato!"