Un hombre vestido con ropa noble, parecía que acababa de salir de una película medieval, entró en la arena; parecía medir unos 190 CM de altura.
Un cuerpo musculoso que incluso podía verse a través de la ropa que llevaba puesta.
Lo que más destacaba de este hombre que acababa de entrar en la arena eran sus fríos ojos muertos.
La frase, 'Los ojos son la ventana del alma' no podría ser más acertada al hablar de este hombre. Mirando a los ojos sin vida del hombre, todos podrían pensar inmediatamente que estaba muerto por dentro.
Al mirar a los ojos del hombre que acababa de entrar, Victor mostró una pequeña sonrisa:
—¿Oh?
—¿Te diste cuenta? —Escáthach mostró una pequeña sonrisa satisfecha.
—Sí. A simple vista, podría parecer que es un hombre aburrido de todo, un hombre muerto. Pero eso no podría estar más lejos de la realidad… —Los ojos de Víctor brillaron un poco a través de las gafas que llevaba puestas.
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