—¿Entonces? ¿Qué estabas haciendo? —Violeta cruzó sus brazos mientras miraba a Sasha, quien estaba escondiendo el cuaderno detrás de ella. Incluso había llegado al extremo de aplicar un montón de Runas en el cuaderno, y debido a la cantidad de Runas, no sería extraño si el cuaderno pudiera considerarse un Artefacto Divino en este punto.
—¡Deja de ser tan insistente! ¿No has oído hablar de respetar la privacidad de los demás? —objetó Sasha.
—... Hmm, eso es cierto —Violeta tocó su mejilla y luego miró la habitación de Sasha—. Para eso es tener nuestras propias habitaciones.
Aunque todas dormían juntas en la misma habitación con Víctor, era esencial que tuvieran sus propios espacios privados para guardar sus cosas personales y decorarlos como quisieran.
—¡Exacto! ¡Así que déjalo! —exclamó Sasha.
—¡Pero! ¡Esto y aquello son dos asuntos diferentes! Si fuera otra persona, habría dejado pasar este asunto, pero es diferente cuando tú estás involucrada —insistió Violeta.
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