Como Quinn había dicho, volar por el aire era mucho más tranquilo que antes, e incluso había decidido no ir a toda velocidad, por mucho que se sintiera tentado de probar los límites. Aun así, Minny se lo estaba pasando en grande mientras sonreía con su pequeño cabello ondeando hacia atrás.
Sin embargo, había una persona que no lo estaba disfrutando en absoluto.
—De verdad que me voy a marear, —dijo Lucia mientras inclinaba la cabeza hacia Jessica, aún aferrada a ella.
—Realmente tenemos que aterrizar esto ahora. Además, ¡yo era parte de la unidad del Cuerpo de Vampiros de la Tierra, así que no sé realmente dónde está la base! —Jesica tuvo que gritar debido al sonido del viento, aunque Quinn podía oír bien de todos modos.
Al final, Quinn notó que estaban entrando en una zona suburbana. Se veía bastante tranquila, ya que las calles estaban llenas de luces rojas y anaranjadas. La gente estaba afuera, comiendo en puestos callejeros, riendo y bebiendo.
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