—¿Quién no estaría furioso? Si estuviera en su posición, yo también estaría furioso. Imagina descubrir que tu esposa ha sido secuestrada con tu bebé nonato y ni siquiera sabes si están vivos. Desafortunadamente para él, solo uno de ellos sobrevivió —Xander soltó una carcajada al final de sus palabras.
—Se siente bien finalmente hacerle experimentar algunas tristezas en su vida. Él pensaba que solo porque era el más favorecido en nuestra familia, era intocable.
Xander continuó riendo como un maníaco. Lamentablemente, Samantha no encontraba nada gracioso en lo que decía, así que lo miraba fijamente como una estatua sin emociones.
—¿Planeas venderla? —preguntó Samantha. Aunque no mencionó un nombre, Xander era bastante consciente de a quién se refería.
—¿Quién sabe? —se encogió de hombros—. O la vendemos o la llevamos a la fábrica.
—¿Quieres que la lleven a la fábrica? —Samantha cuestionó como si no acabara de escuchar lo que él había dicho.
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