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Llegar a tiempo

El corazón de Tauriel estaba agitado, como si Smaug se hubiera desplomado en el mar de sus sentimientos. Por una parte, Legolas la aleja de donde su corazón quería estar y, por otra parte, no sabía por qué había reprimido sus acciones delante del enano que había entrado en su vida para cambiarlo todo. Cuando regresa a dar noticias decide buscar al enano y comprar tiempo para hablar...

EscritorDeFics · Films
Pas assez d’évaluations
12 Chs

Todo tiene un precio

—¡No lo haré sin recibir nada a cambio! —la voz de Thranduil resonaba en la sala donde Thorin, Bilbo y Gandalf también estaban presentes, no se atrevía a llevarlo a la sala del trono porque sabía cuándo codicioso podía llegar a ser.

En estos momentos solo importaban la vida de Fili y Kili sus dos herederos. Luego que Kili se había separado de ellos de manera abrupta y hasta dolorosa, él había tenido que luchar contra la manada de huargos y orcos con Fili y Dwalin. Vencer a Azog fue una tarea difícil y no fue sino con varias lesiones que logro su cometido, pero también le costó una herida a Fili. Azog había logrado atravesar su espada en el costado, casi tocando el corazón. Pero ese momento había servido para finalmente clavar la espada elficas que había obtenido. Encontrar a Kili fue otra historia. Pero Dwalin lo encontró casi muerto en una de las entradas de la montaña. Rápidamente, había sido trasladado en la inconsciencia hacia Erebor, que una vez que la guerra hubo terminado se había tornado en un hospital y refugio para humanos, elfos y enanos.

—¡Pero Thranduil! —Gandalf le reclamó airosamente el rey del Bosque Negro, pero al parecer al rey Elfo no pareció importarle las palabras del mago gris.

—Gandalf he tenido suficiente de estos enanos, será mejor que lo pienses rápido Thorin Escudo de Roble, porque puede ser muy tarde —la frialdad de sus palabras podía helarle la sangre a cualquiera y tal vez lo hicieron porque Thorin frunció el ceño con disgusto, pero no tenía demasiadas opciones. Fili estaba malherido y la vida de Kili pendía de un hilo ahora mismo.

—Te escucho —dijo casi gruñendo con rabia, mientras Thranduil irradiaba una sonrisa victoriosa, estaba deleitándose con esto.

—Por tu primer heredero, quiero de vuelta mis gemas de luz de estrella, todas y cada una de las que le fue arrebatada a mi pueblo —Thorin sabía que venía por eso, pero jamás pensó que podría estar negociando la vida de Fili, pero no tenía opción los sanadores enanos no podían hacer nada por sus sobrinos y los elfos se negaban a hacer algo al respecto sin las órdenes de su rey.

—Y por el segundo —la mirada maliciosa de Thranduil se dejó notar, como si fuera a pedirle el trono mismo.

—Algo menos costoso, quiero tu juramento por el hacha de Durin y su sangre, que él no volverá a pisar mi bosque, ¡nunca más! Ya demasiados problemas me han traído sus imprudencias —asi que eso era lo que quería, pensó Thorin con algo de intriga por la simpleza de su petición para ayudar al más joven de sus sobrinos. —Tauriel jamás debió abandonar el palacio, solo muerte es lo que ha provocado —había escuchado de lo que Tauriel había hecho por Kili, así que no podía creer que ella simplemente murió. Kili entonces no pudo salvarla, esto iba a ser duro de asimilar para Kili.

—¿Ella murió? —pregunto Thorin con algo de dudas, como si necesitara de alguna clase de confirmación.

—Eso acabo de decir —el tono firme y frío de Thranduil confirmaba sus palabras, tal vez era lo mejor, elfos y enanos no estaban destinados a estar juntos y mucho menos relacionarse románticamente. Él quería a los elfos fuera de su montaña y pronto.

—Con gusto te juraré que Kili no pondrá un pie en tu maldito bosque nunca más —dijo rápidamente Thorin, no le costaba para nada hacer un juramento tan solemne y serio al saber que no había ya una razón para que Kili siquiera pensara en ese bosque o en el elfo.

—Y las gemas… —pronunció Thranduil mientras Gandalf y Bilbo miraban expectantes a su decisión. Él había visto las gemas que el rey elfo quería, pero no quería darle nada. Pero tampoco podía dejar que Fili falleciera. Sería el fin de Kili y nada de esto tendría sentido.

—Ese es otro tema —susurró con la rabia contenida de que el elfo tuviera las de ganar esta negociación.

—Thorin, estamos hablando de Fili, si no lo salvas la sola idea de que Tauriel murió devastara a Kili, pero si Fili no lo logra eso matará a Kili —Bilbo le susurró tratando de hacer esto más fácil y rápido para que sus jóvenes amigos sobrevivieran un día más.

—Lo sé, pero no pienso darle nada a esta escoria —respondió con ira Thorin mientras Thranduil ni se inmuto, simplemente se dio la media vuelta.

—Creo que mejor me voy —dijo con desdén y empezó a caminar rumbo a la puerta más cercana. Gandalf le dirigió una mirada seria a Thorin y este cedió finalmente.

—¡Espera! está bien, tendrás tu pago y mi juramento —Thranduil se detuvo rápidamente y se giró para mostrarle una sonrisa de satisfacción al enano que no podía contener sus ganas de atravesarle una daga en la garganta.

—Por adelantado—susurró con dureza el elfo, haciendo que Thorin avanzara con tenacidad hacia el elfo, que mantuvo su posición sin ceder ningún atisbo de temor.

—¡Eso no fue acordado! —gritó a pocos pasos del elfo de mirada fría, quien solo le sonrió con ligereza, haciendo que Thorin perdiera aún más los estribos.

—Ya he visto que Thorin Escudo de Roble suele romper sus promesas —le recordó la escena donde junto con Bard vinieron a pedir lo acordado para la gente del lago que lo había perdido todo y él se negó a darles lo que le correspondía del tesoro de Erebor.

—Por adelantado —susurró derrotado el rey enano.

—Traeré a mis sanadores, prepara el pago —Thranduil declaró con alegría mientras movía con gracia su capa para dirigirse a la salida.

—Odio a ese maldito elfo —susurró Thorin sin darse cuenta de la agudeza de los oídos de los elfos

—El sentimiento es mutuo —declaró el elfo antes de salir por las puertas.

—¡Dwalin! ¡Gloin! —gritó con amargura Thorin mientras Bilbo y Gandalf suspiraban con alivio de que todo haya llegado a buen puerto y que la ayuda para los jóvenes príncipes de Erebor estuviera en camino, luego de un momento llegaron los dos enanos con el ceño fruncido como si supieran lo que su rey estuviera por pedirles.

—Su majestad —dijeron ambos con formalidad, sabían que había la confianza para usar su nombre simplemente, pero era necesario empezar a respetar el linaje de Durin que corría por las venas de Thorin e instaurarlo en Erebor

—Necesito que ambos preparen esas malditas gemas para ser entregadas al estúpido rey elfo —ambos enanos fruncieron el ceño, pero solo Dwalin se atrevió a decir algo.

—Pero es el tesoro de Erebor ¡no puedes simplemente entregárselo! —gritó Dwalin, pero rápidamente se dio cuenta que le estaba gritando a su rey. Inclino la cabeza con resignación esperando que Thorin dijera algo recriminándole su proceder.

—¿¡Crees que quiero!? pero si no lo hacemos, Fili y Kili morirán ¡porque él no dejara que sus sanadores los salven! —la frustración de sus palabras hizo que Gloin cerrara los ojos con fuerza pensando en lo difícil que podría haber sido para Thorin ceder el tesoro de Erebor a un despreciable elfo como era Thranduil.

—Eso es acto de perversidad —declaró finalmente Gloin con dureza. Gandalf y Bilbo se mantenían en silencio, no quería añadirá nada que pudiera hacer que Thorin se echara atrás.

—Son elfos Gloin, que más podías esperar —resopló con resignación.

—Lo haremos inmediatamente —respondieron ambos saliendo rápidamente de la habitación.

—Solo falta que Bard venga a hacerme alguna clase de chantaje para obtener el oro de Erebor —En ese momento el guardia anuncio a Bard y una comitiva de hombre que se acercaban a donde estaba Thorin. Bilbo y Gandalf ahogaron una risa y Thorin solo podía pensar en que más podría salirle mal el día. Él sabía que todo tenía un precio y aunque él sabía que la vida de Fili y Kili valían más del precio que le fue pedido, simplemente no quería regalar nada más, les daría el oro a Bard y los suyos para establecer un trato pacifico entre los dos pueblos, no quería arriesgar las buenas relaciones con los humanos. Y tampoco quería perder a los hijos de su hermana.

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