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Llegar a tiempo

El corazón de Tauriel estaba agitado, como si Smaug se hubiera desplomado en el mar de sus sentimientos. Por una parte, Legolas la aleja de donde su corazón quería estar y, por otra parte, no sabía por qué había reprimido sus acciones delante del enano que había entrado en su vida para cambiarlo todo. Cuando regresa a dar noticias decide buscar al enano y comprar tiempo para hablar...

EscritorDeFics · Films
Pas assez d’évaluations
12 Chs

Día siguiente

A la mañana siguiente, dentro de la montaña solitaria la expectación era abrumadora. Lo que quedó del ejército de Dain y la compañía de enanos estaba congregados a las puertas de la habitación donde Fili estaba reponiéndose de su absceso de la noche anterior. La noticia se había esparcido rápidamente, Thorin no quería que esto fuera motivo de excitación, ya que había mucho trabajo que hacer, pero era inevitable y no hizo falta mucho tiempo antes de que se empezara a escuchar el murmullo de la gente agolpada en la puerta a la espera de alguna noticia. Lo poco que habían escuchado es que Fili había despertado, pero que estaba en estado de shock al no ver a Kili y había tenido un episodio de crisis que había desencadenado su posterior desvanecimiento.

En ese momento se abrió la puerta y la figura de su reciente ascendido rey se dejó ver en la penumbra de la mañana oscura. Parecía no haber dormido en toda la noche. Bofur y Oin se acercaron con una taza que llevaba la medicina de Fili dentro y pasaron haciendo una pequeña reverencia a la cual Thorin gruño. Empezaron los murmullos a la espera de alguna clase de noticia sobre el estado del mayor de los herederos de Erebor.

—¿Es que acaso no tienes trabajo que hacer? —rugió Thorin, haciendo que todos guardaran silencio.

—¿Cómo está Fili? —pregunto Dain saliendo de entre la multitud. Thorin no tenía ganas de explicar lo que había acontecido, aunque sospechaba que tanto Bofur como Oin había soltado alguna clase de información.

—¡A trabajar! —gritó nuevamente dirigiéndose al grupo de hombres que estaban asignados a reparar la montaña, había mucho trabajo que hacer antes de pensar en volver a habitarla. Dain ya había mandado por más soldados para no dar lugar a que saqueadores y orcos errantes irrumpieran —Fili está bien, necesita descanso, nos aseguraremos que lo tenga, ahora a nuestras labores, Erebor no volverá a su antigua gloria con un grupo de enanos perezosos —luego se dio la vuelta no sin antes hacerle una seña a Dain para que le siguiera. La compañía permaneció a la espera de alguna clase de indicación especial. Sabían que Fili iba a ser trasladado cerca de Kili.

—Bombur, Ori ayuden a Oin y Bofur a trasladar a Fili a la cámara donde se encuentra Kili —Bombur y Ori se quedaron, mientras que el resto de la compañía se dispersó.

—Si su majestad —respondió Bombur en tono gracioso, casi con cierta burla a sabiendas de que a Thorin no le gustaba la formalidad con respecto a la compañía de enanos.

—Basta con eso por favor, me da dolor de cabeza —dijo gimiendo mientras Dain observaba con algo de gracia como su primo se acomodaba al rigor de su nueva posición.

—Esa es la idea, no creerás que emprendimos toda esta odisea sin querer algo a cambio —Bombur le dio un pequeño codazo y Thorin resopló con frustración.

—Solo, solo ayúdenlo, iré a ver que preparen algo de comida…. Necesitamos mantenernos fuertes, se vienen días más complicados por delante —Bombur se frotó el vientre con ansiedad, no habían comido bien durante días, eventualmente alguna fruta o pan, pero nada consistente.

—¿Qué quiso decir? —se disponían a entrar cuando Ori intervino, se había mantenido al margen ya que no era precisamente alguien que resaltara mucho en la conversación.

—Que el problema más grande será cuando Kili despierte —Ori frunció el ceño ligeramente.

—¿Por qué? —él pensaba que si Kili despertaba eran buenas noticias, pero todos parecían estar preocupados en que harán cuando despierte.

—Por la guerrera elfo, como se llamaba —Bombur trataba de recordar, pero no lograba traer a su mente en nombre. Ori se veía un poco desconcertado con que el bienestar de Kili estuviera ligado a una elfo.

—¿Que tiene que ver el elfo? —pregunto casi tímidamente.

—Ohhh Ori no me digas que no te diste cuenta de cómo Kili divagaba sobre el cabello rojizo, las pecas en su rostro y esas cosas —Ori empezó a rememorar todas las veces que Kili se había quedado con la mirada perdida y que había hablado de la luna de fuego, de la belleza del cabello rojizo y de cómo hacían las pecas que una mujer se viera más atractiva.

—Ohhh ¿estaba hablando de esa chica? —se avergonzó de no haberse percatado de que esas características eran compartidas por aquella guerrera elfo que había conversado con Kili en la prisión de bosque Negro.

—Claro ¿de quién más sino? —Ori puso la cara de reflexión y recordó a la muchacha que había estado persiguiendo a Kili por casi un año, era una chica de buena familia, uno de los clanes más poderosos económicamente y políticamente hablando: los Stormpike, seguramente no tardarían en hacer su aparición.

—Bueno ya sabes esa doncella que andaba coqueteando con Kili desde hace unos años, la hija de Garrim —tenía el cabello rojizo, un par de ojos color miel que enamoraban a casi todos los enanos y aunque la barba que tenía poblaba la mayor parte de su rostro era visible que tenía pecas, pero también era claro que su interés en Kili era plenamente político ya que en primera instancia había estado interesada en Fili, pero este le dejo claro que no sentía ninguna inclinación amorosa por ella y que no debía insistir, en cambio Kili era más reservado para rechazarla y solamente optaba por huir de su presencia.

—!Freya! —Bombur sonrió con burla cuando recordó. —Bueno podría ser, ¡pero no! escuché que Kili abandonó a Thorin y a Fili luego de salvarlo de Azog para ir en busca de la doncella elfo que le salvó de morir por el veneno de la flecha Morgul —Ori quedó un poco impresionado de la osadía de Kili como para ir directo a la muerte por una mujer, elfo nada menos. Él no tenía problema con que fuera elfo, pero sabía que no todos compartían su forma de pensar.

—Pero es un elfo, aunque eso no es un problema, era muy agradable aun cuando éramos prisioneros —él había visto la de primera mano la buena voluntad de la doncella para con ellos. No había permitido ninguna clase de abuso en contra de ellos en el bosque ni tampoco en las mazmorras.

—Eso no pareció importarle a Kili —respondió Bombur riendo un poco.

—Thorin no lo aceptaría, esa es la verdad —Ori no estaba en contra solo estaba haciendo evidente algunas cosas.

—Por cómo están las cosas daría lo que fuera por mantenerlos con vida —Oin sabía que eso era cierto, había pagado una fortuna más un juramento para que el rey elfo accediera a ayudar a sus sobrinos, y a pesar de eso estaban en riesgo.

—¿Que paso con el elfo? Tauriel era su nombre —Ori recordó el nombre, solo lo habían escuchado una vez en la casa de Bard, luego no había sido nombrada.

—Ella murió en el combate, dicen que luego que Bolgo atravesara a Kili y ella pensara que había muerto se enfrentó con el monstruo y cayeron montaña abajo, al parecer ella no sobrevivió a la caída —se le enfrió el corazón a Oin sabiendo las consecuencias de esa noticia y ahora comprendía la preocupación de Thorin por su sobrino.

—No puede ser, eso le romperá el corazón a Kili —no podía imaginarse el dolor que podría llegar a experimentar al saber que la muchacha había muerto y que tendría que vivir sus días con ese dolor.

—No tengas duda de eso, es por eso que Thorin está preocupado en cómo darle esa noticia —Ori pensó por un momento, no había manera fácil ni más delicada de decirlo, era simplemente doloroso desde cualquier ángulo que se abordara.

—Pobre muchacho, parecía que ella le correspondía —Oin suspiró con frustración mientras se mordía el labio y casi podía compartir el dolor de la perdida de Kili.

—No estoy seguro de eso, Bofur me conto que Kili le ofreció que viniese con él a Erebor, pero ella declinó y se fue con el príncipe elfo arrogante llamado Legolas —Ori no podía creer eso que estaba escuchando, si el elfo hubiera venido lo más seguro es que Thorin bajo los efectos de la maldición del oro o sin ella la hubiera echado de la montaña. No podía creer que el elfo correspondía a sus afectos, al menos Kili sonaba demasiado enamorado y prendido de ella como para pensar que no había alguna clase de retorno de sus afectos.

—Suena como algo que Kili llevará con él por el resto de sus días —Ori dijo finalmente.

—Supongo que tendrá que seguir adelante, como todos nosotros —Bombur también simpatizaba con Kili y no tenía alguna objeción con su elección amorosa, pero se había disuelto y debía seguir adelante.

—¿Vais a ayudarnos o seguiréis parloteando como enanas viejas? —gruño Oin.