La pareja maestro y discípulo dejó a un lado esos pensamientos y comenzaron a hablar de otra cosa.
—Maestra, entiendo lo que hice mal. Debí haber usado toda mi fuerza desde el principio, pero ¿por qué es tan malo de mi parte acercarme a la Corte Externa de la Secta Doncella de Batalla? Sé que mencionaste que no deberíamos acercarnos a su territorio descuidadamente, pero ¿no está la Corte Externa llena de debiluchos? Podemos ser considerados una Secta demoníaca o no ortodoxa, así que ¿por qué tenemos que preocuparnos por las reglas de esos santurrones? —preguntó el joven, solo para recibir otra bofetada en la nuca.
—¡Ay!
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