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Conociendo al enemigo

NOTA 1: Todos los derechos de la serie Neón Génesis Evangelion pertenecen a Gainax/Khara, o a aquellos quienes les sucedan legalmente en el futuro. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.

NOTA 2: Este capítulo contiene escenas de tipo LEMON (descripciones explicitas de contenido sexual) por lo que no es apto para menores de 18 años.

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Asuka estaba sentada en un sillón en la sala del pequeño departamento de Maya Ibuki. Debido al encuentro sostenido en la tienda hacía algunos instantes atrás, había pensado que al ingresar encontraría el lugar repleto de frascos con sapos y culebras en formol, runas, velas de variados colores y olores, cartas de tarot, pinturas con motivos místicos y un sin fin de cosas esotéricas; todo esto custodiado por un gato de color negro que respondería al nombre de "Satanás". Pero nada más ingresar sus expectativas se fueron al suelo. El departamento de Maya lucía totalmente normal e inocente. Lo más intimidante en el lugar parecía ser un macetero con un cactus puesto junto al ventanal que daba a un pequeño balcón.

Luego de encontrarla en esa extraña librería, y de que una avergonzada Maya hubiera pagado el par de libros que cargaba, Asuka le había pedido conversar en un lugar más privado, dedicándole una media sonrisa mirando la bolsa con los libros que la mujer cargaba en las manos. Maya entendió de inmediato la indirecta y le ofreció conversar en su departamento. Ya hacía unos minutos que habían llegado y Maya estaba desde entonces en la cocina preparando un refrigerio.

En ese momento la dueña de casa regresó desde la cocina con una bandeja con un par de refrescos y algunas cosas para picar. Dejó todo sobre una mesita frente a ellas y se sentó junto a la pelirroja. Por unos tensos momentos ninguna de las dos dijo una palabra. Finalmente Asuka estiró una mano y tomó uno de los vasos con refresco y dio un sorbo. Era jugo de piña.

— Está bueno — dijo la chica.

— Gracias. Yo misma lo preparé. Por aquí cerca hay un mini mercado que trae unas piñas de muy buena calidad. Siempre que paso compro algunas para preparar jugo — respondió una nerviosa Maya, luego de lo cual se produjo un nuevo silencio.

— No sabía que tenías gusto por el ocultismo, Maya — comentó finalmente la pelirroja, yendo directamente al punto, haciendo que la susodicha diera un respingo.

— Ya, bueno… — intentó decir Maya, con una nerviosa sonrisa, para luego dar un profundo suspiro y responder con resignación a la chica — Desde niña me interesó eso del ocultismo y la hechicería. En un inicio fue solo como un juego, pero luego me fui metiendo más y más, hasta que finalmente se transformó en una especie de hobby. 

— ¿Y qué se supone que eres? ¿Una especie de hechicera? — preguntó Asuka.

— ¡¡Claro que no!! Aunque, bueno… hice algunas pócimas de amor, y uno que otro hechizo para algunas compañeras de curso cuando estaba en la escuela, pero al parecer no resultaron. Los hechizos al menos, pero dos de ellas consiguieron al chico que les gustaba gracias a mis pócimas de amor… bueno, eso creo — dijo Maya avergonzada, mientras se encogía sobre si misma.

— Quien lo diría viniendo de ti — comentó Asuka, viéndola de arriba a abajo.

— Ya te dije que solo era un juego para mí cuando estaba en la escuela — respondió Maya, con la cara roja de vergüenza — En la universidad ya no pude seguir en eso como antes, ya que me centré en mis estudios. Luego encontré trabajo en NERV y bueno; actualmente sigo comprando libros de vez en cuando, y sigo aprendiendo alguna cosa nueva a lo lejos, pero nada más. Solo es un hobby, cuando tengo tiempo, claro.

— Realmente me sorprendes. Pensaba que eras una especie de "Súperhacker" en tu tiempo libre. Nunca se me pasó por la cabeza que fueras una aprendiz de hechicera — comentó Asuka, con una sonrisa burlesca.

— Por favor no le digas nada esto a la doctora Ritsuko. No quiero ni pensar lo que diría de mi si se llega a enterar de esto — dijo Maya en tono de súplica y la angustia pintada en el rostro, mientras la pelirroja levantaba una ceja ante esa petición en un tono tan ferviente.

— Está bien. No le diré nada de esto a nadie — dijo finalmente la chica.

— Gracias. En verdad, muchas gracias — dijo Maya, sintiendo que se quitaba un gran peso de encima — Y en todo caso, ¿qué hacías tú en esa librería? Se supone que deberías estar en la escuela en este momento.

Al escuchar las palabras de la mujer, que la miraba interrogante esperando una respuesta, Asuka recordó finalmente el motivo para estar ahí en ese momento.

— Maya. ¿Tú sabes sobre cosas sobrenaturales, verdad? ¿Fantasmas y cosas así?

— Bien, sí, a lo largo de los años he aprendido mucho sobre eso, y tengo varios libros que hablan sobre el tema. ¿Por qué lo preguntas? — preguntó curiosa.

— Maya... hay algo que debo contarte, y creo que tú eres la única persona que podrá creerme.

Maya observó curiosa a la pelirroja por este repentino cambio de actitud. La chica se veía entre seria y preocupada, como si algo muy grave la estuviera aquejando. Lo que Maya Ibuki no sospechaba era cuan acertada estaba en sus apreciaciones.

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Maya estaba de pie mirando por el ventanal de su departamento, aún impactada por el relato de la pelirroja. Racionalmente hablando lo que había escuchado era una completa locura, y lo más probable es que solo fuera producto de una de las tantas pesadillas que los Pilotos EVA solían sufrir a menudo, según lo que había visto de los registros médicos. Pero para ella, quien había estado inmersa en el mundo de lo oculto desde que era una niña, sabía que habían cosas que escapaban del terreno de lo racional. Volteó y miró a Asuka, que seguía sentada en el sillón mirándola expectante.

— Asuka… ¿es cierto esto que me has contado? ¿No es una broma?

— ¿Crees que podría inventar algo así? — preguntó Asuka, irritada.

Maya escrutó los ojos de la pelirroja buscando algún indicio de que esta le estuviera jugando una broma, pero no vio nada de eso. La chica parecía realmente preocupada e impactada por lo que había vivido. A decir verdad, ella también lo estaría de haber visto algo así. 

— Bien Asuka. Te creo, y también creo saber qué criatura fue la que viste.

— ¿De verdad?

— Así es. Y si ese ser es quien creo que es, entonces Shinji está en un grave peligro — comentó Maya con seriedad — Sígueme — dijo la joven mujer, conduciendo a la pelirroja hasta la puerta de una habitación, momento en que se detuvo y miró fijamente a la chica — Asuka, por favor promete que lo que veras aquí quedará solo entre nosotras. Prométemelo.

Asuka observó con sorpresa a Maya por esta petición. La mujer se veía nerviosa y con un nuevo sonrojo en las mejillas. Era evidente que mostrar lo que fuera que estuviera en ese cuarto le producía vergüenza y quería asegurarse que nadie más supiera lo que había ahí. Bien, no le sorprendió esto, después de todo, era la tímida y sumisa Maya Ibuki.

— Está bien. No le diré a nadie. Puedes confiar en mí — dijo la chica, un tanto fastidiada.

Ante esta respuesta, Maya afirmó con la cabeza y aún con algo de renuencia abrió la puerta haciendo pasar a la pelirroja, a la cual casi se le salen los ojos de las orbitas al ver aquel cuarto. El lugar era una réplica de la tienda en la que habían estado, solo que a una escala menor. La habitación tenía estantes repletos de libros hasta el techo, un gran mueble con puertas de madera en la parte baja y de cristal en la parte alta, donde se veían objetos que no podía identificar, salvo por una bola de cristal. También había algunos pergaminos aquí y allá, y en las paredes algunos cuadros con símbolos extraños, pero logró reconocer uno. Se asemejaba a una figura que había apreciado en el suelo y el techo de la oficina del Comandante Ikari. Al fondo del cuarto había un escritorio con algunos libros encima, junto con un candelabro que parecía antiguo y costoso.

Asuka no dejó de sorprenderse por el cuarto. En ese lugar se notaba que estaba toda una vida de investigación dirigida hacia el mundo de lo oculto. ¿Hobby? Ciertamente esto era más que un hobby para Maya, pero eso le venía bien a la pelirroja en ese momento. Ahora más que nunca sintió que podía tener una poderosa aliada en Maya, la cual estaba revisando uno de los estantes consultando libro tras libro, hasta que dio con el que buscaba, hojeándolo raudamente hasta detenerse en una página determinada y se lo enseñó a la pelirroja.

— ¿Algo como esto es lo que viste en el cuarto de Shinji? — preguntó.

Asuka vio la ilustración del libro, la cual mostraba a una sensual y voluptuosa mujer vistiendo escasa y provocadora ropa de cuero negra, alas de murciélago, cuernos en la cabeza, y cola larga y delgada terminada en punta de flecha, flotando sobre un hombre dormido en una cama.

— ¡¡Esa es!! Esa es la cosa que vi en el cuarto de Shinji. ¿Qué rayos es esa criatura?

— Un Succubus — respondió Maya con rostro sombrío.

— ¿Succubus? — preguntó Asuka, sin entender.

Maya dejó el libro sobre el escritorio y se sentó en una silla, ofreciéndole asiento a Asuka en otra silla que estaba apegada a una pared. La pelirroja acercó la silla, se sentó y esperó con impaciencia la respuesta de Maya, la cual se estremeció un poco al volver a ver la ilustración.

— A esa criatura que viste se la conoce como "Súcubo", palabra que proviene del latín "succŭbus" de succubare, que significa "yacer o reposar debajo". Según las leyendas medievales occidentales, el Súcubo, o Succubus, si lo prefieres, es un demonio que toma la forma de una mujer muy atractiva para seducir a los hombres, sobre todo a los sensibles e incluso a los monjes, introduciéndose en sus sueños y fantasías, para tener relaciones sexuales con ellos. De esta forma absorben la energía del hombre para mantenerse — explicó con rostro sombrío.

— Espera un momento. ¿Estás queriendo decir que esa cosa es un "demonio"? — preguntó Asuka, estremeciéndose al pronunciar esas palabras.

— Así es. Es un demonio lúdico, que se alimenta de la energía sexual de los hombres. Por eso toma la forma de una mujer atractiva con un cuerpo voluptuoso, ya que sabe que los hombres tienen menos barreras que una mujer. Tratándose de mujeres, los hombres suelen pensar con el pene, por lo que es más fácil seducirlos y excitarlos por la vista, por lo que caen fácilmente a los pies de una chica sexy. Entonces, el Succubus los ataca en sueños, dándole vividos sueños sexuales para hacerlos eyacular, robar su semen y alimentarse de él.

— Entonces esa es la razón por la que vi como el… el semen de Shinji se disolvía dentro de esa… esa cosa — dijo Asuka, con algo de asco.

— Indudablemente. La única razón por la que la Succubus está con él es para alimentarse. Lo que me preocupa es que tú hayas podido ver y escuchar a esta Succubus. No suelen dejarse ver ante sus víctimas, mucho menos ante otra persona. Solo aparecen en sueños — comentó una extrañada Maya.

— ¿Y eso qué puede significar? — preguntó Asuka con cautela.

— Bien, no soy una experta en demonología, pero tal vez; y digo, tal vez, la energía sexual de Shinji sea tan poderosa, que le haya dado a esta Succubus la capacidad de pasar de los sueños al mundo real, si bien, no totalmente, al menos en parte, ya que pudiste verla y escucharla.

— No solo la vi y escuché, esa cosa me amenazó. ¿Podría… tratar de matarme? — preguntó Asuka repentinamente asustada, logrando arrancar un nuevo estremecimiento de la mujer ante ella.

— Bien, no se puede descartar la posibilidad, pero tratándose de este tipo de demonio en particular, pienso que lo más probable es que trate de atacarte — razón Maya.

— ¿Atacarme? ¿Cómo? — pregunto la pelirroja, asustada, imaginándose algo semejante a lo que había visto en esa vieja película llamada "El Exorcista" que había visto con unos amigos en Alemania poco antes de llegar al Japón y, gracias a la cual, no había podido dormir bien en una semana.

— Tranquilízate, Asuka. No es nada como lo que de seguro te estás imaginando — dijo la mujer, tratando de calmar a Asuka, aún así, comprendía muy bien sus temores — Mira, como te dije, este es un demonio que se alimenta de la energía sexual de su víctima, ya sea hombre o mujer, por lo que de atacarte, lo haría en sueños, y no para matarse, sino para alimentarse de ti.

— ¿¿PERO QUE RAYOS ESTAS DICIENDO?? ¡¡Yo no soy una maldita lesbiana!! — estalló indignada la pelirroja, imaginándose repentinamente tendida de espaldas en una cama con las manos amarradas, las piernas abiertas y esa Succubus que respondía al nombre de Kanako, con la cabeza metida entre sus piernas devorándole el coño a base de fuertes lamidas. La solo idea de eso la hizo estremecer de indignación, olvidando momentáneamente su miedo.

— Escucha Asuka. Este ser no tiene un sexo definido. Cuando ataca a un hombre, lo hace tomando la forma de una mujer, y cuando ataca a una mujer, lo hace con la forma de un hombre, uno muy atractivo por cierto — explicó pacientemente Maya.

— ¿Estás bromeando? — preguntó la chica, incrédula.

— No es broma. Cuando toma forma de un hombre, se le llama "Incubo", que viene del latín incubare, que significa "yacer" o "acostarse", en otras palabras, "me acuesto sobre ti", que es lo contrario al Succubus, que es "reposar debajo". ¿Comprendes? — preguntó Maya mientras hojeaba el libro hasta dar, unas páginas más adelantes, con la ilustración de tan estrambótico ser.

— Eso es… horrible — comentó Asuka con un escalofrío mientras contemplaba la ilustración que le enseñaba Maya.

— Si, lo es — concordó Maya con un nuevo estremecimiento — Como ahora este ser tiene la forma de una mujer, lo más apropiado sería llamarla "Ella". Además, por lo que me contaste está muy interesada en Shinji, así que de seguro no tendrá intenciones de apartarse de él, y seguirá alimentándose hasta que… bien…

— ¿Hasta qué? — la presionó Asuka.

— Bien, a menudo los ataques de un Succubus llegan hasta tal punto, que van enfermando paulatinamente a su víctima con distintas dolencias físicas y espirituales, hasta pueden dejarlo totalmente agotado o incluso matarlo — explicó Maya con algo de cautela y temor.

— ¿Matarlo? — preguntó Asuka, impactada, a lo que Maya asintió con la cabeza — Shinji… él se ha visto pálido y demacrado en los últimos días.

— Eso es sin duda efecto del ataque la Succubus. Debe estar dándose un festín con Shinji.

"Y el idiota lejos de preocuparse, goza haciéndolo con esa cosa". Pensó muy molesta Asuka mientras se ponía de pie y comenzar a caminar por la habitación digiriendo lo que acababa de escuchar y poniendo en orden sus ideas ante la atenta mirada de una preocupada Maya. Luego de algunos instantes miró fijamente a la mujer.

— ¿Por qué Shinji? Solo es un alfeñique llorón pusilánime. ¿Qué puede tener él que lo hace tan especial? — preguntó con un repentino sonrojo al recordar el duro, grande y palpitante pene de Shinji entrando y saliendo de la vagina de esa… Succubus.

— Bien. Las Succubus son bastante selectivas a la hora de elegir sus víctimas. No se alimentan de cualquier hombre que se les cruce por delante, a diferencia de los Incubos, a los que cualquier mujer le sirve, aunque sea una vieja horrible con obesidad mórbida. Por el contrario, las Succubus se dan el trabajo de buscar hombres especiales, que tengan gran fuerza mental, inteligencia y que sean muy espirituales. Les encanta acosar a monjes, sacerdotes y artistas, sobre todo pintores, a los cuales seducen en sueños, para que ellos las hagan protagonistas de sus cuadros — explicó Maya.

— Pero Shinji no es nada de lo que acabas de describir — le recordó Asuka a la mujer sentada ante ella.

— Estaba pensado precisamente en eso, y creo saber qué es lo que esta Succubus encontró en él — comentó Maya, ganando la total atención de Asuka — En primer lugar, Shinji es un joven de casi 15 años de edad, está en plena pubertad, cargado de tanta testosterona que debe estar brotándole por los poros. Suma a eso que comparte el departamento con dos hermosas mujeres, una de ellas una hermosa y tierna chica de su misma edad, y la otra, una mujer mayor, voluptuosa y sensual, a las cuales de seguro ha visto pasear escasas de ropa o en ropa interior ante sus narices casi todos los días; incluso puede haberlas visto desnudas accidentalmente más de una vez. Súmale a eso que en todo este tiempo no ha podido hacer ningún avance de tipo sexual con alguna de ustedes; y con toda seguridad, ganas no deben faltarte. La tensión sexual que Shinji tiene acumulada debe ser realmente monstruosa — comento Maya con toda la intención del mundo; mientras Asuka no pudo responder nada ante el razonamiento de la mujer, sobre todo porque tenía razón.

— El otro punto, que tampoco es menor, es que Shinji es un Piloto EVA — sentenció Maya — Tú también eres Piloto EVA, Asuka, por lo que debes saber la gran fuerza mental y concentración que se debe tener para mover al EVA y enfrentar los arduos y extenuantes entrenamientos y pruebas de sincronización. Eso sin mencionar las batallas. La fuerza mental que ustedes tienen es tremenda. Y esa combinación; tensión sexual, más fuerza mental, debieron ser irresistibles para está Succubus.

— Bien… si lo pones de esa forma, tal vez tengas razón — respondió la chica concediéndole crédito a Maya — ¿Pero cómo nos libramos de ella?

— No será fácil. Shinji deberá poner de su parte para eso también — afirmó Maya.

— Imposible. Con lo que ese degenerado disfruta los sueños cochinos que le está dando esa pervertida, no querrá dejarla — sentenció Asuka, con una punzada de… negó con la cabeza. No quería reconocer lo que estaba sintiendo en esos precisos momentos.

— Eso es verdad — comentó Maya, atrayendo la atención de la pelirroja — Se dice que el placer y los orgasmos que producen las Succubus son algo más allá de todo lo imaginado. Una vez que un hombre lo prueba, le es casi imposible dejarlo.

— ¿Y qué es lo que haremos? — preguntó Asuka impaciente, recordando como Shinji gemía y se retorcía de placer cuando acabó dentro de esa Succubus.

— ¿Qué haremos? -- preguntó Maya con algo de nerviosismo — ¿Pretendes que nosotras…?

— Sí, tenemos que hacer algo al respecto. Sólo imagina la cara Misato o la doctora Ritsuko si les contamos algo de esto. ¿Un demonio? ¿Un Succubus que se alimenta del semen de Shinji? ¡¡Creerán que estamos locas!! Nosotras somos las únicas que podemos hacer algo. Es más, tú eres la única que puede conocer alguna forma de enfrentarse a esa cosa — afirmó Asuka, viendo fijamente a Maya.

— Aunque digas eso… yo… — dijo Maya con nerviosismo y luego miró fijamente el suelo.

— Conoces un método, ¿verdad?

Al escuchar esa pregunta, Maya se apegó al respaldo de la silla y rehuyó la mirada de la chica. Claro que conocía un método. Mientras le explicaba a Asuka lo que era un Succubus, el método llegó a su mente con total claridad. Lo había leído en uno de sus libros; un raro y valioso libro escrito a mano, que había conseguido en una vieja librería en Hokkaido hace ya bastantes años. Un libro que contenía varios hechizos que nunca se había atrevido a efectuar, ya que eran algo totalmente distinto a las inofensivas pócimas de amor y hechizos para enamorar a los chicos que ella había practicado en el pasado.

Maya levantó la cabeza y se encontró con la mirada expectante de Asuka. La chica estaba hablando en serio. Ella en verdad se quería enfrentar a un demonio, a una Succubus que había hincado sus dientes en Shinji, un chico inocente, que había caído redondito en el juego de esa criatura.

— Existe… existe un hechizo para sellar a estas criaturas — dijo finalmente, luego de un prolongado silencio — Hace años me topé con un libro. Hay varios hechizos en él y ahí se detalla un hechizo para sellar a los Incubus y los Succubus.

— ¿Estás segura de que es real? — le cuestionó Asuka.

— Sí. Es un libro antiguo escrito a mano, no creo que sea una broma. Además, encontré referencias sobre ese hechizo en distintos libros, si bien, no contenían el hechizo en sí, detallaba su realización y en todas era tal cual figura en este libro que te señalo. Debe ser real.

— ¿Entonces puedes hacerlo? — preguntó esperanzada la pelirroja.

— ¿¿Eeehh?? ¿Hacer ese hechizo?... bien… no sé…

— Ya has efectuado hechizos en el pasado. Me lo contaste un rato atrás — insistió Asuka.

— Sí, pero eso es diferente. Esos eran hechizos de amor que de seguro eran inofensivos, cuando no falsos, cosas de niñas. Esto es totalmente distinto. Estamos hablando de exorcizar un demonio — explicó Maya, con bastaste nerviosismo.

— ¡¡La vida de Shinji está en peligro!! — insistió Asuka, sorprendiéndose a sí misma por la fuerza de esas palabras — Bueno, quiero decir… ese idiota no se ve bien. Está demacrado y pálido. Esa cosa en verdad podría matarlo y no podemos acudir con la doctora Ritsuko, pensaría que estamos locas. Misato no nos creería. Tú eres la única que puede hacer ese hechizo y salvar la vida de ese idiota — dijo la chica un tanto sonrojada.

Maya miró con sorpresa a la chica ante ella. Había hablado con tanta fuerza cuando dijo que la vida de Shinji estaba en peligro, y ahora parecía avergonzada de sus propias palabras.

La mujer paseó la vista por esa habitación, que contenía cosas que habían sido fruto de toda una vida interesada en el ocultismo, el esoterismo y la hechicería, algo que empezó como un simple juego cuando era niña pero que pronto pasó a ser algo mucho más importante. ¿Por qué interesarse por algo así? Para alguien como ella no deberían ser más que supercherías, pero por alguna razón no había podido dejarlo. Su interés siempre estaba ahí, y tarde o temprano terminaba en una tienda comprando algo o leyendo algo para aumentar sus conocimientos del tema. A lo largo de los años había aprendido mucho, y la verdad nunca creyó que pondría en práctica algo de lo aprendido, ya que la racionalidad aprendida en la universidad y luego de trabajar tanto tiempo con la doctora Ritsuko, chocaban con esa otra parte de ella. Ese era también el motivo para no practicar lo que sabía. Se sentía avergonzada de sí misma. Pero ahora, luego de lo que le había contado Asuka, fue como si esa vieja Maya, que disfrutaba aprendiendo del mundo de lo oculto hubiera vuelto, y no podía negar que pese al temor que le producía la idea, no dejaba de ser atractivo para ella realizar un hechizo, un verdadero hechizo. Miró a la pelirroja que la observaba expectante y pudo ver algo más en esos ojos, una determinación que venía de un sentimiento muy profundo.

— Shinji… es muy importante para ti, ¿verdad? — preguntó Maya, arrancando un fuerte sonrojo de la pelirroja.

— N-no sé de qué hablas. Es solo que no puedo permitir que ese degenerado se este encamando con un demonio pervertido en el cuarto del lado. No es correcto — dijo la chica furiosamente roja, mirando a un lado, sin poder sostener la mirada de la mujer ante ella.

Maya sonrió ante esta respuesta de Asuka. Era tan evidente lo que sentía y como se avergonzaba y trataba de negar lo obvio. Sintió una repentina simpatía por la chica, además, había logrado calmar su propio nerviosismo.

— Está bien Asuka. No necesitas decir nada, pero llegará el momento en que deberás aceptar tus sentimientos, sobre todo si quieres ayudar a Shinji en esto.

Asuka subió un grado más su sonrojó, pero no fue capaz de decir una sola palabra. Por su parte Maya sonrió, y al ver a la sonrojada chica ante ella, tomó una decisión. Volvería a ser un poco más como antes, como cuando hacía hechizos y pócimas de amor, volvería a disfrutar otra vez de su pasión secreta en vez de avergonzarse como en los pasados años, y usaría finalmente todos sus conocimientos.

— Lo haré. Ejecutaré ese hechizo, pero tendrás que darme algunos días para prepararlo todo. Hay que completar ciertos requisitos, conseguir algunos elementos, y… bien, también tengo que consultar unas cosas con una senpai que sabe más que yo de este tema, para estar segura de no cometer algún error. Como te dije, nunca antes he ejecutado un hechizo como este.

— ¿Entonces lo harás? ¿En verdad podrás hacerlo? — preguntó Asuka, esperanzada.

— Sí. Puedo hacerlo — dijo Maya con una repentina decisión en su mirada.

Hacía años que no practicaba algo de hechicería, y su experiencia práctica se limitaba solo a unas cuantas pócimas y hechizos de bajo nivel, pero esto era algo totalmente distinto. Era magia muy poderosa, y tenía que ser así ya que con ella intentaría sellar a un demonio. Maya sintió que su sangré comenzaba a hervir como cuando era niña y aún estaba aprendiendo sobre hechicería y ocultismos. Se sentía bien. Por supuesto, ahora sabía muchas cosas más, y no estaba sobreestimándose al decir que podía hacerlo. Ella tenía los conocimientos, y finalmente había llegado la hora de demostrar cuanto sabía al emplearlos en algo tan importante como salvar al Tercer Elegido.

— ¿Que haré yo mientras tanto, y que hay de Shinji? — consultó Asuka de pronto, llamando la atención de Maya.

— Bien, no creo que la Succubus te ataque, ya que está demasiado entretenida con Shinji, pero debes tener cuidado. Las Succubus son muy celosas, incluso he leído que pueden llegar a enamorarse. No creo que este sea el caso, pero debes ser cautelosa — sentenció, a lo que Asuka afirmó con la cabeza. 

— ¿Y Shinji? — insistió.

— Bien, hasta que tenga preparado el hechizo, Shinji seguirá a merced de la Succubus, no hay nada que podamos hacer al respecto — señaló Maya, para disgusto de la pelirroja — Sería bueno que lo tuvieras vigilado por ahora, pero con cautela. No me gustaría saber que fuiste atacada por una Succubus celosa.

Asuka estrechó los ojos, no le causó ninguna gracia la broma de Maya, la cual tampoco rió con su comentario, ya que en verdad esa sola idea era aterradora. Las féminas quedaron en silencio por unos instantes, hasta que Maya le ofreció a la pelirroja preparar algo de comer a modo de distender el ambiente. Asuka aceptó la oferta, sobre todo al darse cuenta de que en verdad tenía hambre. Ambas mujeres dejaron el cuarto y enfilaron a la cocina, cada una pensando en lo que deberían hacer. 

Asuka caminaba de regreso a departamento de Misato luego de una larga conversación con Maya. La mujer le había ofrecido quedarse con ella esa noche, pero no accedió. Es cierto que la asustaba la idea de que una demonio pervertida que respondía al nombre de "Kanako", estuviera rondando por el departamento de Misato, específicamente en el cuarto de Shinji, pero tampoco podía dejar las cosas así. Aún recordaba la cara pálida y demacrada que presentaba Shinji desde hace unos días; también lo recordaba teniendo sexo con esa cosa. Una punzada atravesó el corazón de la pelirroja ante ese recuerdo.

La chica se sonrojó al recordar como Shinji disfrutaba entrando y saliendo de esa condenada demonio pervertida, la cara de placer que tenía pese a estar dormido… "Esa debería ser yo", pensó la pelirroja antes de congelarse en su lugar al darse cuenta de lo que había pensado. Su sonrojo aumentó un grado más, al igual que su enojo. 

Eso no estaba bien, ella no podía estar pensando algo así y menos con ese cochino pervertido de Shinji. Ella no necesitaba a nadie, podía salir adelante sola, como siempre lo había hecho. Ella hacía esto sólo porque no podía permitir actos de tamaña degeneración en el lugar donde vivía. Ese era su único motivo… ¿verdad?

Así, la pelirroja continuó su camino de regreso al departamento de Misato, preocupada por como se darán las cosas con esa demonio rondando, deseando que Maya pueda preparar ese hechizo lo antes posible y tratando de negar lo que sentía, justificándolo como una buena acción que ella hacía por un amigo.

"Llegará el momento en que deberás aceptar tus sentimientos, sobre todo si quieres ayudar a Shinji en esto"

Las palabras de Maya resonaron en la cabeza de Asuka, pero no quiso prestarles mayor atención. Ya tenía demasiados líos en su cabeza como para acopiar uno más. Además, ella estaba bien sola y así pretendía seguir.

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Cuando Asuka ingresó al departamento, era ya entrada la tarde. Misato y Shinji la saludaron cuando apareció en la sala. Shinji anunció que prepararía la cena dentro de un rato más, y luego siguió en lo que estaba, o sea, estudiando sentado ante la mesa con varios libros de texto junto a él. No pudo dejar de notar que aún se veía pálido y algo demacrado, pero ya no tanto como él día anterior. ¿Sería esa una buena señal? Por lo demás, nada parecía fuera de lugar, salvo que Shinji parecía un tanto nervioso. No le fue difícil a la pelirroja descubrir la causa.

Misato estaba sentada en un sillón viendo televisión, aparentemente recién salida del baño, con una cerveza a medio consumir en una mano, y por la cara de leve mareo que presentaba, debía ser como mínimo la tercera cerveza que tomaba. Hasta ahí, todo normal, hasta que prestó atención al atuendo de la mujer. Misato vestía únicamente unas bragas bastante sexy color negro con encaje, que no dejaban mucho a la imaginación, y una polera color rosa ajustada al cuerpo, que marcaba perfectamente sus senos y sobre todo, sus pezones, los cuales eran perfectamente visibles bajo la tela. Sus piernas también eran todo un espectáculo, largas, torneadas, hermosas y… descaradamente abiertas, dándole a Shinji una vista más que interesante. No es de extrañar que estuviera tan nervioso tratando de mantener la atención en sus libros.

— Podrías ponerte algo más de ropa Misato. Shinji esta tomando una buena vista de ti.

— ¿Ah? — pregunto la mujer al no entender bien de qué estaba hablando la pelirroja.

— ¡¡¡Y junta las piernas!!! — dijo Asuka con irritación, mientras que un sonrojado Shinji trataba de mantener su atención en sus libros y no en la entrepierna de Misato.

— Tranquila Asuka. Shinji es todo un caballero, a diferencia de otro que conozco — señalo eso último como un pensamiento en voz alta, más que como parte de una respuesta consciente — Además, Shinji es como de la familia, así que no hay problema en que vea algo de más. El no irá comentándolo por ahí. ¿Verdad Shinji? — dijo Misato, con una sonrisa un tanto etílica.

— Claro que no. Yo no soy así — respondió el chico, aumentado un poco su sonrojo — Mejor iré a preparar la cena. Y concuerdo con Asuka. Deberías ponerte algo más de ropa.

— Olvídalo… tengo calor — dijo la mujer, echando otro trago de cerveza mientras Shinji entraba en la cocina — ¡¡Shinji, tráeme otra cerveza, por favor!!

— Ok — fue la resignada respuesta del chico.

Asuka quedo de pie unos segundos analizando lo que acaba de ver y escuchar, para luego retirarse a su cuarto mientras Shinji preparaba la cena. Una vez se tendió de espaldas en la cama, las palabras que pronunciara Maya volvieron a su mente.

"…comparte el departamento con dos hermosas mujeres, una de ellas una hermosa y tierna chica de su misma edad, y la otra, una mujer mayor, voluptuosa y sensual, a las cuales de seguro ha visto pasear escasas de ropa o en ropa interior ante sus narices casi todos los días; incluso puede haberlas visto desnudas accidentalmente más de una vez"

Todo lo que había dicho Maya era verdad. Sin ir más lejos, lo que acababa de pasar solo ratificaba esas palabras. Misato estaba sentada viendo televisión solo en bragas y polera ante Shinji, sin ningún pudor, diciendo que: "Shinji es como de la familia, así que no hay problema en que vea algo de más". Ese razonamiento era verdaderamente estúpido. Shinji no era familiar de ninguna de ellas, además, no dejaba de ser un chico; uno en plena pubertad. Pero luego de vivir juntos por tanto tiempo, luego de compartir día a día, es cierto que había mayor familiaridad y confianza entre ellos, por lo que las cosas se fueron relajando un poco.

Tanto ella como Misato paseaban escasas de ropa por el departamento ante las narices de Shinji todos los días. Si bien ella ponía cuidado de no mostrar más de la cuenta, cubriendo siempre sus partes, es cierto que en el departamento trataba de andar cómoda, con pantalones cortos que dejaban a la vista sus piernas cuan largas eran, y poleras holgadas y diminutas, bajo las cuales no usaba sujetador. Bien pensado, para el ojo de un hombre, debían ser prendas de ropa bastante interesantes. También paseaba del baño a su cuarto envuelta solo en una toalla al salir de la ducha, y en más de una ocasión comió vestida de esa forma ante Shinji.

Otro punto a tomar en consideración es que en más de una ocasión Shinji había entrado al baño cuando ella estaba dentro y la había visto desnuda, así como ella también había entrado al baño y lo había visto desnudo a él, también en más de una ocasión. Todas esas ocasiones habían sido por accidente, pero ella había recriminado y golpeado a Shinji llamándolo degenerado, aún las veces en que ella había ingresado al baño y lo había visto a él. Siempre lo culpaba a él, no importa como ocurrieran las cosas. En cuanto a Misato, era un cuento aparte. 

Misato Katsuragi no tenía ningún ápice de decencia o pudor en el cuerpo. Se paseaba en ropa interior delante de Shinji sin ningún complejo, en más de una ocasión entró al baño cuando Shinji estaba dentro, y lejos de salir pidiendo disculpas, le ofrecía a bañarse juntos o lavarle la espalda. Obvio, todo en tono de broma, pero algo dentro de la pelirroja le decía que Misato sería capaz de hacerlo si Shinji le dijera que si. También Shinji había visto a Misato desnuda en forma accidental en más de una ocasión, y esta no parecía preocuparse mucho, ya que como dijo: "Shinji es como de la familia". A la luz de todos estos antecedentes, podría decirse que Shinji se encuentra en el paraíso terrenal, pero las cosas no son lo que parecen.

En la escuela, Asuka escuchó en más de una ocasión como los chicos decían a Shinji que era un afortunado por vivir con dos hermosas mujeres, y él, en todas esas ocasiones respondía: "No saben lo que dicen. Vivir con esas dos es un infierno". Ella siempre se molestó al escuchar esa respuesta, pero ahora, analizando bien las cosas, en verdad debe ser difícil para él.

"…en todo este tiempo no ha podido hacer ningún avance de tipo sexual con alguna de ustedes; y, con toda seguridad, ganas no deben faltarte. La tensión sexual que Shinji tiene acumulada debe ser realmente monstruosa"

Esas palabras de Maya estaban golpeando con fuerza a Asuka en este momento, sobre todo porque eran verdad. En todo este tiempo ella siempre había tildado de degenerado a Shinji, pero analizando las cosas con calma, él nunca se aprovechó de la situación, nunca la había espiado a ella o a Misato, nunca les había robado la ropa interior o hecho alguna cosa degenerada. Shinji siempre se había mantenido correcto, desviando la vista cuando alguna de ellas mostrada accidentalmente algo de más, siempre llamándole la atención a Misato cuando paseaba escasa de ropa. Nunca se aprovechaba de ella cuando llegaba ebria; es más, él la llevaba al baño para que vomitara y le sujetaba el cabello en alto para que no lo ensuciara. Era él quien la llevaba a su cuarto y la acostaba en el futón, y quien debía limpiar el piso si Misato no alcanzaba a llegar al baño y vomitaba a medio camino. En esas ocasiones Misato siempre se mostraba sumisa, cariñosa y, muchas veces, fogosa. Solo bastaría tirarla de espaldas al suelo, abrirle las piernas y ella se entregaría sin problemas, pero Shinji nunca se había aprovechado. Siempre la había tratado con respeto, siempre había sido un caballero.

Maya tenía razón. Ni ella ni Misato habían tomado en cuanta los sentimientos de Shinji. Él ha estado soportando el convivir con dos hermosas mujeres, verlas en situaciones que otra persona solo podría imaginar, manteniéndose siempre correcto y con respeto hacia ellas, soportando estoicamente el bombardeo sensorial que recibía día a día. Las grandes culpables de toda esta situación eran ella y Misato, que por una cosa de familiaridad, habían olvidado algo muy importante, que pese a ser un alfeñique llorón, Shinji seguía siendo un hombre, y como tal, no quedaba indiferente ante dos hermosas mujeres que conviven con él día a día.

— En verdad debe ser un infierno para él vivir eso día a día sin poder hacer nada. ¿Cuánto habrá tenido que aguantar? — se preguntó Asuka, con algo de arrepentimiento y la vez admiración, ya que pese a todo, Shinji se ha mantenido firme y sin mancha.

Era comprensible que Shinji hubiera caído en las garras de esa Succubus, que respondía al nombre de Kanako. Ella le estaba dando eso que le faltaba. Le estaba permitiendo sacar toda esa tensión acumulada, le estaba dando satisfacción y placer… pero a la vez lo estaba matando. Ese pensamiento la estremeció. Ya se encargaría ella de librar a Shinji de esa demonio pervertida, ella lo salvaría de correr esa suerte, y entonces… ¿Qué? ¿Qué vendría luego de eso?

"Llegará el momento en que deberás aceptar tus sentimientos, sobre todo si quieres ayudar a Shinji en esto"

La pelirroja se sonrojó al recordar esas palabras de Maya. Eso era una tontería, ella no sentía nada por Shinji, ella hacía esto solo por… solo por…

— Asuka, la cena esta lista — llamó Shinji desde fuera del cuarto de la chica.

— Voy en un momento — respondió sentándose en la cama, repentinamente sonrojada al escuchar la voz de Shinji. Se recriminó a si misma por esa reacción y fue a cenar, tratando de mantener su pose de arrogancia. 

La cena transcurrió sin contratiempos, luego de que una espantada Asuka arrastrara de un brazo a una ya bastante entonada Misato a ponerse algo más de ropa, una vez se dio cuenta que por entre esas pequeñas y sexys bragas de encaje, se le asomaban algunos vellos púbicos. La chica no pudo dejar de notar que Shinji parecía agradecido por esto, ya que todo el rato había estado apartando la vista de Misato, para que los ojos no se le fueran hacia "esa" parte del cuerpo de la mujer. Esto hizo que Asuka se sintiera bien por dentro. Shinji era en verdad un caballero… al menos hasta que se iba a dormir con esa demonio degenerada. Ese pensamiento la hizo enfadar nuevamente.

Asuka se llevó una gran sorpresa al ver la cena cuando Shinji la puso en la mesa. Si bien, la cena de ella y Misato se veía deliciosa, la de Shinji era distinta y bastante más contundente, demasiado contundente a decir verdad.

— La doctora Ritsuko me dio una dieta especial para recuperar energía y subir algo de peso. También me recetó algunas vitaminas — explicó Shinji, cuando ella le consultó por su contundente cena. 

La chica se sintió más tranquila en su interior. Eso quería decir que, por mucho que lo atacara esa Succubus pervertida, Shinji iría reponiendo energía con esa dieta espacial y esas vitaminas. Sin saberlo, la doctora Ritsuko lo estaba ayudando a conservar el pellejo, hasta que Maya pudiera realizar ese hechizo que lo libraría de esa criatura degenerada, y entonces… ¿qué pasaría entonces?. Asuka se fue a acostar esa noche haciéndose esa pregunta una y otra vez.

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— Pero Kanako… no podemos hacerlo en el vestidor de las chicas. Nos van a descubrir — dijo Shinji, siendo arrastrado por su novia, la cual cerró la puerta una vez estuvieron dentro.

— Es la hora de almuerzo. Nadie vendrá a este lugar en un buen rato — respondió la chica, abrazando a su novio de forma muy sugerente.

— Bien… no es que no me guste la oferta, de hecho… me agrada mucho — dijo Shinji, dejando sobre una banca el paquete con las dos bento que cargaba, para devolverle el abrazo a su novia, poniéndole una mano en la espalda y la otra en el trasero — Es solo que, tengo mucha hambre y en verdad quiero comer algo — añadió con algo de vergüenza.

— Pero si vas a comer Shinji — respondió Kanako, con una sonrisa traviesa — Me vas a comer a mí.

Luego de esas palabras la chica se fue sobre su novio con un profundo beso, que él no dudó en responder dejándose llevar inmediatamente por sus hormonas. Fue así como Shinji prontamente tomó control de la situación, arrinconando a su novia contra una hilera de casilleros, besándola apasionadamente, mientras comenzaba a quitarle la parte superior de su uniforme escolar. Las ahora diestras manos del Piloto EVA tuvieron a Kanako desnuda de la cintura para arriba en cosa de segundos, a la cual le besaba el cuello mientras que con sus manos masajeaba los turgentes seños de la chica, la cual comenzaba a gemir de placer por las atenciones que recibía.

— Kyaahh… si… chúpalas — dijo con excitación la chica, cuando Shinji tomó sus senos con las manos y comenzó a devorarlos.

El joven Piloto EVA tenía un seno de Kanako en cada mano, apretándolos, sintiendo su consistencia y chupándolos con fuerza. Primero chupaba uno y luego el otro, pasándoles la lengua, mordisqueando los pezones y tirando de ellos, arrancando fuertes gemidos de la chica, que estaba entregada al placer que le daba su novio.

— Aaahhh… Shinji… no importa cuanto las chupes… no saldrá leche de ellas — dijo la chica con voz melosa, tomando la cara su novio con las manos para darle suaves y tiernos besos en los labios — Pero tú… tú sí puedes darme leche a mí — añadió sonriendo en forma traviesa.

Lo siguiente que supo Shinji es que los papeles se habían invertido y ahora era él, quien estaba arrinconado contra la hilera de casilleros, mientras Kanako comenzaba a quitarle la camisa y la polera para acariciar su torso y luego besarlo mientras iba descendiendo hasta quedar de rodillas ante él. 

— Parece que aquí hay alguien que quiere salir a saludarme — dijo una entretenida Kanako pasando una mano por sobre la visible erección de su novio, que no pudo evitar sonrojarse ante el comentario de la chica, la cual ya estaba bajándole los pantalones — Wow, mira como está de grande y duro — dijo, tomando el miembro de Shinji con una mano, dándole un beso y una lamida en la punta, para luego sonreír y observar a su novio con una mirada cargada de deseo — Es mi turno de chupar — añadió, y se tragó el miembro de Shinji hasta la base.

— Aaahh… Kanako — exclamó Shinji cerrando con fuerza los ojos y echando la cabeza hacia atrás, golpeándose con el casillero al sentir como se deslizaba dentro de la caliente y húmeda boca de su novia.

La chica comenzó con su tarea sin reparos, tragando una y otra vez el miembro de su novio, que mantenía sujeto con una mano, mientras usaba la otra para masajear sus testículos. Shinji no podía evitar dar gemidos de placer por las atenciones de su novia, hasta que se escuchó ruido desde fuera del vestidor, ruido de pasos y risas de chicas. Shinji se congeló en su lugar y dio una mirada de terror a su novia, la cual le devolvió una mirada similar, con el pene aún metido en la boca. Shinji abrió desesperadamente la puerta del casillero que estaba a uno de sus costados, apartando a Kanako de su labor, la levantó y la hizo entrar junto a él al casillero, metiendo también todas sus cosas; cerrando justo a tiempo de que se abriera la entrada del vestido.

En cosa de segundos el vestidor se llenó de chicas que conversaban y reían mientras comenzaban a desvestirse para ponerse la ropa para la clase de deportes. Por lo que comentaban, eran del club de Voleibol y tenían un entrenamiento especial, motivo por el que estaban ahí a esa hora. Mientras, dentro de uno de los casilleros, un nervioso Shinji trataba de mantenerse totalmente quieto para no hacer algún ruido que lo delatara, pero le era bastante difícil considerando la compañía que tenía.

— Por poco y nos descubren — susurró Kanako al oído de Shinji. 

— Ruega porque ninguna use este casillero o se acabaron nuestros encuentros en la escuela — respondió Shinji, también en un susurro.

— Olvídalo. Aún nos faltan varias partes donde hacerlo — respondió ella — En todo caso, ¿no te excita esta situación? — le susurró al oído — Los dos dentro de un casillero, medio desnudos, tú con el pene erecto presionando mi vientre, y yo, excitada y deseosa.

— Silencio… nos pueden oír — dijo Shinji.

— Pero estoy muy excitada — respondió la chica, abrazando por el cuello a Shinji — Mi coño está mojado, tanto que voy a tener que cambiarme las bragas — dijo la chica con la voz cargada de deseo — Aaahh… siento como tu pene golpea mi vientre… te excita saber cuan mojada estoy.

— Kanako… pueden… descubrirnos… — dijo Shinji nervioso, pero perdiendo ya algo de control, al sentir los pechos de su novia presionados contra su torso y como sus erectos pezones parecían pincharlo. Finalmente el deseo pudo más y besó con pasión a la chica mientras se las arreglaba para bajar las manos, levantarle la falda y meter las manos bajo sus bragas para manosearle el trasero.

— Si… agárrame el culo — dijo la chica con deseo, besando a Shinji — Aaahh… ya no aguanto más… hagámoslo aquí.

— ¿Aquí? Pero es muy estrecho — respondió el Piloto EVA devolviendo el beso, sin dejar de manosearle el trasero a su novia.

— Podemos hacerlo de pie… déjamelo a mí — susurró la chica casi entre jadeos.

Kanako se las arregló para levantar una pierna y rodear con ella la cintura de Shinji, tiró hacia arriba su falda y bajó una mano para tomar el erecto y palpitante pene de su novio y guiarlo hasta su entrepierna. Diestramente la chica corrió hacia un lado sus ya mojadas bragas, para que Shinji tuviera vía libre hacia el paraíso.

— La comida está servida… ya puedes comerme, cariño — susurró la chica al oído de Shinji.

— Itadakimasu — le respondió él también al odio y la penetró.

Tanto Shinji como Kanako tuvieron que esforzarse por no hacer ruido. Estaban tan excitados que la sola penetración los dejó viendo estrellas y se besaron con fuerza, tratando de acallar los gemidos que amenazaban con salir de sus gargantas. Una vez más calmados, comenzaron a moverse, lo más que se los permitía el pequeño espacio donde estaban, pero así y todo, estaba resultando demasiado delicioso. Sus respiraciones eran cada vez más agitadas y fuertes, lo que aumentaba el riesgo de ser escuchados, pero eso sola idea parecía estimularlos a seguir.

— Aaahh… Kanako… te siento más apretada de lo usual… estás… deliciosa… — le susurró Shinji al oído.

— Eso es porque he estado todo el día esperando por esto… no te voy a dejar ir hasta que me rellenes como a un pavo — dijo la chica antes de besar con pasión al Piloto EVA.

— Que cosas más degeneradas dices — respondió él, sin dejar de moverse, sintiendo como se resbalada dentro de ella, gracias a su abundante lubricación que estaba produciendo un sonido bastante obsceno. 

— Aaahh… Shinji, ya no aguanto más… voy a correrme — dijo la chica con los ojos anegados en lágrimas por el placer, llegando repentinamente al orgasmo.

Shinji apretó los dientes acallando una exclamación de dolor, cuando sitió como Kanako le mordía el hombro en su desesperación por contener las ganas de gritar de placer. Al sentir el orgasmo de la chica, y como ella se estrechaba aún más en torno a su miembro, Shinji ya no se pudo contener y descargó todo dentro de su novia, estremeciéndose por el fuerte orgasmo que lo atravesaba, enterrando la cabeza en el hueco del cuello de la chica, tratando también de acallar su exclamación de placer, y sintiendo también el estremecimiento de ella al sentirse llena, como le había pedido momentos antes.

Luego de unos segundos, o minutos, ambos se observaron a los ojos. Estaban sudorosos, despeinados, sonrojados y con la respiración aún agitada, pero satisfechos y felices. Sonrieron y compartieron un tierno beso.

— ¿Te gustó tu almuerzo, Shinji? — pregunto Kanako, con una sonrisa traviesa.

— Estaba delicioso — respondió él, devolviendo la sonrisa.

Solo entonces recordaron donde estaban y que aun había varias chicas afuera. Miraron por una rejilla del casillero, con temor de todas estuvieran frente al casillero, mirando expectante por ver quienes eran los que estaban dentro, pero se llevaron una sorpresa al ver el lugar completamente vacío. Las chicas se habían ido hace rato, sin notar lo que estaba pasando ante sus narices. La pareja de novios se contemplo a los ojos y sonrieron.

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Shinji despertó de espaldas en su cama, cubierto de sudor, cansado y con los calzoncillos sucios. Nada nuevo para él. Era ya la costumbre de cada noche. Sabía que debía ir a tomar un baño y cambiarse los calzoncillos, pero decidió quedarse así, como también era la costumbre de hace un par de noches. Si iba a tener otro sueño, entonces no tenía caso cambiarse. Con eso en mente, Shinji sonrió, y trató de dormir otra vez, con la esperanza de que la chica de sus sueños volviera a aparecer en lo que restaba de la noche.

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No lejos de ahí, Asuka estaba en su cuarto sentada en la cama, apoyando la espalda contra la pared que daba al cuarto de Shinji. Tenía las piernas recogidas y las rodeaba con los brazos, mientras que su vista se perdía en la penumbra del cuarto. Había escuchado a Shinji nuevamente soñando con esa pervertida, gozando con los sueños que ella le proporcionaba para alimentarse. La indignación y el asco se presentaron inmediatamente, pero acompañados de algo más… un sentimiento que la golpeaba con fuerza en ese momento.

Negó con la cabeza tratando de apartar eso de su mente, tratando de matar eso que había aparecido, pero se negaba a dejarla. Ese sentimiento la remecía por entero.

— Shinji idiota — susurró la chica, escondiendo la cabeza entre sus piernas.

Continuará...

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Notas del Autor: El presente capítulo fue bastante denso en un inicio, ya que, tal como señala el título del mismo, la idea es explicar con claridad la naturaleza de Kanako, de modo que todos pudieran comprender y hacerse una buena idea de cómo son estas criaturas llamadas "Succubus", que son muy distintas al estereotipo de "Demonio travieso" al que nos acostumbró el manga y animé en general. La verdad estas criaturas son bastante peligrosas, y ese es el lado que pretendo explorar.

La aparición de Maya de seguro los sorprendió, más aún al conocer su secreta afición por la hechicería. Es cierto que puede resultar chocante o hasta fuera de lugar que Maya sea una hechicera de closet, pero me pareció que era el personaje ideal para tomar esta función.

Otro punto interesante aquí es que Asuka comenzó a demostrar que su interés en el tema va más allá de la aparente molestia e indignación, por la degenerada situación que atraviesa de su compañero de departamento. La pelirroja es presa de un gran quebradero de cabeza por nuevos sentimientos que la han abordado, o que tal vez estaban ahí desde hace tiempo, solo que recién se está dando cuenta de ellos. Mientras todo esto ocurre, el pobre Shinji sigue pasándola bien con los sueños que le regala Kanako, pero… ¿Cuánto le durará la alegría?

Saludos y nos leemos.