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El amanecer de un prisionero

La luz del sol empezo a entrar a la cueva, haciendo que las monedas de oro brillarán, provocando que la luz emitida sea reflejada en las paredes, dando una sensacion de oro puro en las mismas. Un William dormido yacía en la cima de una de las montañas de monedas, hasta que un pequeño temblor en la cueva lo despierta, era aquel dragón, que había vuelto de cazar algunos animales.

El dragón, al ver que su humano estaba despierto, se acerca a el, depositando los cadáveres de los animales cerca de la montaña de oro, donde estaba William.

-Buenos días, Tesorito- Murmuró aquel dragón cerca de Wiliiam, mientras se sentaba al lado de la montaña de monedas.

William se despabilo, y miró los enormes ojos del dragón, que lo estaban viendo a él. Con una sonrisa nerviosa, el contesta:

-Buenos días...¿Señor?- Pregunta William, aun sin saber como referir a aquel dragón.

El dragón deja salir una pequeña risa al escuchar como lo llama William, le parecía algo tierno.

-No hay necesidad de usar esa palabra tan formal, mi tesoro- El dragón acerca su garra, acariciando la mejilla de William  suavemente, -Llamame por mi nombre, Atlas- Atlas le regala una leve sonrisa a William, mientras lo seguía acariciando.

William ríe nerviosamente ante la petición de Atlas, asi que sólo asiente con la cabeza, y la agacha. Atlas, hurgea entre los cadáveres de animales que acaba de cazar, y le acerca un jabali salvaje, que no tenía cabeza, y estaba con las tripas para afuera.

‐¿Te gusta el jabali? ¿O prefieres algo más- Pregunta atlas, mientras observa a William fijamente.

William al ver que Atlas le acercó aquel cadáver, se hecha para atrás, un poco sorprendido, y asustado.

-El jabali está bien...- Dice William, mientras observaba el cadaver del jabali sin cabeza.

Atlas, agarra el jabali entre sus dientes, y lo pone en el suelo, escupiendo una leve ráfaga de fuego que sale de su garganta para cocinar el jabali. William, mientras observaba como Atlas cocinaba la carne, se dio cuenta que Atlas dejo descuidada la entrada de la cueva, asi que, sin pensarlo 2 veces, el se baja lentamente de la montaña de monedas, y se escabulle, acercándose a la salida.

Estando a escasos centímetros de la salida, vio como una ráfaga de fuego pasa rápidamente por su costado, era Atlas, que se había percatado del intento de escape de William. Atlas  toma bruscamente a William con su cola, apretandolo con bastante fuerza, y acercandolo a él.

‐¡¿Qué diablos piensas que estás haciendo?!- Grita Atlas. La apariencia amigable y cariñosa que tenía hace algunos segundos, se le había ido, ahora tiene una actitud completamente opuestas.

Los ojos de Atlas reflejan descontento y  irá. La presión de la cola de Atlas, hace que lentamente William pierda la respiración, estando al punto del desmayo, Atlas lo suelta, provocando que William caiga bruscamente contra el piso.

-Te hice una pregunta, ¡contesta!- Decía Atlas, mientras miraba como William respiraba profundamente y retomaba el aliento.

-Y-yo...Yo intentaba ir por algo de agua...- Murmuró William, era obvio que mentia, y Atlas lo sabía.

Atlas se acerca a William, mirandolo con sus ojos color dorado intenso, mientras mostraba sus dientes.

-¡¡No me mientas!!- Grito Atlas, cosa que hizo que toda la cueva temblará ante sus gritos -¿Te piensas que soy idiota? ¿Piensas que no me doy cuenta? Esta clase de comportamientos no las soportare, tendré que castigarte debidamente- Atlas, después de decir esas palabras, sube a William nuevamente arriba de una montaña de monedas, pero esta era más alta.

-¿¿Que clase de castigo??- Pregunta William, algo alterado mientras se alejaba de la mirada de Atlas.

Atlas solo lo mira con furiosa y descontento, el se sentía traicionado por William, cosa que  demostraba con sus ojos.

-No comeras, ni beberas nada durante 5 dias- Dice Atlas, en un tono frío, mientras miraba a William aún con sus ojos lleno de furia.

Al escuchar esas palabras, William se desespera, el no había comido desde ayer, así que no comer durante 5 días, era algo que no hiba a poder soportar, asi que, el se arrodilla delante de Atlas, y dice:

-Porfavor, Atlas, dame una segunda oportunidad, te lo pido, si me la das, prometo que esta situación no se repetirá en el futuro- William le rogó a Atlas que le diera una segunda oportunidad

Atlas, aun mirandolo fijamente a los ojos, aun con un poco de descontento, pero esta vez, la furia se había ido.

‐Como eres nuevo en esto de ser un tesoro, creo podría otorgarte una oportunidad más, pero...- Atlas lo toma bruscamente con sus garras, apretandolo con una fuerza insoportable -Si esto vuelve a pasar una vez más, te encadenare como un perro a uno de los muros de esta cueva, ¿Entendido?- Pregunta Atlas, mientras seguía apretando a William sin piedad

William hace un poco de esfuerzo con sus voz para contestar un pequeño "Entendido", que era un susurro, pero a Atlas le basto, soltadolo y dejandolo caer arriba de las monedas oro.

Atlas le acerca el jabali que había cocinado antes de que William se intentará de escapar. Con una voz ronca, pero dulce, dice:

-Come esto antes de que me arrepienta, tesoro- Atlas se acuesta en el suelo, mientras observaba a William comer jabali.

Mientras William comía, no podía evitar sentirse incómodo, ya que Atlas no le sacaba el ojo de encima. Después de comer el jabali, Atlas se acercó a William, para limpiar los resto del jabali.

-¿Te gusto? ¿Quieres alguna otra cosa?- Atlas seguía con su tono frío,pero se notaba que estaba preocupado por el bienestar de William.

-Si, me gusto. Y me gustaría tomar algo de agua.- Expresa William.

Atlas, al escuchar la petición de William, toma una copa de oro de su enorme tesoro, y se aleja de la cueva, para regresar con la copa llena de agua fresca, dejándosela a William en manos.

William, agredece a Atlas, y bebe de la copa, mientras Atlas lo observa con cierto cariño. El en transcurso del día, William se percata de un olor horrible, proveniente de sí mismo, no se había bañado hace bastante tiempo, como hace 3 días, así que decide acercarse tímidamente a Atlas, para preguntar si podían ir al lago más cercano para que pueda bañarse.

-Atlas...- Dice William, nerviosamente.

Atlas desvía su atención a William, mirandolo a los ojos con cariño.

-¿Que paso, tesoro?- Pregunta Atlas, mientras se acercaba lentamente donde estaba William, sin apartar su mirada de los ojos del chico.

William tomo aire, y nerviosamente le pregunta a Atlas:

-¿Podríamos ir al lago más cercano? Me gustaría bañarme y- Antes de que William podría terminar su frase, Atlas ya lo estaba mirando furioso.

-¿Planeas escaparte otra vez, tesoro?- Pregunta Atlas, mientras se acercaba a William, acorralandolo contra la pared de la cueva.

-N-no, esa lección la tengo aprendida, pero...es que hace mucho que no me doy un buen baño, y la verdad, mi olor me esta empezando a desagradar- Expresa William, mientras apoyaba su cuerpo contra la pared y miraba los ojos enormes de Atlas.

Atlas chista un poco, antes de darle una pequeña caricia a la mejilla de William.

-Esta bien, te concederé esto, solo por esta vez, la próxima será las dificil convencerme cariño- Dice Atlas, mientras agarra a William y lo sube a su lomo.

Saliendo de la cueva, Atlas toma vuelo, y vuela para el lago más cercano, mientras tiene a William en el lomo. William podía ver todo el bosque atraveso antes de llegar a la cueva, y podía ver el pueblo de donde partió para llevar a la montaña, resumiendo, William podía ver todo desde las alturas, y le encantaba.

La sensación del aire recorriendo cada centímetro se su piel, y las aves volando a sus costados, hacían que William se sintiera feliz, y libre. Sentir las escamas raspantes de Atlas era una experiencia nueva para William, era como tocar las paredes de una cueva rasposa, era algo que lo atraía.

Atlas sintió las caricias en sus escamas, cosa que lo hizo reír un poco.

-¿Que haces ahí atrás, tesoro?- Pregunta Atlas, mientras giraba la cabeza, intentando mirar a William.

William solo río un poco, y respondió con un una voz leve, diciendo "Nada", mientras seguía viendo las majestuosas vistas que tenía a su alrededor.

Luego de algunos minutos de búsqueda de algun lago cercano, Atlas observa uno, decendiendo lentamente, y bajando a William con suavidad a la suavidad de la tierra.

-¿aquí esta bien, tesoro?- Pregunta Atlas, mientras observaba a sus alrededores, buscando alguna amenaza

William solo asiente con la cabeza, mientras se acercaba al agua, tocándola con su mano, comprobando la temperatura del lago.

William, estaba apunto de sacarse la camisa, hasta que siente como la mirada de Atlas seguía clavado en el.

-Atlas...¿Podrías porfavor, darte la vuelta, asi me puedo sacar la ropa?- Pregunta William, deteniéndose, y mirando a Atlas.

Atlas, al ver la situación, asiente con su cabeza, y se da vuelta. Escucha como William se saca la ropa, y como el se mete adentro del lago, asi que cuando se da la vuelta, ve la ropa doblada de William arriba de una roca, y a William dentro del lago, reposando su cuerpo.

‐¿El agua está caliente, tesoro?- Pregunta Atlas, mientras se acercaba a William, y se sentaba delante del lago, viéndo como William estaba dentro del lago.

William asiente con la cabeza, estaba bastante relajado en el lago. Atlas, al ver que William estaba relajado en el lago, decide entrar junto a el, acomodándose y ocupando casi todo el lago.

William, al ver que Atlas entra al lago, se pone algo nervioso.

-¿Que haces, Atlas?- Pregunta William, algo nervioso.

Atlas mantuvo una sonrisa gentil ante William, así que se acercó a el y le susurro cerca del oido.

-Quería sentir la calidez del agua, tesoro. Quería relajarme contigo, y poder estar igual que tu- Atlas termina de susurrar, y se aleja un poco, observando la cara de William.

-E-es un poco raro...- Murmura William, agachando su cabeza, observando su reflejo en el agua del lago.

-¿Raro eh? Bueno, talvez es algo raro, pero quería estar junto a mi tesoro favorito, ¿hay algo de malo?- La voz de Atlas reflejaba cariño, pero su cara estaba seria.

-N-no, por supuesto que no, yo solo decía...- Dice William, aun con su actitud nerviosa.

Ambos pasan toda la tarde en el lago, hablando y pasando el rato, Atlas aprovecho ese tiempo para conocer más sobre William, para saber su nombre, y como se transformo en ladrón.

-¿Te hiciste ladrón por una deuda?- Pregunta Atlas, algo intrigado.

-Si, pero me di cuenta que ser ladrón me daba una vida más fácil, pero lo que no te cuentan es que la gente te desprecia tarde o temprano- Dice William, mientras agachaba la cabeza nuevamente.

-¿Cuál fue la mayor cosa que robaste?- Pregunta Atlas, algo curioso por el pasado de William.

-Lo más caro...creo que fue un violin, uno de los las raros que existen, pero lo vendi por una cifra de dinero demasiado alta- Dice William, mientras tenía una pequeña ola de nostalgia, recordando esa noche que tuvo que entrar a la mansión para poder robar el instrumento.

-Parece que tu vida como ladrón fue emocionante- Dice Atlas, mientras salía del agua, y se sacudía como un perro, secándose por completo.

William también quería salir del lago, pero aun así, Atlas estaba presente, y le daba vergüenza que Atlas este presente para verlo.

-¿Podrías..darte la vuelta asi me puedo sacar y poner mi ropa- Pregunta William, con un poco de pena.

Atlas asiente y se da la vuelta, mientras escucha como William sale del lago y empieza a secarse, y se pone la ropa. Atlas, al escuchar la confirmación de William de que ya había terminado, se da la vuelta,  y ve a William ya con la ropa puesta.

-Te ves guapo, tesoro- Atlas le acaricia gentilmente la mejilla con una de sus garras.

-Gracias- Murmura William, mientras le sonreía nerviosamente a Atlas.

Atlas, sube nuevamente a William a su lomo, y se pone a volar directamente a la cueva. Mientras tanto, William observaba los cielos, y el viento pegando contra su cara y cuerpo, la misma sensacion de libertad recorriendo su cuerpo, era satisfactorio.

Ambos llegan a la cueva, ya con la noche en cada rincón de la vista de William y Atlas. Atlas entra a la cueva, y baja a William al suelo lentamente, mientras se acostaba en el suelo frío de la cueva.

-Entra rápido, y sube arriba del oro, tesoro- Atlas seguía con la misma idea de mantener a William arriba de las montañas de oro, pero esta vez, William tenía una idea diferente.

-Esta noche...¿Podría dormir contigo?- Pregunta William, mientras se acercaba a Atlas.

Atlas mira sorprendido a William, pero luego le sonríe gentilmente, lo agarra suavemente, y lo acurruca a su lado, envolviendolo con sus alas, dando un pequeño ambiente de calor para ambos.

William se queda dormido casi de inmediato, y Atlas le da un pequeño beso en la frente, mientras apoyaba su cabeza cerca de la cabeza de William, quedándose dormido junto a el.