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El uno para el otro

Percy es traicionado por Annabeth y es exiliado y olvidado. Piper se enfrenta a la decepción amorosa, enojada y herida deja el campamento Júpiter, y encuentra a un Percy moribundo. Caos acude en su ayuda y les ofrece una nueva vida, la oportunidad de salvar a sus amigos ante una nueva amenaza. ¿Reconciliación? ¿Venganza? ¿Nuevo amor? ¿Perdón?

EscritorDeFics · Films
Pas assez d’évaluations
34 Chs

Entrenamiento

PERCY

Llegue a nuestro sitio junto al lago con Ananké. Pude ver a mi hermano Tyson en su sueño apacible. Aun el sol no terminaba de asomar. Así que me di cuenta que el tiempo transcurre de manera diferente. Ananké vio mi cara de interrogación.

—1 día aquí son 3 en el reino Caos, al menos con las nuevas disposiciones —más desconcertado estaba —¿No lo sabías aun? —cada vez estaba más perdido.

—¿Qué cosa? —Pregunte inocentemente.

—Vuestro entrenamiento durará 5 años de la tierra aproximadamente —dijo Ananké como si fuera un chasquido. ¡Son 5 años!

—Eso son —empecé a calcular con dificultad, los números jamás fueron mi fuerte, aunque se tratara de simples cálculos —¿15 años? —Ananké se rió.

—¡Correcto! —dijo Ananké esbozando una sonrisa juguetona. —¿Hora de trabajar, estás listo? —Pregunto señalándome la cama.

—¿Puedo pedir algo? —pregunté con cautela. Ananké asintió

—Peticiones al final del entrenamiento —dijo con severidad para luego señalar la cama. Me recosté y por un momento sentí temor.

—Percy, sé que tienes miedo. Lo que vamos a hacer involucra tus peores miedos, traumas y horrores, seguramente sentirás que estas solo, pero desde que aceptaste ser el campeón de Caos nunca más estarás solo, tienes a los primordiales, Caos, tu equipo y Piper. Asi que cuando te enfrentes a lo que sea que hay en tu mente piensa en ello —ella tenía un punto. Yo lo sabía, eso era lo peor, pero tenía pánico de enfrentarme a mi pasado y a todas las cosas horribles que me habían tocado vivir.

—El gran problema es que la gente que me quiere son a la vez los detonantes —le dije con franqueza, Ananké, asintió mientras me daba esa medicina asquerosa y viscosa.

—Por eso estamos aquí —luego puso su mano en mi frente empecé a sentir que nuestras mentes se empezaban a conectar.

—Lo intentaré —dije y luego caí en la inconsciencia.

THALIA

Me desperté pesadamente de mi desmayo para encontrarme acostada en una cama. Me dolía la cabeza de la caída supuse. Me levante respirando lentamente, para verme con asombro. Mi piel brillaba ligeramente en un aura de luz blanca. Mi cabello era más largo y sedoso. Mi cuerpo se sentía más fuerte y revitalizado, era como crepitar en electricidad, pero multiplicado por miles de voltios. ¡Súper Cool! Me miré más detenidamente y entonces las vi... ¡Tengo alas! Voy a tener que volaaaaaaar. No... No... Suspire hondamente para no caer en pánico.

—Por fin despiertas...—dijo casualmente Urano quien se acercaba lentamente sosteniendo una caja de madera.

—¿Cuánto tiempo estuve fuera? —pregunté un poco desconcertada.

—Solo un par de horas, es más fácil de llevar ahora que eres inmortal —dijo con naturalidad

—¿Que soy qué? —dije agitadamente, esto no estaba dentro de mis planes... sí soy inmortal... yo y el no podremos estar juntos siempre, él es medio inmortal... ¡Oh no! ¡no! Urano me miro preocupadamente.

—¿Algo está mal? —Pregunto sinceramente.

—No —mentí, ahora tenía algo más por lo que preocuparme. Percy deberá ayudarme con eso.

—Hora de empezar, pero primero toma esto —me entrego la caja. Abrí la caja para encontrarme con una espada de plata brillante. Cuando la tome empezó a brillar fuertemente tanto que me cegó los ojos y tuve que cerrarlos. Cuando los abrí no estaba la espada en mi mano, sino que tenía una pulsera de oro brillante en mi muñeca.

—Frota la pulsera —me dijo Urano y así lo hice y se volvió a convertir en espada. —Ahora agítalo de arriba abajo —hice lo que me dijo y se convirtió en un rayo maestro. Mucho mejor que el que tenía mi papa. Se sentía una energía que emanaba del rayo superior a la que alguna vez pudo emitir algún dios. Empecé a concentrarme y mi cuerpo empezó a crepitar en la energía celestial y se empezó a formar un rayo, era tan potente que me costaba mucho mantenerlo bajo control. Vi como Urano movía las manos para formar una barrera de energía que iba reduciéndose y debilitando mi rayo hasta extinguirlo.

—Definitivamente debemos entrenar, vas a destruir todo asi —dijo un poco mortificado, pero no podía culparme porque no sabía cómo controlar esa clase de poder. —15 años será tiempo suficiente —¡15 años! No puede ser, es mucho tiempo. Es demasiado. Muchas cosas pueden pasar en este lapso de tiempo. Nico podría… —En el mundo terrenal son solo 5 años —dijo de manera calmada. Pero yo por dentro estaba ardiendo de desesperación, a pesar de ser solo 5 años era demasiado tiempo —Tú, Silena y Beckendorf necesitan tiempo para que vuestros cuerpos se regeneren, sino no podrán volver —eso me calmo un poco más, pero necesitaba que sea antes. Mi corazón ya no era mío. Tenía que asegurarme que estuviera en las manos del hombre por el cual entregue mi vida. —¿Hay algo que está mal? —me pregunto Urano seguramente mi rostro no revelaba la felicidad de hace unos minutos cuando hacía gala de mis nuevos poderes

—No —volví a mentir. Realmente quería volver pronto. Pero sabía que eso no pasaría en un futuro próximo así que no me quedaba otra que concentrarme en mi entrenamiento y de vez en cuando espiar a Nico, aunque suene macabro y acosador… no quiero dejar de verlo, es una fuerza para mí.

—Bueno, primero lo primero —dijo Urano y me tomo por el cuello y me lanzo por el precipicio con fuerza.

Mi mente se aceleró y no podía que hacer primero si gritar o agitar las manos de pánico. No logre hacer nada solo caer en picada libre mientras que sentía que mi corazón latía hasta explotar, y la sangre se me concentraba en el cerebro por la presión. No podía pensar en cómo extender las alas, así que la desesperación me invadía y agitaba nerviosamente las manos mientras gritaba a voz en cuello. Mi vértigo me dejo inmóvil en un momento y luego sentí que ya no caía, sino que estaba sobre mis pies. Abrí los ojos con timidez y Urano estaba a mi costado riendo burlescamente lo cual me molesto mucho, pero que aprendiz puede darle una paliza a su maestro y más cuando se trata de un primordial.

—Ahora, primera lección ¡concentración! —luego me volvió a lanzar por el acantilado. Esta vez no fue tan difícil concentrarme y no gritar, aunque aún estaba el pánico de caída libre, pero al menos podía pensar mientras caía. Volví al lado de Urano e hizo algo imprevisto. ¡Me lanzo un rayo! Me lanzo unos metros para atrás y yo meneaba la cabeza para poder enfocarme por la descarga que había recibido. —Segunda lección… Controla tú… no seas controlada por tu miedo —me dijo y me lanzó. Mi mente no lograba tener la concentración necesaria para extender mis alas y batirlas en el aire. Pasaron como 4 veces más que me lanzo sin ningún resultado.

—Espera —dije con determinación —Y ahora no me salves —dije con una sonrisa en mi rostro, pero por dentro estaba aterrada. Urano sonrió triunfalmente y se cruzó de brazos mientras se acercaba al acantilado para mirar. —Bueno es ahora o nunca Thalia —me dije susurrando para darme ánimos. —¿Se puede morir dos veces en menos de 15 días? —pregunte con un poco de rabia y miedo.

—Ahora lo vamos a averiguar —dijo sonriendo maniáticamente, pero con cierta confianza en su voz.

Entonces me lance sin pensármelo dos veces. Solo esperaba que pudiera llegar a controlarme y desplegar esas alas y vencer ese miedo de una vez por todas. Al principio no podía, mi mente estaba presa del pánico y del terror. Entonces recordé un pensamiento, un sentimiento: Nico, cuando el peleaba con el tonto de Mark, sentí que mi corazón palpitaba con cada ataque que el recibía, y entonces lo vi a punto de morir delante mío, y no pude no hacer nada, no pude solo mirar, la determinación y la seguridad me impulsaron hacia lo que sabía era correcto. Entonces me concentre en ese sentimiento, me infundio fuerza y aunque yo me veía casi estrellarme contra el fin del abismo, logre abrir las alas, y remontar mientras planeaba. Las lágrimas me brotaron sin siquiera llamarlas, una vez más Nico me había impulsado a hacer algo fuera de lugar, esta vez fue vencer el miedo a volar. Mi entrenamiento empezó a dar sus frutos. Finalmente llegue al acantilado con un poco de dificultad y con dolor de espalda.

—¿Te dio fuerza? —me desconcertó, y me dejo de piedra su pregunta. Asentí tímidamente un poco avergonzada —Es un buen pensamiento entonces, úsalo siempre —dijo cruzando sus brazos mientras sonreía —Poco a poco iras mejorando en tu habilidad de vuelo... ahora vamos a empezar con la espada... ustedes las cazadoras no tienes habilidad en el combate de uno a uno.

Me enfado un poco que se metieran con las cazadoras, pero me contuve y decidí que iba a demostrar que si podemos pelear cuerpo a cuerpo. Estuvimos todo el día aprendiendo técnicas básicas de empuñadura y defensa. Trabajamos la parte física… correr y flexiones para endurecer la muñeca y el agarre de la espada. Al final del día estaba muerta de cansancio así que solo me quedaban fuerza para dirigirme a mi habitación, donde una sonrientemente burlesca Zoe me esperaba.

—Veo que no fui la única que se divirtió —dijo con simpatía, mientras yo solamente me metía a la cama y apagué la luz. Ni siquiera pienso en comer… solo dormir. Ufff esto va a ser muy duro. Espero que seamos invencibles después de 15 años.

ANNABETH

Un desastre la batalla, definitivamente los romanos deben aprender un poco de nosotros los griegos. A veces su orden militar hacer que las bajas sean demasiadas. La enfermería estaba llena de enfermos. Esa pequeña cantidad de monstruos habían hecho un desastre en el campamento. Afortunadamente mis habilidades de estrategia y planeamiento fueron usadas, Hazel y Frank convencieron a los demás de que podría ser útil en el consejo de guerra. Aunque aquí no se manejan por jefes de cabaña, si pude aferrarme a ser consejera en cuestiones de estrategia. Lo poco que pude hacer sirvió para salvar a algunos. Replegarse. Sé que suena cobarde, pero a veces hay que retroceder un paso para dar dos, y sobrevivir y no morir en vano definitivamente cuenta.

Pude ver a Mark huir como un cobarde, eso me traía más indignación. Percy… el… jamás hubiera huido de una batalla. Frote el anillo de compromiso que ahora llevo siempre conmigo atado al cuello. Una señal de que me prometí a mí mismo no volver a repetir la misma historia. Nunca más dejaría a un hombre solo por la búsqueda de placer físico. Y si los dioses me dieran la oportunidad enmendaría el daño que le hice a Percy.

JASON

Las bajas eran muchas, más de medio centenar de personas en la enfermería, entre heridos leves, y graves, con amputaciones y graves heridas. Aparte de eso los muertos en el campo eran muchos. Eso diezma nuestras fuerzas significativamente. Me reuní con Reyna, pero había una tensión entre nosotros, ese beso antes del combate me había nublado la cabeza y si no fue herido fue gracias a los poderes de mi padre que me salvaron el pellejo. La distancia que había entre nosotros era inmensa, pero dentro de mí solo había unas ganas de besarla nuevamente. Era un hambre que no se saciaba. No hablo de un hambre sexual, porque eso lo puedo saciar con cualquiera, sin necesidad de vínculos, pero con Reyna tenía un anhelo de algo serio. Oh dioses entonces esto es… Ese anhelo de ser amado y desear el amor de una mujer solo para ser traicionado. ¡No… no… no!

—Pasa algo Pretor Jason —pregunto mi segundo al mando. Era un tipo callado, pero cuando hablaba sin duda hablaba con sabiduría, sin duda era un digno hijo de Minerva. Negué con la cabeza, pero por dentro tenía fuego en el corazón, ese beso había despertado algo inexplicable, pero a la vez sentía vergüenza y miedo.

—¿Has visto a Reyna? —pregunte tímidamente. Jake (así se llama…) pensó por un momento y luego sonrió como si hubiera entendido algo. Me daba un poco de tranquilidad que él no supiera lo que Venus hizo conmigo. Nadie debe saberlo, podría costarme mi puesto, y mi nombre en el campamento.

—Está en la enfermería —dijo y no me lo pensé y salí corriendo rumbo a la enfermería. Entre con seguridad rumbo a donde estaba Reyna. Y la vi ayudando a algunos soldados a levantarse, fui con determinación para plantarle un beso, pero cuando se dio vuelta su mirada era adusta y poco cordial. Me quede mirando el rostro de Reyna, quien parecía no tener ganas de ser observada. Casi me parecía ver de reojo a Venus riéndose de mí, mientras jugaba con mi vida amorosa.

—Que miras Jason ¡aquí necesitamos ayuda! —dijo enojadamente mientras con ayuda de otros semidioses acomodaba a los soldados en las camillas. Asentí torpemente, ha comenzado mi tortura. Ojalá Piper decida aparecer.

PERCY

El entrenamiento con Ananké era algo así como ir a un psicólogo o un psiquiatra, o tal vez la mezcla de ambos, jamás había ido a una terapia, pero me di con la amarga verdad de que estaba roto por dentro, cada etapa de mi vida estaba marcada por el dolor, la miseria y la soledad, a pesar de tener tanta gente a mi alrededor que dependía de mí, mi interior se sentía solo, Ananké, empezó a ir a fondo con todo, porque empezaba a decirme que recordara los eventos pasados y a tomar apunte mis reacciones y de cómo lo afrontaba, para luego darme consejos sobre cómo afrontarlo en el futuro y deshacerme de las repercusiones negativas, o técnicas de como guardarlo para momentos donde necesitas concentrar esos sentimientos para potenciar tu energía. Todo esto era en el campo de los sueños, porque según me explico el desgaste emocional era mucho menor, aún asi, por mucho que apreciara su ayuda yo me guarde muchas cosas que no podía simplemente hablarlas.

Luego revisamos algunas cosas más como recuerdos de mis experiencias semidiós, batallas, dolor, el tártaro, Annabeth... Piper… quizás lo de Piper fue lo más difícil porque no es algo que sucedió sino un juego de mi mente producto de un miedo paralizante y uno de mis mayores temores. No logre controlarlo totalmente, porque mi mente simplemente producía imágenes relacionadas con ella de manera aleatoria, nunca eran la misma situación, pero siempre eran los mismos personajes con el mismo patrón de conducta y yo en medio de todo eso. Estoy seguro que Ananké sabe que no estoy diciendo todo y tal vez ella podría simplemente irrumpir y derribar mis paredes, pero no lo hacía, eso sí, siempre hacía preguntas punzantes y directas, que justamente apuntaban a derribas mis barreras, pero me resistí lo mejor que pude.

Cada vez que Ananké me despertaba estaba empapado en sudor y exhausto, con ganas de dormir y descansar, por lo que no había mucho tiempo para otras cosas durante ese entrenamiento. Podía ver sin duda que su mirada era de preocupación y a pesar que sabía que estaba avanzando, había cosas que estaba postergando, situaciones que ni por error quería revivir o recordar y que sabía que eran esas grandes "puertas falsas" que en algún momento tendría que cruzar porque no podría soportarlo más.

Ananké, me comento que ese sería uno de las cosas que tendría que hablar personalmente con Piper, para que lo pudiera resolver. Pero no estoy tan seguro y si ella entienda y me pueda ayudar... no sé si ella quiere... verme de otra forma. Ella es demasiado buena, para alguien como yo.

Finalmente llegamos al final de una sesión de entrenamiento y cada vez podía mantenerme más tiempo en pie antes de que el cansancio me derribara a una larga siesta. Esta vez, fue para encontrarme con una cara familiar.

—¡Hermano! —dijo Tyson mientras se arrojó sobre mí, por fortuna la herida ya no me molestaba, por el momento estaba controlado. Ananké se encontraba a unos pocos metros de nosotros. Saludo con la mano y luego desapareció.

—¡Hey grandulón! ¡Me alegro que ya estés despierto! —le di un fuerte abrazo. Su sonrisa no tenía precio, era por fin libre del tártaro, pero eso para mí no era suficiente, yo necesitaba saber quién y cómo fue a parar al tártaro. —Necesito que me cuentes todo... luego yo te contare todo lo que está pasando —le dije un poco más tranquilo mientras convoque unos panqueques azules para hacer que se sintiera más cómodo. Su sonrisa se borró de su rostro, y pude ver el pánico, era como si hubiera tocado una fibra sensible. Pero yo necesitaba saberlo. —No te preocupes... ahora estás conmigo, no dejaré que nada malo vuelva a pasarte —le dije conteniendo mi ira para tratar de que me contara.

Lo que mis oídos escucharon era horrible, Poseidon había caído en lo más bajo, se había portado como su estúpido hermano Zeus, un tormento para aquellos que no apoyan sus ideas. Tyson me conto que tiempo después de que fui desterrado intento hablar con Poseidon para que abogara por quitar mi destierro, pero que él se negó rotundamente, solo tenía tiempo para su hijo Mark, Tyson insistió en varias oportunidades hasta que Poseidon se enfadó en gran manera, Tyson se defendió de la ira de Poseidon, pero no pudo resistir demasiado, asi que él termino por arrojarlo al tártaro en castigo por su "insolencia". Logro sobrevivir un par de meses escondiéndose, y tratando de buscar una salida de ese hoyo, pero finalmente fue encontrado por un muchacho, al que identifico como el campeón de Nix y Érebo, no logro reconocer su identidad ya que su cara estaba velada por una sombra y fue sometido a toda clase de torturas y maltratos para saber si se trataba de un espía, cuando al final casi moribundo resolvieron que no lo era lo metieron a la forja a cuidar y crear armas, pero siempre venían a atormentarlo, par que nunca recuperara el pleno de su forma y fuerza. Además, me dio más información sobre todo lo que estaba sucediendo en el tártaro.

—Lo importante es que ahora estas aquí —le dije mientras lo abrazaba, mi cuerpo temblaba de rabia. Les haría pagar por esto, sin duda.

—¿Que va a pasar ahora? —Me pregunto un poco asustado.

—Aquí estas seguro, este lugar está fuera del radar de los dioses —suspiro de alivio. Entonces tuve una idea. Cerré mis ojos y después de unos minutos Caos apareció ante nosotros.

—Percy, veo que habéis despertado los dos... eso es bueno, ahora es necesario que te vayas, porque ha pasado más de una semana y los chicos empiezan a extrañarte, hablare con Tyson y luego te daremos alcance —dijo Caos, entonces recordé, un día aquí son 3 allá. ¡Oh no! Piper se va a enfadar.

—Estaré bien Percy, nos veremos enseguida —dijo Tyson recuperando la sonrisa particular que recordaba de nuestros días de aventuras semidiós. Asentí con la cabeza y luego probé algo nuevo un flasheó como los dioses, y funciono. Llegue a la entrada de la sala del trono.

Todavía tenía preguntas en mi cabeza, como pudo ser tan maldito Poseidón para hacer eso con Tyson, no puedo creer que sea capaz de hacer eso a sus propios hijos para beneficiar al bastardo de Mark y por qué estaban cayendo ciclopes al tártaro. Apreté los puños con rabia de solo recordar al inepto y todo lo que hizo: ¡Me robo el amor de mi padre, me robo mi novia, mato a Thalia! Esas cosas no se las pasare por alto. Poseidón también pagará por lo que me ha hecho y por lo que hizo a Tyson. Con esa impotencia de tener que esperar tanto tiempo me dispuse a ingresar a la sala de tronos para luego entrara en mi habitación. Entre en silencio en la pre sala (living) sin querer llamar la atención de nadie. Los soldados de la puerta me recibieron con naturalidad sin ningún protocolo inútil, ni reverencias.

—Bienvenido Percy —dijeron con tranquilidad

—Es bueno estar de vuelta —la tierra solo me traía malos recuerdos, ¿aparte que tenía mis amigos aquí así que era mejor estar aquí —Cuanto tiempo ha pasado? —pregunte, reflexionaron un poco

—9 días señor —dijo uno para luego taparse la boca a lo cual no pude evitar reírme

—Eso es mucho tiempo —suspiré, luego me dirigí al interior, parecía que estaba vacío así que no me moleste en ser ruidoso.

PIPER

¡Más de una semana! Maldita sea y no hay noticias sobre Percy. Aparte que mi entrenamiento fue sumamente duro, pero un pensamiento cruzo por mi mente, lo que había charlado con Caos, dos palabras: Paciencia y Confianza, tengo que estar siempre al lado de Percy porque yo lo necesito, y él me necesita también a su lado.

El entrenamiento con Caos y Thalassa fue lo más duro que alguna vez tuve que hacer. Primero el esfuerzo físico, correr, correr y correr, mezclado con clases de esgrima básico, con mi nueva espada, regalo de Percy a la que me estaba acomodando para volvernos uno. También recibí la bendición de Thalassa y mi aura de color verde se puso a la par de mi aura negra por parte Caos, la rosa por mi madre Afrodita y la marrón rojiza por la bendición de Hestia. En las clases de esgrima no me fue tan mal luego de que Caos destapara mi vínculo marino, eso sumado a la bendición de Thalassa era perfecto para que mi habilidad con la espada mejorara rápidamente, pero aún estaba muy lejos de los movimientos que me mostraron ellos en una exhibición inicial, así como Percy que tiene la habilidad con la espada de manera natural por ser hijo de Poseidón. No tenía noticias de Percy y mi mente se iba por momentos de pensar en lo lejos que estaba y que se suponía que debía cuidar de él.

Todas las noches nos juntamos en mi habitación con los chicos para pasar tiempo juntos, conversar y poder conocernos mejor, sobre todo con los que no he tenido afinidad antes. Es fácil congeniar con Silena porque también es hija de Afrodita, ella siempre me pregunta sobre Percy… Oh siii puede sentir una fluctuación en mis sentimientos sobre él, pero le he pedido que no diga o haga algo al respecto porque no es momento para ello, ya que Percy y yo tenemos que concentrarnos en nuestros entrenamientos. Durante estos días también Caos me enseñó a usar esa pantalla donde puedo ver lo que está pasando en la tierra y empecé a hacer mi investigación sobre lo que me había comentado previamente. También he podido pasar revista a las tropas cuando entrenan con su respectivo capitán. Thalia por ejemplo son un escuadrón que me hace recordar a los legendarios espartanos, con sus formaciones precisas y eficientes, la disciplina de su entrenamiento más las habilidades que Thalia maneja, que no son pocas, son excepcionalmente increíbles. Yo no sabía que Thalia había podido vencer su miedo a volar, luego nos contaría los métodos que Urano uso para quitarle ese miedo, todos reímos sin parar cuando ella nos contó. Pero luego también pude ver el dominio que tenía sobre los rayos, tormentas y huracanes y estaba empezando a elevar su nivel de dominio.

En el caso de Beck, esos chicos sí que eran fuertes, capaces de romper la primera fila de cualquier ejército, por más fuerte que este sea, sus dominios del hacha y la espada eran excepcionales. Beck usaba un martillo, más hermoso que el que alguna vez poseyó Leo y este martillo arrojaba una energía con cada golpe, aunque Beck aún no estaba lo suficientemente fuerte como para mantener la energía para sus golpes, a la postre podría perfectamente contener la energía suficiente para golpear vez tras vez con ese martillo y que su energía no se viera tan mermada como para ser vulnerable. El equipo de Silena por su parte era el equipo de asesinos del ejercito Caos, aunque Silena había tenido clases de esgrima como yo, su habilidad con la espada mejoraba cada día. Estaban vestidos de negro total con capuchas sobre sus rostros, y tenían cuchillos envainados en sus cinturones. Ellos formarían parte del grupo de apoyo para la primera línea que es Beck y para misiones especiales que requieren las habilidades que ellos tienen.

Por su parte Zoe, era ahora una cazadora de elite, la destreza con el arco y otras armas de similar parecido era impresionante. Con la bendición de Hydros y los recursos Caos sus arcos cubrían largas distancias como si se trataran de proyectiles teledirigidos. Su arco en particular eran aqua flechas de energía pura que viajaban a una velocidad casi imperceptible. Zoe vestía como una cazadora, se mimetizaban con el ambiente, pero con capucha que cubría su rostro, todos en general cubríamos nuestros rostros, por precaución y seguridad. Entre los soldados de los destacamentos se podían encontrar otros semidioses de otras épocas, los cuales Caos había rescatado para que formaran parte de su ejército, pero otros si eran propios del Vacío. Había muchos hijos de Apolo, por lo cual no faltaban arqueros no solo en el grupo de Zoe sino también uno que otro en las demás divisiones. Hijos de Deméter, Niké, Hermes, Dionisio, Atenea, y otros varios.

Por mi parte, los primeros días de entrenamiento eran fatales, llegaba directo a dormir, no me quedaba ganas ni fuerzas para hacer otra cosa. Pero con el pasar de los días mi cuerpo se fue ajustando al ritmo de entrenamiento. Mis poderes con el agua fueron mejorando con los días, al comienzo no lograba ni siquiera sacar agua de un vaso, pero poco a poco y con mucha fuerza interior y desgaste pude hacerlo y ahora estoy trabajando en levantar paredes de agua. Eso es para comenzar, porque Caos y Thalassa me dijeron que mis poderes de agua son fuertes porque soy un legado de primordiales solo que mi poder estuvo "dormido" durante siglos, soy la primera hija de Afrodita a la cual se le despierta el dominio del agua, eso me llena de orgullo, las hijas de Afrodita siempre hemos sido vistas como superficiales y tontas, aunque de belleza hipnotizante, aunque eso a mí no me importa, si quiero tener a un hombre quiero que sea por lo que tengo dentro y por mi valor no por algo tan efímero y pasajero como la belleza física.

Con respecto a mi poder original, es decir los dones que tengo por parte de mi madre, solo me dedique a desarrollar el encanto vocal, lo probé con varios soldados y con algunos de los capitanes, realmente era muy poderoso, Caos me explico que me servirá para apoyar a Percy en la batalla, pero es muy desgastante, luego de dar un encanto vocal para manipular a toda una masa de gente, mi cuerpo queda débil y mis energías disminuyen notablemente, así que es un poder que solo debe ser usado en el momento justo y puede hacer una gran diferencia entre ganar o perder, vivir o morir. Los poderes Caos aun no los he manipulado, él nos dijo que no quería nada de desastres así que no he tenido oportunidad de verlos en acción y en cuanto a los poderes de Hestia eso planeo entrenarlo con Percy.

Beck se dedica en su tiempo libre a forjar algunas armas para los soldados de las diferentes divisiones, usando un poco de elementos que Caos tenía en aquella vitrina de su palacio. Está trabajando en nuestras armaduras, para que todos los capitanes tengan la vestimenta similar, en mi caso yo le pediré que me deje usar la vestimenta que Hestia me dio, necesitaría retoques sobre todo en resistencia. Me llamo la atención no ver a Percy con su armadura, supongo que por la posición en que fue herido la armadura sufrió daños y ya no sirve.

Dedique parte de mi tiempo libre a ordenar la habitación de Percy para cuando Tyson ya estuviera con nosotros. Caos nos explicó que estaba descansando porque las circunstancias en las que Percy lo había encontrado en el tártaro. Al ser una habitación personalizable, fue muy sencillo, cumplí con lo que Percy me había pedido: una chimenea para que pudiera recordar a Hestia. También colgué unos cuadros de sus hazañas, solo de aquellas que no evocaban malos recuerdos, como por ejemplo haber salido del tártaro y esas cosas. Puse un televisor gigante con un sistema de audio envolvente, puse todas las consolas de juegos, junto con unos ordenadores de última generación, seguro que Percy, Tyson y Beck podrán divertirse aquí, hasta nosotras porque también nos sentimos atraídas hacia los juegos. Coloque también una pantalla táctil como mesa donde se podía acceder a toda la información necesaria, armamento, estrategias, habilidades, datos, estadísticas, yo tenía una similar en mi cuarto, así que sirve de mucho, también tiene un chat solo para nosotros, algo así como una red social donde compartíamos información, de todo.

Termino mi entrenamiento del día con Thalassa, ella me enseñó cómo crear pequeños terremotos usando la fuerza del agua. Fue desgastante, agotador. Al final del día solo podía crear uno de proporción muy baja. Mis pensamientos hoy estaban extraviados, tanto que mientras que estábamos entrenando con la espada Thalassa me hizo unos cortes en el brazo, que me hizo gritar de dolor, su espada no era de metal sino de agua, estaba afilada de tal forma que parecía que quemaba cuando cortaba. Thalassa se acercó y se pensó si curarme o no mientras que me observaba detenidamente.

—Sabes que preocuparte no te permitirá entrenar —dijo mientras sentía un emplasto de agua y lo colocaba sobre mi brazo, sentí dolor seguido de la sensación de que se cerraba la herida.

—Lo sé, pero... —no pude terminar de hablar.

—Pero quieres seguir preocupada —dijo Thalassa mientras revisaba la herida, me dejo un poco pensativa por las cosas que dijo.

—Sería más fácil si dejar de preocuparse fuera algo que desapareciera con un chasquido —dije con simpatía. Ella me dio la mano para que me levantara.

—Mejor terminamos por hoy, no quiero llenarte de cortes —dijo con una sonrisa y luego desapareció.

Me detuve por la sala del trono, Caos no estaba, asi que ya que tenía la pantalla a mi disposición quise intentar encontrar a Percy. Lo intente, pero no logre hacerlo. Supongo que está en la burbuja Caos, aislado de todo, por eso no puedo encontrarlo. No me anime a probar la tele transportación porque podía tener consecuencias fatales, asi que aburridamente empecé a ver otros lugares en los cuales nunca había estado, grandes parajes, bellos y exóticos. Era casi de noche cuando finalmente decidí hacer algo que no sé cómo se me paso por la cabeza. Empecé a revisar los campamentos, y me decidí empezar por el griego. Allí era de día, todos estaban entrenando con los diferentes dioses, pude ver a las otras hijas de Afrodita repartidas entre los diferentes grupos de entrenamiento. Pude ver a Nico con Hermes mientras que entrenaban duramente, y vi a cierta hija de Afrodita… mmmm… Lucy sino me equivoco como pareja de entrenamiento de Nico. También vi a Leo con Lady Artemisa, Katie y los Stoll estaban en el grupo de Poseidón, lo cual me daba una revoltura de estómago, de solo verlo. Will estaba con Hermes y Clarisse estaba obviamente con Ares como todos los demás hijos del dios de la guerra. Quirón como de costumbre estaba observando desde la casa Grande con Mr. D quien miraba con desprecio y aburrimiento todo el entrenamiento.

Las cosas parecían ir bien por allí, pero no pude ver a Annabeth… ni a Mark, eso me preocupo un poco, si estaban muertos significa que alguien se adelantó a la venganza que estaba reservada para ellos, así que cerré esa conexión y me dirigí hacia otro lugar: El campamento Júpiter. Le doy gracias a Caos de que no pueden verme. Pude ver a Reyna que estaba en la enfermería vigilando a los caídos de la batalla, junto con Annabeth ¡Así que aquí es donde esta perra maldita! También vi a Hazel y Frank que estaban entrenando a los nuevos reclutas y los dioses habían llegado a ver el daño que se había ocasionado con el ataque sorpresa de los monstruos. Pude ver a Hefesto, Hades, Apolo y Atenea… tenía sentido Annabeth era su hija predilecta, y ella siempre odio a Percy por ser hijo de Poseidón. De pronto escuche una conversación.

—¿Has visto a Jason? —le pregunto Frank a Hazel

—Debe estar en el lecho del rio —dijo Hazel mientras ordenaba a un par de nuevos reclutas que se acomodaran en una de las barracas. La visual se movió hacia el rio donde estaba él. Estaba sentado en un tronco mientras juguetea con su moneda. Me quede mirando mucho tiempo la imagen de Jason mientras que muchas cosas pasaban por mi mente, miles de sentimientos encontrados, desprecio, tristeza, indiferencia ¿Aún tengo sentimientos por él? No, me fui de allí justamente porque decidí dejar de amarlo, el me traicionó, me lastimó, se burló de mí. Empecé a llorar ligeramente por los recuerdos, no solo los tristes y dolorosos sino también los recuerdos buenos y alegres.

—¿Piper que estás haciendo? —me sobresalte al escuchar esa pregunta.