—Claro, eso es posible. ¿Qué más quieres? —preguntó Maelis, sabiendo que eso no era lo único que él iba a pedir.
—Quiero aprender tu técnica, armadura ligera y la habilidad que estaba a punto de aprender cuando decidí hacer la prueba —dijo Aiden encontrando sus demandas bastante justas.
En su mente, conocía su valor, y pensaba que esas demandas respetaban lo que valía.
—Claro, puedo darte todo eso, ¿algo más? —preguntó Maelis, también encontrando esas demandas bastante razonables.
Oírla preguntar si había terminado lo hizo pensar por un par de segundos, pero no encontró nada más que pedirle.
—Sí, creo que eso es todo.
A medida que Aiden terminaba su respuesta, un contrato pareció aparecer de la nada, en él estaban algunas de sus demandas y las demandas de esta hermandad que no restringían sus movimientos e incluso fomentaban su libertad.
Parecía que el contrato ya estaba preparado para él ya que simplemente añadieron sus demandas en él.
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