Serefina llevaba la capa morada, que ocultaba su propio olor. La capucha de la capa cubría su cabello rojo y ocultaba una gran parte de su cuerpo, pero con solo una mirada, sabían que era ella.
—¿Serefina? —Kace estaba atónito. Ni siquiera había superado el hecho de que Quirón los traicionara y ahora ver que Serefina también había cruzado el puente, lo dejó sin palabras.
Kace pensó que conocía a Quirón, pero tuvo que aceptar que no era así, pero con respecto a Serefina... ¡d*mn! La había conocido casi toda su eternidad, entonces ¿qué había pasado ahora?
—¿Qué haces con ellos? —Kace gritó a Serefina, estaba a punto de acercarse a ella, enojado. Sin embargo, Jedrek agarró su brazo y lo detuvo. —¡Ella no debería estar ahí! —Kace le gritó a Jedrek frustrado.
—Tu amigo tampoco debería tener a mi compañera como rehén —dijo Jedrek fríamente. Sus ojos rojos ardían con animosidad y muchas emociones que eran difíciles de describir. Su shock se convirtió en ira.
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