—¿Qué te hizo invitarnos a comer barbacoa coreana de todos modos? —preguntó Nari, dándose palmaditas en el estómago que había abultado después de la copiosa comida.
Jia levantó las cejas. —¿Por qué? ¿Te estás quejando? Vomítalo entonces —bromeó Jia.
Nari se rió entre dientes y negó con la cabeza.
—Solo me lo pregunto. Nunca nos invitas a salir.
Jia se encogió de hombros, mostrando una pequeña sonrisa en su rostro.
—Es para celebrar la primera victoria de EVE en Rey de Reyes. Mi mamá me dio un extra en mi mesada esta semana porque sabe que he estado votando por EVE. Todavía queda algo de dinero, así que decidí invitarlos —explicó.
—Guau —dijo Bora, todavía sacando algo de comida atascada entre sus dientes—. EVE de hecho logró que esta chica tacaña gastara su dinero en nosotros.
Jia chasqueó la lengua.
—No soy tacaña —espetó ella.
Sus amigos se miraron entre sí con miradas cómplices.
—Lo que tú digas —dijeron al unísono.
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