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DE OTRO MUNDO

Esta es la historia de una humana y un ser de otro universo (alien), que se emprenden a un camino lleno de obstáculos y misterio. Durante ese largo transcurso por recorrer ambos se enamoran; se dejan llevar por esas emociones, esa humana es consciente que tal hombre no es normal pero inesperadamente...

Dianiis_1417 · Romance
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Rubí entró allí y él fue más temerario que nunca (parte 1)

11:05 P.M.

En el hogar de Caleb; Etna y Rubí se encontraban en la cocina preparando la cena para que Caleb llegará a cenar.

Rubí se encargaba de la sopa de verduras que previamente Etna le había enseñado; Etna solo se dedicaba a preparar el té, mientras lo hacía, sonreía discretamente cuando la imagen de Jeff no dejaba de aparecer como flash en su mente. Se arrepentia por no preguntarle su edad aunque tenía la mínima posibilidad que si lo viera de nuevo, no dudaría en averiguarlo. Etna le agrado mucho a Jeff a pesar que él fue frío y áspero.

<<¿Será qué mañana lo vuelva a ver?>>, se preguntó Etna con esa sonrisa tímida que fue atisbado por Rubí.

Ella desconocía por qué Etna sonreía plenamente feliz pero se sintió bien al verla así de alegre. Se sentía en familia, acogida entre estos seres humanos. Rubí se pasaba todo el tiempo con Etna y se dio cuenta que era una niña sonriente y muy agradable.

Caleb se iba muy temprano a trabajar y siempre llegaba de noche.

Rubí se relajaba aunque muy dentro de ella admitía que lo extrañaba. Él era el mismo de siempre, la miraba con frialdad y asperidad. Rubí solo pensaba que Caleb lo veía como una espécimen anormal y peligrosa. Desde aquel día en la casa de Mey, Caleb se comportó más distante con ella. Eso le provocaba un dolor indescriptible directo en su corazón.

Le dolía que él la rechazará por completo.

Mientras que ella no encontrará cómo regresar a su mundo o cómo hacer para llevar acabo su misión, estaría viviendo en este hogar, hasta el tiempo que fue necesario y claro, hasta tener una pista o sugerencia de cómo seguir adelante. En pocas palabras, independizarse por sí sola.

La sopa de verduras y el té estaban listos. Así que Etna y Rubí se dirigieron a la sala de estar.

Pasaron diez minutos y Caleb no llegaba todavía.

Etna: - Bostezo... Me iré a dormir. Mi hermano esta tardando mucho y mañana tengo clases. - dijo al mismo tiempo que se ponía de pie.

- Esta bien. Buenas...noches. - le contestó Rubí sonriendo tímidamente.

Etna le dio gusto como era de tímida, se acerco a ella para darle un fuerte abrazo con mucho cariño que provocó que Rubí quedara inmóvil.

- Jejeje...gracias. Igual para ti. Creo que Caleb llegará más tarde. ¿Lo vas esperar?. - inquirió Etna con curiosidad sin desviar la mirada de ella.

Rubí asintió rápidamente.

Etna brinco de emoción por dentro ante la respuesta. Ella deseaba que su hermano Caleb se fijará en ella pero no cómo amiga, sino algo más. Etna también quería que su hermano dejara atrás ese dolor que guardaba dentro de su corazón y esa depresión que lo consumía todos los días.

- Entonces, hasta mañana. - se despidió Etna y fue directo a su habitación; una vez más con el destello de Jeff en su mente.

Esperaba con ansias que ya fuera mañana para ver si se lo encontraba.

...

Los minutos transcurrieron y Rubí se puso impaciente porque Caleb todavía no llegaba a casa.

Mientras ella esperaba, se puso ver la televisión. Ya se había cambiado de ropa y puesto una pijama color crema. Estaba nerviosa por ver a Caleb. Ella dormía en el sótano pero tenía un aspecto diferente ya que Caleb lo había remodelado; había sacado ese montón de cosas innecesarias y solo lo medio pinto para que no tuviera un aspecto lúgubre.

Para Rubí bastaba ese tenue color rosa, lo percibía cálido y reconfortante.

<<Debo ir a dormir.>>, ella pensó ya que Caleb no llegaba; se levantó para apagar el televisor y antes de irse acostarse, fue a la cocina por un vaso de agua.

Bebió el agua en un santiamén y apagó la luz de la cocina y de la sala de estar, dejando encendida la luz del pasillo de fondo.

Se encaminó hasta el sótano que se encontraba al fondo pero antes de doblar derecha, se quedó detenida enfrente de una vitrina con muchas cosas en su interior.

Bueno, desde que llegó jamás se tomó el atrevimiento de revisar, así que sin dudar, ella se acerco y observó marcos de fotografías así como otras cosas pequeñas hechas de cerámica.

Ladeo su vista hacia esa puerta que se encontraba a su derecha. Ella ponía cuidado, que cada vez que Caleb llegaba a casa, venía directo a esta dirección y entraba a este cuarto y siempre se tomaba un gran tiempo. Se preguntaba qué tipo de cuarto era ese.

Un día ella le preguntó a Etna y le respondió: "Hmm...es especial para mi hermano. No le gusta que nadie entre en ese cuarto excepto por él. Bueno, será mejor que nunca le preguntes sobre ello y menos quieras entrar allí."

Rubí recordó perfectamente aquellas palabras y con esa expresión afligida al instante que Etna se lo decía.

Bueno, ella tenía mucha curiosidad desde entonces, así que lo medito por un minuto. Y concluyó que no estaría mal echar un vistazo aunque a la vez se repetía que estaba haciendo mal pero no lo volvió a pensar.

Caleb no llegaba aún y Etna ya dormía, así que tuvo el valor de averiguar qué había allí adentro.

Giro el picaporte con demasiado cautela y enseguida la puerta se abrió.

Lo primero que vio fue la penumbra; oscuro y frío fue lo que ella percibió.

Busco el interruptor y una luz blanca iluminó todo el cuarto.

Un cuarto pequeño, casi completamente vacío, excepto por una repisa que se encontraba al centro del cuarto, pegada a la pared. Ella lo vio a detalle, por querer saber más, ella se adentró y con pasos sigilosos y sus nervios flotando, avanzó hasta esa repisa color madera y de un metro de largo.

Se detuvo y lo único que vio sobre esa repisa a la altura de su pecho, fue un marco fotográfico y una vela blanca pequeña al lado.

Rubí con ese nervios y dudosa, tomó el marco de esa fotografía. De inmediato vio a detalle a la hermosa mujer de la fotografia; un cabello rizado y de color rubio intenso, facciones muy simétricas, una tez blanca como la hoja de papel pero lo que más le llamó la atención y la dejo pensativa fueron ese color de ojos, justo como las de ellas pero con la diferencia que ese color ámbar tenían un mate más oscuro.

Ella siguió observando la fotografía sin parpadear.

Entonces, percibió una extraña conexión que la sacó de orbita.