Mientras tanto, Caleb llegó a pie caminando, con una expresión sombría ya que su automóvil se averió a medio camino, pero lo más molesto era que aparte había salido tarde del trabajo por algunas investigaciones que se seguían llevando acabo por el incidente misterioso del Bosque Darkness.
<<Hoy no fue mi día. Qué perdida de tiempo.>>, pensó exasperado.
Hizo una mueca al percatarse que la puerta principal no tenía seguro. Intentado controlar su mal humor, se adentró y vio que todo estaba en media penumbra ya que la luz del pasillo del fondo estaba encendida.
Solo pensó que Etna ya estaba durmiendo y que tal vez Rubí dejó encendida la luz por descuido.
Sin hacer demasiado ruido, se dirigió a la sala de estar y dejo su mochila sobre el sofá. Y como de costumbre, se dirigió a ese cuarto cómo él había nombrado "santuario".
Pero cuando estaba a punto de llegar a la puerta, se detuvo en seco al percatarse que la puerta estaba entreabierta y con la luz encendida.
Se quedó inmóvil y con una furia interna que amenazaba con explotar. Por su mente pasó que su hermana Etna se había atrevido husmear.
Respiro hondo y profundo para estabilizar su mal temperamento. No podía creer que Etna fuera desobediente.
Al mismo tiempo, Rubí seguía sosteniendo la fotografía, hipnotizada ante la hermosa mujer que contemplaba mientras se preguntaba quién sería esa mujer.
Al siguiente segundo, Caleb entró con una aura sombría.
- ¿Qué...haces?. - pronunció Caleb con enojo y una voz potente pero sin ser demasiado brusco al pensar que se trataba de su hermana Etna.
Sin embargo, se quedó petrificado cuando vio la figura de Rubí.
Instantáneamente, ella respingo por esa voz grave y fría, y por el susto dejó caer el marco de fotografía.
*¡¡Crash!!*
Un ruido estrepitoso hizo eco en el cuarto. El marco de fotografía se había rompió en pedazos.
Rubí quedó pasmada mientras que Caleb miro atónito como aquel recuerdo se hizo pedazos.
Entonces, su molestia se incremento acompañado con un sentimiento nostálgico. Rubí no sabía qué hacer o decir al respecto; su corazón latía frenéticamente por lo que provocó, sólo podía percibir esos grandes pasos que se acercaban a ella.
Cuando Caleb llegó justo al lado de Rubi, ella se hizo a un lado al percibir esa aura fría. Caleb observó con mirada vacía hacia el suelo donde la fotografía de su amaba yacía con esos pedazos de vidrios alrededor.
- Yo...yo...perdón...lo siento. - balbuceo Rubí con temor al ver esa oscuridad alrededor de Caleb.
Sin embargo, él rechino sus dientes al escuchar la voz suave y susurrante de ella.
Él se puso en cuchillas para recoger la sola fotografía pero al momento de hacer al lado esos pedazos de vidrios, accidentalmente se cortó su dedo índice pero ni siquiera él lo sintió. Se levantó bruscamente y su aura sombría se esparció por todo el cuarto.
Una gota de sangre se deslizó por todo su dedo y Rubí se percató de inmediato. Ella se despabilo al ver que él seguía con una gran oscuridad que cubría su rostro.
Caleb: - Largo... - espetó con una expresión exaspera pero que al mismo tiempo ocultaba ese dolor de una gran perdida.
Pero Rubí sólo se encogió de hombros e hizo caso omiso. No importaba si él era frío o desdeñoso pero ver que su dedo tenía un pequeño corte, ella deseo sanarlo.
- Er...tu dedo...esta sangrando. - habló ella con la respiración entrecortada a causa del miedo que sentía ver a Caleb tan hundido en una fría y oscura aura.
Sin preámbulo, ella se acerco a Caleb, solo apenas rozó el antebrazo de él y fue suficiente para que Caleb dejará explotar esa furia interna.
- ¡Tsk! Te dije que te fueras. - habló con una voz bastante fuerte que ella cerró los ojos pero no se dio por vencida, así que apretó el antebrazo de él, al mismo tiempo que susurraba: - Q-Quiero sanarte...
Pero, él no soporto esa voz chillona y siendo temerario, empujó a Rubí con una ímpetu salvaje que ella cayó al piso y se estremeció por el duro golpe.
Caleb hizo una mueca de desdén y sin importarle a Rubí, le dio la espalda.
- ¡Afuera! ¡Vete! - gruño él con demasiada exasperación.
Rubí solo pudo apretar sus labios y se levantó débilmente del piso.
Salió del cuarto y corrió al sótano, bajando precipitadamente los escalones. En la penumbra, ella se tumbo en la cama y de inmediato sus ojos avellanas se cristalizaron.
- Él se enojo por mi culpa...por mi culpa.. - musito al mismo tiempo que unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
Le dolía demasiado como él la había tratado; como él fue un hombre temerario y más frío que nada. Pero, ella no dejaba de preguntarse quién sería esa bella mujer como para que Caleb reaccionará de una manera despiadada.
Mientras tanto, Caleb empuñaba su mano derecha donde su dedo índice se había cortado.
Estaba enfurecido, no pensaba con claridad y sentía una enorme resentimiento al saber que Rubí se atrevió entrar en este cuarto sagrado para él.
Dejó la fotografía en la repisa y lo contemplaba con sentimiento nostálgico.
- Suspiro...perdón Denisse, no creí que alguien se atreviera a entrar aquí. Perdón... - murmuró Caleb, afligido.
Se quedó mirando la fotografía de su amaba fallecida por un largo rato, hasta que su mal humor, se esfumó.