El silencio era abrumador y la atmósfera competitiva entre el Presidente Orson y Jeff era demasiado perceptible. Incluso para Etna era asfixiante; sentía que estaba en medio de un fuego cruzado. Sus nervios llegaron al tope, provocando que le dieran ganas de hacer pis.
- E-Este...yo...yo ne-necesito ir al baño... - dijo ella en un hilo de voz apenada e inclinando su cabeza por su urgencia de ir al sanitario.
En un santiamén la atmósfera competitiva se rompió al escuchar las palabras de la chica.
Enseguida el asistente Remi era el único que no se inmutó para nada. Ya que los otros dos solo se quedaron en blanco.
Remi soltó el antebrazo de la chica; se ajusto sus lentes actuando como todo un profesional.
- Cof...bien, sígueme. - dijo el asistente Remi.
De manera inmediata Jeff soltó la mano de Etna. Bueno, fue de cierta manera desconcertante que ella se le ocurriera ir hacer sus necesidades fisiológicas justo ahora. También esto le cambiaba la ruta de sus planes. Sin embargo, pensó que era un beneficio. Lo que quería decir que actuaría liberal ante el magnate.
El Presidente Orson chasquio sus labios por la inesperada petición.
Etna se encogió de hombros y siguió al asistente Remi sin decir nada al respecto. Al menos se sintió aliviada por no estar entre la espada y la pared.
Enseguida subieron las escaleras a la tercera planta, pasando por un largo pasillo, doblando a la izquierda hasta el fondo. Etna puso cuidado que las paredes lucían tétricas.
¿Qué clase de lugar se encontraba?
Tan pronto llegaron al baño, Reml fue muy amable en abrir la puerta.
Remi: - Entra. - pronunció inexpresivo.
Etna asintió en silencio, pasando por el umbral, cabizbaja.
Se cerró la puerta y ella soltó un gran suspiro por toda la tensión que acumuló.
<<Dios mío... ¡Oh dios mío! Estoy en grandes problemas. ¿Q-Qué debería hacer?>>, se preguntó Etna, consternada por toda la situación que se llevó de imprevisto.
Ella no tenía la menor idea de qué hacer. Su mente pensaba en busca de una solución a su problema. Se puso en cuclillas, tratando de pensar lo más rápido posible una opción para salir del lugar.
El asistente Remi, solo podía permanecer de pie junto a la puerta esperando que la chica humana hiciera sus necesidades.
Mientras tanto en la sala de estar...
El aire de competitidad fluía nuevamente para ambos seres alienígenas. Los dos se miraban fijamente. La imponencia y tenacidad de ambos era técnicamente visible.
El Presidente Orson por su gran inteligencia descomunal sabía perfectamente que código X87 tenía algo entre manos. Por supuesto que Jeff ya tenía elaborado un plan eficaz. Fue astuto desde un principio en pensar en una salida. Aunque no tenía previsto que cambiará algunas de sus estrategias ya que Etna se le ocurrió ir al baño pero saber que pasó justo en el momento más indicado, esto se convertía en gran ayuda para él. —por así decirlo.—
Las espectativas de lucha de Jeff eran realmente exponencial.
Pelear con el gran magnate no sería nada fácil. Por lo tanto, Jeff tenía que visualizar cada movimiento del presidente. Ya que ambos se encontraba en un nivel desconocido.
- ¿Qué intentas?. - inquirió el presidente, el límite de su paciencia se agotó. Llegó al punto en que Jeff lo sacaba de sus casillas. Ningún ser humano o un ser alienígena se atrevían a desafiarlo en su mera presencia. Sin embargo, ese hecho cambió. Jeff era el único en todo el universo que se atrevía a ponerlo en una batalla crucial.
Las agallas del chico problemático superaban los niveles de su supervivencia.
Jeff: - Suspiro...¿Qué? No se supone que eres el super dotado de nuestra especie. ¿No sabes qué pienso ahora mismo? - desafío con sarcasmo, haciendo una mueca de burla.
Sus palabras eran afiladas que el mismo presidente se irritó por oír eso.
- ¡Tsk! Eres provocativo. Supongo que no cambias a pesar de aquello. Sigues siendo el mismo niño que todo se toma a juego. - entonces respondió el presidente con malicia.
Era inaudito que lo desafiaran con mucha insolencia.
¿Quién se creía este chico rebelde? ¿Acaso no conoce su lugar?
Desde luego que el Presidente Orson no podía leer los pensamientos de Jeff. La razón era que el astuto chico bloqueo su mente, interponiendo una barrera invisible y difícil de traspasar. Inclusive tal poder desconocido fue desapercibido por el magnate.
No obstante, el presidente tenía en claro que Jeff poseía un poder inigualable. Y todo esto porque él poseía una pieza de gran beneficio y utilidad.
¿Cómo él pudo manipular todo a su antojo?
Habría que comprobar su límites de poderes inhumanos.
- Quizás...pero sabes algo....esto me lo estoy seriamente. No daré un paso en falso. - advirtió Jeff, marcando la diferencia de un alien y humano.
Fulmino al presidente, agregando algo más con la mirada: "Voy a salir de aquí, si o si."
Al siguiente segundo, una aura indescriptible fue evidente para ambos. Una lucha colosal estaba a punto de empezar.
El Presidente Orson se limitó a contestar. Él no estaría dispuesto a caer en el juego del chico arrogante.
El lugar estaba aislado y protegido por un poder totalmente desconocido.
Si Jeff, intentaba escapar, ya todo estaba preparado. Un laberinto indescifrable lo esperaba.
<<Este mocoso... ¿Con quién crees que estás tratando? ¡No te hagas el insolente conmigo!>>
Y entonces, en una fracción de segundo... Jeff extendió su mano directo al presidente y un poder sobrenatural se hizo presente contra el magnate.
Pero a la velocidad de la luz, el Presidente Orson destacó por sus reflejos superhumanos, esquivando lo que intentaba hacer Jeff.
Era un poder neutralizador; este funcionaba para dejar paralizado por completo al presidente sin dejarle a opción de contrarrestar dicho efecto.
Y sin embargo, Jeff falló.
- Qué valiente eeh. - murmuró el presidente.
Él no haría nada para luchar. Quería ver las espectativas de lucha de Jeff; disfrutaría de las acciones del chico.
<<¡Joder! Debo neutralizarlo para ir por la chica y salir de aquí los más rápido posible. Esto no es juego.>>, Jeff tenso su mandíbula porque el presidente lo miraba con arrogancia.
Sin duda el magnate se lo iba a poner difícil.
Jeff, dispuesto a todo se movió lo más rápido posible, dejando caer sus gafas oscuras. Él se movía increíblemente veloz, ejerciendo su poder contra el Presidente Orson.
Pero el magnate lo hacía por igual, moviéndose para eludir cada ataque. Eran movimientos invisibles pero cargados de poderes desconocidos.
Un combate imposible de ver por el ojo humano. Ambos se movían por toda la sala de estar, y sin dejar destrozó alguno. Jeff estaba lleno de adrenalina mortal. Sus ganas de luchan incrementaban a más poder para atacar al presidente de una buena vez.
Él se dijo a sí mismo que haría pagar por la humillación de ser arrastrado hasta aquí. Era momento de cobrarse por tal humillación.
Un inminente poder se avecinaba.
De inmediato ambos se detuvieron, quedando justo en el mismo lugar de antes.
Jeff: - Vaya... - musito entre dientes.
Era claro quien agotaba sus límites era él. Mientras que el Presidente Orson se le miraba sereno.
- ¿Cansado? Esto apenas comienza. - dijo el presidente.
Su objetivo para agotar al chico estaba llegando al éxito.
Y sin previo aviso, Jeff salto hacia atrás del sofá de un solo movimiento, marcando una línea entre el presidente y él mismo.
-
No creas...que será tan fácil derribarme. - y dicho esto, Jeff resoplo.
No cualquier expulsión de aire sino su arma final acompañado con una pizca de neutralizante que sería capaz de paralizar a la bestia más salvaje del mundo.
Y entonces el Presidente Orson se confundió por la actitud de Jeff, sin ser consciente que en instantes quedaría totalmente paralizado.
Y fue cuando sus reflejos superhumanos fueran totalmente anulados.
-...
Todo quedó en un silencio bastante perturbador.
<<¿Q-Qué...? ¡¿Qué demonios ha hecho?!>>