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Con fuerza en el corazón

Naomi es una chica muy mimada hija del emperador, en donde ella está enamorada de su primo, pero es injustamente comprometida con un príncipe llamado Hiroki. Su primo sin embargo la traiciona matando a su padre revocando la del castillo junto con su prometido. Ellos deben sobrevivir, yendo a un pueblo un poco olvidado, en donde por el afán de protegerse se van enamorando poco a poco. Ahora ella debe enfrentar su destino, haciendo justicia contra el verdadero villano.

laura_cisne · Histoire
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16 Chs

¡ERES UN FASTIDIO!

Comenzamos a comer los pescados que asó Naoki tranquilamente y deteniendo el ardor de estómago provocado por el hambre, mi garganta está un poco mejor por el masaje de Hiroki de hace un rato.

— cuando terminemos de comer, nos iremos— dijo Hiroki desprevenido, abro los ojos muy confundida.

— ¿A dónde? – le pregunto — todas las aldeas deben estar llenas de soldados y...

—Hay una que no tiene soldados —me interrumpe — un pueblo la verdad muy olvidado: queda cruzando este río, atravesando el bosque hacía el norte. Era de propiedad de Momoyama, pero ya nadie se acuerda de aquel pueblo desde la guerra —Nunca he escuchado ese pueblo hasta ahora... me parece tan extraño, que tantos años de educación jamás haya escuchado este pueblo o este reino, mi padre jamás me lo mencionó y no entiendo por qué mis institutrices me hayan dado alguna clase acerca de Momoyama.

Al terminar de comer, empezamos a caminar como dijo Hiroki e irnos rumbo al norte, alejarnos más de la capital donde está el castillo. El sol está un poco caliente y combinado con el cansancio, me da dolor de cabeza, pronto llegará el verano, es normal que en estos últimos meses haya demasiado calor. Hemos caminado por lo menos una hora desde que partimos del río, y no hemos descansado en ningún momento.

— oye Hiroki ¿Qué tan lejos queda esa aldea? - pregunto para saber al menos cuanto falta este viaje que lo siento tan eterno.

— al menos dos días — responde cortante.

Esto tenía que ser un chiste, "en verdad nos vamos a tardar dos días en ir una mugrosa aldea", si esa es la más cerca no quiero imaginarme la más lejos. Después de un buen tramo de camino largo y sin parar a descansar, mi cuerpo ya no tiene energías, cada paso que doy me duele más la cabeza y sudo mucho más; de nuevo la garganta me comienza a arder demasiado, sudo de manera excesiva, ayer que caminamos más no sudé de esta manera, pero es que siento todo el sol en mi rostro.

— princesa, tus mejillas están muy rojas— dijo Naoki ya bastante preocupado, comienzo a ver borroso su rostro e intento apoyarme en él — ¿te encuentras bien? — me pregunta muy intranquilo, asiento para no preocupar a nadie, ya les hice pasar por muchos problema y en realidad no quiero seguir siendo una molestia — Hiroki... Creo que deberíamos parar a descansar... la princesa no se ve bien...

— y apenas te das cuenta lo floja que es — dijo bromista sin percatar en mirarme o voltear su rostro.

— ¡esto no es una broma! — refunde molesto Naoki ya muy desosegado. Comienzo por sentir que ahora todo me da vueltas, mis pies ya no dan más y mi cuerpo falla por completo. Hiroki finalmente se voltea

— NO!! - exclama Hiroki, en el momento exacto me sostiene y evita que me cayera. Me recuestan en un tronco y con la mano fuerte de Hiroki toca mi faz ligeramente midiendo la temperatura — ¡maldición! —se sobresalta estresado— ¡estás ardiendo — se desconcierta, apenas aún sigo consciente que no puedo escucharlo muy bien— No podemos quedarnos aquí, tenemos que avanzar — dijo tomándome de la cintura y cargándome en sus brazos para no quedarnos atrás.

Continuamos el viaje, sin descanso alguno; tosía cada vez menos, pero aún me sentía horrible; hasta que el sol se ocultó y la luna aparece abrigando la noche.

— ¿no estás cansado? — le pregunto a Hiroki que mantuvo cargándome toda la noche, la verdad si me siento muy mal... lo vuelvo a molestar ahora con un resfriado tan horrible que no me deja ni descansar.

— eso no importa, prometí que te protegería – siento un ardor en mi pecho muy extraño que no proviene de mi malestar, este ardor me consume al oír esas palabras, al ver a Hiroki siento una tranquilidad de que sé que en su regazo estoy a salvo y que nada me va a pasar si permanezco a su lado, la verdad estoy muy agradecida con él por lo que ha hecho por mí...

Paramos a descansar junto a una laguna. Hiroki me acuesta con cuidado en el césped que ya no estaba mojado como el día de ayer, Naoki me presta su manto para usarla como almohada e Hiroki usa su manto para usarla como cobija. Es lindo que ellos usaran sus cosas para cuidarme. Hiroki pasa su mano nuevamente sobre mi frente...

— tenemos que bajarte la temperatura— dijo Hiroki acelerado sin saber que hacer — necesito un trapo o algo con que mojar para ponerlo en su frente — Toco la mano de Hiroki dándole señas de que arrancara la otra manga del vestido para hacer el trapo. Arranca con fuerza la manga y mojó está en el lago frío, lo escurre enrollándola, quitándole el exceso de agua para que quede solo húmedo, regresa con el trapo, lo dobla y lo tiende en toda mi frente retirando el flequillo de mis cabellos.

El agua de esa laguna está helada, pero ayudaba para bajar la fiebre además refrescaba un poco... recordamos que habíamos dejado algunos pescados; así que los compartimos para no acostarnos con hambre, más que todo yo por el cansancio debo comer para no empeorar, pero tuve problemas con solo intentar sentarme y comer, pero al menos estaba alimentada, solo sé que tengo mucha sed y no tenemos nada con que tomar agua, Hiroki se le enciende el foco, tomando una hoja grande tirada en el suelo de un árbol, para enrollarla y darme de beber, la verdad que la laguna no está sucia como tal, y Hiroki sabe de estas cosas así que no será algún problema beberla.

Hiroki se quedó a mi lado toda la noche cuidándome, siempre preguntando que si necesitaba algo; tal vez él en su corazón es tierno y atento, solo que en pocas ocasiones lo demuestra, entiendo su manera de cambiar de actitud, pero sin dejar esa expresión de ceño fruncido todo el tiempo, posiblemente no quiere verse débil para evitar alguna amenaza, tal vez me da una señal para confiar en él.

Para Hiroki ha sido una noche muy larga, ya que ha estado muy pendiente, apenas si durmió y cada que yo hacía algún movimiento él siempre estaba atento a cualquier molestia, la tos también lo dejaba tan intranquilo y cada que podía me masajeaba la espalda para calmarla un poco.

Me despierto en el sol mañanero, sintiéndome un poco mejor gracias a los cuidados de Hiroki, miro a mi lado y lo veo despierto mirándome casi fijamente.

— ¿Cómo te sientes? — pregunta Hiroki muy atento.

— un... Poco mejor...— le respondo con las mejillas un poco ardientes, en serio me siento algo avergonzada por hacerle pasar tan mala noche, aunque su rostro no muestra cansancio, considero que él es una persona muy fuerte. Hiroki se me acerca y pasa su mano en mi frente.

— ha bajado la fiebre... creo que sólo fue un poco de malestar por el cansancio y veo que no tienes más resfriado. Eso es bueno... ¿podrás caminar lo que queda de camino? — asiento afirmándole que tengo buenas condiciones de continuar con el viaje, la verdad que ya no quiero que se sigan preocupando por mí, pero seré más cuidadosa para que no pase esta situación tan embarazosa — por ahora quédate, espera a que Naoki se despierte. Yo mientras tanto me voy — se levanta del césped sin añadir algo más...

— ¿a dónde iras? — le pregunto, porque en verdad no quería estar sola. Pero me ignora y se va. Me quedo sentada unos minutos reflexionando, luego me paro y doblo el manto de Hiroki. Naoki se despierta lentamente, bosteza y reposa sus ojos en mí.

— ¿y Hiroki? — pregunta con una voz perezosa y ronca.

— se fue y no me dijo a donde iría

— qué raro... Me pregunto a donde se suele ir.

Es extraño que Hiroki nunca nos diga a donde va, en parte siento que nos oculta algo, la verdad quiero pensar que solo se va a caminar y quiere estar solo ya que se ve que es una persona muy introvertida, muy callada y reservada, es más siempre anda muy precavido, quizás... simplemente quiere pensar en sus cosas, pero prefiero ignorarlo porque son cosas de Hiroki y después de lo que me hizo pasar Satoshi no quiero saber nada más.

Hicimos el fuego, asamos pescados crudos que quedaron de ayer por prepararse; tenía aún sed... Pero no teníamos con que hervir el agua del lago, la verdad, aunque anoche no estuvo sucia no tomé mucha agua, Hiroki no quería que me diera algún daño estomacal y luego empeorara, pero la verdad que si nos hace falta un poco de agua.

— ¿tienes sed? — pregunta Naoki, asiento tocando mi garganta aún algo irritada, el dolor de garganta debe ser por los gritos que pegué cuando escapamos y el encuentro con el oso, el cansancio solo me empeoró más mi zona vocal. Naoki saca de sus bolsillos un pequeño vaso de vino.

— ¿seguro que está lavado? ¿en dónde lo conseguiste?

— desde la fiesta, lo guardé para mí y me lo quedé; olvidé que lo tenía hasta ahora— se me hace muy inoportuno que se acuerde en este momento en que más lo necesito, pero solo pienso en cómo no pudo recordarlo nosotros muriendo de sed al lado de un río. Lava el vasito en la laguna y recolecta un poco de esta, luego la acerca al fuego, el agua comienza a crear burbujas pequeñas— listo ya puedes beberlo— extiende su mano. Recibo este y me lo mando de un solo trago queriendo aliviar el dolor de garganta. Al menos calma un poco mi sed.

— ¿no tomarás agua? — le pregunto.

— no te preocupes, yo estoy bien— sonríe. Es muy lindo que él no se preocupara por su propio bienestar y en cambio se preocupa por el mío.

Hiroki se estaba tardando un poco, ya el sol iba a dar el medio día. Me preguntaba en donde estaba y si no le hubiera pasado algo malo, me enoja mucho que él no se responsabilice de sus actos sin decirnos, aunque sea a donde iría para no preocuparnos tanto; Naoki solo me consuela para no sentir tanta preocupación y dice que él es muy fuerte e imposible de que algún animal le hiciera daño si él sabe defenderse muy bien, pero aun así mi cabeza es muy traicionera y solamente pensaba que no lo iba a volver a ver, en que los soldados lo encontraron y que me iba a quedar sola sin ninguna esperanza de sobrevivir.

— ¿me estaban esperando? — pregunta la voz que de alguna manera es tan irritante, es lo que quiero escuchar y me tranquiliza rápidamente. Me lanzo a llorar en su regazo cálido y supe que era lo que más extrañaba— ¡¿qué te pasa?! ¡Estás loca! - refunde molesto y confundido.

— ¡Estaba tan preocupada! ¡Tonto! — le grito y con las mejillas rojas y lágrimas en mis ojos color negro. Él solo se queda callado y me deja llorar en paz, en el manto de su regazo cálido y protector, sin saber cómo darme consuelo, en realidad es la única persona que me hace sentir segura y cómoda aún con los fastidioso que es, pero sé que es el ser más necesito en mi vida y simplemente no puedo permitir ¿perderlo?

Durante el camino solo había tensión, pero era una tensión leve que podías romper con solo poner un tema para evitar el silencio incómodo, desde que abracé a Hiroki y confirme que lo extrañaba, me he sentido tan avergonzada; tenía algunas preguntas como el por qué lo extrañaba si él sabe defenderse, es improbable que un animal salvaje le pudiera hacer algún rasguño; pero hay algo que no dejo de pensar y es en su pecho tan abrigador, es algo familiar porque es prácticamente el mismo sentimiento que tenía cada vez que Satoshi me abrazaba; sin embargo el pecho de Hiroki hace que mi corazón palpite tan rápido, que hace mi pecho arder. Mis sensaciones hacen que mi tensión aumente y lo único que quiero es romper el hielo de mi mente y no pensar en eta clase de tonterías tan absurdas.

Me acerco a Hiroki despacio estando a su lado.

— oye Hiroki...— hace un ruido de irritación y atención— ¿por qué te tardaste tanto? — le pregunto curiosa, pone los ojos en blanco muy fastidiado por mí.

— primero te voy a decir dos cosas, una: no te metas en mis asuntos y dos: no te importa nada de lo que hice— dijo muy desconsiderado y cortante; me enojo a tal punto por su respuesta sin sentido, sin discreción de molestias; él es tan irritante que el sentimiento que acababa de tener se ha esfumado.

— ¡eres muy grosero! — exclamé para dejarlo en claro sus bajos modales.

— y tu una niña tonta y hueca que cree que toda gira a su alrededor— insulta exaltándome, me detengo evitando el paso para dar mi postura y el solo me mira de manera desafiante y molesta — quítate — me ordena, cruzo los brazos para no darle paso y que me escuche.

— ¡Eres un grosero! No entiendo tu maldita actitud ¿Qué te pasa cara de toro? Intento ser linda contigo y tu solo eres un molesto y fastidioso — le insulto dándole a entender mi molestia

— ¿yo un fastidio? Si no fuera por mí no estarías viva— me echa en cara — te pude simplemente haberte dejado tirada para dejarte morir y hasta ahora me pregunto por qué no hice eso — Nos miramos desafiantes muy molestos, Hiroki es un tonto sin escrúpulo alguno y sin educación "¿cómo se atreve en decir estas cosas?" me echa en cara como si hubiera sido mi culpa, nunca le dije a mi padre que le dijera que me iba a proteger. De repente una flecha sale disparada a toda velocidad, Hiroki logra verla y me jala el brazo con fuerza haciendo que quede pegada a su cuerpo rozando está en mi pelo evitando ser asesinada por aquella flecha.

— ppp-pero que...— tartamudeo asustada a tal acto, solo puedo pensar en que nos encontraron, los soldados están aquí y nos han encontrado.

Nos percatamos en mirar para todas direcciones sin rastro alguno, pero no logro distinguir a nadie, Hiroki solo se queda mirando al frente, y al voltear mi rostro noto figuras de personas entre los árboles y arbustos.

En las sombras de los árboles un muchacho se deja ver su rostro; es joven, no muy alto, sus expresiones son amenazantes iguales a las de Hiroki, tiene el mismo ceño fruncido, ojos verdosos, pelo café y joven de al menos unos 17 años de edad. Al ver a Hiroki cambia su gesto cambia en un par de segundos y deja de fruncir el ceño a una sorprendida de viejos recuerdos, Hiroki lo ve fijamente y no logro entender que está sucediendo, no logro comprender porque Hiroki no le hace nada si intentó asesinarme con la flecha, sólo se queda sorprendido sin apartarse de mí.

— hermano... — se dirigió a Hiroki a aquel joven como su hermano...