La noche antes de su boda, su prometido huyó con su amante. Frustrada, abordó al hombre que se encontraba ante ella, frente al registro civil. —Presidente Mo, tu esposa no vino y mi esposo huyó. ¿Puedo proponerle que nos casemos? Antes de casarse, ella dijo: —¡Incluso si compartimos la misma cama, nada pasará entre nosotros! Luego de casarse, él dijo: —Si no lo intentamos, ¿cómo lo sabremos?
9 PM de una noche encantadora.
Luego de haber bebido un poco más de lo aconsejado en su despedida de soltera, el prometido de Tangning reunió sus fuerzas, la tomó en brazos y la llevó a su apartamento. Volviendo finalmente en sí, ella se obligó a sí misma a abrir los ojos, intentando controlar un intenso dolor de cabeza. Mientras su visión se aclaraba, pudo distinguir la figura de un hombre y una mujer besándose apasionadamente en la habitación tenuemente iluminada.
Como si hubiese sido alcanzada por un rayo, Tangning contempló a la pareja en shock, mientras ellos continuaban besándose junto a su cama. La furia dentro de ella empezó a hervir.
—Yurou, deja de jugar. ¡Tangning acaba de quedarse dormida!- advirtió el hombre mientras retenía a la mujer por la cintura.
—¿Qué? ¿Tienes miedo de que tu prometida se despierte? -respondió Mo Yurou en tono molesto- Te casarás mañana, ¿por qué no te entregas a mí esta noche?
—Cariño, eres toda una problemática, vámonos a otra habitación— sonrió el hombre seductoramente.
—¡No! ¡Quiero hacerlo aquí! ¡Quiero hacerlo frente a ella!—Mo Yurou desabotonó rápidamente la camisa del hombre mientras sus labios volvían a encontrarse.
Tangning intentó contener las lágrimas, pero ya podía sentirlas rodando rápidamente por sus mejillas. ¿Quién habría pensado que el hombre con el que iba a casarse al día siguiente, iba a serle infiel frente a sus narices?
—Compórtate, vamos al baño. ¿Acaso no era la bañera tu lugar favorito?
—Está bien, ve primero y llena la bañera
Mo Yurou empujó el pecho del hombre en dirección al baño. Tan pronto como éste abandonó la habitación, se dirigió hacia Tangning. Inclinándose con una fría sonrisa, susurró:
—Tangning, no voy a dejar que tú y Yu Fan firmen esos papeles mañana. ¡Estoy embarazada, es mío!
Tangning apretó sus manos en un puño mientras contenía sus emociones, cuidando de no emitir ningún sonido. No fue hasta que oyó los gemidos de la pareja que provenían del baño, que sintió que su mundo caía en pedazos.
Hacía tres años, Tangning había sido la mejor supermodelo de Beijing. Pero a causa de este hombre, lo había dejado todo, entregando la posición que tan duramente había ganado a Mo Yurou. Ahora que lo pensaba, todo lo que había hecho se había reducido a elegir el vestido de novia de alguien más. ¡No! Esto debe ser un sueño, una horrible pesadilla, ¡todo volvería a la normalidad mañana!
Tangning continuaba mintiéndose a sí misma. En mitad de la noche, Mo Yurou se quejó de no sentirse bien y condujo a Han Yufan fuera del hotel. Así, Han Yufan habría de irse y no regresar...
Pero, ¡si iban a casarse mañana!
Al día siguiente, tal como estaba planeado, Tangning condujo al Registro Civil con una sonrisa amarga. Mientras salía del coche, llamó a Han Yufan. La voz al otro lado contestó fríamente:
—Mo Yurou se lastimó en la pasarela. Tengo que tratar este asunto urgente primero. Pospongamos la boda para otro día.
No habrá otro día, se dijo Tangning a sí misma, decepcionada.
Tangning se dio la vuelta y se puso sus anteojos de sol, lista para marcharse, pero en ese momento, sus ojos fueron atraídos a una alta figura que se dirigía a ella. No pudo dejar de notar el traje clásico azul oscuro hecho a medida, que favorecía el cuerpo masculino que lo llevaba. Por debajo, y en el bolsillo de la camisa, se veía un pañuelo granate que asomaba sutilmente. Mirando hacia abajo, Tangning pudo ver un par de piernas perfectamente rectas que conducían a un par de calzados de cuero marrón, perfectamente lustrados, que brillaban en el sol.
Este hombre... tenía una presencia tan fuerte, ¡como la de un rey medieval!
Especialmente ahora que se estaba acercando, aunque llevaba lentes de sol, su rostro perfectamente cincelado y sus labios sensuales eran suficientes para volver loca a cualquier mujer.
Tangning reconoció al hombre, era el Presidente General de Hai Rui Entertainment, el señor Mo Ting. Cuando ella aún era famosa, se habían conocido en un baile.
¿También va a casarse hoy?
—Presidente, la señorita Chi no ha llegado a tiempo... ¡lleva 10 minutos de retraso!- informó el asistente a sus espaldas.
— Llama a la familia Chi y diles que si ni siquiera pueden presentarse a tiempo a un casamiento, que no se molesten en venir- respondió el hombre fríamente.
—Pero, el Director dijo que usted debía casarse hoy, sin importar nada más. Aunque fuese a casarse con un travesti, a él no le importaría... -respondió el asistente tímidamente.
—Entonces escoge al azar a una dama de las familias de la sociedad... Tienes media hora- ordenó el hombre. Parecía bastante insensato.
Oh...así que él tiene un dilema similar, aunque sea ligeramente diferente.
Mo Ting tenía tanto poder, que sencillamente podía escoger a cualquier mujer que hubiera querido. Y como era uno de los solteros más codiciados, el amor no era su prioridad: su prioridad era lidiar con la presión que ejercían sus mayores para que se casara.
Repentinamente, una idea se cruzó por la mente de Tangning. Quitándose los anteojos de sol, se dirigió hacia el hombre y sugirió amablemente:
—Presidente Mo, su novia no ha llegado y mi novio se ha fugado... ¿podría sugerirle que nos casemos?
El asistente de Mo Ting se quedó pasmado, incrédulo. ¿Cómo podía atreverse ésta mujer..?
Tangning esperaba con una postura confiada. Había reunido todo su coraje para hacer esto.
Mo Ting se quitó los lentes de sol, revelando unos ojos de color negro tinta; sus pupilas resplandecían como un diamante. Luego de un breve instante, se volvió hacia su asistente y le ordenó:
—Dame más detalles.
Por supuesto, el asistente de Mo Ting ya sabía quién era Tangning. Velozmente, tomó su teléfono, hizo una búsqueda rápida del nombre de Tangning y le ofreció los resultados a su jefe. Dos minutos más tarde, los labios del hombre apenas temblaron mientras respondía una sola palabra:¡Bien!
Tangning sintió que aquel encuentro con Mo Ting había sido lo más afortunado que podía haberle sucedido. Él no tenía ningún motivo para usar a una mujer, ni necesitaba amor, y lo mejor de todo, era que le sobraban mujeres con las cuales acostarse.
Al fin y al cabo, ¡lo que ella quería era que Han Yufan lamentara su decisión!
Los procedimientos para la boda de la pareja fueron realizados rápidamente. En tan sólo media hora, Tangning pudo sostener el certificado de matrimonio en sus manos. De ahora en adelante, sería una mujer casada.
—Presidente Mo, ¿puedo conversar brevemente con usted?
—¡Súbete al coche!
Mo Ting volvió a ponerse los anteojos de sol mientras salía del registro civil Tangning le siguió de cerca. Luego de subir al Rolls-Royce, miró nerviosamente hacia Mo Ting antes de dirigirse a él.
—Gracias por casarse conmigo. Si usted necesita algo a cambio, por favor dígamelo. Sin embargo, tengo dos sencillos pedidos que espero que usted prometa cumplir.
—Habla —dijo Mo Ting cansinamente mientras se aflojaba el cuello de la camisa.
—En primer lugar, a menos que no tenga elección, no haga pública nuestra relación. En segundo lugar, no interfiera en mis asuntos personales. No se preocupe, ya que estamos casados, no me acercaré a ningún otro hombre.
Luego de escuchar las peticiones de Tangning, Mo Ting sonrió ligeramente. Una sensación peligrosa se extendió en el vehículo.
—Te lo prometo, pero... luego de que te dé un poco de tiempo para ordenar tu pasado, quiero que tengamos un matrimonio de prueba. Después de seis meses, anunciaré públicamente nuestro matrimonio.
—Gracias—asintió Tangling.
—También... No creo que una pareja casada deba vivir separada. Te doy tres días para encajar todas tus cosas y mudarte a un lugar que yo elija. Mi asistente se pondrá en contacto contigo.
Tangning no tenía ninguna objeción. Como ahora estaban casados, un pedido como éste sonaba razonable. Por eso, asintió obedientemente con la cabeza mientras contestaba "acepto".
—Bien.
Luego de que ambos celebraran su contrato verbal, Tangning bajó del coche de Mo Ting y se fue. El asistente de Mo Ting se sentó en el asiento del conductor y contempló a Mo ting a través del espejo retrovisor.
—Presidente, ¿regresamos a la oficina? ¿O le gustaría ir a la mansión para comunicarle las novedades al Director?
—¡Sigue a Tangning e infórmame de cada movimiento suyo! -ordenó Mo Ting antes de bajar del vehículo.
Pedirle matrimonio tan repentinamente...¡algo debía de haber pasado!
Como presidente de una agencia internacional de entretenimiento, desde luego que había oído hablar anteriormente de Tangning. Siendo alguna vez una famosa modelo en la industria, había rechazado repentinamente una oferta de la afamada agencia de entretenimiento Star King, con lo cual se había ganado un lugar en la lista negra. Eventualmente, había anunciado que firmaría contrato con la agencia y se había convertido en un asunto candente con el jefe, Han Yufan.