A Li Jin no le gustó la forma en que Lin Qian se burló de sí misma, así que le rodeó los hombros con el brazo y le dijo:
—Ya pasó todo. Yo te protegeré.
Lin Qian asintió con la cabeza. Ya era la noche antes de su boda, así que el regreso de Li Jin al menos le dio tranquilidad.
—Ya que esta es la situación actual, creo que es hora de que devolvamos el golpe...
La familia Gu había dicho que le darían su apoyo incondicional. La esposa de Padre Gu venía de una familia bien educada, así que lo cuidó bien después de escuchar lo que había pasado e incluso aceptó la existencia de Lin Qian. Pero, por supuesto, ella no iba a dejar a Feng Jing librarase tan fácilmente.
¡Feng Jing tenía que enfrentarse a su venganza!
Más tarde ese día, Li Jin llamó a Tangning por teléfono. En ese momento, Tangning ya había preparado una declaración; ya que Feng Jing quería crear noticias, ¡entonces ella iba a dar sus grandes noticias!
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